sábado, 1 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

SABADO 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 18,1-15



REFLEXIÓN

¿Hay algo difícil para Dios?

Muestra su intervención por caminos insospechados pero siempre de verdad, justicia y amor.

Interleccional: Lucas 1



REFLEXIÓN

ha mirado la humillación de su esclava

El Señor ha mirado la humillación de tantas mujeres fieles pero engañadas y ha derribado nuestra actitud injusta de machos egoístas.

Y su misericordia llega a sus fieles

Si sabemos aguardar con fe y paciencia

Mateo 8,5-17



REFLEXIÓN

"Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho".

"Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe

Seguramente el criado o esclavo podría ser israelita, con lo cual los contrastes se acentuaban. Porque un pagano, un perro infiel, cuida de un inferior en la escala social e israelita, y encima deposita su confianza de curación en otro israelita como Jesús: tiene que vivir una fe paradigmática, rompedora de límites y prejuicios.

"Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.

El Señor Jesús como el Padre miran hacia nuestros más caros anhelos de felicidad, perfección, realización.

Necesitamos fe para que su intervención nos ayude a concretar.

Una fe amorosa que nos disponga a superar nuestra falta de amor.

Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "El tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades

Jesús alabó una fe solidaria, como la de él.

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Génesis 18,1-15

Abraham cree, Sara se rie y lo niega. Un contraste de fe y confianza. En esto María resulta el cumplimiento de la figura, la pura de corazón que ve a Dios y se fía.

Interleccional: Lucas 1

María resume la actitud orante fe y acción de gracias. Disponibilidad aunque no sepa cómo serán los detalles. Incluso deba crecer en el tiempo esa fe inicial.

Mateo 8,5-17

Dos figuras de fe ejemplar. El centurión romano, que no se siente digno que Jesús llegue hasta su casa, pero se fía que a distancia se logre la sanación. Y la mujer suegra de Pedro, que curada le servía. No hay estatus en la posesión de la fe, ni siquiera es posesión. Es un don que hay que cuidar y enriquecer, pero no un privilegio ante Dios.

BEATO CARLO

 
FELICES LOS DE CORAZÓN PURO PORQUE VEN A DIOS
De las Homilías de san Gregorio de Nisa, obispo.
(Homilía 6 Sobre las bienaventuranzas: PG 44, 1270-1271)


DIOS PUEDE SER HALLADO EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE

La salud corporal es un bien para el hombre; pero lo que interesa no es saber el porqué de la salud, sino el poseerla realmente. En efecto, si uno explica los beneficios de la salud, mas luego toma un alimento que produce en su cuerpo humores malignos y enfermedades, ¿de qué le habrá servido aquella explicación, si se ve aquejado por la enfermedad? En este mismo sentido hemos de entender las palabras que comentamos, o sea, que el Señor llama dichosos no a los que conocen algo de Dios, sino a los que lo poseen en sí mismos. Dichosos, pues, los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Y no creo que esta manera de ver a Dios, la del que tiene el corazón limpio, sea una visión externa, por así decirlo, sino que más bien me inclino a creer que lo que nos sugiere la magnificencia de esta afirmación es lo mismo que, de un modo más claro, dice en otra ocasión: El reino de Dios está dentro de vosotros; para enseñarnos que el que tiene el corazón limpio de todo afecto desordenado a las creaturas contempla, en su misma belleza interna, la imagen de la naturaleza divina.

Yo diría que esta concisa expresión de aquel que es la Palabra equivale a decir: «Oh vosotros, los hombres en quienes se halla algún deseo de contemplar el bien verdadero, cuando oigáis que la majestad divina está elevada y ensalzada por encima de los cielos, que su gloria es inexplicable, que su belleza es inefable, que su naturaleza es incomprensible, no caigáis en la desesperación, pensando que no podéis ver aquello que deseáis.»

Si os esmeráis con una actividad diligente en limpiar vuestro corazón de la suciedad con que lo habéis embadurnado y ensombrecido, volverá a resplandecer en vosotros la hermosura divina. Cuando un hierro está ennegrecido, si con un pedernal se le quita la herrumbre, en seguida vuelve a reflejar los resplandores del sol; de manera semejante, la parte interior del hombre, lo que el Señor llama el corazón, cuando ha sido limpiado de las manchas de herrumbré contraídas por su reprobable abandono, recupera la semejanza con su forma original y primitiva y así, por esta semejanza con la bondad divina, se hace él mismo enteramente bueno.

