sábado, 7 de diciembre de 2024

PALABRA COMENTADA

Sábado 1 de Adviento

Isaías 30,19-21.23-26



REFLEXIÓN

no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido

El llanto bienaventurado, por la felicidad que significa ser oido en su gemir.

Don de Pascua concedido con el Espíritu que gime con nosotros en forma inenarrable desde lo más profundo.

Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por él.

El Dios compañero y custodio es una de las primeras imágenes que condensan la experiencia religiosa del Israel bíblico.

Se da en una cultura transhumante, pero no se extingue con ella.

De esa cultura queda en el fondo del espíritu la presencia positiva y fortificante de quien se mantiene a nuestro lado y promueve la autocrítica como purificación de nuestra visión imperfecta, de nuestra justicia lábil y de nuestro amor débil.

Como un fuego perpetuo que caldea el ambiente facilita la vida, la vitalidad, la identidad y la adhesión.

Nuestro caminar no es a sordas, sino en escucha de una voz que anima, precave, sorprende.

Se nos ha concedido un Espíritu activo y dinámico que se agita en nosotros y nos conduce.

Saber dejarse llevar, sin impedir, es la sabiduría apropiada.

Juan el evangelista recoge en la escena de Pascua con María Magdalena este “ver al maestro”, como una señal de los tiempos mesiánicos cumplidos en Jesús de Nazareth resucitado.

el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su golpe

De Él se espera la sanación. La salud recobrada es su don y muestra de su compañía.

Salmo responsorial: 146



REFLEXIÓN

Él sana los corazones destrozados, / venda sus heridas

Lo externo se sana para mostrar la salud de lo interno.

Jesús se muestra como gesticulador del Padre igualmente enfocado en el perdón de los pecados, insania del corazón, así como sanador de lo externo, que muestra en la enfermedad el pecado.

El efecto sanador del Espíritu se materializa en un caminar empeñoso, no obstante que aumenta la conciencia de los desvíos y fallas,y las heridas no dejan de supurar.

Aquellos bendecidos con estigmas, son señales vivas del proceso sanador de la gracia, que anima con gozo a llevar las heridas de una humanidad itinerante.

Porque todos vivimos estigmatizados, yaciendo en humanidad herida, pero animados por un Espíritu sanador que nos sostiene.

su sabiduría no tiene medida

El Señor sostiene a los humildes, / humilla hasta el polvo a los malvados.

Cuando confrontamos y afrontamos nuestras realidades, que nos abajan más de lo aceptable y admisible, la tendencia es postrarnos.

Su Espíritu, cuando asumimos la totalidad de nuestra vida variopinta, no nos deja deshacernos, ni arruinarnos, ni destruirnos.

Es el acicate de cualquier depresión espiritual.

Mateo 9,35-10,1.6-8



REFLEXIÓN

enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.

Con Jesús se pasea el Señor Dios entre nosotros, como imagen del Padre sanador y potenciador.

Como acostumbró desde el principio al Israel bíblico: indicando el camino, dando salud para caminar, y con ello haciendo el interior, el corazón, dócil a su designio.

Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.

Se había escapado la vitalidad y el enfoque positivo para hacer del presente un futuro

La educación verdadera es popular siempre, porque mira la gente en su abandono, y se mueve a acompañar y sanar.

los trabajadores son pocos

servir como él no es un lecho de rosas sin espinas, sino la brega infatigable pero fatigada, que se sostiene por su hálito.

Es la experiencia de Francisco Javier: no hay tantas manos para bautizar los numerosos conversos.

Si por bautizar, además, entendemos los que anhelan una palabra de salvación como evangelio, nos sepultan las necesidades.

rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores

Por eso Él debe suscitarlos y nosotros ayudar a que se escuche su llamado.

les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia

Jesús en nombre del Padre socializa su carisma de compañía y sanación, delegando en sus seguidores ese servicio en adelante.

Debían enfocarse en la necesidad de la pobre gente.

Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis

Un anti-signo para la economía de mercado donde todo se vende y se compra.

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Sábado 1 de Adviento

Isaías 30,19-21.23-26

La oración por los trabajadores, hará propicio el servicio para los humildes, y para la cosecha, que será así de buena calidad. Esa constancia del trabajador se imprime en la calidad del grano recogido.

Salmo responsorial: 146

Sostiene a los humildes, tanto los que esperan la siega como a los trabjadores que sirven con humildad y gratuitamente, sin esperar recompensa, con perseverancia, paciencia y constancia

Mateo 9,35-10,1.6-8

Jesús recomienda pedir al Padre para que envíe trabajadores a recoger la cosecha. Faltan brazos. No se trata de una siega final. Se trata de una mies que entraría en un proceso.Puede haber un malentendido. Porque se piensa que al abrirse a la cosecha abundante, el final de la masa está garantizado. Y aún falta que el grano recolectado se somenta a la molienda para producir la harina. Pero importa que los trabajadores a pesar de la abundancia sepan cosechar, porque no todo trabajador es bueno para eso. De ahí que tengamos que pedir buenos trabajadores que sepan cosechar. Se trata de un servicio gratuito donde no hay gran recompensa material al menos, y hay que trabajar en tareas humildes.

DOCTORES DE LA IGLESIA

BEATO CARLO

                                     

De las Cartas de san Ambrosio, obispo

(Carta 2, 1-2. 4-5. 7: PL 16 [edición 1845], 847-881)

 

EL ATRACTIVO DE TUS PALABRAS HAGA DÚCTIL A TU PUEBLO

 

Has recibido la carga del sacerdocio. Sentado en la popa de la Iglesia, gobiernas la nave en medio de las olas que la combaten. Mantén firme el timón de la fe, para que las fuertes tormentas de este mundo no te hagan desviar de tu rumbo. El mar es ciertamente grande y dilatado, pero no temas, porque él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.

 

Por ello no es de extrañar que, en medio de un mundo tan agitado, la Iglesia del Señor, edificada sobre la roca apostólica, permanezca estable y, a pesar de los furiosos embates del mar, resista inconmovible en sus cimientos. Las olas baten contra ella, pero se mantiene firme y, aunque con frecuencia los elementos de este mundo choquen con gran fragor, ella ofrece a los agobiados el seguro puerto de salvación.

 

Sin embargo, aunque fluctúa en el mar, se desliza por los ríos, principalmente por aquellos ríos de los que dice el salmo: Levantan los ríos su voz. Porque existen unos ríos que manan de aquel que ha tomado de Cristo la bebida y ha recibido el Espíritu de Dios. Éstos son los ríos que, por la abundancia desbordante de la gracia espiritual, levantan su voz.

 

Y existe también un río que se precipita entre sus santos como un torrente. Y existe un río que, como el correr de las acequias, alegra al alma pacífica y tranquila. Todo aquel que recibe de la plenitud de este río, como Juan Evangelista, como Pedro y Pablo, levanta su voz; y, así como los apóstoles pregonaron por todos los confines de la tierra el mensaje evangélico, así también éste se lanza a anunciar esa Buena Nueva del Señor Jesús. Recibe, pues, de Cristo, para que puedas hablar a los demás. Acoge en ti el agua de Cristo, aquella que alaba al Señor. Recoge el agua proveniente de diversos lugares, la que derraman las nubes de los profetas. Todo aquel que recoge el agua de los montes, el que la hace venir y la bebe de las fuentes, la derrama luego como las nubes. Llena, pues, de esta agua tu interior, para que la tierra de tu corazón quede humedecida y regada por sus propias fuentes.

 

Para llenarse de esta agua es necesaria una frecuente e inteligente lectura; así, una vez lleno, regarás a los demás. Por esto dice la Escritura: Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra.

 

Sean, pues, tus palabras fluidas, claras y transparentes, de modo que tu predicación infunda suavidad en los oídos de tu pueblo y con el atractivo de tus palabras lo hagas dúctil. De este modo te seguirá de buen grado a donde lo lleves.

