sábado, 24 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 Natividad de San Juan Bautista

Isaías 49,1-6



REFLEXIÓN

Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba

Como expresión de cercanía la Palabra se refiere a la dedicación y amor por parte del Señor, que forma parte de los relatos y esquemas de redacción vocacionales, pero que no deja de asombrar por su calidad personalizada y el llamado a una misión.

Se conservan los relatos de personajes relevantes en la historia de Salvación, pero puede ser apropiado y asimilado por los creyentes, porque se nos ofrece en la Palabra de hoy.

Somos llamados por nuestro nombre e identidad desde el vientre, y de ahí la importancia de nuestra vida desde la concepción, y tenemos todos una misión desde Él y para Él: donde radica nuestra dignidad humana.

Todo ser humano es una vocación personal del Señor, porque ha sido llamado a la existencia.

Es el fundamento del derecho humano de la persona humana y del derecho natural de la creación-evolución.

Asistir y servir a clarificar la propia, individual y única vocación humana, en el contexto de la propia y peculiar idiosincracia y constelación de talentos y dones, eso trata de realizar un servicio apostólico apropiado.

El servicio al reino de Dios es personalizado aunque no está reducido al individuo, sino que abarca éste y sus relaciones.

El énfasis colectivo y social de nuestros tiempos puede obedecer a muchas necesidades e insatisfacciones pendulares, pero se subraya una estrategia de opacidad y ocultamiento de la responsabilidad personal, en el anonimato de la masa militante y activista.

Es algo conveniente para un sistema de mercado que todo lo publicita, lo compra y lo vende.

En esa vocación irremplazable y única se da la llamada a ser una boca como espada y flecha, en una gama de posiciones.

La persona está llamada a ejercer su vocación personal en el diálogo honesto, vertical y horizontal, respetuoso, fraterno.

y me dijo: "Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso."

Una palabra de gratificación y reconocimiento que también encontramos en Pablo.

Y en los evangelios: siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.

"En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas"

Este pensamiento podría estar rondando a Juan Bautista cuando esperaba su ejecución en las mazmorras de Herodes.

Quizás hasta sus discípulos, que lo veían en la galería de la muerte, sentirían algo parecido.

Convenía entonces mandar a preguntarle a Jesús quién era él definitivamente, para clarificar si tanto esfuerzo había valido la pena.

Jesús lo confirmó en su esperanza del Mesías, quizá algo diferente a las expectativas, quizá no tan apocalíptico sino solidario, pero Mesías. Y Juan recobró el sentido de su vocación para él y sus seguidores.

Él lleva este proceso de gratificación y reconocimiento en sigilo absoluto para sorprendernos con la gloria.

Algunas veces en el caminar esa gloria se deja intuir en las consolaciones.

tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza

Misteriosa o enigmáticamente, en la historia de salvación para algunos, la cruz y muerte ha significado un cambio en el curso ordinario de sus vidas, para la gloria de Dios y su reino.

Salmo responsorial: 138



REFLEXIÓN

Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares

Si resulta un descanso incomparable sentirse comprendido hasta el último resquicio del ser, en nuestra unicidad, cuánto más la comprensión del Padre-Madre amoroso, que ha estado comunicado desde el inicio de nuestra existencia, para quien soy totalmente transparente.

No eres como nosotros que nos cansamos de oir lo que nos parece lo mismo de los demás sino que siempre nos escuchas aunque redundemos.

Conocías hasta el fondo de mi alma.

El Señor es la mirada del otro, que me deja ser yo mismo y no me inhibe ni me descalifica.

Hechos 13,22-26



REFLEXIÓN

"Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."

Con probabilidad Juan B tuvo una crisis de identidad en su vocación y misión. Pudo haber vivido su vocación con un protagonismo que lo llevaría a ser el centro de la historia. Y cuando estaba encarcelado se sintió decepcionado porque terminaba así su brillantez.

Pero supo recobrarse y aceptar su puesto en el desarrollo del Designio, y señalar a Jesús, un seguidor suyo como Mesías. Y canalizar a sus discípulos a tal reconocimiento.

En esa muerte de identidad y sentido, recobra desde las palabras de Jesús su verdadera vocación:la de precursor.

Nuestra historia personal con sus altibajos muestra cómo experimentamos la muerte de identidad y sentido cuando el nombre que nos da la cultura fluctúa entre la relevancia y el anonimato.

Habrá momentos que nos cuestionaremos sobre nuestra importancia y éxito.

Para el creyente es piedra fundamental saber que el Señor nos ha llamado y otorgado un nombre único para siempre, desde el cual impulsarnos para administrar el mundo.

Lucas 1,57-66.80



REFLEXIÓN

El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre."

