sábado, 26 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 7-16



REFLEXIÓN

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia

El acompañamiento de Jesús está dado, donado. No se parte de la desconfianza sino de la entrega. 

Es nuestra correspondencia la que está en veremos, nuestra libertad, que hay que potenciar para responder adecuadamente.

para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Sí hay un crecimiento que desarrollar, incluso más allá de la muerte individual, porque la edificación es hasta la plenitud del cuerpo de Cristo.

hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo

Una de las expresiones actuales más utilizada tiene que ver con crecer, como un compendio de todo lo positivo y dinámico que una persona puede aspirar en su existencia.

Solo se crece cuando se está en el camino correcto, con las oportunidades correctas, en el tiempo correcto, con la actitud correcta.

Podemos juntar la fuerza significativa de nuestra mentalidad al mensaje de la Palabra y lograr una convergencia admirable: por la fe en Cristo, se desarrolla en mi ser un proceso de crecimiento en todas las cosas hasta lograr la estatura de la cabeza: Cristo.

Así la Palabra nos mantiene agraciados con el don de una visión positiva sobre el mundo y el designio sobre él, hasta que se haga el reino.

Lo más fuerte y lo más eficaz: es el amor concebido en Cristo.

Salmo responsorial: 121



REFLEXIÓN

Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén

Huyamos el esfuerzo sicológico que procura hacer sentir los niveles de crecimiento del reino en y a través de nosotros.

En los ejercicios ignacianos hay en la primera semana una meditación en la que se recomienda este esfuerzo para sentir la identificación con Cristo y el dolor de nuestros pecados.

Son rezagos de la primera época ermitaña y purgativa para romper la coraza de insensibilidad que se nos crea en nuestra rutina mundana.

Pero el don que permanece en la fe es un sentido sobre el vigor que vamos cobrando en nuestro peregrinaje. Nos sentimos más fuertes, nos palpamos más fuertes, acometemos la vida más fuertes espiritualmente.

Falta un poquito para estar dentro. Pero en la puerta del horno se quema el pan, dice un refrán popular, desconfiando de los triunfalismos.

Lucas 13,1-9



REFLEXIÓN

lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Los romanos eran un ejército de ocupación, bárbaro y despiadado. 

Antes y ahora, como por ejemplo, las torturas de ejércitos actuales contra los poblaciones civiles desarmadas.

Un contexto de violencia absurda y desmedida, para aplacar cualquier rebelión o protesta.

¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Se podría concluir que una desgracia así era un signo de rechazo de Dios en el Templo a sus sacrificios, por ser los galileos sinónimo de gente revoltosa a quien los romanos de Poncio Pilato habían sofocado.

Y de eso concluir también que no era bueno manifestar la rebeldía y aceptar la intimidación romana.

Pero en general sin llegar a esas sociologías político-religiosas, los seres humanos son presagiosos respecto de lo sacro y asumen como señales de rechazo de Dios situaciones trágicas. Y no hay tal rechazo.

El pensamiento común era descalificador para esas víctimas, teniéndolas por pecadoras. 

Porque una vida plácida, sin tragedias, era el epítome de la bendición del Señor. Pero la cruz de Jesús de Nazareth trastocó esa perspectiva que mutó en ideología religiosa.

si no os convertís, todos pereceréis lo mismo

Pero se impone, más bien, un sentido de conversión de mentalidad: la que juzga pecadores, indignos de salvación o castigados por su culpa, a personas asesinadas por un poder político, por un accidente trágico o ultimados como ajuste de cuentas. 

Un llamado ineludible para todos, que controvierte esa creencia como necesaria, ya que todos somos pecadores y culpables, aun los que juzgamos.

Ese llamado nos es útil en la actualidad frente al influjo de los medios que plantan juicios innobles sobre personas que perecen en circunstancias dudosas.

Y la exigencia de conversión es absoluta porque ahí sí, el fin será aciago. 

Lo que realmente hace perecer es juzgarnos libres de culpa a diferencia de los demás.

Jesús confronta al pueblo con su dureza de corazón para con la alianza, como causa de los males que le sobrevienen.

