sábado, 2 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 13 de tiempo ordinario[i]

Amós 9, 11-15



COMENTARIO

Así dice el Señor

-Oráculo del Señor

Este estribillo recuerda que lo que oímos y leemos es en nombre del Señor, que Él lo respalda. No es solo palabra de hombre o mero decir humano. Porque la palabra humana es deleznable en su dignidad, y se prestigia por la convergencia del Señor en ella.

Caer en cuenta de esto significa que este decir del Señor requiere nuestra escucha que es docilidad y fidelidad. Para llevarlo a cabo nos atrae desde lo profundo con una fuerza tal que nos impulsa a ir superando los obstáculos y resistencias para tal escucha y docilidad.

La tentación será en todo momento transmitir el decir del Señor con prepotencia y violencia de algún género. Para serles fiel, la violencia nos la tenemos que hacer nosotros a nosotros mismos con el fin de conquistarnos y transformarnos en transparentes a la seducción de su Palabra y designio.

levantaré la tienda caída de David,

Aunque el profeta Amós esté muy indignado en su protesta su palabra se presta a la esperanza que impulsa la palabra del Señor.

Es lo que hemos de concluir en nuestro mundo actual plagado de protestas y reclamos: un clamor de esperanza, y ésa hemos de enfocarnos para liberarla y amortizarla.

Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que el que ara sigue de cerca al segador; el que pisa las uvas, al sembrador; los montes manarán vino, y fluirán los collados. Haré volver los cautivos de Israel, edificarán ciudades destruidas y las habitarán, plantarán viñas y beberán de su vino, cultivarán huertos y comerán de sus frutos. Los plantaré en su campo, y no serán arrancados del campo que yo les di, dice el Señor, tu Dios."

La etiqueta que se coloca al profeta Amós tiene que ver con la justicia. Lamentablemente se reduce a nuestra justicia vindicativa.

Sin embargo la amortización de la esperanza también es parte del mensaje de Amós. La imagen de bienestar y de paz plena es una forma de significar la felicidad compartida en fraternidad.

Debemos advertir que es una amortización de la deuda de salvación que el Señor ha querido contraer con nosotros. Y como tal hemos de recibirla y agradecerla, porque la plenitud de ese bienestar es Él mismo que se nos entrega por etapas.

Salmo responsorial: 84



COMENTARIO

Voy a escuchar lo que dice el Señor

La ilusión de escuchar la Palabra podría constituirse en nuestra hoja de ruta diaria para caminar en su compañía.

 la justicia y la paz se besan

El mejor custodio del bienestar donado por el Señor es el esfuerzo por la justicia. Sin justicia no hay paz de bienestar, de shalom. Sin las alertas por la justicia no hay preservación de la paz. En paz podemos prevenir y mantener la justicia como un instinto de conservación de la paz.

La justicia marchará ante él, / la salvación seguirá sus pasos

Todo el sufrimiento y mortandad que se hubiera podido evitar en la historia humana y en la creación si hubiéramos atendido y consentido en este mensaje.

El adagio latino dice: si quieres la paz, prepara la guerra. Se puede contrarestar con el mensaje bíblico: si quieres la paz prepara la justicia.

Mateo 9, 14-17

 



COMENTARIO

Jesús les dijo

Palabras de Jesús asumidas por sus creyentes como Palabra del Señor. Jesús de Nazareth es nuestra palabra humana totalmente fiel al decir del Señor. En su transparencia descansa nuestra esperanza sobre la capacidad de los humanos de superar sus propias falencias y transformarse en auténticos escuchas de la Palabra.

 Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.

Los seguidores más cercanos de Jesús sintieron e hicieron duelo ante su trágica muerte. La experiencia del resucitado los levantó de ese duelo y los abrió a la consideración de su nuevo modo de presencia. En estas circunstancias tan nuevas el duelo no tuvo ya cabida.

