jueves, 6 de febrero de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Jueves 4 de tiempo ordinario

Hebreos 12,18-19.21-24



REFLEXIÓN

a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos,

La Palabra nos atrae a una cumbre humana:ser buenos y perfeccionados por el don del Señor.

No hay quien no quiera ser bueno y perfecto, aun cuando buscándolo, no haga las cosas bien.

De eso se trata en todo este negocio o empresa de la fe en la buena nueva del reino: ser buenos unos con otros, y establecer una convivencia de buenos y perfectos.

Hasta el momento ninguna institución, ninguna estructura, ninguna organización lo ha logrado por sus propios esfuerzos.

Como se dice con los medicamentos:siempre hay efectos secundarios.

Lo que se nos está prometiendo con la Palabra es una calidad de bondad y perfección sin efectos secundarios.

la cual nos habla mejor que la de Abel

Aun en la semejanza con Abel de la muerte sangrienta de Jesús, la actitud es totalmente otra: en vez de venganza, la sangre de Jesús clama perdón.

Así el perfil del bueno y perfecto ha mutado de Abel a Jesús, y el régimen de los seguidores de Jesús es el de una convivencia basada en el perdón, como una forma de llegar a la bondad y perfección.

Salmo responsorial: 47



REFLEXIÓN

Grande es el Señor

Mucho más grande que la descripción de su grandeza. Por eso nos desconcierta tanto la experiencia del Dios Padre de Jesús.

El monte Sión

Es el monte que se compara con el monte Sinaí, sede y escenario de la teofanía de la primera Palabra a Moisés.

El monte Sión es la sede y escenario de la teofanía en Jesús, crucificado y resucitado.

Y será la sede y escenario de la consumación de la historia con la Jerusalén celestial.

Roma es un límite espacial y temporal que ubica la sede de Pedro, servidor de la unidad de la fe. Pero es transicional.

Está en función de la consumación que se hará en la Jerusalén celestial que desciende de los cielos de parte del Señor, como un don.

Marcos 6,7-13



REFLEXIÓN

llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos

También lo hace con los 72 discípulos. Otro envío, el mismo, simbólicamente diversificado por el número, para orientar mejor otro auditorio?. Porque 6x12 es 72, lo cual equivale a casi 12, o medio 12, es decir un envío no definitivo, ni perfecto. En cambio el actual es envío de los 12 de dos en dos, es decir, envía a 6 lugares, no al todo todavía. Ambos sentidos se parecen. Jesús no ha enviado en forma definitiva, porque no ha concluído su misión. Son apenas unas avanzadas, bajo su tutela histórica.

La comunidad en sus inicios debió fundamentar la credibilidad y el prestigio de sus evangelizadores, en el envío del propio Jesús.

Vemos en la historia que muchas iniciativas y proyectos decaen al morir los líderes si no se percibe que el carisma ha pasado a sus seguidores. Hay un gran fragilidad en este endoso de la fe a una causa.

dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos

Espíritus mundanizados (in-mundo) que perdieron el sentido de la trascendencia y del trascender. Autoridad en el Espíritu de discernir y apartar del camino.

Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto

Cierto modo de proceder sería la marca de fábrica de esos nuevos dirigentes: la pobreza.

La pobreza apostólica envía un mensaje a las comunidades sobre el desinterés por acumular bienes y riquezas, y por la gratuidad de la buena nueva de parte de Jesús y el reino de Dios.

El camino de Santiago sería una experiencia interesante de carencia y plenitud

al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa

Sacudirse el polvo de los pies era una señal de no tener más responsabilidad por el lugar donde se había levantado el polvo, dejando así esa zona para el juicio de Dios (Mateo 10, 14; Lucas 9, 5; 10, 11; Hechos 13, 51).

Lo que Jesús quería decir a sus discípulos con la expresión “sacudirse el polvo de los pies” era que se deshicieran de la carga emocional negativa que el rechazo les podía haber causado y que dejaran en la propia ciudad todo sentimiento de rencor, ira o resentimiento causado por la experiencia hostil. “Sacudirse el polvo de los pies” era la orden. Dejar en aquella etapa, dejar atrás, aquello que podría impedirles de avanzar. El polvo de un camino hostil debía quedar en el camino hostil, y así estarían libres para “avanzar” por nuevos y libres caminos. Y así Pablo y Bernabé dejan Antioquía de Pisidia y marchan a Iconio. http://nihilnovum.wordpress.com/2010/04/25/sacudirse-el-polvo-de-los-pies/

El don de Dios: ser bueno y perfecto lleva a la superación del rechazo a su ministerio apostólico, dejando en manos del Señor cualquier juicio, sin venganza propia, y más bien con actitud de perdón.

Esto da energías donadas por el Señor suficientes para seguir adelante sin empequeñecerse ante el desafío, sin jactancia pero sin timidez.

predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban

Un servir concreto y gratuito

No echaban todos, ni curaban todos: tenían facultades limitadas. Hacían lo que podían y se les permitía el don, recibido en el nombre de Jesús.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1357291228736458752?s=20

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Jueves 4 de tiempo ordinario

Hebreos 12,18-19.21-24

Salmo responsorial: 47

Marcos 6,7-13

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


 




De la Historia del martirio de san Pablo Miki y compañeros, escrita por un contemporáneo
(Cap. 14,109-110: Acta Sanctorum Februarii,1, 769)
SERÉIS MIS TESTIGOS

Clavados en la cruz, era admirable ver la constancia de todos, a la que les exhortaban el padre Pasio y el padre Rodríguez. El Padre Comisario estaba casi rígido, los ojos fijos en el cielo. El hermano Martín daba gracias a la bondad divina entonando algunos salmos y añadiendo el verso: A tus manos, Señor. También el hermano Francisco Blanco daba gracias a Dios con voz clara. El hermano Gonzalo recitaba también en alta voz la oración dominical y la salutación angélica. Pablo Miki, nuestro hermano, al verse en el púlpito más honorable de los que hasta entonces había ocupado, declaró en primer lugar a los circunstantes que era japonés y jesuita, y que moría por anunciar el Evangelio, dando gracias a Dios por haberle hecho beneficio tan inestimable. Después añadió estas palabras: «Al llegar este momento no creer ninguno de vosotros que me voy a apartar de la verdad. Pues bien, os aseguro que no hay más camino de salvación que el de los cristianos. Y como quiera que el cristianismo me enseña a perdonar a mis enemigos y a cuantos me han ofendido, perdono sinceramente al rey y a los causantes de mi muerte, y les pido que reciban el bautismo.» Y, volviendo la mirada a los compañeros, comenzó a animarles para el trance supremo. Los rostros de todos tenían un aspecto alegre, pero el de Luis era singular. Un cristiano le gritó que estaría en seguida en el paraíso. Luis hizo un gesto con sus dedos y con todo su cuerpo, atrayendo las miradas de todos. Antonio, que estaba al lado de Luis, fijos los ojos en el cielo, y después de invocar los nombres de Jesús y María, entonó el salmo: Alabad, siervos del Señor, que había aprendido en la catequesis de Nagasaki, pues en ella se les hace aprender a los niños ciertos salmos. Otros repetían: «¡Jesús!, ¡María!», con rostro sereno. Algunos exhortaban a los circunstantes a llevar una vida digna de cristianos. Con éstas y semejantes acciones mostraban su prontitud para morir. Entonces los verdugos desenvainaron cuatro lanzas como las que se usan en Japón. Al verlas, los fieles exclamaron: «¡Jesús!, ¡María!», y se echaron a llorar con gemidos que llegaban al cielo. Los verdugos remataron en pocos instantes a cada uno de los mártires.