Si bien exculpa a los galileos como pecadores, Jesús no se ubica en el nivel político como significación primaria para su mensaje de fondo.

Jesús emite un juicio profético como los clásicos de antaño: perece una sociedad injusta porque se vulnera desde dentro por corrupción. 

Ya podemos tener todas las defensas y armamentos para defendernos de los de fuera, que si la corrupción avanza dentro, el fin estará próximo. 

La Palabra encarnada en Jesús de Nazareth siempre aporta una rendija de la dimensión del Espíritu.

Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera".

Si hemos de perecer mejor hacerlo convertidos y así aseguramos una vida sin fin.

"Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro.

Tiempo que lleva Jesús evangelizando sin lograr conversión? Cúmulo simbólico de un tiempo cumplido, para que se hubiera dado un fruto que valiera la pena?

"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.""

Su misión no es cortar, aunque aún no dé fruto.

Todo está dicho por Jesús para suscitar el despertar de la conversión. 

Porque Él es magnánimo y paciente en la espera del fruto, para el que podamos crecer y madurar.

Su evangelio es el de la oportunidad, aunque no se sabe hasta cuándo. La conversión es para asumir con seriedad esa oportunidad.

El ruego pertenece a la tradición de la paciencia y la tolerancia, desde Abraham y Moisés, que confronta la impaciencia de los dioses por castigar a los hombres, pero abre a una revelación novedosa del Dios misericordioso, más allá de nuestros esquemas rígidos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1583790453744287746?s=20&t=as6QBUkP942lSIk4MwMpbw

motivaciondehoy


COMPARTIR LA PALABRA

Sábado 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 7-16

Salmo responsorial: 121

Lucas 13,1-9

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


SÁBADO, XXIX SEMANA

San Cirilo de Alejandría, Comentario sobre el libro del profeta Isaías
(Lib 4, Sermón 4: PG 70, 1090-1091)
Demos gracias a Dios Padre que nos ha sacado del dominio de las tinieblas

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. No está fuera de propósito, sino en perfecta sintonía con una correctísima exposición, aplicar estas palabras al coro de los santos apóstoles, e incluso a todos los que creen en el Señor, Cristo Jesús, han sido instruidos por el Espíritu y, en consecuencia, tienen el ánimo y la mente ampliamente iluminados; que fueron hechos partícipes de los divinos carismas y merecieron contemplar, con los ojos puros del alma, las profundidades de la Escritura divinamente inspirada; y que consiguieron una recta y evangélica forma de vivir, una prudencia y un conocimiento típicos de los santos.

Pues bien, todos éstos, al entonar odas gratulatorias, afirman haber recibido

una lengua de iniciado, esto es, una lengua que les permite hablar con

conocimiento de causa y explicar correctamente los misterios divinos: que les

permite discernir cuándo y cómo es oportuno servirse de palabras de aliento. Es

lo que hicieron los discípulos del Señor cuando inundaron y saturaron los

ánimos y los corazones con la sana e inmaculada doctrina de la fe cristiana, y

presentaron a cuantos se acercaron a escuchar la divina predicación, uno u otro

aspecto del mensaje evangélico atendiendo a las necesidades de cada oyente.

Pues a los que todavía eran niños les ofrecieron acertadamente la leche de

una sencilla instrucción o el discurso catequético; en cambio, a los que habían

alcanzado la edad del hombre perfecto y habían llegado a la medida de Cristo en

su plenitud, les dieron un manjar sólido y altamente nutritivo. Esta fue realmente la lengua de iniciado y el don de ciencia para saber cuándo conviene hablar; dicen habérseles dado por la mañana, esto es, en el ánimo y en el corazón el esplendor del día, la iluminación de la luz divina e inteligible, la aparición del lucero del alba. Comprenderemos mejor esto con las palabras de san Pablo, que escribe: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su celeste caridad en la luz.