 

Tus exhortaciones estén llenas de sabiduría. En este sentido, dice Salomón: Las armas del espíritu son los labios del sabio; y, en otro lugar: Tus labios estén atados por la inteligencia, es decir, que tus sermones brillen por su claridad e inteligencia, y que tus exhortaciones y tratados no tengan necesidad de apoyarse en las afirmaciones de los demás, sino que tus palabras se defiendan con sus propias armas, y que ninguna palabra vana y sin inteligencia salga de tu boca.

viernes, 6 de diciembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 1 de Adviento

Isaías 29,17-24



REFLEXIÓN

Pronto, muy pronto

Este sentido del tiempo del profeta nos sienta como ironía desde la perspectiva de nuestras angustias.

Por eso hay una bienaventuranza que se relaciona con los que sin ver creen.

Cuál es la felicidad de la esperanza desnuda que sin recibir aparententemente anticipaciones de cumplimiento puede mantenerse erguida y sustentadora?

Debe ser una gracia del Señor que mantiene en su presencia a los espíritus vivificados por su Espíritu, sin alicientes, ni recompensas, ni dádivas, como se sostiene un siervo que hace lo que tiene que hacer, sin ningún reconocimiento.

Algo escandaloso de oir y pensar en nuestro tiempo, cuando el reconocimiento mínimo es condición sine qua non de crecimiento personal.

Estaríamos entrando en la fe desnuda, que se fía como Abraham, aunque las condiciones no dan visos de ningún tipo de cumplimiento.

De qué se trata todo esto? De alguna forma esto tiene que ver con su Nombre, con su Gloria, con su Misterio.

Éste brillará en tiempo oportuno. Y entonces comprenderemos.

Hay un llamado de testigos que nos precedieron en ese sentido: hallar la felicidad en el despojo y abandono absolutos, donde sólo queda Él.

Es la noche oscura del Espíritu, es la tercera manera de humildad, es la soledad de la montaña.

aquel día, oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos

Israel bíblico aprendió a escuchar a su Dios, primero en la voz de sus enviados y después en la voz y palabras grabadas en escritos. Un proceso de guardar, asumir, repetir en circunstancias distintas, e intentar obedecer. Respetó y aceptó el proceso humano de comunicación como inspirado por el Señor y le dio culto.

En nuestros días, tras años de escrutinio del legado bíblico, alejados de la voz de los enviados del Señor Jesús, se da lugar a criterios minimalistas y maximalistas sobre esa inspiración de Dios.

Sin embargo para el creyente sincero y transparente, su fidelidad a la palabra no entra en angustias, dudas e increencia porque algunos eruditos investiguen el carácter de esa inspiración hasta quedar en nada, y la Palabra se reduzca a un vestigio cultural de épocas anteriores.

Las palabras de la Palabra no se leen.Se escuchan.

Escuchar implica más que mirar o leer. Se puede leer y no escuchar. Leer y no comprender. Si no que lo digan los educadores.

El Señor sabía que se toma un riesgo al dejar que su Espíritu en forma de voz se escribiera.

Se trataba de pasar de una cultura oral a otra escrita. Cosas del progreso que no siempre traen exclusivamente cosas buenas.

Por eso, y para preservar su Palabra viva, envió profetas que devolvían el aliento a su Palabra, y por fin en un acto exagerado de compromiso envió a su Hijo para encarnar su Palabra.

Por lo tanto escuchar la Palabra no puede pasar de moda, porque es la única forma de sintonizar con el designio del Señor.

Escucharla es también poner atención a las encarnaciones que reflejan en la historia en curso a Jesús de Nazareth, el hombre Palabra.

Porque no obstante el cansancio que tenemos de hacerle caso a los planes y propuestas mesiánicos, nos mueve todavía la persona que encarne valores.

Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor, y los más pobres gozarán con el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico; y serán aniquilados los despiertos para el mal, los que van a coger a otro en el hablar y, con trampas, al que defiende en el tribunal, y por nada hunden al inocente."

