Miércoles de la octava de Pascua
Hechos 3,1-10
REFLEXIÓN
subían al templo Pedro y Juan, a la oración de
media tarde
La práctica
piadosa de los discípulos se mantuvo cerca de la matriz judía, que habían
conocido desde antes. En vida Jesús no los había impulsado a desgajarse o
separarse del creyente judío común, aun cuando en el judaísmo de entonces, como
en el de ahora, se entrecruzaran varias corrientes y estilos de fe y vida.
Las
circuntancias históricas y también las provocadas por la misma evangelización
apostólica, irán modificando el escenario de su existencia ordinaria, hasta
llegar al punto de la separación entre cristianos y judíos.
Podemos
reflexionar en modo semejante con amplitud y tolerancia de las divisiónes que
se han ido dando en la historia de la comunidad cristiana.
Sin embargo
hoy sentimos la necesidad histórica y de fe en promover y procurar la unión de
las divisiones, para restaurar la buena nueva del reino en su integridad, y que
todos seamos uno como el Señor Jesús y el Padre.
para que pidiera limosna a los que entraban
La
perspectiva del inválido era la limosna pero el Señor fue más allá
Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo:
"Míranos."
Pedro es hombre de acción. Con Juan forman el paradigma del amor
perfecto:contemplativos operantes. No es contemplar primero para luego dar, que
es un modo. Sino en el dar contemplar ignaciano.
"No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo:
en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."
Pero más allá de la división y la confrontación por razones de credo el
Espíritu de Jesús les inspiraba su misericordia para sanar, fuera quien fuera.
Ese mismo Espíritu que sigue hoy haciendo confluir personas de toda
raza, credo y nación en las buenas obras, sobretodo para quienes más
vulnerables son y menos esperanza pueden tener.
A partir
de ahora, con la presencia del Jesús viviente en el Espíritu, el Reino se hace
en su nombre.
El
lisiado mendigo pensaba hacer ese día lo de siempre. Pero se acordó el Señor de
él, y a través de los apóstoles, en nombre de Jesús, fue curado. No lo
esperaba, no lo pidió. El Señor se le atravesó.
El Señor
también se atraviesa hoy, en nuestro tiempo, y hace falta abrir los ojos para
reconocerlo. Podría ser una lección de Pascua: Jesús vivo deambula por la
existencia humana y se muestra salvador en muchas coyunturas. Solo hay que
abrir los ojos y alabarlo por su intervención.
Es su
voluntad intervenir, ni siquiera hay que hacer cola, ni rogativas, ni esforzarse
hasta la extenuación para que lo haga.
Lo suyo
es intervenir, sanar, curar, hacer vivir a plenitud, amar.
Y cuando
no es así, qué pasa? Debe tener un sentido, que hay que develar con su ayuda. Y
aún en ello alabarlo, porque es su intervención-no intervención amorosa.
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó
Pedro no
se anda con chiquitas. Quiere estar seguro de que Jesús va a confirmar su
ímpetu de curar. Un poco como en las bodas de Caná cuando María dijo sencillamente
a los sirvientes: hagan lo que les diga. En la confianza que Jesús no la
dejaría mal. Porque no trabajaban para sí y su gloria, sino para extender el
reino.
Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se
puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su
pie, dando brincos y alabando a Dios
Es todo
un proceso de curación, sin sensacionalismos mágicos.
Esto es pascua de resurrección: ver su intervención y poderla leer en
los acontecimientos de la historia. Leer, gustar, acatar y promover la historia
de salvación en la historia a secas.
Salmo responsorial: 104
REFLEXIÓN
Gloriaos
de su nombre santo, / que se alegren los que buscan al Señor. / Recurrid al
Señor y a su poder, / buscad continuamente su rostro. R.
Alabarle
y darle gracias debe ser como respirar: debe darse aunque no nos demos cuenta.
Él es La
relación: la más fundamental, la más básica, la más amorosa.
En esta
relación la importancia está más allá de lo que da, porque Él es el Totalmente
Otro insustituíble.
buscad continuamente su rostro
Es nuestra
tarea diaria y constante: buscar su rostro en todo.
él gobierna toda la tierra
El
testimonio de fe y confianza en este gobierno es necesario para un mundo
cerrado en su poder y un hacer, incluso bien intencionado, pero que no se abre
a la posibilidad de Alguien que interviene para mejor.