En efecto, el dios de este mundo ha cegado a los infieles, para que la luz del evangelio de Cristo no brillara para ellos. En cambio, para nosotros ha salido el sol de justicia, envolviendo las mentes en la divina luz, de suerte que seamos llamados hijos de la luz y lo seamos realmente. Pues en el momento mismo en que aceptemos la fe en Cristo y Cristo nos ilumine con su luz, se nos da por añadidura un oído especial, es decir, una facultad y una capacidad de oír insólita

e inusitada. Por ejemplo: nosotros estamos convencidos de que la ley desempeña una función de pedagogo; y cuando escuchamos la ley de Moisés, esa misma ley la comprendemos con otros oídos, traducimos los símbolos a la

realidad y transformamos la sombra en un germen de contemplación espiritual.

Pues, mediante Cristo, la disciplina, es decir, la predicación evangélica y su mistagogía, nos enseña a interpretar espiritualmente la ley, y podríamos decirque abre los oídos de los que creyeron en Cristo.


viernes, 25 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 1-6



REFLEXIÓN

andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Andar es caminar, conducirse, y pedir es de acuerdo a, lo cual significa un discernir constante de lo pertinente a esa vocación.

Es una responsabilidad, en la que uno se puede equivocar pero no detenerse.

humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor

Es esto lo más fácil o lo contrario?. Impide esto la defensa de los derechos presuntamente conculcados? Hoy se aprecia más lo contrario, como virtud de la verdad y el coraje de defender lo justo.

esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

No parece ser tan importante, sino mantener a ultranza el derecho supuestamente vulnerado, caiga quien caiga, hasta las últimas consecuencias, aunque sobrevenga la división.

Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende(epi:sobre) todo, y lo penetra(dia:a través)todo, y lo invade(en:dentro) todo

No es un lenguaje filosófico sobre el Padre, sino una experiencia de la Palabra que nos revela al Padre.

Nos esforzamos y debatimos sobre Dios. De tiempo en tiempo aparecen discursos sobre su identidad y su naturaleza, señal de la búsqueda humana.

En la Palabra más que búsqueda se nos narra un encuentro que nace de la libertad y amor del Padre para un único designio que unifique todo.

No son nuestros pujos y competencias los que logran la unificación sino el don de un designio manifestado a todos por igual.

Salmo responsorial: 23



REFLEXIÓN

Del Señor es la tierra y cuanto la llena

El señorío del Señor es el de un Padre que pone a disposición de los hijos el patrimonio para que todos se nutran y prosperen.

Su celo es sobre el designio para que se mantenga en su derrotero original sin alteraciones y se asegure el fin que es la unidad de todos en el todo del Padre.

Visto así el creyente en Jesús esta invitado a participar de una cosmovisión fraternal y amigable en la que se comparte el todo con generosidad y sin acaparamiento.

Los diferentes géneros y clases de miseria en poblaciones humanas son muestra de nuestra mezquindad y el sabotaje al que sometemos el designio del Padre.

Pero también se dan poblaciones de solidarios que son como la esperanza de superación del enemigo y su anti reino, y testimonian que es posible el designio, aun con andar fatigoso.

El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos

Los ídolos son muchos: sexo, dinero, fama, poder. Se puede estar inocente de ellos, y no haber enturbiado el corazón con anhelos.? No parece tan sencillo si se vive y sobrevive en el mundo de hoy.

Lucas 12,54-59



REFLEXIÓN

¡Hipócritas!: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?

Hipócrita es el adjetivo de los evangelios a una clase de seres humanos incongruentes, hábiles y capaces para juzgar de ciertas cosas pero incapaces de llegar hasta las últimas consecuencias de sus juicios, y mucho menos cambiar su conducta.

Un hipócrita es un falto de ética, incluso con bellos discursos sobre ética. Pero pervertido, es decir, que ha cambiado el fin de las cosas.

Un campesino sabe del clima para su oficio: cuándo lloverá y cuándo habrá sequía.

Por qué no se traslada esa orientación y conocimiento de señales e indicios al reino y su cercanía.? Porque nos resistimos al cambio de mente y conducta.

Discernir lo que está claro, es la excusa de la hipocresía.

Sabemos lo que hay que hacer, pero no queremos. 

Estar enfermos de la decisión correcta no es excusa, si acaso un atenuante.

Porque nuestra cultura es permisiva.

¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?

Porque en todo aplicamos el juicio, como parte de nuestro protocolo de acceso a la realidad circundante.