Pero en el tiempo las sucesivas generaciones van a ir experimentando la lejanía-cercanía de Jesús el Viviente. Entonces eventualmente el duelo tendrá pertinencia, pero solo por momentos. Porque la fe heredada contiene una experiencia de presencia del Señor Jesús que entraña lejanía y cercanía, distancia e intimidad, distinción y unión.

el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan

Para el creyente todo orden constituído es un punto de referencia, pero no un caso cerrado.

Porque todo orden pertenece a la caducidad que sobreviene por erosión, desgaste y corrupción.

El orden es como el sábado en el nuevo testamento: sirve al hombre, pero no es mayor que el hombre.

Nuestro tiempo es muy sensible al cambio del orden, sobretodo porque no satisface a todos por igual, y así como ocurre que unos lo usufructúan, también otros se perjudican y son victimizados.

Por lo tanto, en el Designio del Señor hemos de encontrar por fe la capacidad de distinguir los momentos de guardar el orden y los momentos de cambiarlo.

Cuando haya vino nuevo, saberlo guardar en odres nuevos. Cuando sea boda, saber comer y ayunar cuando sea luto.

Por su especial y connatural sensibilidad humana la mujer, desde tiempos bíblicos aporta la intuición de cambio, quizás con mayor carisma que el varón, quien con firmeza mantiene el orden.

Se trata de una novedad siempre nueva. Más vale que cambiemos la actitud.

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DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo.
                 (Catequesis 1, 2-3. 5-6: PG 33, 371. 375-378)


RECONOCE EL MAL QUE HAS HECHO, AHORA QUE ES EL TIEMPO PROPICIO


Si hay aquí alguno que esté esclavizado por el pecado, que se disponga por la fe a la regeneración que nos hace hijos adoptivos y libres; y así, libertado de la pésima esclavitud del pecado y sometido a la dichosa esclavitud del Señor, será digno de poseer la herencia celestial. Despojaos, por la confesión de vuestros pecados, del hombre viejo, viciado por las concupiscencias engañosas, y vestíos del hombre nuevo que se va renovando según el conocimiento de su creador. Adquirid, mediante vuestra fe, las arras del Espíritu Santo, para que podáis ser recibidos en la mansión eterna. Acercaos a recibir el sello sacramental, para que podáis ser reconocidos favorablemente por aquel que es vuestro dueño. Agregaos al santo y racional rebaño de Cristo, para que un día, separados a su derecha, poseáis en herencia la vida que os está preparada.

Porque los que conserven adherida la aspereza del pecado, a manera de una piel velluda, serán colocados a la izquierda, por no haberse querido beneficiar de la gracia de Dios, que se obtiene por Cristo a través del baño de regeneración. Me refiero no a una regeneración corporal, sino al nuevo nacimiento del alma. Los cuerpos, en efecto, son engendrados por nuestros padres terrenos, pero las almas son regeneradas por la fe, porque el Espíritu sopla donde quiere. Y así entonces, si te has hecho digno de ello, podrás escuchar aquella voz: Bien, siervo bueno y fiel, a saber, si tu conciencia es hallada limpia y sin falsedad.

Pues si alguno de los aquí presentes tiene la pretensión de poner a prueba la gracia de Dios, se engaña a sí mismo e ignora la realidad de las cosas. Procura, oh hombre, tener un alma sincera y sin engaño, porque Dios penetra el interior del hombre.

El tiempo presente es tiempo de reconocer nuestros pecados. Reconoce el mal que has hecho, de palabra o de obra, de día o de noche. Reconócelo ahora que es el tiempo propicio, y en el día de la salvación recibirás el tesoro celeste.

Limpia tu recipiente, para que sea capaz de una gracia más abundante, porque el perdón de los pecados se da a todos por igual, pero el don del Espíritu Santo se concede a proporción de la fe de cada uno. Si te esfuerzas poco, recibirás poco, si trabajas mucho, mucha será tu recompensa. Corres en provecho propio; mira, pues, tu conveniencia.

