viernes, 17 de enero de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Viernes 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 4,1-5.11



REFLEXIÓN

crea que ha perdido la oportunidad.

Se trata de no perder la fe en la promesa de descanso, en quien nos la hizo, en quien la vivió cumplida: Jesucristo resucitado. Él es el garante, la piedra que fundamenta todo. Apoyarse en él, constituye el núcleo de la fe. A la luz de su testimonio, todo se ilumina y cobra sentido.

Está patente en un crucifijo, como proclama al mundo del modelo de ser humano que garantiza un estilo de calidad en la existencia.

Pero por sí solo, y aun por fuerza de razonamiento y repetición de argumentos, tal muestra no nos mueve si el Espíritu no inspira coyunturalmente nuestra sensibilidad y colaboración.

Cómo se vincula este núcleo de todo con mi existencia particular y mis circunstancias específicas hoy? Es una pregunta que puede representar un utilitarismo, que equivale a preguntarse: para qué me sirve creer en Jesucristo resucitado, si mi problema coyuntural es x, y, z necesidad?

En breve se puede decir: para ver y vivenciar esa vinculación se requiere un cambio de mentalidad, una metanoia, una conversión.

el mensaje que oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado

Hacer caso es la clave. Sin eso el mensaje se pierde. Y hacer caso es adhesión de fe, obediencia de fe, docilidad de fe.

Casi la totalidad del anti-reino emite mensajes contrarios a la adhesión, insinuando que se trata de una manipulación para desconocer nuestros derechos inalienables.

La matriz de la tentación se ubicó en el dicho de la serpiente a Eva, en el mito del paraíso terrenal.

La misma sembró la duda de las buenas intenciones de Dios al prohibir comer del fruto. Y así dificultó la adhesión al mandato.

Para aceptar los mandamientos y la voluntad del Señor, manifiesta en su creación y los acontecimientos, se requiere esa misma adhesión que confía en las buenas intenciones del Señor.

Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso

Procedamos en nuestra adhesión, que es nuestro trabajo, para participar en el descanso del Señor, cumplida nuestra misión.

Porque discernir el mandato del Señor es un verdadero trabajo que nos ocupa toda la existencia.

Salmo responsorial: 77



REFLEXIÓN

lo que nuestros padres nos contaron, / lo contaremos a la futura generación

La familia como otras realidades está en crisis hoy, y una consecuencia es la afectación en la transmisión de generación en generación de bienes fundamentales como los valores, según dicen.

Un valor debilitado es la buena intención del Padre Dios en todo lo que hace y expresa como su voluntad.

Incluso contra las apariencias en contra hemos de construir nuestra adhesión basados en la certidumbre de su amor y buena fe.

Marcos 2,1-12



REFLEXIÓN

Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la palabra

Buscan una cosa, encuentran otra. Si no cambian de actitud no verán la relación, el vínculo entre una y otra.

Las curaciones de Jesús no son la actuación de un taumaturgo sin más. El servicio que ofrece es la Palabra del Padre. En ella la sanación es un signo de presencia, perdón y exhortación a la fe.

Viendo Jesús la fe que tenían

Esa fe se refería a la curación

para que veáis(eidete:percibir, conocer, ver lo que se dice) que el Hijo del hombre tiene potestad(exousia:potestad,autoridad,poder moral o espiritual sobre todo) en la tierra para perdonar pecados..."

En versión del evangelista la Palabra de Jesús revela una identidad: Hijo de Hombre que implica el sentido de “éste que habla” pero también la figura apocalíptica que viene desde el Padre al final de la historia en semejanza de hombre.

Esta identidad es teofánica, pues expresa un origen divino y una misión desde Dios. El Hijo de Hombre es un enviado del cielo y su potestad es delegada.

Jesús se está auto-acreditando, auto-proclamando, auto-presentando como un delegado del Padre con suficiente poder como para hacer lo que es reconocido como exclusivo del Dios: perdonar pecados.

No todos entendieron esto. Ni siquiera sus seguidores, porque muchos de ellos hasta la fecha, ubican el servicio al evangelio como lucha política por el bien común exclusivamente, o como escucha pasiva, subjetiva y sin compromiso histórico del evangelio. Sin embargo en el testimonio de Jesús, ambas se dan en unidad. La sanación como signo para la fe en el mensaje.