Sara la mujer de Abraham se reía de la Promesa de descendencia, por su edad.

La mujer de Job le echa en cara su lealtad tras el infortunio.

Así le puede suceder al creyente que al vivir la opresión y la injusticia, le cuesta creer que algo bueno pueda advenir para los postrados en el mal: sus víctimas.

Así ocurre con algunos apóstoles que se identifican con las víctimas cuando las acompañan en su sufrimiento, y pierden la esperanza junto con ellas.

Es algo crucial: creemos o no, esperamos o no, estamos en una actitud de adviento, de advenimiento de la salvación, de la liberación?

Quizás debamos ponernos serios en preguntarnos y no dejarnos adormecer por tanto rito y devoción rutinaria, cíclica y mercantilizada.

Son los más pobres los mayormente interesados en sentir y vivir la Palabra como propia palabra del Señor, porque allí radica su esperanza de justicia y verdad.

Son ellos quienes mantienen la vigilia de la presencia de la voz del Señor y no los eruditos que la minimizan, e incluso se predican a sí mismos.

De este riesgo nos previene Pablo cuando pide a sus comunidades no hacer caso de predicaciones contrarias.

Quizás con mente culta, pluralista y relativizadora el erudito actual pretende disminuir todo poder que no sea el suyo, pero el atentado no es contra una pieza de museo, que lo parece este mensaje milenario, sino contra la supervivencia de la justicia al oprimido en esta tierra enseñoreada de opresores.

ya no se sonrojará su cara, pues, cuando vea mis acciones en medio de él, santificará mi nombre,

Un fruto de la lectura y escucha de la palabra inspirada es ver las acciones del Señor en el acontecer de la historia, donde otros sólo ven eventos ideológicamente concatenados.

Este es el fruto: un conocimiento más profundo del Señor; en fin de cuentas: lo único verdaderamente necesario.

La captación existencial y vivencial del Principio y Fundamento.

Salmo responsorial: 26



REFLEXIÓN

Espera en el Señor, sé valiente, / ten ánimo, espera en el Señor

Valor! Es la recomendación del Espíritu en estas festividades.

Ánimo! Es la exhoración de la Palabra que trae la esperanza.

Rebusquemos en la memoria los cumplimientos parciales de salvación, para que no caigamos en la desconfianza.

Dar testimonio del Señor en este mundo no trata sólo de concertar, ni de sinergia, sino también de discrepar y afirmar la identidad sentida como auténtica.

Mateo 9,27-31



REFLEXIÓN

dos ciegos seguían a Jesús

Jesús les dijo: "¿Creéis que puedo hacerlo?"

Para responder que sí, que creemos que puede Jesús hacer por nosotros, se requiere que caigamos en cuenta de nuestra necesidad, no de lo que suponemos que es.

Porque nuestra ceguera puede ser tal que tomemos por necesidad en nuestra existencia algo que es una consecuencia de la verdadera necesidad.

Así podemos pedir salud, pero no necesitaremos más bien saber vivir saludablemente? Porque de qué vale sanar, si vivo insalubremente y vuelvo a enfermar?

Así podemos pedir bienestar económico, pero si la necesidad es más bien saber vivir con mi capacidad económica, volveré a la pobreza si vuelvo a derrochar.

Por eso la pregunta de Jesús es muy importante: creen que puedo curar su ceguera?

Bautizados en la pascua de Jesús los seguidores de su evangelio del Reino pedimos ver, cuando accedemos a su palabra.

Ver la vida, ver la historia, ver el universo y ver su justicia a los empobrecidos, víctimas indefensas.

Sólo sí creemos en esa posibilidad, por Jesús de Nazaret y con él.

