sábado, 30 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 3 de tiempo ordinario

Hebreos 11,1-2.8-10



REFLEXIÓN

La fe es seguridad de lo que se espera

También seguridad de lo que se cree? Cuál seguridad? Cómo? Sin miedos, incertidumbres, dudas? No parece.

Coexiste con esas manifestaciones sicológicas y vulnerabilidades personales. Es un don trascendente que se adueña de la vida y la permea, en unos más lentamente que en otros.

Es un proceso que gana terreno, si nos ponemos en ello.

Ignacio de Loyola habla de quitar obstáculos, dejarse llevar. No quiere decir que no se opongan resistencias. Porque lo desconocido nos aterra, a unos más que a otros.

prueba de lo que no se ve.

Para el que quiere ver. No todos aceptan esa prueba.

Se trata de un sentido de coherencia, de rumbo, de sentido de vida. Una corriente de energía que emerge como la más viable de la orientaciones de la propia existencia.

Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos

Una existencia envuelta en hechos que adquieren una perspectiva ascendente de promesa y signos de cumplimiento.

Porla fe adquiere Abraham un compañero de ruta, que va demandando entrega de su confianza.

Interleccional: Lucas 1



REFLEXIÓN

Nos ha suscitado una fuerza de salvación

Para quienes evitan fijarse en las imágenes evangélicas del resucitado, por sentir que no vienen a cuento en una época desmitificada, interpretan mejor la presencia nueva de Jesús en el mundo como una fuerza de salvación que se ha suscitado.

Esa dynamis es un Espíritu creador que trastorna y transforma la realidades hacia el reino.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

La salvación tiene enemigos. Quién lo diría?. Porque no todos entienden lo mismo al interpretar la salvación.

le sirvamos con santidad y justicia

Porque vivir salvados se muestra en un servicio al amor y la justicia.

Marcos 4,35-41



REFLEXIÓN

Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua.

Con la tesis del calentamiento global y los seismos manifestados en mayor intensidad, este pasaje podría llamarnos la atención de modo más pertinente.

No relacionamos en la fe culta los acontecimientos catastróficos con la voluntad de Dios, porque nos repugna un Señor que hace sufrir a sus criaturas con la rebeldía de la naturaleza.

Pero esta rebeldía está plasmada por Pablo en Romanos, como muestra de la opresión que sufre la creación por la vanidad de los hombres.

Aun así el evangelio nos da cuenta de Jesús como intercesor de los humanos ante la naturaleza. A cambio de qué? De un mayor sentido del reino y su justicia.

"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?"

Porque se despierta muestra que sí le importa. Que no es su voluntad esa tragedia.

Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?"

Como David cuya fe en el Señor le ayudó a la conversión de su pecado

La fe es un proceso que nos libera de miedos y cobardías.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1355492842442010628?s=20

BEATO CARLO

BEATO CARLO 


El P. Sandro Villa fue el capellán del hospital del Hospital San Gerald en las afueras de Milán que le dio a Acutis la Unción de los Enfermos y la Santa Comunión el 10 de octubre de 2006, el día antes de que Acutis entrara en coma debido a una hemorragia cerebral causada por el subtipo M3 de leucemia mieloide aguda. Villa compartió en un evento en Asís el 13 de octubre que fue conmovido por la "compostura y devoción" de Acutis al recibir los sacramentos en la habitación del hospital. "En una pequeña habitación, al nal del pasillo, me encontré frente a un niño. Su rostro pálido pero sereno me sorprendió, impensable en una persona gravemente enferma, especialmente en un adolescente", dijo. "También me sorprendió la compostura y la devoción con la que, aunque con dicultad, recibió los dos sacramentos. Parecía muy joven, expresó un amor especial por Dios, a pesar de que sus padres católicos habían dejado de asistir a misa.

La Dra. Andrea Biondi y el Dr. Mómcilo Jankovic, que trataron a Acutis en la clínica pediátrica del Hospital St. Gerald, grabaron sus recuerdos juntos en un periódico que fue leído en voz alta en el evento. Dijeron: "Carlo era como un meteorito con un rápido paso por nuestro barrio; leucemia se lo llevó antes de que pudiéramos llegar a conocerlo incluso un poco. Sin embargo, sus dulces ojos permanecen arraigados [en nuestros recuerdos]. Su mirada estaba llena de atención ... de valor, de amor, de fuerte empatía. 