Si tienes algo contra alguien, perdónalo. Vienes para alcanzar el perdón de los pecados: es necesario que tú también perdones al que te ha ofendido.
REFLEXIÓN

La gracia que se ofrece no es automática, sino que requiere nuestra cooperación. De nuestra parte, quitar frenos y obstáculos, que en eso consiste el reconocimiento de los pecados. El cual no sólo es verbal sino integral, incluyendo la reparación. Porque hoy en día los díálogos que terminan en arrepentimiento, reconocimiento y confesión, no llegan hasta los signos de reparación del daño causado, aunque sea simbólicamente.

viernes, 1 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 13 de tiempo ordinario

Año Par

Amós 8, 4-6. 9-12



REFLEXIÓN

los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables

La iniquidad consiste en caerle al desvalido, invalidar más al inválido, una suerte de homicidio hasta colectivo.

Aunque el lenguaje cultural de la Palabra singularice la acción, nuestra cultura de corporaciones que opera tras un anonimato de redes de inversionistas, que ni conocen la suerte del particular, también está incluída en este señalamiento de cuasi homicidio colectivo.

"¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?"

Se medita el crimen pero se guarda la formalidad de un receso. Es una hipocresía combatida por Jesús, porque en el deseo que sale de dentro está el pecado.

El pecado es una iniquidad que solo puede perdonar Dios, aunque sea sobreseída por los hombres. En una época de olvido de Dios se hace más difícil y crucificada la denuncia, porque provoca la burla e ironía de los olvidadizos.

Por eso ellos se afanan en los cambios de leyes y estructuras, para ver si alcanzan la paz, aunque su conciencia sin la conversión y el perdón de su pecado, alcanzará a lo sumo la caricatura de paz que es lo que percibimos en la conmoción social del mundo actual.

Por eso atacan la autoridad moral que sindica su pecado, tratando de desprestigiarla para que se vuelva sal sosa. Se pretende que por un traidor a la causa, toda la causa se invalida. Como si a Jesús por tener en su equipo a Judas Iscariote, se repudiara toda su misión.

Una estrategia antigua que se remoza: ensuciar al juez, repudiarlo, para que cese el juicio.

Pero el Juicio del Señor persistirá. Si éstos callan, las piedras hablarán. El criminal pecador no tiene cómo esconderse del Señor de la conciencia.

Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo

Si las estrategias económicas de la globalización, no de la globalidad, concluyen en el aumento de precio, la trampa, el soborno y corrupción, la paga injusta y el hambre, estamos frente al anti-reino.

Y habrá un llanto como por el hijo único, y será el final como día amargo

Las crisis económicas que vivimos de tiempo e tiempo, como si fueran ciclos, bien pudieran ser las señales de una Palabra que llama a la conversión, hacia una fraternidad que comparte, no que compite.

enviaré hambre a la tierra: no hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor

vagarán buscando la palabra del Señor, y no la encontrarán

Cuando se descalifica con tanta saña a papas y obispos por la denuncia de su corrupción, hemos de temer que se pueda estar atentando contra la Palabra y su designio. Podríamos estar cercenando el canal por el que nos llega la Palabra del Señor.

Ignacio de Loyola tuvo una intuición clave en la fundación de su mínima compañía: servir al Papa, recibir de él la misión. Eran tiempos de desprestigio eclesiástico, como en todas las épocas ha existido. Pero Ignacio reforzó la adhesión con un voto específico de obediencia. Obediencia a la persona y obediencia a la misión, no obstante la posible indignidad del superior.

Un poco de esa fe nos vendría bien para mantenernos vinculados a la misión y a la palabra, los que somos y los que no somos de la ínclita.

Como hoy tantos laicos con densidad eclesial, que persisten en la colaboración apostólica, aunque son conscientes de la vileza de muchos ministros y jerarcas.

Salmo responsorial: 118



REFLEXIÓN

Abro la boca y respiro, / ansiando tus mandamientos

Es como vivir, como existir, tan fluido como estar con vida, comer y dormir. Así deconnatural debiera hacerse la intención persistente de la escucha y obediencia de la Palabra, porque nuestra rebeldía también es cotidiana y no descansa.