El Señor se busca colaboradores que acepten misiones para su gloria, para su misterio, aunque no la entiendan y sufran en ello.

Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él

Es la pregunta que podemos hacer si nos vamos a la sala de neo-natos de cualquier hospital: qué va a ser este niño, esta niña?

Es la pregunta que se hacen las parejas que están en el trance de decisión sobre si tener hijos, ahora o cuándo. Las circunstancias del mundo parecen tan difíciles y complejas que quizás no invitan a procrear.

Es una pregunta que se puede hacer una joven embarazada accidental e involuntariamente, marcada para convertirse en madre soltera, en previsión de un horizonte futuro precario.

Para Isabel y Zacarías la respuesta estaba en el prodigio de su paternidad-maternidad tardía. Tal suceso tenía que representar un acompañamiento especial, una vocación y misión  de interés.

Si el sentido de la vocación personal única e irrepetible desde el Padre nos alentara a mirar con esperanza cualquier circunstancia del nacimiento de niños y niñas, quizás se afirmaria el aprecio del llamado que hace el Señor a toda criatura.

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Natividad de San Juan Bautista

Isaías 49,1-6

Salmo responsorial: 138

Hechos 13,22-26

Lucas 1,57-66.80

 

BEATO CARLO



 De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 293, 1-3: PL 38, 1327-1328)


LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO

La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de él.

Juan nace de una anciana estéril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis sido hechos templo.

Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegan hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. Aún no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su madre. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeñez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado.

Zacarías calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y abre su boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la predicación de Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas profecías, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías habría continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le dijeron: Dinos quién eres. Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.

viernes, 23 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 11,18.21b-30



REFLEXIÓN

presumiré de lo que muestra mi debilidad.

Gloriarse, exultar, enorgullecerse de la falta de fuerza, debilidad, enfermedad. Esto más que la fortaleza, determinación y constancia que se exhibe en las pruebas.

Si hay una debilidad que marca todo, y desde la fe, con incertidumbre, se entiende como cruz.

Como tal, una prueba querida o permitida por Dios, y para su mayor gloria. Porque de lo débil y de la cruz hace el Señor brotar vida eterna.

Sólo eso es potente para  sostener en medio del conflicto y la duda sobre nuestro valor.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Bendigo al Señor en todo momento,

Poderlo bendecir en todo momento, señal es de fortaleza del Espíritu, en y por nuestro espíritu.

que los humildes lo escuchen y se alegren.

Que son los permanentes humillados por su aparente debilidad y fracaso a los ojos del mundo del estatus.

Al superar la pobreza económica los pobres no deben olvidar la fuerza que los habita desde su debilidad, para proseguir en la alegría del Señor.

Mateo 6, 19-23



REFLEXIÓN

"No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.

Si entendemos el cielo como la dimensión del reino en proceso activo desde ya, en medio de nosotros, atesorar en el cielo significaría vivir, existir trabajando y apegándonos a esa dimensión, a ese reino.

Implicaría un compromiso de educarnos, formarnos, afectarnos por el valor del reino, todos los días, en cada momento.

Porque allí no hay corrupción ni polilla.

Por eso luchar contra la corrupción puede ser menos favorable para el reino, que actuar la incorrupción apegándonos a la justicia, la misericordia y la fraternidad.

Dónde va toda mi fuerza vital, hacia dónde se concentra? Debemos alegrarnos si va hacia la región del Espíritu aun con un lastre carnal, que nos recuerda nuestra debilidad en transformación.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

Así como el ojo es fuente de luz para el cuerpo, la Palabra y su escucha es la fuente de luz para nuestra existencia. Si no estamos a oscuras.

Luz ha sido y es la Palabra de Dios que cotidianamente me enseña, me labra, me esculpe, me anima, me recuerda todo para la salvación de nosotros.

Cómo mira un ojo sano para dar luz. Cómo uno enfermo para oscurecer? Qué es ojo? la intención, el móvil, la motivación, la búsqueda?

Hacia dónde se dirige todo lo que pretendo, por lo que me esfuerzo, lo que construyo, por lo que me afano?

A un bien común, a un ágape fraterno o más bien, hacia un egoísmo que daña los demás?

El malestar de nuestra cultura se aloja en ese norte inconfesado, que procura reunir en sinergia todas nuestras fuerzas para empoderarnos.

Pero en donde no cabe la debilidad que se ofrece a la transformación en fuerza de Dios.

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2Corintios 11,18.21b-30

La debilidad de la que Pablo se gloria es aquella de la que brota una fortaleza para asumir trabajos, preocupaciones, calamidades y luchas por la fe en Jesucristo propia y de las comunidades que se sirven. Debilidad para la fortaleza del servicio al evangelio de Jesús. Capacidad de sufrir por la causa de Jesús.

