2Juan 4-9
REFLEXIÓN
tus
hijos caminan en la verdad
Caminar más en el Espíritu que en el Ego. El
ego es insustituible, necesitamos su función para asumir la facultad de
responsabilidad de nuestras acciones, de nuestro destino. Pero si se desvía y
no sabe trabajar en cooperación con el Espíritu, si no logra mantenerse a
distancia del propio amor, querer e interés, se entorpecerá y confundirá lo
propio con lo del Espíritu, para beneficio del Maligno.
No pienses que
escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que
tenemos desde el principio, amarnos unos
a otros
Por el hábito de la fe, insertada en el todo
de nuestro existir, nos manifestamos dispuestos al seguimiento mediante el
memorial del designio del Padre: amarnos unos a otros, huyendo de la
volatilidad y el hambre de novedades constantes.
Hay que reconocer que esta época actual como
nunca, está abierta a los cambios, sobre todo los publicitados en los medios de
comunicación.
Y por lo tanto las generaciones actuales son
más proclives a la dispersión de la concentración por efecto de la novedad,
sobre todo placentera.
El placer es una criatura más, bendecida por
el Señor de la Creación y por lo tanto es buena, y buscarlo no es malo, como
otras generaciones anteriores se culparon.
Pero en la práctica del discernimiento, que
es un modo de amar sólido y realista, hemos de ir aprendiendo a detectar que por
lo bueno y santo entra el enemigo del designio para la construcción del Reino
de Dios.
Por eso amar no es sinónimo de placer sino
que converge, aunque también desvía.
Por eso en el cambio que puede ser bueno, y
en el placer buscado, también puede entrar ese enemigo, para obstaculizar el
reino.
El
asunto trascendente, el sentido de la existencia, es el de amarnos unos a
otros, y éste es seguir los mandamientos de Dios.
Cómo
estoy amando a otros? Es el examen conclusivo de mi existencia. Este es el
proceso fundamental que se juzga cada día hasta el final.
Y entonces con Ignacio podré verificar las
señales del buen proceso y sus riesgos, tretas y heridas.
amar
significa seguir los mandamientos de Dios
Siempre y cuando esta carne se reconozca y
confiese como salvífica, estamos en el buen camino.
Es que han salido
en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne
No parece nuestro signo actual, porque hoy hacemos
énfasis en la carne del Jesús histórico.
Solo que al hacerlo nos proyectamos desde
nuestra carne, y no aceptamos que la carne de Jesús una vez histórica ahora es
gloriosa.
Con ello nos obstaculizamos a ascender y a
transformarnos por recrearnos en un ídolo hecho a nuestra imagen y semejanza.
Así esta Palabra también es para nosotros y
para toda generación, más allá de cualquier cambio que busque justificar
nuestra interpretación.
También podemos engrosar las filas de los
embusteros, por no confesar la verdadera carne de Jesús, que es la que salva.
Todo el que se
propasa y no permanece en la doctrina de
Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al
Hijo
La confesión de la doctrina de Cristo por la
fe es una etapa de cristalización de nuestra conversión.
Cuando se llega a esa definición, sin
embargo, no se trata de un punto de inmovilismo, sino de un baluarte que hay
que defender y custodiar.
La confesión de la fe mientras peregrinamos
en la escatología es un bien precario, sometida a presiones y pruebas de
sentido.
Para custodiarla requerimos de la asistencia
constante del Espíritu Paráclito quien ayuda nuestro proceso de examen y
autocrítica, por el que se mantiene la confesión fresca y viva.
Salmo responsorial: 118
REFLEXIÓN
no consientas que me desvíe de
tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus
consignas
No consientas que nos convirtamos en
embustero de la carne glorificada de Jesús de Nazareth
En lo profundo de la identidad, donde somos
más auténticamente nosotros y desde donde brota la totalidad de nuestra
vitalidad, como en un Santo de los Santos están tus consignas.
Lucas 17,26-37
REFLEXIÓN
Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre
El
lenguaje apocalíptico habla de irrupción violenta e imprevista en la vida
humana, y hace memoria de momentos míticos que aparecen en el Génesis, como
imágenes del último día.
Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en
casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva
También
en momentos de siniestro y desgracia vale lo mismo para conservar la vida, no
volverse a buscar nada, y preguntarse por qué unos sí fallecen mientras otros
sobreviven.
Es
posible que las fuentes del evangelista estén reflejando una realidad posterior
a Jesús, pero más cercana a la comunidad de Lucas: la invasión romana bajo Tito
a Jerusalén para poner fin a la resistencia del gobierno Zelota.
Y
para los creyentes cristianos, dentro y fuera de ese teatro de horror
sangriento, significara la catástrofe un acontecimiento relacionado con el
rechazo de Jesús.
Hoy
nos cuesta hacer ese tipo de relación, porque de la bondad del evangelio del
Reino nos hace suponer que no se puede desprender un daño pretendido para
nadie.
Aunque
del evangelio no, pero de su interpretación por los seres humanos sí.
El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la
pierda la recobrará.
De
cuál pérdida de vida se trata? De la que se gasta por el Reino. Es la que más
hay que cuidar.
Hay algo superior a la muerte y por eso hay
que relativizarla y trascenderla.
Todo
esto nos invita en el Espíritu a solicitar sobretodo la misericordia del Todo
Amor.
Vivir
es una bendición, que solo tiene un sentido, y llegado el momento esa vida
logra un acceso a una mejor calidad, entregándola por fe en quien la entrego
antes: Jesús de Nazareth.
"Donde se reunen los buitres, allí está el
cuerpo."
Una
frase enigmática, que hay que mirar en el contexto de la desolación de la
guerra y la muerte.
Los
escuchas sienten la inquietud del aviso y la ubicación del desastre.
La
respuesta puede querer significar que tal acontecimiento será notorio en su
mortandad y se darán cuenta, como cuando los buitres se amontonan sobre los
despojos.
Esta
es una imagen muy fuerte para la cultura judía de entonces, porque un cadáver
habría que sepultarlo para hacer una obra buena, con alguien que merece su
descanso en el sheol.
Y
en la guerra y los seísmos, con una mortandad generalizada, no hay muchas
posibilidades de proceder al entierro de los cadáveres.
Por
lo tanto se da una profanación generalizada, un escándalo. Tantos y tantas
vagan buscando, escarbando, para encontrar a sus relativos desaparecidos.
Los
creyentes cristianos dan al Hijo de hombre, Jesús, el significado del final de
la historia. Después de él la muerte y la vida tienen otro sentido.
Cuando
suceda nos daremos cuenta. Y la única preparación posible es preocuparse de
salvar la vida que no termina, salvar el Reino.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1591040618100391938?s=20&t=aWlQIy0izVCrI_dWqs8BvA