viernes, 9 de septiembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 23 de tiempo ordinario Año Par

1Corintios 9, 16-19. 22b-27



REFLEXIÓN

 

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.

 

No tengo más remedio

 

Predicar no nace de cualquier impulso cuando se trata de la Palabra. Nace del corazón que anhela servir y comunicar la buena nueva de la salvación porque es un gozo.

 

¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

 

 

156

Es el predicamento del profeta, del apóstol, del misionero, del testigo.

 

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga

 

Es importante purificar la intención para hacerlo por convicción, no por alguna ventaja e interés.

 

si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio

 

No es que hacerlo duela o mortifique, sino que responde a un sentido de su enviado, de responsabilidad por el bien profundo de todos

 

Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos

 

No se trata de una popularidad de líder demagogo, sino del objetivo de ganar para el Reino.

 

hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes

 

No es una gratuidad tal que no nos importe participar en el bien de lo anunciado.

 

Si la palabra es un bien para otros, también lo es para mí y dedicarle fuerzas y amor, es dármelos a mi mismo.

 

157

mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio

 

En esta época hedonista sería suficiente asumir las debilidades y conflictos que trae el vivir a diario el reino.

 

Salmo responsorial: 83



REFLEXIÓN

 

mi corazón y mi carne / retozan por el Dios vivo.

 

Lo profundo en mí y lo externo, todo el ser. La carne también anhela a Dios y tendrá lo suyo.

 

Dichosos los que encuentran en ti su fuerza / al preparar su peregrinación

 

No es como cualquiera fuerza que mueve desde fuera, sino que transforma los estados de conciencia.

 

el Señor no niega sus bienes

 

A justos e injustos, añade el nuevo testamento

 

Lucas 6,39-42



REFLEXIÓN

 

¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

 

 

161

Pudiera estarse dando que somos ciegos conduciendo a otros ciegos, cuando nos aferramos o apegamos a nuestra ideología, filosofía, sabiduría, conocimiento, información, perspectiva o expresión de lenguaje, sin dejar ni el mínimo resquicioala autocrítica, revaloración, re evaluación,re formulación o arrepentimiento yreconocimientode un error.

 

Porque la soberbia es una ceguera, y la obediencia de fe es visión.

 

si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro

 

Estar en un aprendizaje tiene el riesgo de perder la perspectiva cuando se domina una etapa. Podemos alzarnos con lo que no es nuestro.

 

no reparas en la viga que llevas en el tuyo

 

Sin autocrítica que conduzca al cambio de mente es difícil ver ni mota ni ojo del hermano.

 

No aprendemos en los movimientos y activismo social, embriagados como estamos en la denuncia de la injusticia del otro.

 

162

Por eso caemos después en lo mismo que denunciamos.

 

¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano

 

O sea que somos hipócritas y que debo sacar mi viga que entorpece la visión correcta, para ver bien la mota y la pequeñez del otro que me saca de quicio y me hace intolerante.

 

Podría ser ciego por no ver, e hipócrita por no querer ver, pero pretender que veo para no dar mi brazo a torcer y rehuir el cambio necesario.

 

Hay situaciones en las que nos ensañamos con la culpabilidad de personas y colectivos, por el daño objetivo ocasionado, sin reconocer que no podemos ser sin más jueces puros e inocentes, sino que en todos tenemos algún grado de responsabilidad personal y social por acción u omisión.

 

Entonces brilla la sabiduría de la frase que dijo: el que esté sin pecado que tire la primera piedra.

 

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BEATO CARLO


 De los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella
(Sermón 11: PL 194, 1728-1729)
 
CRISTO NADA QUIERE PERDONAR SIN LA IGLESIA

 

Hay dos cosas que corresponden exclusivamente a Dios: el honor de recibir la confesión y el poder de perdonar los pecados. Por ello nosotros debemos manifestar a Dios nuestra confesión y esperar su perdón. Sólo a Dios corresponde el perdonar los pecados, por eso, sólo a él debemos confesar nuestras culpas. Pero, así como el Señor todopoderoso y excelso se unió a una esposa insignificante y débil -haciendo de esta esclava una reina y colocando a la que estaba bajo sus pies a su mismo lado, pues de su lado, en efecto, nació la Iglesia y de su lado la tomó como esposa-, y así como lo que es del Padre es también del Hijo y lo que es del Hijo es también del Padre -a causa de la unidad de naturaleza de ambos-, así, de manera parecida, el esposo comunicó todos sus bienes a aquella esposa a la que unió consigo y también con el Padre. Por ello, en la oración que hizo el Hijo en favor de su esposa, dice al Padre: Quiero, Padre, que, así como tú estás en mí y yo en ti, sean también ellos una cosa en nosotros.