Salmo responsorial: 33

Invocar al Señor desde la aflicción es recurrir a su disponibilidad a intervenir por causa de nuestra debilidad, intervención que simpre tiene en el horizonte a la red en la que convivo, al pueblo de Dios

Mateo 6, 19-23

La preocupación por lo valioso o tesoro es que se pierda, se dañe, se robe, es decir, las contingencias que impiden experimentar seguridad absoluta, contra todo riesgo. Aquello que quisiéramos asegurar para siempre y así tener paz y descanso total, de manera que me desconecto de cualquier preocupación. Por supuesto, sólo Dios es la seguridad absoluta, y un tesoro tendrá que ver con el dominio de Dios para durar para siempre.

BEATO CARLO



 Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor.
(Cap. 23-24: CSEL 3, 284-285)


QUE LOS QUE SOMOS HIJOS DE DIOS PERMANEZCAMOS EN LA PAZ DE DIOS

El Señor añade una condición necesaria e ineludible, que es a la vez un mandato y una promesa, esto es, que pidamos el perdón de nuestras ofensas en la medida en que nosotros perdonamos a los que nos ofenden, para que sepamos que es imposible alcanzar el perdón que pedimos de nuestros pecados si nosotros no actuamos de modo semejante con los que nos han hecho alguna ofensa. Por ello dice también en otro lugar: Con la medida con que midáis se os medirá a vosotros. Y aquel siervo del Evangelio, a quien su amo había perdonado toda la deuda y que no quiso luego perdonarla a su compañero, fue arrojado a la cárcel. Por no haber querido ser indulgente con su compañero, perdió la indulgencia que había conseguido de su amo.

Y vuelve Cristo a inculcarnos esto mismo, todavía con más fuerza y energía, cuando nos manda severamente: Cuando estéis rezando, si tenéis alguna cosa contra alguien, perdonadle primero, para que vuestro Padre celestial os perdone también vuestros pecados. Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre celestial perdonará vuestros pecados. Ninguna excusa tendrás en el día del juicio, ya que serás juzgado según tu propia sentencia y serás tratado conforme a lo que tú hayas hecho.

Dios quiere que seamos pacíficos y concordes y que habitemos unánimes en su casa, y que perseveremos en nuestra condición de renacidos a una vida nueva, de tal modo que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios y los que tenemos un solo espíritu tengamos también un solo pensar y sentir. Por esto Dios tampoco acepta el sacrificio del que no está en concordia con alguien, y le manda que se retire del altar y vaya primero a reconciliarse con su hermano; una vez que se haya puesto en paz con él, podrá también reconciliarse con Dios en sus plegarias. El sacrificio más importante a los ojos de Dios es nuestra paz y concordia fraterna y un pueblo cuya unión sea un reflejo de la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Además, en aquellos primeros sacrificios que ofrecieron Abel y Caín, lo que miraba Dios no era la ofrenda en sí, sino la intención del oferente, y por eso le agradó la ofrenda del que se la ofrecía con intención recta. Abel, el pacífico y justo, con su sacrificio irreprochable, enseñó a los demás que, cuando se acerquen al altar para hacer su ofrenda, deben hacerlo con temor de Dios, con rectitud de corazón, con sinceridad, con paz y concordia. En efecto, el justo Abel, cuyo sacrificio había reunido estas cualidades, se convirtió más tarde él mismo en sacrificio y así, con su sangre gloriosa, por haber obtenido la justicia y la paz del Señor, fue el primero en mostrar lo que había de ser el martirio, que culminaría en la pasión del Señor. Aquellos que lo imitan son los que serán coronados por el Señor, los que serán reivindicados el día del juicio.

Por lo demás, los discordes, los disidentes, los que no están en paz con sus hermanos no se librarán del pecado de su discordia, aunque sufran la muerte por el nombre de Cristo, como atestiguan el Apóstol y otros lugares de la sagrada Escritura, pues está escrito: Quien aborrece a su hermano es un homicida, y el homicida no puede alcanzar el reino de los cielos y vivir con Dios. No puede vivir con Cristo el que prefiere imitar a Judas y no a Cristo.

jueves, 22 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

JUEVES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 11,1-11



REFLEXIÓN

igual que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se pervierta vuestro modo de pensar y abandone la entrega y fidelidad a Cristo

O sea que nadie le puede asegurar a ninguno fidelidad y lealtad absolutas, a prueba de todo. Ni siquiera, y menos, a Dios, a Jesús, al reino de Dios.

Se requiere una construcción esforzada entre el llamado y don del Padre en su hijo, y nuestro querer, voluntad y libertad, hasta el último suspiro.

