Corazón de Jesús B
Oseas 11,1b.3-4.8c-9
REFLEXIÓN
Cuando lo llamaba, él se alejaba
Yo enseñé a andar a Efraín, lo alzaba en brazos; y él no comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer.
La experiencia salvífica del Señor no reside en el temor ya que Él es inerme y con ello nos desarma.
Son nuestras experiencias personales las que permiten encarnar en el ahora la voz de la Palabra del Señor.
El amor no correspondido fielmente y a cabalidad como se quisiera es un tema frecuente de las experiencias humanas del amor. Y aportan no poca amargura a la existencia por la decepción que acarrean.
Ese registro es el que usa el profeta voz del Señor, para sensibilizarse y sensibilizar a su auditorio. Es ponernos en el lugar del Señor y sus “sentimientos” para empatizar con Él.
Y así como con el corazón humano tenemos que reconocer que no terminamos de comprenderlo, que el misterio de su libertad nos rebasa, también con el misterio trascendente del Señor, de quien es más lo que no sabemos que lo contrario.
El amor de Dios es circundante para quien lo descubre en su manifestación pluriforme mediante el testimonio de la conciencia. La misma no sólo vibra con fe ante el amor que beneficia, sino también ante el amor que clama la justicia en la víctima.A un esclavo, un paria, un descastado, un no nadie en una sociedad.
Imagen de una amor precedente, porque sí, no para nada. Un valor sobre todo valor, una dignificación de sobra, no requerida. Un amor sin causa precedente.
Por eso Ignacio habla de este amor que sólo puede ser de Dios y del que no se puede dudar como consolación sin causa precedente. La gratuidad pura. Cuando nos sentimos sobrepujados, arrebatados, aplastados por la evidencia no mostrable de su amor gratis.
No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta
Sólo tú sabes nuestro fondo, y aun el error innegable e inexcusable puedes cubrirlo con tu misericordia y compasión, porque esa parece tu última y fundamental palabra.
Aunque nuestra ingratitud lo colme, su amor pesa más. Como la madre incapaz de repudiar del todo a su hijo que es oveja negra. Siempre sentirá por él, como si fuera el más débil y el menos afortunado.
Interleccional: Isaías,12,2-6
REFLEXIÓN
El Señor es mi Dios y Salvador: / confiaré y no temeré, / porque mi fuerza y mi poder es el Señor, / él fue mi salvación. / Y sacaréis aguas con gozo / de las fuentes de la salvación.
De Jerusalén se narra el tener un abastecimiento de agua que la hacía superar los sitios de los enemigos.
Nosotros desde la fe en quien nos asiste desde dentro y entre nosotros, nos abastecemos sin extinción, del favor y la fuerza del Señor.
Efesios 3,8-12.14-19
REFLEXIÓN
también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio
La equidad soñada no se refiere solamente a los bienes materiales y culturales, sino también a los lazos del Espíritu, que consolidan la fraternidad de hombres y mujeres del mundo.
La globalización ha sido usurpada como oportunidad de hacer riqueza, pero pudiera ser la oportunidad de la repartición de bienes entre hermanos.
El pluralismo religioso en cuanto no traicione el Designio universal de fraternidad, paz, justicia y amor entre todos, es voluntad del Señor.
distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro
Unos para otros distribuimos a Dios, como la plenitud de la profecía sobre el conocimiento universal de Dios. Unos con más carisma específico y otros más en general, pero es para todos una responsabilidad.
como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas
Nos enfrentamos en la fe a un dilema radical: creemos o no creemos en estos hombres que insisten en proclamar que están llamados a distribuir la gracia y la revelación del Misterio de Dios en Jesucristo.
Es un dilema para toda la vida, que unos soportarán con más tranquilidad que otros.
