Feria privilegiada de Navidad 17 de
diciembre
Génesis
49,2.8-10
REFLEXIÓN
Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el
futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel
Una de
las tristezas de la existencia consiste en descubrir, tarde y lentamente, el
tesoro de la experiencia del enriquecido en días y jornadas.
Culturas
varias desde antiguo, entre ellas la bíblica, veneraban a los ancianos, y
apreciaban sus consejos, para mantener un rumbo mejor orientado en el futuro.
Porque
les importaba el futuro.
Curiosamente
por efecto del control humano de la población, algunas sociedades están
sintiendo el efecto del envejecimiento, pero no para mayor sabiduría, sino para
merma de la pretendida productividad.
Hay
lugares en donde las familias esconden a los ancianos en instituciones, para
desconectarse de ellos y ni siquiera saber de su muerte.
Este es
un cambio en la era de los cambios, glorificados épicamente.
La
pregunta que tendremos que hacernos es si estaremos tan orientados hacia el
futuro con el menosprecio de esa sabiduría.
No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de
entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan
homenaje los pueblos
Ni
siquiera el elegido Judá está libre del cálculo político, y su crónica oficial
aunque favorece sus acciones, fue tejida con injusticias de David y sus
sucesores, mejor presentados que los del Reino del Norte.
Se
vislumbra entonces un nuevo heredero, que no usará el poder como tal, sino como
servicio, en lo cual se constituirá en paradigma para sus seguidores en todos
los pueblos.
El libro
del Génesis es considerado histórico, al estilo bíblico.
Pero
contiene oráculos proféticos como éste de Jacob, quien hace de profeta en esta
ocasión.
Y su
oráculo es un despliegue del futuro: Judá será un reino, pero después vendrá
otro reinado superior para todos los pueblos.
Los
reinados históricos poderosos se van sucediendo en la historia. Esta visión
fácilmente tiene de dos mil quinientos a tres mil años. Si tenemos unas dos
generaciones por siglo, se han acumulado un total aproximado de 60 generaciones
que han experimentado las sucesiones del poder en diferentes modalidades de
reinos y repúblicas.
Habrá
alguna encuesta que mida el grado de satisfacción integral con alguna modalidad
de poder, pasada o presente? Más bien por las quejas, reclamos, levantamientos,
guerras y revoluciones que vamos experimentando, la satisfacción es mínima.
Tiene
sentido entonces anhelar una modalidad aceptable para todos, un reino y rey, un
liderazgo que convenza, responda y sea creíble por todos.
Vivimos
pues en déficit milenario de liderazgo y en superávit milenario de frustración
y rebeldía.
Parece
que una utopía apegada al suelo y reinvindicativa de las realidades terrestres,
se desgasta de un ensayo de poder a otro.
Queda la
utopía del cielo, despegada de la tierra, que nos mete suspicacia por
descarnada y aparentemente indolente de la suerte de la historia. Se verificará
alguna vez?
Y está
un híbrido que parece darnos el esquema de la Resurrección del Señor: una
transformación del cuerpo que conocemos, en Espíritu de luz. Se opondrá mucho a
nuestra afán terreno? Evadirá la historia?
Por
supuesto que esta profecía fue puesta en boca de Jacob en la época de los
patriarcas, pero tal lucidez ya tenía la experiencia de la brillantez de la
época de David, y por lo tanto también se trataba de un elogio a su reinado.
Utilizada
por los cristianos para descifrar la identidad de Jesús, como un descendiente
de Judá, de David y por lo tanto con un futuro así de brillante, no siempre
tomó en cuenta que la brillantez era la del servicio a la salvación en el reino
del Padre, más que otra.
Ese es
el definitivo desvelamiento del futuro pronosticado desde Jacob.
Salmo
responsorial: 71
REFLEXIÓN
para que rija a tu pueblo con justicia, / a tus humildes con
rectitud
Hacia
este liderazgo deberá caminar la historia de regeneración si ha de amanecer la
salvación.
Tal será
el programa en todo tipo de liderazgo por el reino: justicia y rectitud con los
humildes.
Es pedir
el cielo en la tierra la plegaria por los gobernantes, para que cambien su
corrupción por integridad.
Porque
la vida y enseñanza de Jesús no da para un reinado clásico, de corte y poder
tejido en la conspiración.
Un
reinado más bien de entrañas abiertas al necesitado con la intención de
empoderarlos.
él defienda a los humildes del pueblo, / socorra a los hijos
del pobre
Un grito
para que se haga algo por cambiar la suerte de los sin suerte, pero ya!
Ese
grito lleva Espíritu, y si el Señor lo pone en nuestras entrañas, tiene que
haber algo a favor de la modificación histórica mientras llega la
transformación definitiva.
Debe
haber un reino pleno que da signos de su aparición en proceso, aun con reserva
escatológica, con un resto por cumplirse plenamente cuando la historia termine.
Vivimos
de las arras del Espíritu en el ínterim.
Un
reinado que perdura en la entrega constante, a la construcción de la ciudad
nueva, sin tantos medios de publicidad, ni tantas bravatas. Ni se agota en
protagonismos de rebeldía estéril.
Mateo 1,1-17
REFLEXIÓN
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
La
genealogía o árbol genealógico en la biblia cumple funciones semejantes al
nuestro aunque con mayor intensidad, porque los descendientes son la memoria de
los antecesores, su vitalidad además de constituirse en raíz , identidad y
pertenencia.
Jesús
por tanto es alguien con identidad, pertenencia y raíz.
Se
podría decir que la genealogía en los escritos antiguos cumple la función de
carta de presentación en sociedad, de una persona.
Un medio
de transmitir la significación de alguien en una historia.
Y por
eso el escritor del evangelio recuerda a los creyentes de Jesús de Nazareth,
que no obstante las apariencias, se trata de un heredero de David.
No es el
sentido de un heredero con derecho a sucesión para ceñir la corona en algún
momento, y por lo tanto perteneciente a la nobleza. Esas son categorías de una
tipificación social obsoleta para el reino de Dios.
Sino de
un reinado inédito que se estrena con Jesús mismo y consiste en el dominio
definitivo del Padre Dios.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y
desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.
Este
reinado a los ojos de la fe del evangelista y desde ellos, de la comunidad
cristiana, es la plenitud y radicalidad de todo reinado, estructura,
organización, sistema y cualquier cosa que implique iniciativa humana
perdurable.
Tres
veces doble siete es una formula cuasi-mágica en un contexto semítico que gusta
de significar en ciertos números la plenitud, el ser completo, la perfección
para siempre.
Catorce
es una dupla de siete, repetidas tres veces y al cabo aparece Cristo. Un juego
simbólico con números significativos en la biblia para dar por terminada una
era, una época, un tiempo y con plenitud.
Jesús es
para nosotros los creyentes la plenitud de la búsqueda en el relevo
generacional.
Pero en
él se empieza una nueva cuenta que no sabemos ni el día ni la hora de su
terminación.
Tres
veces catorce, seis veces siete. Falta la séptima vez siete: la generación del
propio mesías: la iglesia o comunidad eclesial.
La era
del 70 veces 7, del perdón fraternal infinito.Del ágape.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1604067607040200704?s=20&t=P4pvrxc4pd4KgBM46tubSA