"Hijo, tus pecados quedan perdonados."

Lo que encontraron fue el perdón de los pecados. Una bendición que re-seteaba toda la vida y cambiaba la actitud ante ella

"Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa."

No es el pago del creer, sino la evolución de una nueva actitud a una vida más saludable y llena de energía, lo cual incluye la curación de la parálisis.

Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual".

Este texto da que pensar en el fondo del evangelio: puede la divinidad de Jesús ser tenida como motivo secundario frente al tema del Reino de Dios, desde un punto de vista jesuánico? O más bien desde el mismo Jesús histórico se plantea la relación esencial entre divinidad o representatividad divina de Jesús y Reino?

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Viernes 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 4,1-5.11

Salmo responsorial: 77

Marcos 2,1-12

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


De la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo
(Cap. 2-4: PG 26, 842-846)

LA VOCACIÓN DE SAN ANTONIO

Cuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.
Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres, cuando un día en que se dirigía, según costumbre, a la iglesia, iba pensando en su interior cómo los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador, y cómo, según narran los Hechos de los apóstoles, muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de la venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres; pensaba también en la magnitud de la esperanza que para éstos estaba reservada en el cielo; imbuido de esos pensamientos, entró en la iglesia, y dio la casualidad de que en aquel momento estaban leyendo aquellas palabras del Señor en el Evangelio: Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme.
Entonces Antonio, como si Dios le hubiese infundido el recuerdo de lo que habían hecho los santos y como si aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió en seguida de la iglesia e hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres (tenía trescientas parcelas fértiles y muy hermosas), con el fin de evitar toda inquietud para sí y para su hermana. Vendió también todos sus bienes muebles, y repartió entre los pobres la considerable cantidad resultante de esta venta, reservando sólo una pequeña parte para su hermana.
Habiendo vuelto a entrar en la iglesia, oyó aquellas palabras del Señor en el Evangelio: No os inquietéis por el día siguiente. Saliendo otra vez, dio a los necesitados incluso lo poco que se había reservado, ya que no soportaba que quedase en su poder ni la más mínima cantidad. Encomendó su hermana a una vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación; en cuanto a él, a partir de entonces, libre ya de cuidados ajenos, emprendió en frente de su misma casa una vida de ascetismo y de intensa mortificación.
Trabajaba con sus propias manos, ya que conocía aquella afirmación de la Escritura: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres.
Oraba con mucha frecuencia, ya que había aprendido que es necesario retirarse para orar sin cesar; en efecto, ponía tanta atención en la lectura, que retenía todo lo que había leído, hasta tal punto que llegó un momento en que su memoria suplía los libros.
Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compañía frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano.

jueves, 16 de enero de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Jueves 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 3,7-14



REFLEXIÓN

Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón

Es su gracia tener el corazón sensible para escuchar su voz, aunque no nos convenga y nos contraríe. No debería ser, pues su voz es la del designio que tiene sobre nosotros y nuestra salvación. Pero nos extraviamos y no podemos decir con seguridad cuál es esa salvación. Sólo con un corazón sensible y no endurecido, atinaremos con esa salvación y procederemos a una liberación.

a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años

Cada encrucijada de la existencia es una llamada a recordar cómo el Señor ha intervenido en nuestra existencia. Mientras más se prolonga esa vida, más deberíamos acordarnos de todo su acompañamiento, y cómo ha estado a nuestro lado y nos ha apoyado. Pero la frustración puede cegarnos coyunturalmente, y borrar o hacer ineficaces esos recuerdos para una actitud de acción de gracias.

Una actitud de acción de gracias se construye cada día con la contemplación del Señor Jesús, nuestro paradigma. Hemos de ver cómo frecuentemente se aislaba para orar, en medio de su misión, él que vivía una comunión suprema con su Padre.

no han conocido mis caminos

Hay quienes muestran no conocerlos, incluso los desprecian. Pero también, como señales  de otro mundo, algunos buscan serles fiel. Como por ejemplo los novicios y novicias religiosos, quienes son tiernos en la fe y en la entrega, pero muestran entusiasmo en la búsqueda. Animan y mueven al seguimiento, porque en ellos y ellas muestras actuante la docilidad a tu designio.

Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este "hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.

A esta luz hace sentido el pequeño aporte que significa compartir los dones con otros para juntos edificarnos en la fe y la esperanza.

ninguno de vosotros sea engañado(apaté:falsa impresión elaborada por engaño, falsedad, trampa) por el pecado y su corazón se vuelva rebelde(sklerino:endurecido, terco, obstinado)

para tener parte con Cristo hemos de mantenernos firmes(katejo:atado, asido) hasta el fin en la confianza(hipostasis:seguridad, confianza,garantía) que teníamos al principio

Nuestra fe consiste en un proceso recurrente que vive en nuestra historia. Se trata de mantener un actitud tal que detecte las trampas que nos llevan a la obstinación.

La acechanza de la pecaminosidad se nutre de colocar engaños, falsedades para que construyamos percepciones de fe falsas.

Por nuestra parte a la vez nuestro foco consiste en una adhesión o aferramiento a la seguridad que la Palabra nos ha concedido.

Esta garantía no se puede mantener firme sin nuestro aferramiento, requiere nuestro concurso, no produce un estado mágico de seguridad establecida mientras transitemos esta existencia.

Salmo responsorial: 94



REFLEXIÓN

Postrémonos

En absoluta adoración de su presencia en nuestras circunstancias históricas.

Bendiciendo

Por el amor que nos muestra constantemente, inexorablemente

me tentaron, aunque habían visto mis obras

Cedieron al engaño que los llevó a desconfiar sobre la intención de Dios porque no encontraban agua y tenían sed.

Las pruebas tienen su dificultad propia y se agravan cuando flaquea la confianza.

El resentimiento de Dios, si se pude decir así, es que habían visto sus obras, y aún así desconfiaron de su intención salvífica.

Cuando las pruebas de la vida nos tientan de desconfianza en la salvación y amor del Señor, son engaños del pecado y la iniquidad.

Al anti-reino no le conviene que confiemos en el Señor, en la memoria de sus obras salvíficas.

No es digno de una relación de fe que desconfiemos de su intervención salvífica, aunque no sepamos en concreto cómo se plasmará cada día.

Durante cuarenta años / aquella generación me asqueó

Incluso debemos abrirnos a la posibilidad de una prueba, o de un ataque de regiones tenebrosas, que puede ser extensa, por muchas razones, como nos los explica S.Ignacio en las reglas de discernimiento cuando se refiere a la desolación.

Marcos 1,40-45



REFLEXIÓN

se acercó a Jesús un leproso

A un líder o una superestrella hoy, difícilmente nos podríamos acercar, en una alfombra roja. Los fans de ellos madrugan para ubicarse en las mejores localidades tras las barreras y poder vitorear y fotografiar a los admirados. Damos tanto por tan poco.

Jesús es asequible: su salud como salvación integral está disponible a los necesitados, que se acercan con la esperanza de sanar.

Los mismos discípulos no entienden esto muchas veces, porque lo mantienen cercado, para protegerlo del contacto con la gente.

Jesús ha tenido que echárselos en cara, pidiendo que los dejen acercarse.

La Iglesia Católica está preocupada por la cantidad de fieles que se hacen evangélicos, y propone mayor cercanía: lo estará logrando? Más bien da que pensar que al mismo tiempo se preocupe por un resto anquilosado del pasado que busca una liturgia en latín y una celebración de espaldas al pueblo, a contracorriente de los esfuerzos pastorales del Vaticano II.

Signos contradictorios que expone la Jerarquía en sus decisiones pastorales. Entretanto mira con recelo y aun sanciona las iglesias locales más populares y liberacionistas censurando su búsqueda de liturgias más participadas.

Cómo puede sorprendernos el silencio de Dios si nuestra conducta es incongruente y poco cercana, como comunidad que sirve el Reino.

suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme."

En el gesto de arrodillarse se exhibe una urgencia y el anhelo de provocar la misericordia y la compasión.