Mateo 9, 9-13



REFLEXIÓN

vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos

Que vio Jesús en Mateo? No estaba ejerciendo el trabajo más digno de esa sociedad, sino uno despreciable y odioso. Haría lo mismo Jesús hoy con un agente de la bolsa?

Una lección que nos da de su poder transformador, si nuestra libertad accede y persiste. Porque Judas se torció. Unos persisten y otros se tuercen, aun llamados por el mismo Señor.

Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos

Jesús los prefiere, no hay duda: a publicanos y pecadores. A aquellos que han sido condenados por una sociedad teocrática como si Dios los condenara. Usurpando el juicio exclusivo de un Dios-señalado por Jesús-como un Padre misericordioso y salvador.

Ese sigue siendo el límite de toda condenación social o personal: sólo Dios juzga la conciencia, la intención, lo profundo.

Nuestras descalificaciones no pueden llegar hasta allá, aunque las sociedades y las culturas establezcan un orden común para poder vivir, no pueden llegar a suplantar el juicio salvífico del Señor.

que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

No obstante el convencionalismo de su tiempo que hacía apartarse de la gente con oficio y conducta pública de pecado, Jesús se mantiene autónomo en su acercamiento a los pecadores, para plantar la novedad del Designio de su Padre misericordioso.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Viernes, XIII

San Agustín Sobre la predestinación de los elegidos 15, 30-31

 El más esclarecido ejemplar de la predestinación y de la gracia es el mismo Salvador del mundo, el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús; porque para llegar a serlo, ¿con qué méritos anteriores, ya de obras, ya de fe, pudo contar la naturaleza humana que en él reside? Yo ruego que se me responda a lo siguiente: aquella naturaleza humana que en unidad de persona fue asumida por el Verbo, coeterno del Padre, ¿cómo mereció llegar a ser Hijo unigénito de Dios? ¿Precedió algún mérito a esta unión? ¿Qué obró, qué creyó o qué exigió previamente para llegar a tan inefable y soberana dignidad? ¿No fue acaso por la virtud y asunción del mismo Verbo, por lo aquella humanidad, en cuanto empezó a existir, empezó a ser Hijo único de Dios? Manifiéstese, pues, ya a nosotros en el que es nuestra Cabeza, la fuente misma de la gracia, la cual se derrama por todos sus miembros según la medida de cada uno. Tal es la gracia, por la cual se hace cristiano el hombre desde el momento en que comienza a creer; la misma por cual aquel Hombre, unido al Verbo desde el primer momento de su existencia, fue hecho Jesucristo; del mismo Espíritu Santo, de quien Cristo fue nacido, es ahora el hombre renacido; por el mismo Espíritu Santo, por quien verificó que la naturaleza humana de Cristo estuviera exenta de todo pecado, se nos concede a nosotros ahora la remisión de los pecados. Sin duda, Dios tuvo presciencia de que realizaría todas estas cosas. Porque en esto consiste la predestinación de los santos, que tan soberanamente resplandece en el Santo de los santos. ¿Quién podría negarla de cuantos entienden rectamente las palabras de la verdad

REFLEXIÓN

Una gran muchedumbre hemos sido predestinados para ser sus miembros. Todos aquellos que ya lo son, o han sido, sin que se pueda decir que esa predestinación gratuita sea una garantía de nada en definitiva, sin la colaboración de la buena voluntad de nosotros. Así es la gracia que actúa con predestinación, para incluir no para recluir o dañar.

jueves, 30 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 13 de tiempo ordinario

Amós 7, 10-17



REFLEXIÓN

En aquellos días, Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, envió un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: "Amós conjura contra ti en medio de Israel; la tierra ya no puede soportar sus palabras. Porque así predica Amós: "Morirá a espada Jeroboam. Israel saldrá de su país al destierro.""

El profeta como voz de la Palabra afecta y estremece la vida pública y privada de una población. Así no puede negar su vocación política por el bien común, que entra en competencia y desafía la política del poder para bien propio.