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Viernes 1 de Adviento

Isaías 29,17-24

Salmo responsorial: 26

Mateo 9,27-31

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS

BEATO CARLO


 
Del libro Proslógion de san Anselmo, obispo
(Cap. 1: Opera omnia, edición Schmitt, Seckau 1938, 1, 97-100)


DESEO DE CONTEMPLAR A DIOS
Deja un momento tus ocupaciones habituales, hombre insignificante, entra un instante en tí mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones agobiantes y aparta de ti las inquietudes que te oprimen. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en él.
Entra en lo más profundo de tu alma, aparta de ti todo, exepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. Di con todas tus fuerzas, di al Señor: «Busco tu rostro; tu rostro busco, Señor.»
Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré.
Si no estás en mí, Señor, si estás ausente, ¿dónde te buscaré? Si estás en todas partes, ¿por qué no te veo aquí presente? Es cierto que tú habitas en una luz inaccesible, ¿pero dónde está esa luz inaccesible?, ¿cómo me aproximaré a ella?, ¿quién me guiará y me introducirá en esa luz para que en ella te contemple? ¿Bajo qué signos, bajo qué aspecto te buscaré? Nunca te he visto, Señor y Dios mío, no conozco tu rostro.
Dios altísimo, ¿qué hará este desterrado, lejos de ti?, ¿qué hará este servidor tuyo, sediento de tu amor, que se encuentra alejado de ti? Desea verte y tu rostro está muy lejos de él. Anhela acercarse a ti y tu morada es inaccesible. Arde en deseos de encontrarte e ignora dónde vives. No suspira más que por ti y jamás ha visto tu rostro.
Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor y nunca te he visto. Tú me creaste y me redimiste, tú me has dado todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. He sido creado para verte, y todavía no he podido alcanzar él fin para el cual fui creado.
Y tú, Señor, ¿hasta cuándo nos olvidarás, hasta cuándo dejarás de apartar tu rostro? ¿Cuándo volverás tu mirada hacia nosotros? ¿Cuándo nos escucharás? ¿Cuándo iluminarás nuestros ojos y nos mostrarás tu rostro? ¿Cuándo accederás a nuestros deseos?
Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Colma nuestros deseos y seremos felices; sin ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros trabajos y de los esfuerzos que hacemos por llegar hasta ti, ya que sin ti nada podemos.
Enséñame a buscarte, muéstrame tu rostro, porque si tú no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo encontrarte si tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote; amándote te encontraré, encontrándote te amaré.

jueves, 5 de diciembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 Jueves 1 de Adviento

Isaías 26,1-6



REFLEXIÓN

Aquel día

El día de la esperanza. El día en cuya espera no debemos desmayar. El día cuyo gozo será presente para siempre. El día en el que ya no cabe preocupación por el futuro.

El evangelio de Jesús pide hacer del día presente el único, y no andar preocupado y agobiados sobre el futuro.

Esto será llevadero si el día presente es aquel día que va anticipando el día del Señor.

Hemos de buscar las señales por las que el día cronológico actual, se reviste del día soteriológico escatológico, salvador para siempre desde ya. No es a fuerza de autoconvencimiento y autosugestión, sino recogiendo los mensajes constantes que van apareciendo a nuestra vista y apropiándolos en el rumbo prometido.

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti

Confiar en la Palabra que persuade nuestro espíritu acerca de la justicia del Señor, es el fundamento de un estilo de vida de paz, que rehuye positivamente ubicar la propia importancia y bienes sobre los demás para oprimirlos.

Cómo se convierte, se construye y transforma un pueblo en justo, leal, con un ánimo firme y que mantenga la Paz? Por el hecho de ser pueblo no se da lo otro automáticamente. Sólo si este pueblo es de pobres y humildes.

Incluso las agencias internacionales que observan y miden el grado de corrupción de los pueblos y publican escalas que glorían a unos y avergüenzan a otros, son eso: observadores pero no transformadores y en todo caso sus señalamientos pueden movilizar conciencias a una menor corrupción, aunque tampoco son recetas mágicas.

Por otro lado se dan casos en que los que confrontan y critican desde estas trincheras la marcha corrupta de instituciones, abrigan sus propios interes y acumulan su propia dosis de poder.