Quizá nos inhibe hacer ciertos gestos de petición porque asumimos que el Señor no lo necesita.

Pero nosotros sí necesitamos convencernos que tenemos confianza y estamos firmes en ella cuando solicitamos una gracia y por eso ponemos ciertos gestos.

Se dice que autocompadecernos puede ser tóxico, porque perdemos la energía que nos lleva a la lucha por la vida.

Sí y no. Es parte de nuestra conciencia sabernos frágiles y débiles en alguna coyuntura. Y es parte de nuestra autenticidad humana clamar por ayuda en nuestra postración.

Esa transparencia de quién soy ante el Señor es el fruto más preciado de la fe que solicita la intervención del Señor, porque mueve a una confianza firme.

Es como si dijéramos: Señor, éste soy yo y verdaderamente te necesito. Si alguien lo sabe soy yo.

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó

La cercanía de Jesús llega hasta tocar la miseria, porque sus entrañas se abren a la misericordia, que equivale a decir: tener corazón para la miseria.

Sentir y dar lástima. No es la palabra feliz para la compasión en nuestra cultura. Porque induce al menosprecio. Es una palabra desgastada que hay que reemplazar. Pero no debe eliminar su verdadero sentido: “es un sentimiento de empatía entrañable” que hace sentir el perjuicio ajeno como propio.

empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones

Después del ajusticiamiento de Juan Bautista Jesús debió sentir que debía cuidar su seguridad. Pero sus acciones de sanación le daban tal fama que era difícil mantenerse en bajo perfil. Y el bien de la vida que dispensaba estaba por encima del propio bien de conservar su vida.

Por otro lado, el evangelista podría tener su propia catequesis con su auditorio, buscando que entendieran el sentido propio del mesianismo y la naturaleza auténtica del reino proclamado por Jesús. El cual no coincidía exactamente con las expectativas de muchos sobre un futuro mesías.

se quedaba fuera, en descampado

La actuación de Jesús no era intencionalmente estridente ni exhibicionista, como mago de feria. Por seguridad? Como estilo de trabajo? Qué transmitía ese estilo? Que quería asegurar? Qué equívocos pretendía evitar? Un modo silente y tenaz de servir, orientado más por el efecto que por los medios, buscando más al otro que a sí mismo.

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Jueves 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 3,7-14

Salmo responsorial: 94

Marcos 1,40-45

DOCTORES DE LA IGLESIA


 


San Atanasio Sermón contra los gentiles 40-42

 EL VERBO DEL PADRE EMBELLECE, ORDENA Y CONTIENE TODAS LAS COSAS

 

El Padre de Cristo, santísimo e inmensamente superior a todo lo creado, como óptimo gobernante, con su propia sabiduría y su propio Verbo, Cristo, nuestro Señor y salvador, lo gobierna, dispone y ejecuta siempre todo de modo conveniente, según a él le parece adecuado. Nadie ciertamente negará el orden que observamos en la creación y en su desarrollo, ya que es Dios quien así lo ha querido. Pues, si el mundo y todo lo creado se movieran al azar y sin orden, no habría motivo alguno para creer en lo que hemos dicho. Mas si, por el contrario, el mundo ha sido creado y embellecido con orden, sabiduría y conocimiento, hay que admitir necesariamente que su creador y embellecedor no es otro que el Verbo de Dios.

Me refiero al Verbo que por naturaleza es Dios, que procede del Dios bueno, del Dios de todas las cosas, vivo y eficiente; al Verbo que es distinto de todas las cosas creadas, y que es el Verbo propio y único del Padre bueno; al Verbo cuya providencia ilumina todo el mundo presente, por él creado. El, que es el Verbo bueno del Padre bueno, dispuso con orden todas las cosas, uniendo armónicamente lo que era entre sí contrario. Él, el Dios único y unigénito, cuya bondad esencial y personal procede de la bondad fontal del Padre, embellece, ordena y contiene todas las cosas.