Para ser voz de la Palabra solo se necesita que se deje llevar por el impulso del Espíritu, pero para ser escuchada se necesita docilidad en la conciencia.

Pero la voz de la Palabra de un profeta parece acreditarse por el monto de persecución y sufrimiento que acumula, más que por la aclamación que se le preste. Incluso el aplauso puede ser engañoso en cuanto a la efectividad de los resultados.

Como voz para el bien común: decimos la Palabra, para complacer o para concienciar?

"No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."

La voz de la Palabra es solitaria y no establece alianzas con el poder para bien propio. Huye las etiquetas que le puedan aportar reconocimiento según la época. Porque siente que su fuerza viene de una llamado del Señor y huye toda gloria que no sea la del Señor.

Pues bien, así dice el Señor: "Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada; tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel saldrá de su país al destierro.""

Pareciera que al final el profeta con su voz de la Palabra sale ganando para el Señor, porque por la historia sabemos que el reino de Israel sucumbió ante el Imperio Asirio.

Pero sería una interpretación indigna de la Palabra que busca la conversión, la reconciliación y la salvación. La satisfacción de la Palabra a través de su voz profética no es la destrucción, ni la revancha, ni salirse con la suya. Sino ser dócil al designio de salvación.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

La voluntad del Señor es pura / y eternamente estable; / los mandamientos del Señor son verdaderos / y enteramente justos

Si algo ofrece la Palabra en su designio es pureza y estabilidad. Estabilidad en la pureza y pureza en la estabilidad. Quien dice pureza dice transparencia. Quien dice estabilidad dice firmeza, solidez.

Un mundo como el nuestro que se glorifica con el cambio concebido a imagen y semejanza de la tecnología, sabe de confusión y opacidad, pero no de pureza y estabilidad. Incluso las menosprecia como sospechosas de ocultar malas intenciones. Hemos llegado al extremo de no saber distinguir el bien del mal.

Mateo 9, 1-8



REFLEXIÓN

Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "¡Animo, hijo!, tus pecados están perdonados".

En este momento se satisfaría el paralítico con este dicho de Jesús? El pecado es entonces la fuente de las enfermedades y éstas son síntomas de pecado. Hay una íntima relación en esa cultura entre ambas. Pero también esperaría su curación física.

Para haberle llevado al enfermo los acudientes daban muestra de alguna fe, aunque fuera por intentar cualquier alternativa, como era la de acudir a un afamado taumaturgo.

Porque no solo la fe del enfermo es importante sino también la de sus acompañantes que sienten como propia su enfermedad. Ese gesto de solidaridad es ya una proclamación de fe.

Pero Jesús no sana por fuera sino de raíz y acorde a la sabiduría de su tiempo se enfoca en el pecado como causa de todo lo malo.

Será solo una sabiduría trasnochada porque hoy existen ámbitos en los que el pecado como causa de males y enfermedades es invisible.

¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"?

En esta cultura una palabra que dice y hace es lo cabal, lo normal, lo esperado. El hiato y equizofrenia entre decir y hacer pertenece a otra mentalidad más interesada en el concepto como método de análisis, no como estilo de vida.

Pero esta teocultura mira al Señor como Paradigma del decir y hacer, como en la creación del Génesis. Y Jesús lo trae a cuento porque su decir y hacer son los del Padre. Si dicen que perdonan los pecados hacen que brote la salud para una mayor calidad de vida.

para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.""

Jesús sabía de ese anhelo y procedió en conformidad, estableciendo en ese contexto de pecado-enfermedad, causa-consecuencia, un poder curativo, regenerador, liberador.

El evangelista utiliza un título que según muchos estudiosos representa el único aceptado y usado por el mismo Jesús.

En este nivel redaccional parece referirse a una potestad terrenal delegada porque en el credo israelita sólo Dios perdonaba pecados.

Tal delegación hace de Jesús de Nazareth alguien muy especial en conexión con el Padre Dios.

La naturaleza de ese vínculo especial será tema de estudio y reflexión en la historia de la comunidad de seguidores de Jesús hasta alcanzar el estatus de dogma cristológico.