De la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del
Concilio Vaticano segundo
(Núms. 18. 22)

EL MISTERIO DE LA MUERTE

 Todos los esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sean, no logran
acallar esta ansiedad del hombre: pues la prolongación de una longevidad biológica no
puede satisfacer esa hambre de vida ulterior que, inevitablemente, lleva enraizada en su corazón. Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, adoctrinada por la divina revelación, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz que sobrepasa las fronteras de la mísera vida terrestre. Y la fe cristiana enseña que la misma muerte corporal, de la que el ser humano estaría libre si no hubiera cometido el pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre la salvación perdida por su culpa. Dios llamó y llama al hombre para que, en la perpetua comunión de la incorruptible vida divina, se adhiera a él con toda la plenitud de su ser. Y esta victoria la consiguió Cristo resucitando a la vida y liberando al hombre de la muerte con su propia muerte. La fe, por consiguiente, apoyada en sólidas razones, está en condiciones de dar a todo hombre reflexivo la respuesta al angustioso interrogante sobre su porvenir; y, al mismo tiempo, le ofrece la posibilidad de una comunión en Cristo con los seres queridos, arrebatados por la muerte, confiriendo la esperanza de que ellos han alcanzado ya en Dios la vida verdadera.




viernes, 29 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 3 de tiempo ordinario

Hebreos 10,32-39



REFLEXIÓN

Recordad aquellos días primeros, cuando, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: ya sea cuando os exponían públicamente a insultos y tormentos, ya cuando os hacíais solidarios de los que así eran tratados

Quizás todavía nuestro martirio no llegue al derramamiento de sangre ni a la tortura. No por eso se nos ahorran las oportunidades para testimoniar la fe y los principios que la conciencia iluminada por la fe extrae.

Porque vivimos en un mundo que presta mucha atención, asentimiento y aprobación a lo que los medios de comunicación masiva publicitan en complicidad con el mercado y la ganancia económica.

De tal manera que parece inconcebible que el secreto no sea complicidad y no se permite pensar en la posibilidad que sea una protección de la dignidad de la persona humana.

Descubrir secretos se tiene como una evidencia de culpabilidad, que en sí misma es una sentencia. Y así la exuberancia mediática además de desvelar es juez.

Hemos llegado al punto que emotivamente nos cuesta refrenar la opinión que condena, sin esperar a ponderar otros hechos y a iluminarlos por principios evangélicos y éticos.

Nuestro martirio actual entonces podrá consistir en la manifestación ecuánime de nuestra opinión a la luz del evangelio aunque no goce de una mayoría de votación. Porque la votación mayoritaria no hace de una falsedad una verdad.

No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa

Se trata de una valentía que no recibe galardón mediático alguno. Ni figura en alguna lista de popularidad para asegurar algún beneficio material.

Salmo responsorial: 36



REFLEXIÓN

Confía en el Señor y haz el bien

Porque si peleamos la causa del Señor Él sacará nuestra lucha de la frustración final.

El Señor asegura los pasos del hombre

La seguridad que tanto anhelamos como individuos y sociedad no se obtendrá con armas, ni represión sino con la valentía de la conciencia iluminada por el evangelio.

Marcos 4,26-34



REFLEXIÓN

El reino de Dios se parece

Son las claves de Jesús para entender y entenderse con el Reino, en el mundo y en la vida ordinaria.

La vida que discurrimos son visos de la vida definitiva.

Y podemos ayudarnos de lo que acontece para asomarnos a lo profundo, donde se debate el final.

la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo

El reino tiene su propia energía, la del Señor, no le hace que requiera nuestra colaboración.

La vida de Dios está en el mundo. No sabemos cómo, pero está.

Su presencia se nos actualiza en diferentes coyunturas y momentos.

Lo que parece exclusivo protagonismo nuestro, tiene una asistente misterioso que consiste en la vida de Dios.

Reconocerlo es un aprendizaje para la conciencia, que vivencia al Padre como un acompañante de su crecimiento, mientras camina en su existencia mundana.

Porque en toda esta gesta evangélica no nos podemos tampoco considerar actores únicos e irremplazables hasta el extremo de hundir la causa del reino.

Ya que el dueño de la mies sigue trabajando en todo, como en la semilla que sigue creciendo mientras dormimos.

"¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas."

Muchas otras parábolas o semejanzas podemos inventar, porque nos alienta la palabra de Jesús.

La creatividad en encontrar esos visos de presencia es parte del Espíritu del Señor que nos alienta.

Sin embargo, Jesús les afirmaba lo contrario: que el Reino de Dios nacía de los pobres, de los marginados, de los pecadores, es decir, del desecho de la sociedad... que los poderosos, empezando por los del templo, tenían que cambiar de vida... que los ricos debían compartir con los pobres sus riquezas, para así devolverles lo que habían robado

No es un automatismo evidente: el desecho de la sociedad. No es una fenomenología e identificación sociológica, o científico-social, aunque se apoye en ello. Los salvados son decisión de Dios, y una condición social no es garantía de salvación.

En la aparición y crecimiento de este reino se da una desproporción: lo más pequeño origina lo más grande, y no puedo medir lo uno por lo otro.

La humildad y el silencio de largas temporadas puede ser el presagio de una vida potente, que explosionará en algún momento, más que la paz de los sepulcros.

Todo aquél que honestamente se deja formar por la palabra en el tiempo oportuno, ofrecerá un testimonio relevante, también oportuno.

Porque es posible que otros vengan a unirse a este testimonio, atraídos por su vitalidad y fortaleza. Y en encuentren en él, el sentido de su propia fe.

Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado

Es la finalidad de un buen educador de la fe como Jesús: que entiendan.

Se trata de una cadena que formamos en la fraternidad, en la que unos a otros nos vamos formando y explicando las parábolas de la vida con sentido de reino. Somos a la vez unos para otros maestros y alumnos.

Es posible que la experiencia histórica enseñara a las comunidades, y el evangelio que transmiten, a fijarse en el sentido diverso para la comprensión del mensaje de Jesús de Nazaret.

Un grupo con un seguimiento más íntimo y cercano recibía explicaciones adicionales, dada la evolución escandalosa de los hechos: pasión y muerte de Jesús.

Esta suerte del Señor Jesús no era suficientemente entendida por otros, que desfallecían.

La pieza clave para pasar de una a otra comprensión era el acontecimiento pascual:la resurrección de Jesús por su Padre.

No podemos decir que ese problema no exista en nuestros días, ante la diversidad de comprensiones del mensaje de Jesús de Nazaret.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50, 480-484)

Pablo, encerrado en la cárcel, habitaba ya en el cielo, y recibía los azotes y heridas con un agrado superior al de los que conquistan el premio en los juegos; amaba los sufrimientos no menos que el premio, ya que estos mismos sufrimientos, para él, equivalían al premio; por esto, los consideraba como una gracia.



REFLEXIÓN

La gracia más bien, y motivo de acción de gracias, es poder descodificar el sufrimiento de la persecución por la fe, como una bendición y señal del agrado del Padre. Sólo una gracia trastorna nuestra repugnancia al sufrimiento y la humillación, en un gozo que no queda a disposición de ninguna circunstancia adversa y mudable.

Sopesemos bien lo que esto significa. El premio consistía ciertamente en partir para estar con Cristo; en cambio, quedarse en esta vida significaba el combate; sin embargo, el mismo anhelo de estar con Cristo lo movía a diferir el premio, llevado del deseo del combate, ya que lo juzgaba más necesario.
Comparando las dos cosas, el estar separado de Cristo representaba para él el combate y el sufrimiento, más aún, el máximo combate y el máximo sufrimiento. Por el contrario, estar con Cristo representaba el premio sin comparación; con todo, Pablo, por amor a Cristo, prefiere el combate al premio.
Alguien quizá dirá que todas estas dificultades él las tenía por suaves, por su amor a Cristo. También yo lo admito, ya que todas aquellas cosas, que para nosotros son causa de tristeza, en él engendraban el máximo deleite. Y ¿para qué recordar las dificultades y tribulaciones? Su gran aflicción le hacía exclamar: ¿Quién sufre angustias sin que yo las comparta? ¿Quién es impugnado por el enemigo sin que esté yo en ascuas?



REFLEXIÓN

Es verdad. Muchos creyentes comprometidos con la evangelización en alguna de sus modalidades sienten mucha atracción por el trabajo que hacen en favor de la Iglesia, de las comunidades, de las personas. Y para nada piensan en premios o descansos, porque le urge atender a los más que pueda. No se les aplica aquello de que la religión es opio.