Aquel, por tanto, que por su Verbo eterno lo hizo todo y dio el ser a las cosas creadas no quiso que se movieran y actuaran por sí mismas, no fuera a ser que volvieran a la nada, sino que, por su bondad, gobierna y sustenta toda la naturaleza por su Verbo, el cual es también Dios, para que, iluminada con el gobierno, providencia y dirección del Verbo, permanezca firme y estable, en cuanto que participa de la verdadera existencia del Verbo del Padre y es secundada por él en su existencia, ya que cesaría en la misma si no fuera conservada por el Verbo, el cual es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura; por él y en él se mantiene todo, lo visible y lo invisible, y él es la cabeza de la Iglesia, como nos lo enseñan los ministros de la verdad en las sagradas Escrituras.

Este Verbo del Padre, omnipotente y santísimo, lo penetra todo y despliega en todas partes su virtualidad, iluminando así lo visible y lo invisible; mantiene él unidas en sí mismo todas las cosas y a todas las incluye en sí, de tal manera que nada queda privado de la influencia de su acción, sino que a todas las cosas y a través de ellas, a cada una en particular y a todas en general, es él quien les otorga y conserva la vida.

REFLEXIÓN
La idea y enfoque de armonía de los textos antiguos, se nutre o nutre una teología de orden y trabazón perfecta de todos los elemento entre sí. No es nuestra visión actual, que ha venido históricamente conflictuándose. Las causas son varias de diferente orden y la suspicacia puede atribuirles agendas ocultas a las mentes y circunstancias que varían contra lo establecido, o a pesar de ello. El orden ahora es sinónimo de establecimiento y zona confortable, que no se mueve a mejores programas, experiencias o logros. Pero tanto en uno como en otro enfoque, encontraremos visionarios de fe con aportes de sentido salvífico.

miércoles, 15 de enero de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Miércoles 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 2,14-18



REFLEXIÓN

así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos.

El alcance y extensión del efecto de la muerte y resurrección de Jesús fue propuesto para creerlo por la primera comunidad de creyentes.

Ellos según su conocimiento de Jesús de Nazaret, mientras vivía, predicaba, curaba, padecía y moría; y según su experiencia del encuentro de fe con el Resucitado, convergieron en un testimonio proclamado y también escrito después de un tiempo, que daba un significado liberador y universal a esta entrega de Jesús.

No hay evidencia ni de tipo forense ni de otro tipo de ese significado. Sino solo narraciones de testimonios, curaciones, conversiones y martirio, para acreditarlo.

Nosotros en el siglo XXI seguimos dependiendo de ese primer testimonio, conservado y transmitido por las comunidades creyentes, a cuya globalidad llamamos Iglesia. Y la nuestra sigue siendo una dependencia de fe, que además descubre signos de su verdad en la propia existencia.

Requerimos volver con frecuencia a esta perspectiva de las cosas para ubicarnos en el sentido, valor y alcance de lo que creemos y hacer frente a los desafíos que plantea la no creencia, o la creencia en otras formas.

Nosotros creemos como parte de esa misma fe, que en el soporte y apoyo de la misma nos colabora el Espíritu del Resucitado, que impulsa el reino del Padre en la historia.

Lectura tradicional cristiana que se sustenta en la resurrección-transformación de Jesús, testimoniada por sus discípulos/as, y la cual expresa la esperanza que nos sostiene la fe y la caridad: que la muerte no es la última palabra que se puede dar en este mundo pasajero, sino la vida abierta a un sinfín de realizaciones que perdurarán eternamente. Se trata pues de un sentido de vida, que nutre la energía de vivir y se mantiene cuando otros fallan.

liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos

Temer no tiene sitio ni lugar en la existencia animada por el Espíritu del Resucitado. Temor de fondo, temor profundo, aniquilamiento moral.

No somos dueños de los temores que surgen en otro orden, pero pueden ser domesticados para que se alineen con el sentido de vida y liberación de la muerte que emana del Resucitado.

tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo

El supuesto antropológico que soporta la creencia de esta primera comunidad, brota en una cultura específica que considera que solo tomando parte de una realidad es como se puede hablar, pensar y desarrollar o modificar la misma.

Solo siendo una persona humana concreta e inculturada podía para ellos ser parte de ellos y lograr algún cambio.

Jesús hizo creíble su misión y mensaje fraternizando históricamente.