En nuestro tiempo los dogmas, incluso los más antiguos están en revisión porque su expresión lingüística y la mentalidad que los concibió no son las mismas que las actuales.

Frente a esa revisión caben básicamente dos posturas: una que mantiene el dogma mientras lo actualiza, y otra que lo suspende.

Pero tal discrepancia no nos exime de asumir cada uno una definición frente a Jesús de Nazareth según la fe que profesemos.

Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Este comentario al final del relato recoge el fondo de la catequesis: Jesús de Nazareth es un hombre que representa el inicio de una humanidad con el poder de perdonar, de modo que el atributo propio de Dios, parte de su misterio y trascendencia, ahora es nuestro.

Nosotros podemos, si queremos, hacerle frente al misterio de iniquidad en el mundo y restaurar el designio original como reino de los cielos.

Es nuestro legado de fe en Jesús de Nazareth.

Con su decir y hacer, Jesús daba testimonio de tomar al Señor en serio al hacerlo presente en la vida corriente. Por eso se sobrecogían.

Algunos encuentros con Dios son como un fogonazo en la conciencia que nos hace exclamar sobrecogidos: ”no pensábamos que el Señor estuviera aquí!”

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Jueves, XIII semana

San Jerónimo Homilía a los recién bautizados, sobre el salmo 41

Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Como la cierva del salmo busca corrientes de agua, así también nuestros ciervos, que salido de Egipto y del mundo, y han aniquilado en las aguas del bautismo al Faraón con todo su ejército, desde haber destruido el poder del diablo, buscan las fuentes de la Iglesia, que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que el Padre sea fuente, lo hallamos escrito en el libro de Jeremías: Me abandonaron a mi fuente de agua viva y cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua. Acerca del Hijo, leemos en otro lugar: Abandonaron la fuente de la sabiduría. Y del Espíritu Santo: El que bebe del agua que yo le daré, nacerá dentro de él un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna, palabras cuyo significado nos explica luego el evangelista, cuando nos dice que el Salvador se refería al Espíritu Santo. De todo lo cual se deduce con toda claridad que la triple fuente de la Iglesia es el misterio de la Trinidad. Esta triple fuente es la que busca el alma del creyente, el alma del bautizado, y por eso dice: Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. No es un tenue deseo el que tiene de ver a Dios, sino que lo desea con un ardor parecido al de la sed. Antes de recibir el bautismo, se decían entre sí: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Ahora ya han conseguido lo que deseaban: han llegado a la presencia de Dios y se han acercado al altar y tienen acceso al misterio de salvación. Admitidos en el cuerpo de Cristo y renacidos en la fuente de vida, dicen confiadamente: Pasaré al lugar del tabernáculo admirable, hacia la casa de Dios. La casa de Dios es la Iglesia, ella es el tabernáculo admirable, porque en él resuenan los cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. Decid, pues, los que acabáis de revestiros de Cristo y, siguiendo nuestras enseñanzas, habéis sido extraídos del mar de este mundo, como pececillos con el anzuelo: «En nosotros, ha sido cambiado el orden natural de las cosas.

REFLEXIÓN

La Trinidad operativa en los creyentes, comparada con una fuente originaria, con un ojo de agua que mana sin cesar, y cuya agua es pura siempre, sin contaminación posible, porque brota de lo profundo de la montaña, ladera abajo. Los peces, imagen también de los creyentes, subvierten la imagen natural, del pez que muere fuera del agua, más bien para vivir en un nuevo contexto. El misterio de Dios comunicado trinitariamente como fuente, y las salvación encontrada fuera del mar, en la luz.

miércoles, 29 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

San Pedro y San Pablo apóstoles(29 de junio)

Hechos 12,1-11




REFLEXIÓN

oraba insistentemente a Dios por él

Orar insistentemente no equivale a desconfiar de la intervención del Señor. Es una mudanza contra la propia desconfianza, para que no se apodere de nuestra profundidad.