Por tanto, el que se ve a sí mismo ve en sí mismo aquello que desea, y de este modo es dichoso el limpio de corazón, porque al contemplar su propia limpieza ve, como a través de una imagen, la forma primitiva. Del mismo modo, en efecto, que el que contempla el sol en un espejo, aunque no fije sus ojos en el cielo, ve reflejado el sol en el espejo, no menos que el que lo mira directamente, así también vosotros —es como si dijera el Señor—, aunque vuestras fuerzas no alcancen a contemplar la luz inaccesible, si retornáis a la dignidad y belleza de la imagen que fue creada en vosotros desde el principio, hallaréis aquello que buscáis dentro de vosotros mismos.

La divinidad es pureza, es carencia de toda inclinación viciosa, es apartamiento de todo mal. Por tanto, si hay en ti estas disposiciones, Dios está en ti. Si tu espíritu, pues, está limpio de toda mala inclinación, libre de toda afición desordenada y alejado de todo lo que mancha, eres dichoso por la agudeza y claridad de tu mirada, ya que, por tu limpieza de corazón, puedes contemplar lo que escapa a la mirada de los que no tienen esta limpieza, y, habiendo quitado de los ojos de tu alma la niebla que los envolvía, puedes ver claramente, con un corazón sereno, un bello espectáculo. Resumiremos todo esto diciendo que la santidad, la pureza, la rectitud son el claro resplandor de la naturaleza divina, por medio del cual vemos a Dios

viernes, 30 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 17,1.9-10.15-22



REFLEXIÓN

"Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia con lealtad."

Hay diferentes significados-contenidos en este nombre dado a Dios en las tradiciones patriarcales.

Dejan conocer una divinidad que se destaca de otras en el ámbito inicial de los padres del pueblo hebreo.

Es una divinidad para caminar en lealtad y con quien se vinculan sus creyentes mediante un pacto.

Un pacto que se celebra con un gesto que en el comienzo pudo ser una medida de higiene: la circuncisión.

Que tal medida no resultara imprescindible para la relación sexual quedó demostrado                                                                                                                                                en la praxis que introdujo el cristianismo gentil al no circuncidarse.

Según Pablo debían más bien circuncidarse el corazón, lo profundo de la persona, y no tanto su exterior.

Se profundiza así la orientación evangélica de actuar por motivaciones de convicción de conciencia, más que por exterioridades.

Salmo responsorial: 127



REFLEXIÓN

Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien

La bonanza y el bienestar cotidiano de la vida se asocian fácilmente con una relación sana con Dios, a quien se toma en serio, se le ama y se espera de Él.

No habría que inhibirse y desconfiar de esa placidez, que significa la felicidad incompleta que en la vida se puede alcanzar normalmente.

No es ni humano ni divino vivir una perspectiva trágica y conflictiva, o culpabilizada porque una vida de bienestar resulte un egocentrismo.

Sin embargo la disponibilidad de la fe en el Señor nos lleva a la aceptación serena de las pruebas y dolores de crecimiento espiritual y madurez humana, mediante las cuales el Señor nos muestra su amor y nos invita a la generosidad.

Mateo 8,1-4



REFLEXIÓN

al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme." Extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida quedó limpio de la lepra

Jesús, parecido a Moisés pero superior, porque la lepra y los leprosos podían ser declarados impuros, si enfermaban, o puros si sanaban, pero no había prescripción para sanar.

Al sanarlo Jesús sacaba del encierro o liberaba del exilio al desdichado leproso, y así podía ser certificado por la ley para regresar a la comunidad.

Jesús no puso una ley aparte, sino que intervino para dar salud, que además significaba una salvación social, porque la Ley no tuvo más alternativa que declararlo puro y dejarlo volver a la comunidad.

Al otorgarle salud y salvación social, también lo liberó de la etiqueta pública de pecador, a la que se había hecho merecedor por ser leproso, porque toda enfermedad era efecto del pecado.