Cómo pudo el Creador y Redentor hacer una criatura tan autónoma, como el hombre y la mujer, que se pueden hasta perder en su decisión libre?

Cuando alguien ama quiere ser correspondido en libertad, y cualquier sombra de obligación o coerción, aborta esa correspondencia.

Un verdadero amante desea ser amado en libertad, y no por otros intereses dominantes.

Por supuesto hay quienes se conforman por ser amados por su poder, belleza, dinero y demás.

No les interesa ser amados por sí mismos, por su dignidad de persona. Son mercenarios.

Así es nuestro Padre Dios: un amante que desea nuestra correspondencia libre, no obligada, ni comprada, por amor a su gloria, su amor y su bondad. Para eso nos hizo autónomos.

Se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que yo predico, os propone un espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que aceptasteis, y lo toleráis tan tranquilos.

La veleidad, el relativismo, la indiferencia por el compromiso de conciencia asumido previamente, no son asuntos solamente de nuestra época. Vienen de muy atrás. Lo que tenemos hoy son re-ediciones. Reciclaje de basura.

La variable relevante en nuestro mundo es el consumismo que se promueve en el contexto del mercado. Y las creencias de la conciencia también entran en la oferta y demanda cultural.

En el hablar soy inculto, de acuerdo; pero en el saber no, como os lo he demostrado siempre y en todo

Esta especie de confesión del apóstol nos revela que no era la elocuencia su mayor talento. Y el impacto que mostró tener en la evangelización aparece como un aporte del testimonio de su entrega de fe y el don del Espíritu Santo.

aunque pasara necesidad, no me aproveché de nadie

Un testimonio que implicaba no utilizar a ningún evangelizado para su propio beneficio.

Hoy sigue siendo un testimonio deseable y necesario de quienes se sienten llamados al celo apostólico, porque vivimos bajo una historia prolongada de utilización y manipulación para intereses inconfesables.

Salmo responsorial: 110



REFLEXIÓN

Justicia y verdad son las obras de sus manos

Las obras de Dios se conocen en que se dan ambas: justicia y verdad. Si una falta no es obra de Dios. La justicia extremada sin verdad acaba siendo injusticia. La verdad extremada sin justicia acaba siendo mentira.

Hoy en día las etiquetas son igualdad y transparencia, pero traducen justicia y verdad.

Es la promesa de la tierra prometida que nos ofrece la santidad laica, la religión laica.

Pero extreman la igualdad sin transparencia y la transparencia sin igualdad, y caen en los vicios antes mencionados sobre la justicia que deviene injusticia y la verdad que acaba en mentira.

Mateo 6,7-15



REFLEXIÓN

se imaginan que por hablar mucho les harán caso

La actitud ante el Señor en la oración es de receptividad y apertura más que de discurso para convencer. Estar dispuesto a su escrutinio y la justificación que viene de Él, más que defendernos y autojustificarnos.

No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis

La base de nuestra fe en el ruego es esta confianza de hijos en su Padre. Por lo que se puede decir que las palabras sobran.

Sin embargo hablar poco no quiere decir no hablar del todo. Porque a nuestra conciencia de hijos le viene bien que digamos algo en la confianza de que somos oidos por nuestro Padre.

La oración es un bien para nosotros mismos, para aumentar nuestra confianza. Porque el Señor no necesita que le oremos para saber lo que necesitamos.

“Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno."

Este género de oración que se pone en boca de Jesús pone de relieve la actitud ante el Padre más alocentrada que egocentrada.

La joya de la corona es esta forma de orar de Jesús en la que nos transmite su Espíritu de Hijo, para que tengamos la audacia de relacionarnos con el Señor como nuestro Padre.

Y congruente como es Jesús de Nazaret con lo que enseña y lo que hace, su oración no parlotea solicitudes, sino que arranca con la alabanza y la acción de gracias por el Dios Padre que tenemos.

Un Padre tan cercano que su morada, su identidad y gloria, su dominio y su querer están con nosotros en el “venga a nos” de Jesús.

Tal cercanía hace posible y viable nuestra convivencia pacífica y feliz, con nuestra cooperación por la fraternidad y el ágape.

Y como la fidelidad y lealtad no está asegurada pedimos que nuestra libertad sea saneada por su don.

si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas

Como administradores perdonados nos toca seguir perdonando y administrando perdón para no desmerecer el que se nos dio.

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2Corintios 11,1-11

La defensa del evangelio de Jesús, según Pablo, no se compadece con la tolerancia de otras presentaciones que lo desvirtúen o lo desfiguren. Hay un momento en el que quien asuma el servicio de la evangelización deberá ubicar a quienes interfieran o desprestigien el servicio realizado a la Palabra de Jesús. La tolerancia no puede estar por encima de la fidelidad, a menos que sea una expresión de legítima fidelidad.