Os ruego que no sólo admiréis, sino que también imitéis este magnífico ejemplo de virtud: así podremos ser partícipes de su corona.
Y si alguien se admira de esto que hemos dicho, a saber, que el que posea unos méritos similares a los de Pablo obtendrá una corona semejante a la suya, que atienda a las palabras del mismo Apóstol: He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, que el Señor, justo juez, me otorgará aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su venida. ¿Te das cuenta de cómo nos invita a todos a tener parte en su misma gloria?
Así pues, ya que a todos nos aguarda una misma corona de gloria, procuremos hacernos dignos de los bienes que tenemos prometidos.
Y no sólo debemos considerar en el Apóstol la magnitud y excelencia de sus virtudes y su pronta y robusta disposición de ánimo, por las que mereció llegar a un premio tan grande, sino que hemos de pensar también que su naturaleza era en todo igual a la nuestra; de este modo, las cosas más arduas nos parecerán fáciles y llevaderas y, esforzándonos en este breve tiempo de nuestra vida, alcanzaremos aquella corona incorruptible e inmortal, por la gracia y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.



REFLEXIÓN

La fe  que se deja llevar por el Espíritu Santo es potente por la conciencia que alberga del potencial de cambio que porta en medio de las viscisitudes de la existencia. Y así se hace capaz de compromisos que en principio parecen reservados a personas muy por encima del promedio.

jueves, 28 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 3 de tiempo ordinario

Hebreos 10,19-25



REFLEXIÓN

acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura

Tenemos un trabajo que hacer, un proceso que emprender, mantener y finalizar:lograr la disposición, la actitud apropiada para acercarnos a lo que se nos ofrece gratuitamente.

Un corazón sincero, purificado de malas intenciones es un interior que combate las acechanzas que constantemente surgen contra la unidad, la paz, la justicia, el ágape.

Es cierto que tal acechanza es tenaz, continua y no pocas veces nos hace caer o trastabillar.

Ni aún así debiéramos dejar el proceso.

Se nos llama pues a una fidelidad al proceso, sin desmayo ni desánimo.

Junto a eso se nos provee de una baño del cuerpo que promueve nuestra progresiva transformación:el bautismo.

Quizás recibido cuando no teníamos ni idea, nos toque avivarlo y confirmarlo como un baño de regeneración que nos acompaña toda la vida.

fijémonos los unos en los otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas obras

La necesidad de unos con otros que se manifiesta en el común de la vida corriente, debe llenarse de un espíritu de ágape que nos permita animarnos mutuamente, como se hace en los grupos de ayuda de diferentes trastornos.

Pero debemos tener en cuenta que los grupos también tienen sus tentaciones de abandonarlos por las dinámicas de confrontación y envidia que pueden surgir.

Salmo responsorial: 23



REFLEXIÓN

El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos

La pureza del corazón no consiste en no tener ídolos, sino en no confiar en ellos.

La producción de ídolos no parará en toda nuestra existencia, porque nuestro caminar constantemente anhela un absoluto y a veces claudica, por el rigor del camino.

Marcos 4,21-25



REFLEXIÓN

Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz.

Cómo se puede descubrir lo que se hace a ocultas: solamente lo que se hace por solidaridad, pues en su momento brillará.

No por vanagloria sino por Espíritu de edificación.

La buena obra del reino se puede hacer con sigilo para evitar la presunción y la búsqueda de vanagloria, pero deja huella que acaba por darse a conocer.

No nos damos gloria pero el Señor nos cubre con la suya.

al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene

Tener y no tener qué? entrega, generosidad, solidaridad.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Jueves, III semana

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477·480) 

Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.



REFLEXIÓN

Nuestro tiempo actual, tomando en cuenta el volumen de reclamos y quejas, amparados en derechos supuestos o reales, se ha debilitado la actitud de energía como la del apóstol, que sigue sin mirar atrás y no gasta tiempo en lamer sus heridas. Lo cual no debe ser una argumentación a favor de la insensibilidad con las víctimas verdaderas e inocentes de los diferentes abusos que producimos.


Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Gracias sean dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho más que otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.