 El esposo, por tanto, que es uno con el Padre y uno con la esposa, destruyó aquello que había hallado menos santo en su esposa y lo clavó en la cruz, llevando al leño sus pecados y destruyéndolos por medio del madero. Lo que por naturaleza pertenecía a la esposa y era propio de ella lo asumió y se lo revistió, lo que era divino y pertenecía a su propia naturaleza lo comunicó a su esposa. Suprimió, en efecto, lo diabólico, asumió lo humano y le comunicó lo divino, para que así, entre la esposa y el esposo, todo fuera común. Por ello el que no cometió pecado ni le encontraron engaño en su boca pudo decir: Misericordia, Señor, que desfallezco. De esta manera participa él en la debilidad y en el llanto de su esposa y todo resulta común entre el esposo y la esposa, incluso el honor de recibir la confesión y el poder de perdonar los pecados; por ello dice: Ve a presentarte al sacerdote.

La Iglesia, pues, nada puede perdonar sin Cristo, y Cristo nada quiere perdonar sin la Iglesia. La Iglesia solamente puede perdonar al que se arrepiente, es decir, a aquel a quien Cristo ha tocado ya con su gracia. Y Cristo no quiere perdonar ninguna clase de pecados a quien desprecia a la Iglesia. Por lo tanto, no debe separar el hombre lo que Dios ha unido. Gran misterio es éste; pero yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

 No te empeñes, pues, en separar la cabeza del cuerpo, no impidas la acción del Cristo total, pues ni Cristo está entero sin la Iglesia ni la Iglesia está íntegra sin Cristo. El Cristo total e íntegro lo forman la cabeza y el cuerpo, por ello dice: Nadie ha subido al cielo, sino el Hijo del hombre, que está en el cielo. Éste es el único hombre que puede perdonar los pecados.


EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


          [135] PREAMBULO PARA CONSIDERAR ESTADOS.

Preámbulo. Ya considerando el exemplo que Christo nuestro Señor nos ha dado para el primer estado, que es en custodia de los mandamientos, siendo él en obediencia a sus padres, y asimismo para el 2º, que es de perfección evangélica, quando quedó en el templo, dexando a su padre adoptivo y a su madre natural, por vacar en puro servicio de su Padre eternal; comenzaremos juntamente contemplando su vida, a investigar y a demandar en qué vida o estado de nosotros se quiere servir su divina majestad; y assí para alguna introducción dello, en el primer exercicio siguiente veremos la intención de Christo nuestro Señor y, por el contrario, la del enemigo de natura humana; y cómo nos debemos disponer para venir en perfección en cualquier estado o vida que Dios nuestro Señor nos diere para elegir.

REFLEXIÓN

[135] Se anuncia la bifurcación de la llamada de Jesús a servir con perfección en cualquier camino al que nos elija. Ya se ha orado sobre la vida de familia en el accionar de Jesús y ahora nos disponemos a conocer con la mayor libertad y generosidad posibles su servicio apostólico.

jueves, 8 de septiembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Natividad de la Virgen María

Miqueas 5,1-4ª



REFLEXIÓN

pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel

El oráculo cumple su cometido de animar la esperanza.

Belén fue el sitio donde se enterró a Raquel, esposa de Jacob, madre de José y Benjamín. Aunque José no era el primogénito, era el favorito de Jacob y Raquel la mujer que amó por encima de Lía.

En esta narración se vuelve sobre el tema del menor preferido al mayor, que tenía el derecho de primogenitura.

Belén también será el lugar de unción del rey David, a su vez un hijo no primogénito, pero el más grande en Israel, en todos los tiempos.Un paradigma de grandeza, gloria y mesianismo según muchas fuentes bíblicas.