Salmo responsorial: 110

El sentido eminencial de justicia y verdad de Dios, revelado a nosotros como salvación, es motivo de agradecimiento porque es un don, que tenemos que preservar para no distorsionar. Es una responsabilidad nuestra estar pendientes de ese sentido desde Dios, para mantenerlo y defenderlo.

Mateo 6,7-15

La plegaria que nos enseña Jesús como un ejemplo de la oración adecuada, en vez de las prolongadas oraciones paganas, tiene un acento de los últimos días que puede acentuar el sentido de vida eterna, más que de vida presente. Sin embargo se da la primera petición, la del pan, en un sentido cotidiano, del día que transcurre ahora, acorde con la recomendación del Señor sobre preocuparse por el día de hoy, y no ansiar lo del futuro (Mt 6,34). Danos hoy lo que pertenece a la vida eterna para no vivir preocupados por el futuro incierto. Como podría figurarlo el maná en el desierto.

BEATO CARLO


 
Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor
(Cap. 18. 22: CSEL 3, 280-281. 283-284)


DESPUÉS DEL ALIMENTO, PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS

Continuamos la oración y decimos: Danos hoy nuestro pan de cada día. Esto puede entenderse en sentido espiritual o literal, pues de ambas maneras aprovecha a nuestra salvación. En efecto, el pan de vida es Cristo, y este pan no es sólo de todos en general, sino también nuestro en particular. Porque, del mismo modo que decimos: Padre nuestro, en cuanto que es Padre de los que lo conocen y creen en él, de la misma manera decimos: Nuestro pan, ya que Cristo es el pan de los que entramos en contacto con su cuerpo.
Pedimos que se nos dé cada día este pan, a fin de que los que vivimos en Cristo y recibimos cada día su eucaristía como alimento saludable no nos veamos privados, por alguna falta grave, de la comunión del pan celestial y quedemos separados del cuerpo de Cristo, ya que él mismo nos enseña: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo.
Por lo tanto, si él afirma que los que coman de este pan vivirán eternamente, es evidente que los que entran en contacto con su cuerpo y participan rectamente de la eucaristía poseen la vida; por el contrario, es de temer, y hay que rogar que no suceda así, que aquellos que se privan de la unión con el cuerpo de Cristo queden también privados de la salvación, pues el mismo Señor nos conmina con estas palabras: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Por eso pedimos que nos sea dado cada día nuestro pan, es decir, Cristo, para que todos los que vivimos y permanecemos en Cristo no nos apartemos de su cuerpo que nos santifica.
Después de esto, pedimos también por nuestros pecados, diciendo: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados.
Esta petición nos es muy conveniente y provechosa, porque ella nos recuerda que somos pecadores, ya que, al exhortarnos el Señor a pedir el perdón de los pecados, despierta con ello nuestra conciencia. Al mandarnos que pidamos cada día el perdón de nuestros pecados, nos enseña que cada día pecamos, y así nadie puede vanagloriarse de su inocencia ni sucumbir al orgullo.
Es lo mismo que nos advierte Juan en su carta, cuando dice: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es el Señor para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad.
Dos cosas nos enseña en esta carta: que hemos de pedir el perdón de nuestros pecados, y que esta oración nos alcanza el perdón. Por esto dice que el Señor es fiel, porque él nos ha prometido el perdón de los pecados y no puede faltar a su palabra, ya que, al enseñarnos a pedir que sean perdonados nuestras ofensas y pecados, nos ha prometido su misericordia paternal y, en consecuencia, su perdón.

miércoles, 21 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 9,6-11



REFLEXIÓN

Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios

En todas las cosas, el rumbo es la conciencia. Ella es histórica y se desarrolla en un proceso de profundidad.

Ella es la voz de Dios, pero requiere discernimiento: una forma del amor de calidad. La generosidad no está reñida con el amor discreto.

En la ética cristiana, es el núcleo de la evangelización, porque es allí donde se produce la conversión constante.

Los sistemas de poder que se han ido desarrollando en la historia humana no han aprendido a lidiar con la conciencia como santuario de la decisión libre.

Entre los sistemas de poder hay que contar iglesias y religiones donde se abusa contra el respeto a la dignidad de la conciencia.

Incluso la propia conciencia se enajena como sistema de poder cuando no se desarrolla mediante un discernimiento evangélico.

teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: "Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta."

Solo que hemos de revisar y corregir, si es el caso. No sea por una afición desordenada o un apego indebido que no produzca escándalo. Por amiguismo, placer u otro modo de corrupción o corruptela.

