Santa Edith Stein, en una carta escrita en 1940, se refiere a un punto cumbre de la espiritualidad de San Juan de la Cruz.

Edith Stein contestaba a una religiosa dominica, doctora en filosofía, en torno a la naturaleza del “amor puro” para San Juan de la Cruz. Edith escribe:

«San Juan de la Cruz entiende por “amor puro” [a] el amor de Dios por él mismo; [b] el de un corazón libre de todo apego a cualquier cosa creada: a sí mismo y al resto de las criaturas, pero también a todo consuelo y cosas similares que Dios pueda conceder al alma, a cualquier forma de devoción especial, etc.; [c] el de un corazón que no desea otra cosa sino que se cumpla la voluntad de Dios y que se deja guiar por él sin resistencia. Lo que una puede hacer para llegar hasta aquí está ampliamente tratado en la “Subida del Monte Carmelo” [otra obra cumbre del santo]. Cómo Dios purifica al alma, en “La Noche Oscura”. El resultado, en “La Llama de Amor viva” y en “El Cántico Espiritual”. Básicamente puede encontrarse todo el camino en cada una de las obras, únicamente que en cada caso se acentúa una etapa u otra. Pero si usted desea aprender lo esencial, recopilado de forma mucho más breve, entonces debe coger los escritos breves».