Todo esto citado en tiempo del ministerio profético de Miqueas tiene el valor de un mensaje de esperanza a pesar de las denuncias de injusticias contra los campesinos empobrecidos de Judá.

pastoreará con la fuerza del Señor

y éste será nuestra paz.

El nombre de Jerusalén en su etimología para algunos está vinculado a paz. Actualmente es una ciudad reclamada por religiones diferentes que juntas hacen la mayoría de la humanidad y no se ponen de acuerdo entre sí para convivir pacíficamente, como una paradoja.

Es más que nada símbolo de un lugar que será destinada a la paz de los pueblos, a la estabilidad, a la seguridad y a la prosperidad (shalom)

Salmo responsorial: 12



REFLEXIÓN

alegra mi corazón con tu auxilio

Su auxilio puede sentirse en la sensibilidad solidaria con la suerte de los menos favorecidos, como los campesinos que pierden sus tierras, su medio de sustento y emigran a la gran urbe para subsistir.

Allí serán pasto de la violencia de la ciudad y hasta se incorporarán a ella, agravando las inseguridad.

Y este abandono forzado del campo repercutirá en el desarrollo de la riqueza alimentaria, redundando en mal de muchos otros.

El mal de algunos se puede convertir en mal de muchos y erosionar el bien común.

cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

“Un corazón arrepentido” puede ser completado por un “corazón agradecido”… tú no lo desprecias.

Mateo 1,1-16.18-23



REFLEXIÓN

Genealogía de Jesucristo

Aquí tenemos la presentación de Jesús en su árbol genealógico, cuya función es la vinculación de su historia personal con la historia de un pueblo y su cultura, y por lo mismo, identificarlo con la esperanza de un bien común concreto.

Cómo planteamos hoy desde el árbol genealógico de Jesús de Nazareth, la esperanza y redención en el nuestro propio y su vinculación con nuestro apropiado bien común.?

Porque el árbol de Jesús es la muestra de raíces que se mantienen transmisoras de vida no obstante las malas fibras que contienen. Porque todos tenemos en nuestra historia genealógica, nos lo dicen los descubrimientos genéticos actuales, lo bueno lo malo y lo feo.

Así Jesús emerge como transimor de vida por misericordia del Padre, superando sus limitados antecesores.

Esta gracia elevadora de la naturaleza se muestra en María, quien asume la maternidad sin forzar su virginidad.

De José, quien asume esa maternidad, superando la cultura que lo ve como un adulterio.

Y Jesús surge como nuevo David, recapitulando toda la esperanza de justicia que viene recorriendo su árbol genealógico.

esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto

tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados

Las apariencias están en contra de su inocencia. Es posible que afrontara el repudio social.

Jesús pasará por un bastardo, José por un marido traicionado y ella por estar involucrada en adulterio.

Pasó así en el pasado con elegidos del Señor para llevar su palabra.

En su carne sufrieron circunstancias que los exponían al escarnio, aunque escandalosamente eran signos del Señor.

Así el orden de la convivencia humana no es un absoluto. Está relativizado frente al designio del Señor.

Todos estamos llamados a un designio amoroso de plenitud, cuya encarnación pasa por circunstancias que no coinciden con la sabiduría de este mundo, sino con la de Jesús crucificado.

La salvación más profunda, radical, completa e integral de todas.

Se requiere visión de fe para asumirla, vivirla y practicarla hasta el fin.

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BEATO CARLO

De las Disertaciones de san Andrés de Creta, obispo
(Disertación 1: PG 97, 806-810)
 
LO ANTIGUO HA PASADO, LO NUEVO HA COMENZADO

 

Cristo es el término y el fin de la ley mosaica; él nos hace pasar de la esclavitud de esta ley a la libertad del espíritu. La ley tendía hacia él como a su complemento; y él, como supremo legislador, da cumplimiento a su misión, transformando en espíritu la letra de la ley. De este modo, hacía que todas las cosas lo tuviesen a él por cabeza. La gracia es la que da vida a la ley y, por esto, es superior a la misma, y de la unión de ambas resulta un conjunto armonioso, conjunto que no hemos de considerar como una mezcla, en la cual alguno de los dos elementos citados pierda sus características propias, sino como una transmutación divina, según la cual todo lo que había de esclavitud en la ley se cambia en suavidad y libertad, de modo que, como dice el Apóstol, no vivamos ya esclavizados por los «elementos del mundo» ni sujetos al yugo y a la esclavitud de la ley.