Siempre seréis ricos para ser generosos

Según esto no hemos de temer la solidaridad de la justicia. Pero nos hemos de comprometer con la conciencia discreta para purificar los desórdenes existentes que siempre están a la puerta. Se requiere vigilancia.

Salmo responsorial: 111



REFLEXIÓN

Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón sus mandatos

Porque temerlo es tomar su amor en serio, como un compromiso de por vida, y consultarlo siempre, aun en caso de desorden.

Si estamos en un callejón sin salida, porque no parece haber otro derrotero, Él debe saberlo por sí y por mí, como el único que puede intervenir favorablemente y convertir la situación en positiva para la salvación y que de fruto para el reino.

Como en el caso  de su Hijo, cuya cruz y sacrificio, fue la fuente de nueva vida.

Reparte limosna a los pobres; / su caridad es constante, sin falta,

Una caridad que no discrimina, en lo cual nunca nos graduaremos y seremos estudiantes siempre.

Mateo 6,1-6.16-18



REFLEXIÓN

como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente con el fin de ser honrados por los hombres

Limosna, oración y ayuno: la ética judía transformada en cristiana por el secreto y el anonimato.

Se evita así la apariencia y engaño de justicia, por la justicia en sí.

Como fermento en la masa, el testimonio hace su efecto, por el acompañamiento del Padre a esta conducta, que sobre todo es sincera para con Él.

En algunas expresiones de solidaridad activista social se echa de ver un prurito de exhibicionismo ante las cámaras de los medios de comunicación social, como justos ante los hombres, mientras entre ellos mantienen la injusticia en otras formas.

En el tiempo de Jesús se daba el fenómeno de santones y hombres de Dios, porque en una estructura social teocrática, todo lo que indicara relación sobresaliente con los símbolos divinos ayudaba a la buena fama, al éxito y la prosperidad.

Es interesante que Jesús no se suma a esa corriente, entre los que destacaban los fariseos, los separados santones públicos.

La arrogancia y el menosprecio de los ignorantes de la ley, tenidos por pecadores, era su marca distintiva.

En nuestro tiempo no hay santones religiosos, sino sociales y economistas.

Con la predicación demagógica sobre la pobreza por un lado, o sobre las maravillas del capital por otro, en su anuncio, pretenden constituirse en el perfil de la nueva sociedad.

Y una vez se constituyen en poder, avasallan toda conciencia recta construída en el discernimiento.

cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha

Se observa en alguno miembros religiosos una modestia de cuerpo u organización, una discreción colectiva, sobre el bien que se hace.

Parece una aplicación institucional del evangelio en cuanto hacer la justicia en lo secreto donde solo el Padre lo ve y recompensa.

cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará

El Padre recompensa desde ya confiriendo por fe una visión sobre la vida, la realidad, el mundo que por sí misma se sostiene como auténtica.

Se trata de una consistencia interna que se expresa en serenidad y paz, casi todo el tiempo.

En estos días hay anhelos de figuración, de protagonismo.

Otros sienten haber sido olvidados y no ser ocupados, porque se ven todavía capaces.

No debemos olvidar el derrotero de la historia en manos del Señor, para hacer su voluntad.

Todo debe ser impregnado por esta convicción.

cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará

No creemos tanto en ese secreto y anonimato, del valor en sí, ante la mirada de Dios en los profundo, guardando la intención recta, sino en la publicidad del acto que llama la atención para denunciar, promover, coaccionar un valor, de un cambio social, por ejemplo.Es el significado de muchas huelgas de hambre, de tantas caras de lástima para mover a la solidaridad, pero todo falso.El evangelio defiende y promueve el valor que no se vende ni manipula para su aceptación.

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2Corintios 9,6-11

El valor que protege y estimula la orientación evangélica de dar con generosidad y no por ningún tipo de coacción o coerción, es la pureza del amor solidario que se aleja cuanto puede de cualquier interés egoísta y mezquino. El interés usurero es un ejemplo de lo que no cabe en la ética de solidaridad cristiana

Salmo responsorial: 111

Si tomamon a Dios en serio el cuenta en nuestra vida. Somos entonces, no seres solitarios a la deriva, sino acompañados de un Alguien favorable, amigable, amoroso, totalmente otro de cualquier amor conocido o por conocer. Es el Misterio o Desafío de Dios a nuestra existencia sin memoria.

Mateo 6,1-6.16-18

Para ser vistos, oidos, conocidos, visibilizados, tenidos en cuenta, protagónicos, prototipos, ejemplares…El pábulo a las tendencias narcisistas individuales y colectivas, que cercenan la vida social sana que consiste en la alteridad. Tantas caídas actuales de imagen institucional benéfica, salvadora, santa , puede ser la oportunidad de regresar al valor básico de la congruencia, sinceridad, coherencia, ciudadanía o santidad. Lo que muestra tanta crisis en tantos niveles y sociedades e individuos es la fatiga de una existencia corrupta, donde es cada vez mas difícil creer en la integridad de alguien.