REFLEXIÓN

Lo único, lo que más deseaba era agradar a Dios. Su magis, la estatura máxima que se deseaba alcanzar era la identificación con el beneplácito de Dios. Lo cual por ser un Misterio de fe, entregado a nuestro discernimiento por obediencia de fe, no es fácil de determinar, porque todos amamos nuestra opinión por encima de todo, incluso en formas sutiles de búsqueda de nosotros mismos, no importa que probada santidad sea la nuestra.

Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él, de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.



REFLEXIÓN

Posicionarse en el amor de Cristo es encontrar la perla escondida en el campo, por la cual se cambia todo para obtenerla. Es ubicarse en una región indeterminada de la existencia desde donde es posible avanzar contra viento y marea, con una energía inacabable, infatigable, siemrpe en seguimiento de sus huellas, siempre con el empuje de su Espíritu. 

miércoles, 27 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 3 de tiempo ordinario

 

Hebreos 10,11-18



REFLEXIÓN

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados

Cuántos sacerdotes, ministros o pastores hoy en día, en los diferentes cultos y religiones serán capaces de relativizar su propio ministerio y misión, para enfatizar y enfocar el único sacrificio, ministerio y misión de Jesús de Nazareth, muerto y resucitado?

No tenerlo suficientemente en cuenta en las jerarquías eclesiásticas, vitalicias o temporales, proyecta una sombra de desconfianza en su lealtad a Jesús, y en la credibilidad de su ministerio y misión.

Levantan en muchas ocasiones la suspicacia sobre su ambición de poder.

Hoy vivimos un tiempo especialmente sensible a este punto, porque además de la suspicacia se da la confrontación y el ataque abierto a la autoridad de las jerarquías, sacando al escenario mediático hechos de corrupción en los que se les acusa de ser autores y cómplices.

En algunos casos algunas de estas jerarquías han admitido esas culpabilidades de alguno de sus miembros y han pedido perdón.

No sólo han olvidado a quién sirven y representan, sino que han malogrado hasta cierto punto el servicio a la misión del reino tomando parte en el anti-reino.

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados

Todo trabajo de fe consiste en volver al Espíritu del único sacrificio, el que hizo para siempre Jesús de Nazareth con su vida, palabra y obra.

Los ejercicios de Ignacio de Loyola son enfáticos y frenéticos en la identificación con Jesús y su misión.

Es la intuición genial aupada por el Espíritu de Dios que interviene en toda época para cuidar de su parcela.

Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados

Con Jesús y su entrega se nos dio y se nos dejó para siempre su perdón. El que afanosamente y anualmente gestionaba un sumo sacerdote hebreo en el silencio del santo de los santos. O el que con sangre y en medio de alaridos espantosos dramatizaban los sumos sacerdotes de algunas religiones que sacrificaban humanos.

Entre nosotros si hay perdón no hay pecado. Si actuamos el perdón, renace el ágape y la fraternidad, y el pecado se esfuma como un delirio nocturno ante el amanecer.

Salmo responsorial: 109 



REFLEXIÓN

 

yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora 

Cómo aparece la materia, sólida e impenetrable como la vemos y palpamos, desde un origen elemental que es indefinido en su composición según los físicos?

 

Esa fue una de las discusiones más acérrimos en los primeros siglos sobre la aparición de Jesús como Hijo de Dios, no por nacimiento sino por generación. Una distinción que parece juego de palabras.

 

Se quería entonces proteger y subrayar que en Jesús, como Hijo de Dios-su Dios y nuestro Dios, el único de quien es posible esperar una verdadera salvación-se daba una línea legítima de salvación plena, definitiva, radical, irreversible. 

 

Marcos 4,1-20



REFLEXIÓN

tuvo que subirse a una barca

Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar

Salió el sembrador a sembrar

El escenario y el tema de la parábola muestran una incongruencia: sentado en una barca no habla de parábolas de pesca, sino de siembra y semillas.

Es posible un montaje posterior que disloca del escenario original.

Eso más que fraude puede indicar acomodación al tipo de auditorio, flexibilidad del mensaje según los oyentes.

Una estrategia pedagógica aprendida del mismo Jesús por los apóstoles y catequistas posteriores.

El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno

En el mensaje de la parábola hay reminiscencias proféticas a propósito de una realidad observada durante siglos: el resto.

