Sábado 1 de tiempo
ordinario
Año Impar
Hebreos 4,12-16
REFLEXIÓN
La palabra de Dios es viva
y eficaz, más tajante que espada de
doble filo, penetrante hasta el
punto donde se dividen alma y espíritu,
coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos
e intenciones del corazón
Solo
vivencia y experiencia existencial, sentido profundo diacrónico y caminar sincrónico,
habla a la propia conciencia de la veracidad de este texto.
Quien
hace la experiencia de Dios Padre de Jesucristo en su Palabra: textos,
proclamación, circunstancias y acontecimientos, verifica en ello el mensaje de
este texto-palabra de Hebreos.
Es
la verificación vivida que convence el corazón de la existencia e intervención
histórica del Señor, por su consistencia de cualidad pétrea, por su coherencia
como un todo bien ensamblado, por su vitalidad para proyectar el sumo bien para
los otros.
La
palabra provoca un flujo de vida buena que germina y florece en un bienestar
cualitativamente diferente, pero que toma en cuenta lo material.
Promociona
una transformación constante que brota de lo más profundo, y no cesa de manar
hasta el fin de los tiempos.
Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien
hemos de rendir cuentas
Hemos
de ser sinceros con nosotros mismos y reconocer que la Palabra nos pone a
reflexionar y examinarnos, y ante eso no cabe disimulo, desconocimiento,
evitación.
Es
más que vernos en el espejo, es más que el afrontamiento ante alguien a quien
le reconozcamos competencia.
Se
acerca en la semejanza a la confesión sacramental voluntaria, en la que
desahogamos el corazón, aun avergonzado, y como el publicano, no osamos
levantar la mirada del suelo.
Es
el homenaje a la soberanía del Señor, único absoluto ante quien nos
descubrimos, humillamos, y suspendemos nuestra autosuficiencia, en la esperanza
del perdón que restaure nuestra dignidad.
Porque
el Señor que nos envía su Palabra, lo hace en su Hijo y la dirige a sus hijos.
Un Padre que no destruye cuando juzga sino que enaltece al que se humilla.
La
pobreza y la humillación es un estado que el Señor acoge, con amor que regenera
y encumbra.
Será
el momento de la máxima transparencia, como la región donde el aire es más
sutil. Pero no cae de improviso. Se va acercando hasta madurar definitivamente.
Los
momentos del desenmascaramiento histórico, son preludios para el acto final. Un
signo de este anhelo es el clamor general por la transparencia de la conducta
pública. Que lastimosamente se deteriora, hasta convertirse en espectáculo,
exclusivamente.
Mantengamos la confesión de la fe
La
confesión sacramental es un recurso que mantiene viva la dimensión del perdón
como regeneración si se vive con fe, y no cae en el desgaste de la rutina y la
práctica mecánica.
Debería
estar inserta y ser contextualizada en el perdón fraterno, con propósitos de la
praxis solidaria e igualdad social, como una mostración del ágape mutuo que va
restableciendo la koinonía, la comunión comunitaria, reflejo de la comunión
divina.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de
nuestras debilidades
La
grandeza de la divinidad que Jesús reveló, se ubica en su kénosis, abajamiento
que sirve al humano y al mundo en su salvación. Pero también y además en su
perdón setenta veces siete. Es su ganancia por haberse encarnado y conocido de
primera mano nuestra madera y realmente hasta dónde podemos llegar.
sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros,
menos en el pecado
No
nos cabe que alguien tan comprometido con el sumo bien, pueda perjudicar y
hacer daño a alguien. Sería contradictorio. Y el absoluto de esta creencia
consiste en asumir que su compromiso es esencial con el bien y para hacer bien.
Por
eso Él no es ético, sino trans-ético. No le compete dilucidar un dilema
bien-bien mejor, porque su intimidad encarna el sumo bien.
acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente
Ya
lo sabemos: no se nos va a negar el perdón, pero ojo: debemos estar atentos a
las exigencias de la reparación de las víctimas que haya sembrado nuestra
iniquidad e injusticia.
Tú
sabrás cuándo acerques tu eternidad a nuestro tiempo para madurarlo para tu
intervención.
Salmo responsorial: 18
REFLEXIÓN
Que te agraden las palabras de mi boca, / y llegue a tu
presencia el meditar de mi corazón
Con
esta esperanza podemos tranquilamente abrir nuestra profundidad capaz de bondad
e iniquidad y ofrecer nuestro reconocimiento movidos por la Palabra para que el
perdón nos haga más ligera la existencia en su paz.