De ahí que el pueblo que es realmente pobre, leal, y mantenedor de la paz, es humilde y confía en el Señor.

La roca consiste en el aporte de autocrítica honesta que ofrece aquél que se declara también culpable, pero purga su falta, y la confianza que mantiene, por su fe en el Señor de todo, que sobrepuja los límites, y afirma a los débiles, en profundidad.

Podremos tomar por lealtad una adhesión profunda profundizándose, que va impregnando la totalidad del ser y poniéndonos en disponibilidad de obediencia de fe, aunque sea asaltada por las embestidas de la deslealtad?

su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti.

Es como el indicio de un suave aplomo que se va instalando en el fondo. Afecta el tiempo cronológico, porque espera, cuando ya parece que venció el plazo, que se asome el Señor salvador, con cualquier intervención sutil que trastoca las circunstancias adversas.

El efecto es un irse apegando a El con más vivacidad y confiar, que como sea, sorprendiendo, El Señor se hará presente.

Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua:

Cuando nuestras circunstancias permiten una lectura pertinente, no deberemos decir que su Espíritu viviente, en quien nos encontramos, va conduciendo la historia para su designio pleno? No es entonces cuando descansamos en un dejarnos llevar al modo de niños?

doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada

En la existencia que hacemos: captamos que los altos, los posicionados en la altura, se vienen abajo?

Es una constante histórica, más presente en la sabiduría popular, que en las teorías de los científicos sociales, el cómo se cumple la ley de la gravedad también en el encumbramiento social y así se expresa: todo lo que sube vuelve a caer.

Y la caída es la que nos indica la Palabra como una acción del Espíritu que va desarrollando la equidad a través de los tiempos.

la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres

La Palabra expresa un sentimiento de alivio de los oprimidos por causa de la inequidad y la iniquidad superadas.

Son ellos los que quedan en pie para pisar los que regresan al polvo de la humillación.

Qué será más fuerte según la Palabra: el deseo de revancha o la gloria de la justicia y la equidad?

Esta motivación divide muchos en su anhelo de cambio. Pero también la historia muestra cómo los anteriormente humillados se instalan después en las alturas, y vuelven a oprimir a los demás.

Más bien la Palabra indica una situación de justicia y equidad perdurables, en la que todos son justos y ninguno humillado.

Que tantos humildes pisen la arrogancia, es una señal de aquel día.

Salmo responsorial: 117



REFLEXIÓN

es eterna su misericordia

Una palabra maravillosa que recaba un sueño primordial: ser amados por alguien libre que nos juzga y sostiene para él, con amor purificador.

Mejor es refugiarse en el Señor / que fiarse de los hombres, / mejor es refugiarse en el Señor / que fiarse de los jefes

Va creciendo como una marea la ingobernabilidad en los diferentes sistemas de gobierno de los países.

Las protestas se acumulan, la inconformidad sube de tono, la violencia se esparce.

Es un momento para pensar seriamente en el activismo por la paz, como pacificadores.

No es posible hablar de paz, con gestos de guerra. Es como volver a lo mismo.

Tampoco es posible gestionar la paz con gestos aparentes de paz, como las protestas pseudo-pacíficas, mientras en la espalda se mantiene el arma y la provocación. La hipocresía y la manipulación es una forma de violencia.

La paz mojigata y poco lúcida sobre las causas del conflicto y que sólo se satisface en acallar los síntomas, tampoco es una paz duradera.

Es la Palabra la que ofrece una paz desde dentro, desde las entrañas y el corazón, si procedemos con equidad y damos testimonio de justicia sincera, sin aires de guerra, sin manipulación hipócrita.

Para lo cual hemos de convertirnos cada vez, porque el opresor dentro de nosotros no descansa.

En el camino de la purificación no tenemos dónde reclinar la cabeza, porque todo es superable, incluso los jefes, que detentan poder, para afincarse absolutamente en el Señor.