El resto es la cantidad indeterminada de personas que se mantienen leales y fieles a la Palabra, que son tierra buena, que abren los oídos y escuchan.

Y aun en el resto hay diferencias de aprovechamiento y señalamiento. Diferencias individuales, de la variedad de ejercicios de libertad personal, porque se dan diferentes cantidades de cosecha.

Entonces por un lado hemos de reflexionar sobre nuestra pertenencia al resto: se da?

Y por otro hemos de ponderar nuestra cosecha, la que debemos y la que podemos en acción de gracias por ser buena tierra aún.

"¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás?

En la experiencia del ministerio de la Palabra los predicadores fueron recogiendo dificultades de los que escuchaban.

Se consternaban observando que no todo el mundo acogía la palabra congruentemente, y aunque escuchaban no actuaban de acuerdo a ella.

Incluso aunque actuaran no todos eran tan perfectos en su aprovechamiento. Establecían comparaciones y hasta se etiquetaban creyéndose unos más justos que otros.

Entonces proponen los evangelizadores que los escuchas sean honestos y se examinen sus actitudes al escuchar la palabra y se cuestionen sobre su cumplimiento.

Nos invitan pues a una autocrítica.

Ayuda entender la parábola en una fase posterior de alegoría que se brinda como una tipología de actitudes de escucha basada en las diferencias que se pueden dar en una siembra, dependiendo de la clase de tierra en la que cae la semilla, cuando se siembra al voleo.

Así hay semillas a borde del camino, en tierra llena de piedras o entre zarzas.

Aun en la tierra fértil, unas dan más cosecha que otras.

viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben

Convertirse en mejor tierra sería el compromiso.

Mejor escucha, mayor constancia y valentía, menos ambición del mundo y más cosecha.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1354396871331098628?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Miércoles, III
San Bernardo Sermón sobre el Cantar de los Cantares 61,3-5

¿Dónde podrá hallar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo, sino en las llagas del Salvador? En ellas habito con seguridad, sabiendo que él puede salvarme. Grita el mundo, me oprime el cuerpo, el diablo me pone asechanzas, pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre piedra firme. Si cometo un gran pecado, me remorderá mi conciencia, pero no perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, fue traspasado por nuestras rebeliones. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo? Por esto, si me acuerdo que tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ya no me atemoriza ninguna dolencia, por maligna que sea. Por esto, no tenía razón aquel que dijo: Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Es que él no podía atribuirse ni llamar suyos los méritos de Cristo, porque no era miembro del cuerpo cuya cabeza es el Señor. Pero yo tomo de las entrañas del Señor lo que me falta, pues sus entrañas rebosan misericordia. Agujerearon sus manos y pies y atravesaron su costado con una lanza; y, a través de estas hendiduras, puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver qué bueno es el Señor. Sus designios eran designios de paz, y yo lo ignoraba. Porque, ¿quién conoció la mente del Señor?, ¿quién fue su consejero? Pero el clavo penetrante se ha convertido para mí en una llave que me ha abierto el conocimiento de la voluntad del Señor. ¿Por qué no he de mirar a través de esta hendidura? Tanto el clavo como la llaga proclaman que en verdad está en Cristo reconciliando al mundo consigo. Un hierro atravesó su alma, hasta cerca del corazón, de modo que ya no es incapaz de compadecerse de mis debilidades. Las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de nuestro Dios, por la que nos ha visitado el sol que nace de lo alto. ¿Qué dificultad hay en admitir que tus llagas nos dejan ver tus entrañas? No podría hallarse otro medio más claro que estas tus llagas para comprender que tú, Señor, eres bueno y clemente, y rico en misericordia. Nadie tiene una misericordia más grande que el que da su vida por los sentenciados a muerte y a la condenación. Luego mi único mérito es la misericordia del Señor. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos. Y, aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y, si la misericordia del Señor dura siempre, yo también cantaré eternamente las misericordias del Señor. ¿Cantaré acaso mi propia justicia? Señor, narraré tu justicia, tuya entera. Sin embargo, ella es también mía, pues tú has sido constituido mi justicia de parte de Dios.