Y todos hemos hecho la experiencia, al menos en la familia, que nuestra credibilidad, poca o mucha, se funda en nuestra convivencia.

Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Y el supuesto antropológico y cultural prosigue hasta el extremo cuando fija el máximo de credibilidad en la persona que es capaz de padecer por su misión y su entrega es capaz de llegar hasta el ofrecimiento de su propia muerte.

Jesús no sería memorializado-valga la expresión-si no hubiera convencido a sus seguidores. Éstos no hubieran seguido hasta el martirio sino a un Jesús creíble.

Y el sufrimiento suyo como consecuencia de su misión dio el toque definitivo a esa credibilidad.

La experiencia del dolor es la fuente de la empatía espiritual. Permite vivenciar la vida sobre la muerte y modificar existencialmente las actitudes que rompen el cerco del egocentrismo hacia la solidaridad.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

Dad gracias al Señor

Porque nos regala estos pensamientos y mociones hacia este sentido de vida.

dad a conocer sus hazañas a los pueblos

Cunde el deseo y la praxis de compartir la buena nueva entre más personas.

Se acuerda de su alianza eternamente

Nuestra fe descansa serena en la convicción de que todo Jesús: vida, mensaje, curaciones, sufrimiento, muerte y resurrección es un don del Padre.

Creerlo por lo tanto es apegarnos a un surtidor de bendición y amor vitalizador.

Otros pueden olvidar. Él no. Constantemente atiza el fuego de una pasión de búsqueda de su rostro.

Ha prendido en nosotros la chispa de una vida nueva, participación de la Resurrección de su Hijo. Y ya esto no tiene marcha atrás.

Marcos 1,29-39



REFLEXIÓN

Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles

Se aproximó, se hizo prójimo. El gesto constante de Jesús. No pasa indiferente, sino que interminablemente hace encuentros empáticos con las personas y sus necesidades apremiantes.

Jesús no rehuye la cercanía física para mostrar su ternura que cura. Como el médico que sabe que la medicina sin cuido no prospera.

Observamos en Jesús no una cosa y después otra, yuxtapuestas. Sino un fluir espontáneo entre su encuentro con la Palabra, su Padre, en la sinagoga y la curación de la fiebre a la suegra de Pedro, dando a entender que la Palabra se acredita en los hechos.

Jesús como hombre justo de su cultura no puede mirar con indiferencia la enfermedad, porque es portador de malas nuevas: el dominio de la ausencia del Señor y su bienestar. Es el pecado.

La población entera se agolpaba a la puerta

Uno entiende que los que te siguen de veras se contagian de la urgencia de aproximarse a las necesidades, sin descanso. Es la nueva vida que no cesa en expandirse

 levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar

Jesús nos muestra en el desarrollo de su misión la necesidad que existe de una constante comunicación con el que envía: el Padre.

Y de nuevo al ciclo de encuentro con la Palabra de su Padre, para dar nuevo alcance y despliegue a la misión encomendada.

Por eso es bueno retener, de nuestra parte, el sentido de proceso entre la oración y la misión como un flujo vitalizador a partir de nuestra existencia de fe en fraternidad y fraternización.

No se reduce a un grupo, un círculo o unos cuantos preferidos. Se abre siempre más.

Se podría pensar que tenemos ternura para curar, pero no suficiente apertura para repartir. Que nos hemos buscado demasiado a nosotros y nuestro propio interés.

Por qué oras Jesús? Quizás no tanto por ti sino por nosotros. Vivir como tú nos señalas implica un desgaste de la carne que porta el espíritu. Y necesitamos fortalecernos constantemente para no decaer. Lo que comienza bien puede deshacerse, torcerse, terminar mal. La cizaña no duerme en su crecimiento, para atajar el fruto.

"Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido."

Ayúdanos a comprender que hemos de darnos a muchos más allá de los círculos acostumbrados, donde se requiera.

Es lo admirable de ciertos hombres que dejan en manos de otros asignarles su misión: lugar, tiempo, modalidad.

Y así se alejan de buscarse a sí mismos. Y conectan con el designio en forma más pura y auténtica.

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Miércoles 1 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 2,14-18

Salmo responsorial: 104

Marcos 1,29-39