 

BEATO CARLO



 De una Carta de san Luis Gonzaga, dirigida a su madre

(Acta Sanctorum Iunii 5, 878)

CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR

Pido para ti, ilustre señora, que goces siempre de la gracia y del consuelo del Espíritu Santo. Al llegar tu carta, me encuentro todavía en esta región de los muertos. Pero un día u otro ha de llegar el momento de volar al cielo, para alabar al Dios eterno en la tierra de los que viven. Yo esperaba poco ha que habría realizado ya este viaje antes de ahora. Si la caridad consiste, como dice san Pablo, en alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran, ha de ser inmensa tu alegría, madre ilustre, al pensar que Dios me llama a la verdadera alegría, que pronto poseeré con la seguridad de no perderla jamás.
Te he de confesar, ilustre señora, que al sumergir mi pensamiento en la consideración de la divina bondad, que es como un mar sin fondo ni litoral, no me siento digno de su inmensidad, ya que él, a cambio de un trabajo tan breve y exiguo, me invita al descanso eterno y me llama desde el cielo a la suprema felicidad, que con tanta negligencia he buscado, y me promete el premio de unas lágrimas, que tan parcamente he derramado.
Considéralo una y otra vez, ilustre señora, y guárdate de menospreciar esta infinita benignidad de Dios, que es lo que harías si lloraras como muerto al que vive en la presencia de Dios y que con su intercesión puede ayudarte en tus asuntos mucho más que cuando vivía en este mundo. Esta separación no será muy larga; volveremos a encontrarnos en el cielo, y todos juntos, unidos a nuestro Salvador, lo alabaremos con toda la fuerza de nuestro espíritu y cantaremos eternamente sus misericordias, gozando de una felicidad sin fin. Al morir, nos quita lo que antes nos había prestado, con el solo fin de guardarlo en un lugar más inmune y seguro, y para enriquecernos con unos bienes que superan nuestros deseos.
Todo esto lo digo solamente para expresar mi deseo de que tú, ilustre señora, así como los demás miembros de mi familia, consideréis mi partida de este mundo como un motivo de gozo, y para que no me falte tu bendición materna en el momento de atravesar este mar hasta llegar a la orilla en donde tengo puestas todas mis esperanzas. Así te escribo, porque estoy convencido de que ésta es la mejor manera de demostrarte el amor y respeto que te debo como hijo.

martes, 20 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 Martes 11 de tiempo ordinario

Año Impar

2Corintios 8,1-9



REFLEXIÓN

con toda espontaneidad e insistencia nos pidieron como un favor que aceptara su aportación en la colecta a favor de los santos.

En la caridad discreta de los ejercicios ignacianos, dar limosna con generosidad es un ministerio que ha de practicarse con apego a la indiferencia, y no a las personas.

se dieron a sí mismos

Más bien se necesita transformar cualquier relación personal en una donación de servicio al bien integral. Que no dañe el conjunto.

En esto es necesaria la intervención del Señor para sublimar las necesidades y deseos más egocéntricos que tengamos y conducirlas a un mayor desprendimiento para bien de todos.

nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza.

Es el sentido teológico de la pobreza auténtica: enriquecer a otros como Jesús.

En el combate contra la pobreza extrema y cualquier otra, el enfoque economicista es insuficiente, porque no busca modificar la valoración de las riquezas y bienes, para liberar cualquier posible apego posterior.

Por supuesto no se trata de seguir atando a los pobres a la resignación y el fatalismo en su condición.

Se trata de colaborar con la obra del reino de Dios, que hace felices a los pobres de corazón.

Salmo responsorial: 145



REFLEXIÓN

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, / el que espera en el Señor, su Dios

La dicha es definida por algún diccionario como ausencia de tropiezo.

No así con la dicha que proviene del esperanzado en el Señor, porque se da incluso en la pobreza.

Esto no significa hacer las paces con la injusticia y soportar resignadamente su victimización.

Porque la dicha del Señor en medio de la pobreza moviliza las fuerzas personales y colectivas para cambiar la situación por vías pacíficas, al estilo de Jesús.

Mateo 5,43-48



REFLEXIÓN

Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen

La enemistad puede venir de dentro de la familia, amigos, conocidos y grupos a los que se pertenece. Esto hace más duro de aceptar al enemigo.