 

Éste es el compendio de todos los beneficios que Cristo nos ha hecho; ésta es la revelación del designio amoroso de Dios: su anonadamiento, su encarnación y la consiguiente divinización del hombre. Convenía, pues, que esta fulgurante y sorprendente venida de Dios a los hombres fuera precedida de algún hecho que nos preparara a recibir con gozo el gran don de la salvación. Y éste es el significado de la fiesta que hoy celebramos, ya que el nacimiento de la Madre de Dios es el exordio de todo este cúmulo de bienes, exordio que hallará su término y complemento en la unión del Verbo con la carne que le estaba destinada. El día de hoy nació la Virgen; es luego amamantada y se va desarrollando; y es preparada para ser la madre de Dios, rey de todos los siglos.

 

Un doble beneficio nos aporta este hecho: nos conduce a la verdad y nos libera de una manera de vivir sujeta a la esclavitud de la letra de la ley. ¿De qué modo tiene lugar esto? Por el hecho de que la sombra se retira ante la llegada de la luz, y la gracia sustituye a la letra de la ley por la libertad del espíritu. Precisamente la solemnidad de hoy representa el tránsito de un régimen al otro, en cuanto que convierte en realidad lo que no era más que símbolo y figura, sustituyendo lo antiguo por lo nuevo.

 

Que toda la creación, pues, rebose de contento y contribuya a su modo a la alegría propia de este día. Cielo y tierra se aúnen en esta celebración, y que la festeje con gozo todo lo que hay en el mundo y por encima del mundo. Hoy, en efecto, ha sido construido el santuario creado del Creador de todas las cosas, y la creación, de un modo nuevo y más digno, queda dispuesta para hospedar en sí al supremo Hacedor.


 

EJERCICIOS ESPIRITUALES





 [132] 2º día. El segundo día, tomar por primera y segunda contemplación la presentación en el templo, núm. [268], y la huyda como en destierro a Egipto, núm. [269], y sobre estas dos contemplaciones se harán dos repeticiones y el traer de los cinco sentidos sobre ellas de la misma manera que se hizo el día precedente.

[133] Notal. Algunas veces aprovecha, aunque el que se exercita sea recio y dispuesto, el mudarse desde este 2º día hasta el 4º inclusive para mejor hallar lo que desea, tomando sola una contemplación en amaneciendo y otra a la hora de missa, y repetir sobre ellas a la hora de vísperas, y traer los sentidos antes de cena.

REFLEXIÓN

 [132] [133] El sentido de aprovechar debe estar como criterio en todo cambio que se disponga en los ejercicios. No es el capricho, sino el mayor provecho.

[134] 3º día. El tercero día, cómo el niño Jesú era obediente a sus padres en Nazaret, núm. [271], y cómo después le hallaron en el templo, núm. [272] y así consequenter hacer las dos repeticiones y traer los cinco sentidos.

REFLEXIÓN

[134] Puedo ir tomando las historias evangélicas seleccionadas ya por Ignacio, para llevarlas de dos o de una en la oración. Deben guardarse las repeticiones por lo que anteriormente se dijo sobre su sentido y la aplicación de sentidos, que es una oración más integral, que toma en cuenta los sentidos corporales para aplicarlos a la dimensión del espíritu.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 23 de tiempo ordinario Año Par

I Corintios 7, 25-31



REFLEXIÓN

 

Pero estos tales sufrirán la tribulación(thlipsis)de la carne.

 

La unión carnal es un bien, como realidad de este mundo. Luego el mundo es un bien. El mundo no es un mal. Una diferencia abismal con respecto al odio del mundo de la filosofía griega y de los primeros anacoretas.

 

Sin embargo éstos tampoco negaban el bien en el mundo, pero no canonizaban el mundo en cuanto tal.