Mantiene despierta la esperanza. Nos ubica en el misterio de la libertad del Señor, y en la aceptación creciente de su amor salvífico, al que hemos sido llamados a servir.

Orar con insistencia, como la viuda al juez injusto, como el desesperado a quien tiene la solución. Esa insistencia e intensidad en la oración es una de las manifestaciones de la comunidad fraterna operativa. Rompe su inercia, sus límites propios y confinados, y exterioriza solidaridad espiritual. El mayor bien está en expresar -los orantes- el amor transformador que caracteriza sus existencias.

se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda

El ángel del Señor es el Señor que nos ilumina como ninguno. El ángel que se disfraza de luz intenta engañarnos como si fuera el Señor.

Nuestro itinerario es caminar entre luces, unas del Señor y otras de su imitador. Si caminamos buscando el

bien, el amor, la justicia, la fraternidad.

Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales nos provee de criterios para ayudarnos a distinguir con ayuda del Espíritu la autenticidad de la iluminación del Señor.

Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad.

La intervención salvífica del Señor en nuestra historia puede ser de tal magnitud que la realidad que estamos acostumbrados a gestionar pierde sus límites y consistencia, y somos invitados a entrar en otra dimensión de las cosas, personas y acontecimientos.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Bendigo al Señor en todo momento, / su alabanza está siempre en mi boca; / mi alma se gloría en el Señor: / que los humildes lo escuchen y se alegren

Los humildes son aquellos cuya actitud de fe los hace capaces de esperanza a pesar de la adversidad y vivir al límite de sus defensas.

Yo consulté al Señor, y me respondió, / me libró de todas mis ansias

La fe orante nos va calmando y serenando a su tiempo para darnos perspectivas alternas a las que nos llevan a la desesperación. El sujeto orante se va transformando en sujeto creyente.

Un beneficio más que sicológico, una serenidad basada en su conducción, un abandono surgido del dejarse llevar.

2Timoteo 4,6-8.17-18



REFLEXIÓN

Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente

El último momento de cualquier circunstancia mortal es propicio para recoger nuestras débiles y últimas fuerzas en el esfuerzo de la entrega de fe y esperanza, tal como Jesús nos enseñó en el Huerto.

He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe

Es el momento de sabernos fieles en el sentido de que hemos luchado por el reino de amor y justicia que inició Jesús de Nazareth.

Y que deploramos no haber sido más íntegros.

Por lo que pedimos de su misericordia que nos perdone.

Mateo 16,13-19



REFLEXIÓN

Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

El sondeo muestra diversidad de opiniones y expectativas. Es la mirada desde afuera y sin mayor compromiso.

"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

La confesión de Pedro es la expresión de un conocimiento diferente, formado al calor de la convivencia y el Espíritu.

Se nos insta a personalizar y trascender en la confesión que hagamos en nuestra existencia sobre Jesús de Nazareth.

Porque muchos pueden decir, pero es importante que yo diga, que yo confiese, que rubrique con mi energía vital mi adhesión a Jesús.

Con una fuerza tal que deposite en ella el peso de lo absoluto, hasta donde un yo contingente es capaz.

Por lo tanto con una confesión contingente declaro mi adhesión a Jesús como un absoluto radical, un radical trascendente.

Esa fuerza, cuando se da en la existencia, es proclamada y bendita como inspirada por el amor del Espíritu de Dios en nosotros.

porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo

Más que una confesión dogmática y antes de ella es una confesión de fe, que se construye desde la vivencia humana de Pedro sobre su maestro.

Si la confesión dogmática de un credo aleja sus raíces de esta convicción vivencial, se convierte en una fórmula institucional equiparable a una ley que no salva.

sobre esta piedra edificaré

En eso es líder Pedro: en la vivencia y la convivencia de la fe,que proclama en una confesión a Jesús como Hijo del Dios vivo.

Un verdadero Pedro es el que resiste el embate de la discrepancia contra la fe,tal como                                                                       es expresada.Puede no ser popular pero cuenta                                                                                                  con la fortaleza del Señor.

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