Así establece el relato de la Palabra la superioridad de Jesús sobre Moisés.

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Génesis 17,1.9-10.15-22

Cambio de nombre de Abraham, cambio de signo de alianza, cambio de nombre de Dios, con traza de préstamo cultural, en proceso de absorción a una divinidad diferente, interactiva, dialogal, promitente, actuando prodigiosamente. Es una elección de un casado sin descendencia propia porque su mujer es infértil, y consecuentemente el heredero sería alguien de otra estirpe. Una divinidad prodigiosa y espléndida con alguien frustrado en su destino común.

Salmo responsorial: 127

Ahora en vez de maldecir por una suerte frustrada es posible bendecir, y tener en común con tantos seres una vida de bienestar, regocijo, abundancia, amistad con Dios.

Mateo 8,1-4

Baja del monte de las bienaventuranzas el Nuevo Moisés y atiende un descartado de la sociedad religiosa que lo tiene por impuro y pecador. La fe en él es balbuciente, pero inicia su proceso de entrega a Jesús, quien le confirma que lo puede curar y lo quiere curar. Jesús lo habilita para incluirse en la sociedad y recuperar la vida social, y cumplir la ley que pretende cuidar la pureza de la vida.

 

 

BEATO CARLO

 

De las Homilías de san Gregorio de Nisa, obispo.
(Homilía 6 Sobre las bienaventuranzas: PG 44, 1266-1267)


LA ESPERANZA DE VER A DIOS

La promesa de Dios es ciertamente tan grande que supera toda felicidad imaginable. ¿Quién, en efecto, podrá desear un bien superior, si en la visión de Dios lo tiene todo? Porque, según el modo de hablar de la Escritura, ver significa lo mismo que poseer; y así, en aquello que leemos: Que veas la prosperidad de Jerusalén, la palabra «ver» equivale a tener. Y en aquello otro: Que sea arrojado el impío, para que no vea la grandeza del Señor, por «no ver» se entiende no tener parte en esta grandeza.

Por lo tanto, el que ve a Dios alcanza por esta visión todos los bienes posibles: la vida sin fin, la incorruptibilidad eterna, la felicidad imperecedera, el reino sin fin, la alegría ininterrumpida, la verdadera luz, el sonido espiritual y dulce, la gloria inaccesible, el júbilo perpetuo y, en resumen, todo bien.

Tal y tan grande es, en efecto, la felicidad prometida que nosotros esperamos; pero, como antes hemos demostrado, la condición para ver a Dios es un corazón puro, y, ante esta consideración, de nuevo mi mente se siente arrebatada y turbada por una especie de vértigo, por la duda de si esta pureza de corazón es de aquellas cosas imposibles y que superan y exceden nuestra naturaleza. Pues si esta pureza de corazón es el medio para ver a Dios, y si Moisés y Pablo no lo vieron, porque, como afirman, Dios no puede ser visto por ellos ni por cualquier otro, esta condición que nos propone ahora la Palabra para alcanzar la felicidad nos parece una cosa irrealizable. ¿De qué nos sirve conocer el modo de ver a Dios, si nuestras fuerzas no alcanzan a ello? Es lo mismo que si uno afirmara que en el cielo se vive feliz, porque allí es posible ver lo que no se puede ver en este mundo. Porque, si se nos mostrase alguna manera de llegar al cielo, sería útil haber aprendido que la felicidad está en el cielo. Pero, si nos es imposible subir allí, ¿de qué nos sirve conocer la felicidad del cielo sino solamente para estar angustiados y tristes, sabiendo de qué bienes estamos privados y la imposibilidad de alcanzarlos? ¿Es que Dios nos invita a una felicidad que excede nuestra naturaleza y nos manda algo que, por su magnitud, supera las fuerzas humanas?