Sin embargo nos cuesta discernir bajo el amparo de la sabiduría, que es la presencia del Absoluto Radical en lo más profundo de nuestro ser, porque rehuimos su dictamen adverso.

con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras vais de camino

Será que la complejidad de las situaciones nos permite la negociación con el Señor?

Aprovechemos el tiempo y la oportunidad que se nos ofrece por señales para el cambio y dejar de ser hipócritas.

no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.

No obstante tenemos la potencialidad de juzgarnos antes de que nos juzguen desfavorablemente. 

De negociar antes que nos castiguen.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1583423479768322048?s=20&t=IdkArFdFvcO9krZ821hsYg


motivaciondehoy


COMPARTIR LA PALABRA


Viernes 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 1-6

Salmo responsorial: 23

Lucas 12,54-59

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Del sermón de San Atanasio de Alejandría, contra los paganos
(Sermón 40-42: PG 25, 79-83)
El Verbo del Padre embellece, ordena y contiene todas las cosas

El Padre de Cristo, santísimo e inmensamente superior a todo lo creado, como óptimo gobernante, con su propia sabiduría y su propio Verbo, Cristo, nuestro Señor y salvador, lo gobierna, dispone y ejecuta siempre todo de modo conveniente, según a él le parece adecuado. Nadie ciertamente negará el orden que observamos en la creación y en su desarrollo, ya que es Dios quien así lo ha querido. Pues, si el mundo y todo lo creado se movieran al azar y sin orden, no habría motivo alguno para creer en lo que hemos dicho. Mas si, por el contrario, el

mundo ha sido creado y embellecido con orden, sabiduría y conocimiento, hay

que admitir necesariamente que su creador y embellecedor no es otro que el Verbo de Dios.

Me refiero al Verbo que por naturaleza es Dios, que procede del Dios bueno,

del Dios de todas las cosas, vivo y eficiente; al Verbo que es distinto de todas las cosas creadas, y que es el Verbo propio y único del Padre bueno; al Verbo cuya providencia ilumina todo el mundo presente por él creado. El, que es el Verbo bueno del Padre bueno dispuso con orden todas las cosas, uniendo armónicamente lo que era entre sí contrario. El, el Dios único y unigénito, cuya bondad esencial y personal procede de la bondad fontal del Padre, embellece, ordena y contiene todas las cosas.

Aquel, por tanto, que por su Verbo eterno lo hizo todo y dio el ser a las cosascreadas no quiso que se movieran y actuaran por sí mismas, no fuera a ser que volvieran a la nada, sino que, por su bondad, gobierna y sustenta toda la

naturaleza por su Verbo, el cual es también Dios, para que, iluminada con el

gobierno, providencia y dirección del Verbo, permanezca firme y estable, en

cuanto que participa de la verdadera existencia del Verbo del Padre y es

secundada por él en su existencia, ya que cesaría en la misma si no fuera

conservada por el Verbo, el cual es imagen de Dios invisible, primogénito de

toda criatura; por él y en él se mantiene todo, lo visible y lo invisible, y él es la

cabeza de la Iglesia, como nos lo enseñan los ministros de la verdad en las sagradas Escrituras.

Este Verbo del Padre, omnipotente y santísimo, lo penetra todo y despliega

en todas partes su virtualidad, iluminando así lo visible y lo invisible; mantiene él unidas en sí mismo todas las cosas y a todas las incluye en sí, de tal manera que nada queda privado de la influencia de su acción, sino que a todas las cosas y a través de ellas, a cada una en particular y a todas en general, es él quien les otorga y conserva la vida.


jueves, 24 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 29 tiempo ordinario

Año Par

Efesios 3, 14-21



REFLEXIÓN

Doblo las rodillas ante el Padre

El nuevo nombre de Dios: Padre. El verdadero, ante quien se puede doblar las rodillas, sin temer una alienación, o falsedad.

el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra

La Palabra nos convoca a creer que pertenecemos al Padre y en Él formamos una familia. La única familia para siempre.

Eterno es un concepto que nos suena a refrigeración. Algo que se congela para que dure y nos sirva más adelante.