 

Pablo como judío ama el mundo como creación de Dios y entre los bienes del mundo está la unión carnal.

 

 

140Solo que como los bienes de este mundo tiene sus tribulaciones, sus conflictos, porque está de por medio la unión de voluntades, de libertades, que es una conquista, una tarea, un don procesual.

 

Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

 

La mejor disposición para llevar a cabo esta conquista es caer en cuenta del mundo que pasa y no dura para siempre. Una lección que muchos no aprenden sino hasta el final de sus días, con amargura.

 

Y de esa convicción o previsión se extrae la lección fundamental de no asirse, no apoderarse, no aferrarse sino liberarse. Vivir los bienes con la sabiduría del peregrino: el que está de paso.

 

3.  Nos podemos preguntar: ¿Qué «tribulaciones de la carne» tenía Pablo en el pensamiento? Cristo hablaba sólo de los sufrimientos (o «aflicciones») que padece la mujer cuando ha de dar «a luz al hijo», subrayando a la vez la alegría (cf. Jn 16, 21) con que se regocija en compensación de estos sufrimientos, después del nacimiento del hijo: la alegría de la maternidad. En cambio, Pablo escribe sobre las «tribulaciones del cuerpo» que esperan a los casados. ¿Acaso será ésta la expresión de una aversión personal del Apóstol hacia el

 

141matrimonio? En esta observación realista hay que ver una advertencia justificada a quienes —como a veces los jóvenes— piensan que la unión y convivencia conyugal han de proporcionarles sólo felicidad y gozo. La experiencia de la vida demuestra que no rara vez los cónyuges quedan desilusionados respecto de lo que principalmente se esperaban. El gozo de la unión lleva consigo también las «tribulaciones de la carne», sobre las que escribe el Apóstol en la Carta a los Corintios. Con frecuencia son «tribulaciones» de naturaleza moral. Si él quiere decir con esto que el verdadero amor conyugal —aquel precisamente por el que «el hombre... se adherirá a su mujer y vendrán a ser los dos una sola carne» (Gén 2, 24)— es al mismo tiempo un amor difícil, ciertamente se mantiene dentro del terreno de la verdad evangélica y no hay razón alguna para descubrir aquí síntomas de la actitud que caracterizaría más tarde al

 

maniqueísmo. ( JUAN PABLO II AUDIENCIA GENERAL Miércoles 30 de junio de 1982)

 

Salmo Responsorial: 44



REFLEXIÓN

 

Escucha, hija, mira: inclina el oído, / olvida tu pueblo y la casa paterna; / prendado está el rey de tu belleza:

 

Porque no nos liberamos para el duelo de la pérdida de unos bienes, sino para el encuentro definitivo del Padre que colmará todo deseo.

 

"A cambio de tus padres, tendrás hijos, / que nombrarás príncipes por toda la tierra."

 

En la ley común de la existencia por la unión carnal se dejan los padres y se adquiere descendencia. Un bien reemplaza otro, en una escalada hacia la plenitud, que se fundamenta en la esperanza.

 

142Es un proceso que nos advierte de un horizonte mayor, más allá de esa unión, que consiste en la unión divina.

 

Lucas 6,20-26



REFLEXIÓN

 

Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios

 

Despojados de la ambición, de la avaricia y la acumulación de bienes de cualquier tipo, entienden cuál y cómo es el reinar de Dios.

 

La dinámica de su dominio está en el compartir.

 

Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados

 

Porque la palabra que sale de la boca de Dios será la que los sacie.

 

Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis

 

Hay promesa y esperanza que tras el dolor vendrá la alegría. Tras la desolación la consolación.

 

Nuestro tiempo está dedicando especial concentración de atención y cuidado a la realidad social de los despojados de bienes de este mundo.

 

Se insiste con razón que la creación es para que todos vivan a

146plenitud los bienes de la vida y que no existan excluidos porque si no se viola sus derechos al bienestar material, y su derecho a la felicidad de este mundo.

 

Lo que podemos olvidar o menospreciar cuando insistimos en este enfoque es la felicidad y dicha anunciada a los que asumen la falta de posesión como una liberación para el mundo venidero y se abren en su carencia a la dicha de la unión definitiva con el Padre.