No es así. Porque Dios no creó a los volátiles sin alas, ni mandó vivir bajo el agua a los animales dotados para la vida en tierra firme. Por tanto, si en todas las cosas existe una ley acomodada a su naturaleza, y Dios no obliga a nada que esté por encima de la propia naturaleza, de ello deducimos, por lógica conveniencia, que no hay que desesperar de alcanzar la felicidad que se nos propone, y que Juan y Pablo y Moisés, y otros como ellos, no se vieron privados de esta sublime felicidad, resultante de la visión de Dios; pues, ciertamente, no se vieron privados de esta felicidad ni aquel que dijo: Ahora me aguarda la corona merecida, que el Señor, justo juez, me otorgará, ni aquel que se reclinó sobre el pecho de Jesús, ni aquel que oyó de boca de Dios: Te he conocido más que a todos. Por tanto, si es indudable que aquellos que predicaron que la contemplación de Dios está por encima de nuestras fuerzas son ahora felices, y si la felicidad consiste en la visión de Dios, y si para ver a Dios es necesaria la pureza de corazón, es evidente que esta pureza de corazón, que nos hace posible la felicidad, no es algo inalcanzable. Los que aseguran, pues, tratando de basarse en las palabras de Pablo, que la visión de Dios está por encima de nuestras posibilidades se engañan y están en contradicción con las palabras del Señor, el cual nos promete que, por la pureza de corazón, podemos alcanzar la visión divina.

jueves, 29 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

San Pedro y San Pablo apóstoles(29 de junio)

Hechos 12,1-11



REFLEXIÓN

oraba insistentemente a Dios por él

Orar insistentemente no equivale a desconfiar de la intervención del Señor. Es una mudanza contra la propia desconfianza, para que no se                                            apodere de nuestra profundidad.

Mantiene despierta la esperanza. Nos ubica en el misterio de la libertad del Señor, y en la aceptación creciente de su amor salvífico, al que hemos sido llamados a servir.

Orar con insistencia, como la viuda al juez injusto, como el desesperado a quien tiene la solución. Esa insistencia e intensidad en la oración es una de las manifestaciones de la comunidad                                  fraterna operativa. Rompe su inercia, sus límites propios y confinados, y exterioriza solidaridad espiritual. El mayor bien está en expresar -los orantes- el amor transformador que caracteriza sus existencias.

se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda

El ángel del Señor es el Señor que                nos ilumina como ninguno. El ángel que se disfraza de luz intenta engañarnos como si fuera el Señor.

Nuestro itinerario es caminar entre                              luces, unas del Señor y otras de su                            imitador. Si caminamos buscando el bien, el amor, la justicia, la                                fraternidad.

Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales nos provee de criterios para ayudarnos a distinguir con ayuda del Espíritu la autenticidad de la iluminación del Señor.

Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no  realidad.

La intervención salvífica del Señor en nuestra historia puede ser                                        de tal magnitud que la realidad que                                             estamos acostumbrados a gestionar pierde sus límites y consistencia, y somos invitados a entrar en otra dimensión de las cosas, personas y acontecimientos.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Bendigo al Señor en todo momento, / su alabanza está siempre en mi boca; / mi alma se gloría en el Señor: / que los humildes lo escuchen y se alegren

Los humildes son aquellos cuya actitud de fe los hace capaces de esperanza a pesar de la adversidad                                                   y vivir al límite de sus defensas.

Yo consulté al Señor, y me respondió, / me libró de todas mis ansias

La fe orante nos va calmando y serenando a su tiempo para darnos perspectivas alternas a las que nos  llevan a la desesperación. El sujeto orante se va transformando en sujeto creyente.

Un beneficio más que sicológico, una serenidad basada en su conducción, un abandono surgido del    dejarse llevar.

2Timoteo 4,6-8.17-18



REFLEXIÓN

Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es  inminente

El último momento de cualquier circunstancia mortal es propicio para recoger nuestras débiles y últimas fuerzas en el esfuerzo de la entrega de fe y esperanza, tal como Jesús nos enseñó en el Huerto.

He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe

Es el momento de sabernos fieles en el sentido de que hemos luchado por el reino de amor y justicia que                             inició Jesús de Nazareth.

Y que deploramos no haber sido más íntegros.

Por lo que pedimos de su misericordia que nos perdone.

Mateo 16,13-19



REFLEXIÓN

Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

El sondeo muestra diversidad de opiniones y expectativas. Es la mirada desde afuera y sin mayor compromiso.