Pero más bien traduce una realidad sin tiempo como el histórico, que permanece y no se deteriora. Porque nuestra experiencia humana, incluso la preciada familia de carne y sangre se deteriora, mínimamente con el desenlace de los miembros.

Así no es exacto hablar de Dios y su existencia para los que escuchamos la Palabra, sino de la familia del Padre a la que pertenecemos.

Nuestro Dios, antes que absoluto, misterio, Creador incluso, es Padre de familia.

Cuando la fe arraiga por el don del Espíritu, nos instalamos en una pertenencia que transforma nuestro espíritu en un familiar. Dejamos de ser huérfanos, expósitos, arrimados, excluidos.

Y cuando la fe es viva, se manifiesta en la práctica de la fraternidad. Hace lo que puede para que toda persona experimente la familiaridad del Señor.

robusteceros en lo profundo de vuestro ser

En la era del furor por el crecimiento personal, esta bendición constituye un aporte del beneficio de la fe en Jesús.

Un robustecimiento raizal, fundamental, que brota desde lo más hondo y se brinda como un servicio al crecimiento de otros.

Cristo habite por la fe en vuestros corazones

No el corazón sentimental, ni la profundidad del ego-centrismo, sino en el sí mimo (self), la armonía e integralidad profunda, que se da por la gracia e inhabitación de Cristo Jesús.

el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento

El amor, lo más nombrado pero el menos comprendido, como lo sine qua non del designio humano y divino. 

Es motor y es meta, es medio y es fin. Es como el cielo en la tierra, un goce en medio de la limitación y finitud, una vida con crucifixión. Una fortaleza en la debilidad, una verdad en la precariedad que surge del engaño que nos rodea. Una experiencia de la ambivalencia y la ambigüedad, pero con un fondo de esperanza y firmeza que surge desde lo más íntimo y nos convence de una presencia amorosa y afianzadora.

lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo

Son esta visiones las que nos alcanzan la serenidad incluso en el terreno social, porque todo se ve a la luz del designio al que somos llamados y participamos desde ya.

Muchas de las manifestaciones sociales actuales que claman por sus derechos, echan de ver la desesperación y la necesidad que tienen de arribar a la visión de fe compartida para luchar por el designio.

Salmo responsorial: 32



REFLEXIÓN

el plan del Señor subsiste por siempre

El designio del Señor está abierto siempre a nuestra participación. A cualquier hora podemos enrolarnos. Una y otra vez. Es lo que nos enseña la parábola de los jornaleros que eran contratados a toda hora y se les pagaba a todos lo mismo. 

De nuestra parte, si vivimos por la fe el don de la familiaridad, estamos en la obligación de ayudar a ingresar en este designio a quien nos aproximemos.

Lucas 12,49-53



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra." 

No se trata de una imagen clásica de Jesús, en cuanto que ésta da cuenta de división, no de unión, con el ejemplo de una familia de cinco miembros y dividida. 

La causa de Jesús, es para uno que se sumerge en ella, fuego, bautismo. 

Qué tiene el fuego? Transforma por combustión, no sin antes arruinar.

Qué tiene el bautismo de inmersión? Transforma por lavado, no sin antes ahogar.

No se puede contar con un lecho de rosas, ni una comprensión o aceptación generalizada en un mundo globalizado. 

No brinda la paz de la quietud donde todo esté junto. 

No por lo menos mientras estamos en proceso de evangelizar, lo cual es mientras vivamos en este mundo.

Dar frutos de gracia y vida, no asegura una paz definitiva, sino que engendra también división, hasta de los más cercanos.

Porque la experiencia vivida de Jesús no transcurre como un domingo de ramos, sino que se aboca a un viernes santo con esperanza de un domingo de resurrección.

Un hombre que pasó haciendo el bien, y a quien multitudes lo seguían para saciar el hambre y curar sus enfermedades, no pudo sustraerse de la conspiración del poder que acobardó a los seguidores.

Abrir bien los ojos es necesario al evangelizador para que nos se sorprenda de los giros de oposición que encontrará, incluso entre sus más allegados.

En el fondo la familia del Padre es un medio de contraste, sobre el que se discierne toda otra familiaridad.