Porque
igual: en el enfoque de la no-existencia de ti, ni te escucharíamos ni podríamos
hablarte. Tú palabra es el medio para hacerlo.
Marcos 2,13-17
REFLEXIÓN
Jesús salió de nuevo a la orilla del lago
En
el pequeño entorno en el que se desenvolvía Jesús, ni siquiera parecido a la
gran cantidad de kilómetros que caminarán sus apóstoles.
Nunca
una proporción tan pequeña produjo un impacto tan grande que llega hasta nosotros
hoy.
Da
que pensar lo lejos que llega el Señor desde nuestra insignificancia.
la gente acudía a él, y les enseñaba
Jesús
está siempre disponible a recibir, atender y enseñar. Hay mucha simplicidad y
falta de solemnidad, por contraste, en su modo de interactuar con todos.
Los
fariseos eran los más letrados de su tiempo de modo que tenían prestigio y
popularidad por su ciencia, ejerciendo un gran influjo en la gente.
Sin
embargo se ve que Jesús tenía un algo más o un diferencial que le hacía
congregar en torno a sí multitudes.
Cómo
no levantar celos, resquemores, envidias así no hubieran motivos políticos en
el acecho de escribas y fariseos.
Nosotros
podemos hacer la prueba: vivamos dedicados y consagrados a una misión solidaria
y experimentaremos la agitación del anti-reino en forma de conspiraciones,
rumores, envidias, recelos, malos entendidos y prejuicios.
Porque
el buen obrar siempre levantará una
oposición que lo intenta silenciar.
vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo: "Sígueme."
Jesús mira y rescata un potencial para el
reino que para otros pasa desapercibido.
Con eso cumple a la perfección el modo de
actuar del Padre que no hace acepción de personas.
En
este relato vocacional tenemos una selección que se fija en una persona
desprestigiada, despreciada por la población, y posiblemente bajo sospecha,
sobre su honradez con el dinero. Un cobrador de impuestos era un
colaboracionista que podía hacer fortuna, como comisión del cobro.
Qué
diríamos hoy de una elección de un candidato moralmente indigno? Qué dirían los
reclutadores de seminarios y comunidades religiosas, si hoy se criba al máximo
para que no se cuele gente con malas recomendaciones, como pasa con los
homosexuales? Una campaña que se ha radicalizado, porque ellos son el chivo
expiatorio de los pedófilos, en la Iglesia?
Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores
y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: "¡De modo que
come con recaudadores y pecadores!"
Comer
era una acto de aceptación íntimo de un huésped, quien al participar de la mesa
de su anfitrión, gozaba de una inmunidad como la de un santuario. Estaba
protegido!
Jesús
sembraba signos de contradicción y provocaba escándalo en las etiquetas de los
grupos que definían quién era santo y justo, y quién no.
Hoy
vivimos una época de rebeldía frente a los convencionalismos que dividen.
Parece un influjo del mensaje de la buena nueva evangélica, que promueve un
Reino de hermanos. Sólo que no hagamos de la capa un sayo, pretextando la
justicia de la equidad e igualdad, si mantenemos la propia iniquidad.
Casta
inferior, vitandos de la sociedad ejemplar: enfermos de VIH, gente de bajo los
puentes, antisociales de diferente tipo, mujeres fáciles y embarazadas
solteras. Todo aquél que represente un desafío porque requiere algo de
solidaridad. Lo despreciable del mundo, como dijo Pablo, ha sido elegido. Para
Gloria de Dios. Porque esos huesos se recubrirán con carne y espíritu.
Porque
la envidia del buen obrar no descansa hasta encontrar una supuesta criminalidad
o falta que desacredite la bondad.
Nuestro
tiempo excedido en la dimensión mediática se nutre constantemente de
escándalos, entre los cuales destacan las supuestas malas acciones de personas
que se dedican al bien obrar.
El
resultado ha sido la desconfianza de todo el que se dedique a la buena obra,
porque se ve como refugio de criminales, hipócritas y depredadores.
La mentalidad de sospecha, la teoría de la conspiración,
nos hace en este momento más meritorio hacer el bien
No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido
a llamar a los justos, sino a los pecadores
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cuando le dijo a Pedro, quien no se dejaba lavar los pies: Si no te dejas, no
tendrás parte conmigo.
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