"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

La confesión de Pedro es la expresión de un conocimiento diferente, formado al calor de la   convivencia y el Espíritu.

Se nos insta a personalizar y trascender en la confesión que hagamos en nuestra existencia sobre                                           Jesús de Nazareth.

Porque muchos pueden decir, pero    es importante que yo diga, que yo confiese, que rubrique con mi energía vital mi adhesión a Jesús.

Con una fuerza tal que deposite en                                           ella el peso de lo absoluto, hasta donde un yo contingente es capaz.

Por lo tanto con una confesión contingente declaro mi adhesión a Jesús como un absoluto radical, un   radical trascendente.

Esa fuerza, cuando se da en la existencia, es proclamada y bendita                                        como inspirada por el amor del Espíritu de Dios en nosotros.

porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre  que está en el cielo

Más que una confesión dogmática y                                      antes de ella es una confesión de fe, que se construye desde la vivencia humana de Pedro sobre su maestro.

Si la confesión dogmática de un credo aleja sus raíces de esta convicción vivencial, se convierte en una fórmula institucional equiparable a una ley que no salva.

sobre esta piedra edificaré

En eso es líder Pedro: en la vivencia y la convivencia de la fe,que proclama en una confesión a                           Jesús como Hijo del Dios vivo.

Un verdadero Pedro es el que resiste el embate de la discrepancia contra la fe, tal como                                             es expresada.Puede no ser popular pero cuenta                                                            con la fortaleza del Señor.

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Hechos 12,1-11

El ángel que aparece en este momento crucial puede ser toda persona, animal o cosa que surge inédita y inesperadamente para aportar una salida a la encrucijada del creyente, del apóstol. Allí en eventos como éste se fundamenta nuestra esperanza de salvación oportuna e histórica, y la práctica de la oración incesante como Comunidad Eclesial que nos va transformando en creyentes auténticos.

Salmo responsorial: 33

Vivir la realidad del acompañamiento oportuno del Señor, que libra de angustias y temores, es importante para nuestra estabilidad de creyente en nuestro peregrinar por valles y llanuras.

2Timoteo 4,6-8.17-18

Cómo se puede anticipar que nos librará de todo riesgo en nuestro peregrinar? Haciendo fuerza en lo que ha sido hasta el momento su intervención en nuestra historia. Esta memoria agradecida es nuestro capital de sentido para mantenernos en marcha y vigilantes hasta el fin.

Mateo 16,13-19

El carácter único de este relato, diferente a los otros sinópticos, lo convierte en una bienaventuranza , felicidad o puesta en marcha, para la misión de la comunidad y su líder Roca, y sus líderes apóstoles de mantener en el tiempo la buena nueva de Jesús, contra cualquier poder, abriendo y cerrando con sabiduría el más allá.Pero no es cualquier revelación sino para los que se guían por Espíritu y no por carne y sangre.

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 295, 1-2. 4. 7-8: PL 38, 1348-1352)


ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN TESTIMONIO DE LO QUE HABÍAN VISTO

El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y, con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: Y yo te digo que tú eres Pedro. Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó: «Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia. Porque tú eres Pedro.» «Pedro» es una palabra que se deriva de «piedra», y no al revés. «Pedro» viene de «piedra», del mismo modo que «cristiano» viene de «Cristo».

El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: Quedan perdonados los pecados a quienes los perdonéis; quedan retenidos a quienes los retengáis.

En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles.

No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.

A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro.

En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en realidad una sola cosa, aunque fueran martirizados en días diversos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros, por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.

miércoles, 28 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 12 de tiempo ordinario

Año Impar

Génesis 15,1-12.17-18



REFLEXIÓN

Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber

un terror intenso y oscuro cayó sobre él

el Señor hizo alianza con Abrán

Estas palabras recogen una experiencia del Señor, su vivencia como fe, como terror, como alianza. Parece una experiencia paradójica, porque coexisten aspectos gratificantes y negativos, como si la realidad que los origina superara los límites y umbrales de nuestro conocimiento.

Sufrimiento en la vivencia del Señor es como un desafío a lo que suele ser la experiencia humana de alegría o tristeza. Es como invitación a una apertura a lo inexpresable o inefable. Es como la purificación de quien no es apto del todo para estar con El.