 

Esto también es evangelio, buena nueva. Y si dejamos de señalar el Principio y fundamento, fallamos en la consistencia de nuestra misión.

 

Por eso en los ejercicios espirituales ignacianos se abre al horizonte último de la unión desde el principio, y se cierra con la metodología y proceso de peregrinaje en la Contemplación para alcanzar amor.

 

Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre-

147Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo

 

Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas

 

Lo que acarrea vivir en contracultura de la idolatría circundante. Lo que acarrea vivir la palabra y significarla en un estilo de vida.

 

Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas."

 

Los ayes o lamentaciones, al estilo profético, no son maldiciones, sino dolor, como el de Jesús cuando llora sobre Jerusalén, porque el estilo de vida idólatra no cesa ni cesará, y el camino de vida para muchos se perderá.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1567488056533327872?s=20&t=wgGZodV0aMPuPLgG97QDMg

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Miércoles, XXIII semana

San Bernardo Sermón 5 sobre diversas materias 4-5

Vigilemos en pie, apoyándonos con todas nuestras fuerzas en la roca firmísima que es Cristo, como está escrito: Afianzó mis pies sobre roca, y aseguró mis paso. Apoyados y afianzados en esta forma, veamos qué nos d ce y qué decimos a quien nos pone objeciones.

REFLEXIÓN

La fortaleza de Jesús a quienes ponen su fe en él, no es la fortaleza de ellos, sino de él. Quien resistió hasta el final afrontando objeciones a su misión, incluso asumiendo, sobrellevando y sobreviviendo su repudio final, porque con él está la firmeza de su Padre, el creador. Por lo tanto, hacer frente a las objeciones contra su evangelio es el carisma del fiel bautizado y confirmado. Sólo que hay que empoderarlo.

Amadísimos hermanos, éste es el primer grado de la contemplación: pensar constantemente qué es lo que quiere el Señor, qué es lo que le agrada, qué es lo que resulta aceptable en su presencia. Y, pues todos faltamos menudo, y nuestro orgullo choca contra la rectitud de la voluntad del Señor, y no puede aceptarla ni ponerse de acuerdo con ella, humillémonos bajo la poderosa mano de Dios altísimo y esforcémonos en poner nuestra miseria a la vista de su misericordia, con estas palabras: Sáname, Señor, y quedaré sano; sálvame y quedaré a salvo. Y también aquellas otras: Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti.

REFLEXIÓN

Empoderar el carisma de la firmeza ante las objeciones, pasa por reconocer que la debilidad y la vulnerabilidad son nuestros acompañantes natos, y es preciso confesarlos humildemente ante la misericordia del Padre de Jesús.

Una vez que se ha purificado la mirada de nuestra alma con esas consideraciones, ya no nos ocupamos con amargura en nuestro propio espíritu, sino en el espíritu divino, y ello con gran deleite. Y ya no andamos pensando cuál sea la voluntad de Dios respecto a nosotros, sino cuál sea en sí misma. Y, ya que la vida está en la voluntad del Señor, indudablemente lo más provechoso y útil para nosotros será lo que está en conformidad con la voluntad del Señor. Por eso, si nos proponemos de verdad conservar la vida de nuestra alma, hemos de poner también verdadero empeño en no apartarnos lo más mínimo de la voluntad divina.

REFLEXIÓN

Nos salimos del círculo tóxico de nosotros mismos y nuestro victimismo y alzamos la vista a los intereses de todos en el mundo, ante quienes somos testigos del amor del Padre y su fortaleza, y en el que se nos muestra cómo debe ser nuestro servicio.

Conforme vayamos avanzando en la vida espiritual, siguiendo los impulsos del Espíritu, que ahonda en lo más íntimo de Dios, pensemos en la dulzura del Señor, qué bueno es en sí mismo. Pidamos también, con el salmista, gozar de la dulzura del Señor, contemplando, no nuestro propio corazón, sino su templo, diciendo con el mismo salmista: Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo.

REFLEXIÓN

La dulzura del Señor deberá mitigar nuestro esfuerzo y dificultad por seguirlo, no la autojustificación de nuestra debilidad.