Como Jesús, traicionado por Judas. Desprestigiado por su familia que lo tenía por loco.

haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian

Porque ellos son como el juicio de Dios, y la parte oscura de la ventana de Yohari: ven la sombra de nuestra vida y la repudian. Y si asimilamos su mensaje podemos integrar nuestra maldad y convertirla en luz.

que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos

No es el sol cósmico sino la luminosidad de su ser, que no tiene sombra. Es nuestro modelo.

Una justicia diferente, no selectiva, ni revanchista, ni discriminatoria.

si amáis a los os aman, ¿qué premio tendréis

sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto

Aprender del Ser que es transparencia en sumo grado.

Se trata de un llamado muy exigente, para trascender con lo natural: amistad, parentesco, correspondencia por bienes recibidos. E ir más allá en gratuidad y generosidad.

El Señor revelado por Jesús se muestra como Alguien que desborda nuestros límites y prejuicios. Y nos llama a crecer a su imagen y semejanza.

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2Corintios 8,1-9

Como signo de la presencia de Dios en la comunidad se muestra la alegría a pesar de las dificultades y la generosidad a pesar de la pobreza. Ir más allá de lo que parecía un límite invita a dar gracias por la fe que potencia la entrega .

Salmo responsorial: 145

Básicamente es el programa de Jesús anunciado al comienzo de su ministerio. Así él encarna, pone en ejecución, actualiza los anhelos de superación del que poco o nada puede por sí mismo y padece la opresión, el hambre, el cautiverio, la ceguera, el sufrimiento y la inestabilidad que conlleva una migración constante.

Mateo 5,43-48

Amar los enemigos es la novedad de esta nueva alianza, incluida para lograr la semejanza total con el Creador y Padre. El es total, perfecto porque da de todo a todos sin excepción. Implica nuestro constante ir más allá de la amistad, lo conocido, lo que nos favorece en nuestros intereses, y mirar por los descartados por cualquier odio, menosprecio o prejuicio. Es la prueba de ácido al amor auténtico que profesa el creyente de Jesús.

BEATO CARLO


 
Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor.

(Cap. 11-12: CSEL 3, 274-275)
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE


Cuán grande es la benignidad del Señor, cuán abundante la riqueza de su condescendencia y de su bondad para con nosotros, pues ha querido que, cuando nos pongamos en su presencia para orar, lo llamemos con el nombre de Padre y seamos nosotros llamados hijos de Dios, a imitación de Cristo, su Hijo; ninguno de nosotros se hubiera nunca atrevido a pronunciar este nombre en la oración, si él no nos lo hubiese permitido. Por tanto, hermanos muy amados, debemos recordar y saber que, pues llamamos Padre a Dios, tenemos que obrar como hijos suyos, a fin de que él se complazca en nosotros, como nosotros nos complacemos de tenerlo por Padre.
Sea nuestra conducta cual conviene a nuestra condición de templos de Dios, para que se vea de verdad que Dios habita en nosotros. Que nuestras acciones no desdigan del Espíritu: hemos comenzado a ser espirituales y celestiales y, por consiguiente, hemos de pensar y obrar cosas espirituales y celestiales, ya que el mismo Señor Dios ha dicho: Yo honro a los que me honran, y serán humillados los que me desprecian. Asimismo el Apóstol dice en una de sus cartas: No os pertenecéis a vosotros mismos; habéis sido comprados a precio; en verdad glorificad y llevad a Dios en vuestro cuerpo.
A continuación añadimos: Santificado sea tu nombre, no en el sentido de que Dios pueda ser santificado por nuestras oraciones, sino en el sentido de que pedimos a Dios que su nombre sea santificado en nosotros. Por lo demás, ¿por quién podría Dios ser santificado, si es él mismo quien santifica? Mas, como sea que él ha dicho: Sed santos, porque yo soy santo, por esto pedimos y rogamos que nosotros, que fuimos santificados en el bautismo, perseveremos en esta santificación inicial. Y esto lo pedimos cada día. Necesitamos, en efecto, de esta santificación cotidiana, ya que todos los días delinquimos, y por esto necesitamos ser purificados mediante esta continua y renovada santificación.
El Apóstol nos enseña en qué consiste esta santificación que Dios se digna concedernos, cuando dice: Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los rapaces poseerán el reino de Dios. Y en verdad que eso erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre de Jesucristo, el Señor, por el Espíritu de nuestro Dios. Afirma que hemos sido santificados en el nombre de Jesucristo, el Señor, por el Espíritu de nuestro Dios. Lo que pedimos, pues, es que permanezca en nosotros esta santificación y —acordándonos de que nuestro juez y Señor conminó a aquel hombre que él había curado y vivificado a que no volviera a pecar más, no fuera que le sucediese algo peor— no dejamos de pedir a Dios, de día y de noche, que la santificación y vivificación que nos viene de su gracia sea conservada en nosotros con ayuda de esta misma gracia.