El ser humano, hombres y mujeres nacen con una actitud de fe. Es el don de Dios a Abraham, ratificado en Jesús de Nazareth.

Una fe que inicia en la confianza del amor que le rodea, con excepciones, desde el nacimiento de parte de sus figuras parentales.

Es el núcleo del capital humano. Su haber, su energía para gastar en proyectos y construcciones, que le llevarán toda la vida a través de muchas contingencias.

Y con esta fe en alianza con la Promesa se irá dando la esperanza de llegar a la comunión del amor Increado, a la comunidad perfecta del Padre, Hijo y Espíritu.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

Dad gracias al Señor

La alianza con el Señor mediante su palabra nos invita a mantenernos en la fe de su amor más allá de las contrariedades, conflictos, sufrimientos. Sin cruz de lucha no conocemos al Señor.

Mateo 7,15-20



REFLEXIÓN

"Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

En nuestro discernimiento cotidiano de hechos y personas debemos contar con criterios como el que nos ofrece esta Palabra evangélica. Mirar la calidad de frutos de un individuo u obra nos puede anticipar la calidad de persona que es.

Pero atravesamos una época compleja de enorme confusión de buenos y malos frutos, simultáneamente en el mismo sembrado.

Hemos de echar mano de otro criterio evangélico que nos dice no arrancar la mala hierba, para no arrancar también el fruto.

No podemos precipitarnos en juzgar, sino madurar en sabiduría, para que la Palabra muestre el superávit o el déficit de la buena voluntad del corazón.

Alguien que sabe de agricultura o mínimamente de plantas, ve que si una fruta es buena, el árbol o planta es bueno.

Entonces: ese árbol será bueno? Es el problema de la justificación, que sólo se resuelve en la misericordia del Señor, confiando en su justo juicio.

También el panorama puede hacerse complejo, en intrincado trenzado de lo bueno y lo malo: árboles que dan algunos frutos buenos, pero no todos.

Tal complejidad requiere una discernimiento espiritual que pondere y sopese el verdadero bien, el más urgente, el más universal, el más generoso y solidario.

Y una voluntaria purificación de todo apego y egoísmos detectado como injustificado y dañino para sí y para otros.

Por eso las escuelas clásicas de espiritualidad encomiaban el sacrificio asceta, para mantener una tendencia a la prontitud en tal purificación purgativa.

Con la mentalidad actual hedonista, que mira el sufrimiento como el mal por definición, se ha echado a pique la estrategia de alerta para detectar nuestra injusticia y proceder e extirparla.

Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos

Una relación fuera de ley de Dios, puede dar pie a buenas acciones. Pero también colateralmente a injusticias y sufrimiento a otros. Puede ser escándalo para la fe y el amor. Puede producir víctimas.

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Génesis 15,1-12.17-18

Una alianza con Abraham en la prehistoria de Israel, fundamenta su sentido de elección y la promesa de bienestar en la tierra prometida. Esta alianza revivida en Jesús, fundamenta la novedad de una vida que no termina, en un reino de bienaventuranzas aquí y para siempre. La alianza de Abraham, tiene algun precedente o referente en pueblos antiguos, como la maldición para el que viole: ser descuartizado.

Salmo responsorial: 104

Un vestigio histórico de la Alianza primera y su novedad en Jesús es la sucesión generacional hasta nuestros días que hace memoria y la celebra, manteniendo la llama viva de la elección y su promesa para la eternidad. Es la tabla a la que el náufrago de nuestra época de creciente agnosticismo se puede asir.

Mateo 7,15-20

El dicho profético en el pasado pudo ser probado como auténtico si ser realizaba. Era el criterio de autenticidad, entretanto podría pasar por una anticipación con valor variado según el índice de escepticismo o credulidad. Cosa no ajena a nuestros tiempos de opinión pública con pretensiones de verdad absoluta, que oscila entre la desconfianza, el fanatismo y el pragmatismo. Pero para la nueva comunidad de los de Jesús, el fruto calificaba el árbol, quizá fundamentados en los dichos parabólicos del Señor, que mando talar una higuera.