REFLEXIÓN

Podríamos tomar más en serio el crucifijo, no la cruz sola y desnuda.No el martirio, la persecución, la acechanza. En el crucifijo, fijado en la cruz, encontramos al hombre inocente y generoso, que superó su propio miedo y aceptó entregarse a la justicia humana, pero sobre todo a la voluntad del Padre. Está fijado quien ya es glorioso, porque un trauma pasado, debe superarse para llevarnos a la gloria de la generosidad y la entrega. El cruci fijado nos debe inspirar potencialidad de libertad de todo lo que nos pueda someter, porque ya está glorificado.

martes, 26 de enero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Martes 3 de tiempo ordinario

Hebreos 10,1-10



REFLEXIÓN

La Ley, que presenta sólo una sombra de los bienes definitivos y no la imagen auténtica de la realidad, siempre, con los mismos sacrificios, año tras ano, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan a ofrecerlos.

Por la vida nueva y verdadera que contemplamos en Jesús resucitado estamos en  contacto con la realidad y no con la sombra.

Esto tiene que ver con toda ley, como emblema de cualquier creación de este mundo, que pretenda instaurar la realidad auténtica.

Los creyentes de Jesús Nazareno somos unos desquiciados de este mundo, porque nos mantenemos a distancia de la sombra que cualquier estructura nos presente como realidad.

Aunque suena a Platonismo o neoplatonismo, y su consiguiente menosprecio del mundo corruptible, los creyentes amamos el mundo nuevo que va emergiendo en la sombra de realidad del mundo viejo, cuya Ley se centra en la denuncia del pecado pero no en una nueva creación.

Así la fe nos lleva a una actitud y actuación paradójica: no amamos el mundo antiguo que se degenera, pero amamos el mundo nuevo que en sus entrañas se construye.

"No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la ley. Después añade: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.

Es nuestra punta de lanza para introducir en la corrupción la incorrupción de la vida nueva amanecida en Jesús Nazareno resucitado: celebrar el único sacrificio que él realizó más que en un rito, en la existencia de cada día.

Salmo responsorial: 39



REFLEXIÓN

en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: "Aquí estoy"

Toda espiritualidad como apropiación de la Palabra es un ejercicio de fe que la busca encarnar en la existencia cotidiana.

Los ejercicios ignacianos desde su presentación en las primeras anotaciones ubican el esfuerzo de fe que piden al ejercitante como una disponibilidad para hallar la voluntad de Dios.

Así los creyentes encontramos el sentido de la vida en la escucha, en abrir el oído, como lo hizo nuestro redentor y salvador.

Marcos 3,31-35



REFLEXIÓN

llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar

La institucionalidad del mundo, que es noble en su misión pero insuficiente respecto de la vida nueva.

La familia de Jesús probablemente no seguía complaciente sus andanzas, y más bien temería las consecuencias de su pretensión por el reino de Dios.

Quizás nos extraña que se pueda incluir a su madre en esta actitud, pero aún así María sigue siendo una guía porque no esconde sus propias dudas frente a la misión de su hijo.

Tener dudas no significa no tener fe, sino que pude significar una búsqueda más profunda de sentido para una apropiación más libre y entregada.

Este conjunto: madre y hermanos, pretendía cumplir en Jesús de Nazaret lo que todos los humanos en alguna forma experimentamos. A saber: el control social de la familia. Son los primeros que ejercen sobre nosotros el control de lo bueno y lo malo mientras crecemos. Y son quienes nos censuran si incurrimos en error, aunque no sea cierto.

Jesús desafía ese control, no por el gusto de rebeldía. Simplemente no es un rol apto para su misión que es controlada sólo por su Padre, quien lo envió.

"Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre."

En ese momento Jesús de Nazareth se pronuncia como hombre nuevo, y con él amanece la vida nueva del Padre.

Se trata de una nueva familia: la de los hijos de Dios y hermanos entre sí, sin más divisiones.

María ascenderá a esta visión y se considerará como madre de muchos hijos, una vez Jesús se transforme con la resurrección.

Ella también su une a la nueva familia de los que escuchan la Palabra y la ponen en práctica.

 

El costo será quedarse solo e incomprendido. Aunque no totalmente, porque la madre de Jesús en otros relatos le sigue fielmente hasta el final.

Señal que ella sí entendió su nueva maternidad como partícipe de la misión del Padre.

Y no porque el Padre suene a machismo, sino porque el Padre-Madre Dios, más allá de las categorías de género, en María llamó a una maternidad más allá de mujer, como colaboradora de una misión para un Reino novedoso.  

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