Porque casi todos y todas en algún momento de su existencia han albergado dudas, resentimientos, odios y fobias contra la Iglesia, sus ministros, sus líderes, sus creyentes. Y han puesto en tela de duda que sobre estas fragilidades pueda soportarse el mensaje más trascendental para una humanidad: su salvación para siempre.
anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo
Pero algunos son impulsados a dar más de sí para este anuncio, en diversas y difíciles circunstancias.
el más insignificante de todos los santos
El contraste y la desproporción son tan fuertes y grandes que se requiere una dosis de humildad en la fe para que se mantenga, muchas veces como fuego tembloroso.
Quizás en esto se está dando el signo de la presencia fuerte del Espíritu: en la debilidad de la fe que persiste.
los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios
También los cielos y los poderes, cualquiera que sean, conocen ahora la plenitud de la revelación.
realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él
En Jesús hay una garantía de cercanía y lo contrario es la secuela del poder de la malignidad, cuya estrategia es impedirlo.
Doblo las rodillas ante el Padre
El nuevo nombre de Dios: Padre. El verdadero, ante quien se puede doblar las rodillas, sin temer una alienación, o falsedad.
el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra
La Palabra nos convoca a creer que pertenecemos al Padre y en Él formamos una familia. La única familia para siempre.
Eterno es un concepto que nos suena a refrigeración. Algo que se congela para que dure y nos sirva más adelante.
Pero más bien traduce una realidad sin tiempo como el histórico, que permanece y no se deteriora. Porque nuestra experiencia humana, incluso la preciada familia de carne y sangre se deteriora, mínimamente con el desenlace de los miembros.
Así no es exacto hablar de Dios y su existencia para los que escuchamos la Palabra, sino de la familia del Padre a la que pertenecemos.
Nuestro Dios, antes que absoluto, misterio, Creador incluso, es Padre de familia.
Cuando la fe arraiga por el don del Espíritu, nos instalamos en una pertenencia que transforma nuestro espíritu en un familiar. Dejamos de ser huérfanos, expósitos, arrimados, excluídos.
Y cuando la fe es viva, se manifiesta en la práctica de la fraternidad. Hace lo que puede para que toda persona experimente la familiaridad del Señor.
robusteceros en lo profundo de vuestro ser
En la era del furor por el crecimiento personal, esta bendición constituye un aporte del beneficio de la fe en Jesús.
Un robustecimiento raizal, fundamental, que brota desde lo más hondo y se brinda como un servicio al crecimiento de otros.
Cristo habite por la fe en vuestros corazones
No el corazón sentimental, ni la profundidad del ego-centrismo, sino en el sí mimo (self), la armonía e integralidad profunda, que se da por la gracia e inhabitación de Cristo Jesús.
el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento
El amor, lo más nombrado pero el menos comprendido, como lo sine qua non del designio humano y divino.
Es motor y es meta, es medio y es fin. Es como el cielo en la tierra, un goce en medio de la limitación y finitud, una vida con crucifixión. Una fortaleza en la debilidad, una verdad en la precariedad que surge del engaño que nos rodea. Una experiencia de la ambivalencia y la ambigüedad, pero con un fondo de esperanza y firmeza que surge desde lo más íntimo y nos convence de una presencia amorosa y afianzadora.
lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo
Son esta visiones las que nos alcanzan la serenidad incluso en el terreno social, porque todo se ve a la luz del designio al que somos llamados y participamos desde ya.
Muchas de las manifestaciones sociales actuales que claman por sus derechos, echan de ver la desesperación y la necesidad que tienen de arribar a la visión de fe compartida para luchar por el designio.
Juan 19,31-37
REFLEXIÓN
al punto salió sangre y agua
Su cuerpo convertido en sacramento primordial de la entrega radical y exhaustiva. En él se mostraba que ya no había sangre, sino sangre y agua.Es el fundamento de todos los gestos que hacen memoria de su entrega y nos convierten en partícipes y con sentido de pertenencia, a su cuerpo eterno: bautismo y eucaristía.
él sabe que dice verdad
El testigo nos habla de una verdad serena. No hay que mostrarla histéricos ni imponerla. Ella viene por su fe para darnos vida.
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motivaciondehoy
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Interleccional: Isaías,12,2-6
Efesios 3,8-12.14-19
Juan 19,31-37