La insubordinación y la rebeldía brotan desde el Señor, que alienta más la confianza en él que en los hombres.

Te doy gracias porque me escuchaste / y fuiste mi salvación

Saberme escuchado por ti es mi alegría y mi gozo pleno.

Señor, danos prosperidad.

Porque también una vida con satisfacciones y alegrías es parte de su amor y bendición.

Y entre risas y lágrimas vamos aprendiendo sabiduría, sabor de Él. Como entre salado, dulce y ácido, vamos gustando la comida de una mesa.

Mateo 7,21.24-27



REFLEXIÓN

"No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo

No todo el que lee asiduamente la Palabra y la medita entrará en el reino, sino el que pacifica desde el corazón.

Ni tampoco el que lo escribe, porque no es una mantra que automáticamente abre la puerta de la cueva de Ali Baba.

Desde las vertientes en las que nos ubicamos por nuestra potencialidad y riqueza humana, hemos de converger a un nuevo orden, que es lo que representa la paz o shalom. La plenitud del bien común.

Ni siquiera se trata de saber esa voluntad, por un discernimiento.

Esto no es nada sin cumplirla. Y cumplirla tampoco es la actividad aislada de motivación e intención.

Ni nada de esto sin el agrado y don amoroso y libre del Padre.

Es una estrategia global de cooperación, en la que el Padre aporta pero también nosotros, al menos vigilancia y examen.

La confirmación ignaciana de la elección por discernimiento de diferentes tiempos implica la captación del agrado del Señor en el cumplimiento de su voluntad.

Al menos debemos ser el hijo del evangelio, que aunque rezongaba, terminó cumpliendo.

Por eso la sabiduría que nos viene del Señor Jesús tiene poco que ver con una retórica, que duerme a otros a base de palabras. Como nuestros políticos demagogos.

Porque cuando no la cumplimos a través de lo que nos deja conocer por sus mandamientos, la cumplimos en las consecuencias que nos atraen nuestros actos de rebeldía. Siempre la cumplimos.

Con gozo o con pesar y calamidad, de manera que somos puestos en la coyuntura de convertirnos frecuentemente.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica

edificó su casa sobre roca

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica

edificó su casa sobre arena

Confrontamos a lo largo de nuestra vida un proceso de edificación o construcción que puede ser en arena o en roca. Cómo lo vamos haciendo? Cómo va nuestra misión de paz?

La prudencia consiste en la firmeza de su edificación. En sí es un bien del reino, un estar en el Señor Jesús, aunque sea en proceso.

Lo contrario es un fracaso escatológico y existencial histórico. Pero no definitivo. Junto a nosotros la comunidad de fe teje su apoyo para que no nos deje  de alcanzar la misericordia, el mucho amor del Padre de Jesús.

Caemos constantemente y nos deslizamos desde el hombre prudente al hombre necio. Incluso parece que a pesar nuestro: porque hacemos el mal que no queremos.

Nos encontramos a merced de una adversario más astuto que nos enreda y en cuya complicidad caemos.

Sólo un Espíritu del Resucitado nos apoya para iluminar el discernimiento que constituye nuestro caminar.

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Jueves 1 de Adviento

Isaías 26,1-6

La pisada de los pobres, que confían en el Señor, en la Roca, humillan a los perdedores que moraban en la altura, no sobre la Roca del Señor.

Salmo responsorial: 117

Las puertas del triunfo se abren a los vencedores, a los que ponen en práctica la Palabra.

Mateo 7,21.24-27

Jesús hace hincapié en la praxis como garantía de la palabra en la oración. En la fe que se muestra con obras. Poner en práctica su Palabra, su voluntad, es construir sobre roca. No hacerlo es construir sobre arena. Cuando venga la prueba: la lluvia abundante que crece los ríos e invaden las tierras en las que están las casas, mostrará las casas que no se hunden, que resisten, por estar sobre roca, y las que se hunden por haber estado sobre arena, material que se diluye con el agua. Así de importante es poner en práctica la Palabra.