Por eso cabe la posibilidad de división dentro de la familia de carne y sangre.

Jesús lo vivió en carne propia, cuando hizo valer por encima de los lazos familiares buenos, el designio del Padre al que estaba uncido.

Es la prueba o bautismo de toda fe: una fidelidad testimoniada en la coyuntura histórica precisa, más al Padre que a cualquier otro designio, por más armonía familiar que signifique.

Este testimonio es doloroso. Rasga los vínculos más entrañables del ser humano.

Pero no se puede detener porque quema desde dentro y debe ser propagado.

Trae división, pero en Juan pide que sean uno el Padre y él. División en la unión del mundo y unión en la familia del cielo. Aun lo más sagrado –la familia humana -se trasciende.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1583062001320067072?s=20&t=JHr2A_-0appgaRipB8MG7w

motivaciondehoy

Jueves 29 tiempo ordinario

Año Par

Efesios 3, 14-21

Salmo responsorial: 32

Lucas 12,49-53

DOCTOR DE LA IGLESIA

BEATO CARLO



 Del comentario de San Cirilo de Alejandría, obispo, sobre el libro del profeta
Isaías
(Lib 4, Sermón 2: PG 70, 975-978)
En Cristo nos convertimos en una criatura nueva

El mismo nombre de «iglesia» connota ya una pluralidad de personas que creen en Cristo: ministros y pueblo, pastores y doctores, súbditos. Todos éstos fueron a su debido tiempo renovados en Cristo, a saber, cuando el Señor Dios brilló en nuestros corazones. Entonces sí, entonces fuimos conducidos a una novedad de vida, de costumbres y de instituciones, y también de culto.

Nos despojamos del inveterado hábito de pecar y, en Cristo, nos convertimos en una criatura nueva, iniciados en sus leyes y pedagogía y conducidos a una conducta noble y amable. Por lo cual, el sapientísimo Pablo escribe a los llamados por medio de la fe, y unas veces les dice: Despojaos de la vieja condición humana, corrompida por deseos de placer, y revestíos de la nueva

condición, que se va renovando como imagen de su creador. Y otras añade: No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.

Nos habla asimismo de crucificar nuestra vieja condición humana, para nrevestirnos de la nueva mediante una conducta y una vida en Cristo.

Renovémonos, pues, también en razón del culto: unos —los seguidores del culto

judío— abandonando las sombras y las figuras; pues en lo sucesivo ya no

recurrirán a las víctimas de toros y del incienso, sino a fragantísimos

sahumerios espirituales y no materiales, otro—los requisados y reclutados de entre las multitudes paganas— pasarán a ritos mejores: a aquellos ritos sin confrontación posible, debido a su incomparable elevación y a su misma excelencia.

En efecto, ya no tendrán que soportar la antigua opacidad de la mente, sino

que, una vez recibida la divina e inteligible iluminación, se convertirán en santos y verdaderos adoradores. Dejarán de adorar a la criatura y a la materia muda e insensible, renunciarán a las adivinaciones y encantamientos y, para decirlo de una vez, dejando las costumbres más repugnantes y abandonando las pasiones mas execrables, estarán adornados de todas las virtudes y serán expertos en la doctrina de la verdad. Esta renovación nos atañe a nosotros; el

ser nuevas criaturas es obra de Cristo.

El Dios del universo ha prometido que salvará con salvación eterna a todos, es decir, tanto a los que son hijos de Abrahán según la carne, como a los que son considerados hijos de Abrahán en virtud de la promesa, a fin de que se abstengan de acciones innobles e indecorosas, y esto permanentemente. En

efecto, depuesto en Cristo el profano pecado y desatado el yugo de la diabólica tiranía, habiendo repudiado al mismo tiempo la corrupción y habiéndonos revestido de la incorrupción, permaneceremos para siempre en estas condiciones. Efectivamente, el pecado ya no nos insultará más, ni Satanás podrá

someternos nuevamente a la antigua tiranía. E incluso el imperio de la muerte será enteramente subvertido, desapareciendo para siempre, sometido en Cristo por quien y con quien le sea dado a Dios Padre la gloria y el poder, juntamente con el Espíritu Santo por siglos eternos. Amén.