Se acuerda de su alianza eternamente
Él no
olvida, a pesar de nuestros olvidos.
ES firme
en su presencia salvadora y favorable.
Lucas
24,13-35
REFLEXIÓN
iban comentando todo lo que había sucedido
En el proceso de
comunicación humana, que busca sentido a la realidad circundante de la que
somos parte, no siempre damos con un significado definitivo. Más bien nos
paralizamos en el estupor, el asombro, la incertidumbre.
Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos
La presencia
de Jesús no requiere de invitación expresa: se da entre quienes se juntan en su
nombre, asi sea para echar de menos su ausencia. O lo que llamamos ausencia.
La
presencia de Jesús no siempre es una voz interna que puede ser la propia. Es
una densidad, una fortaleza del mi mismo que ya no se siente solo. Es como un
cambio en el ser, asi sea temporalmente percibido.
Él se
acerca sin ser invitado e interviene, para dar sentido acabado y pleno a las
inquietudes levantadas en el diálogo de los discípulos.
Es su
ofrecimiento abierto: ser clave de interpretación de toda realidad como puente
al sentido salvífico, que le dé salida a la existencia humana, y la arranque de
las tinieblas.
sus ojos no eran capaces de reconocerlo
Los
discípulos creían que ya no tenían maestro y discutían sin reconocerlo. No
habían tenido la última lección: el maestro en novedad de existencia convivía
con ellos para seguirlos guiando en la lectura de la historia.
Una
analogía nos puede iluminar sobre la peculiaridad de esta etapa de la historia
de la salvación.
Los
padres, maestros, tutores, guías y líderes de alguna especie no son necesarios
para siempre: se internalizan mediante la educación y la reflexión, de tal
manera que después están presentes, en otra forma, sus criterios para seguir
decidiendo con madurez.
Ignacio en sus Ejercicios y en la vida toda de sus
asociados, recomendaba el reflexionar y sacar provecho, para incoar y
fortalecer la interior ley de la caridad que debía conducir al religioso por la
madurez evangélica, aun con la ausencia física de su superior.
Así
Jesús de Nazareth, en el desapego de su presencia física pero en la novedad de
apego de su existencia en el Espíritu, se internalizaba en sus seguidores.
Él les preguntó: "¿Qué?"
En boca
de Jesús se muestra una pedagogía básica y necesaria: aunque pueda saber lo que
pasó, se desea escuchar cómo lo percibe la gente. Porque más que la información
importa la percepción, las emociones y expectativas asociadas. No siempre son
fieles los hermanos a esta metodología
por presunción o por fastidio u otra causa. Se cree saber lo que pasa, sin
importar cómo lo percibe el hermano.
profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo
el pueblo
Se
podría decir que se sienten decepcionados de lo que parecía ser Jesús, y lo que
acarrearía a los que le acompañaban y creían en él, y cómo eso se fue a pique
para él y para ellos. Se manifiesta una frustración, un proyecto truncado o
destruído, un plan y significado de vida abortado, una desorientación por el
futuro en base al fracaso del presente.
Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de
Israel.
Todo un
proyecto-país que se derrumbó. Sin la suficiente fe en Dios, los hombres
carecen de la distancia necesaria respecto a sus ambiciones más caras, incluso
las que camuflan sus intereses personales. Esa falta de distancia crítica, la
ausencia de autocrítica, los hace vulnerables, ciegos o miopes, guias ciegos de
otros ciegos.
Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han
sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo,
e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les
habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al
sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo
vieron."
Unos lo
ven y otros no, aun siendo espectadores del mismo hecho: no estaba en la tumba.
Ver lo profundo es don del Señor.
Como el
suceso de las torres gemelas en Nueva York el 11 de setiembre tuvo varios
escenarios: las torres, el pentágono, el avión que se estrelló en otro lugar,
también secuestrado.
Así el
acontecimiento de la Resurrección del Señor tuvo varias apariciones al parecer
simultáneas en diferentes escenarios y con diferentes testigos. En la
confluencia de testimonios entendieron que era un asunto verdadero, de
dimensiones incalculables.
¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar
en su gloria?
La clave
de la historia salvífica que Jesús aprendió con lágrimas, la dona a sus
seguidores: la “necesidad” de la cruz para la gloria. Pablo de Tarso también
expresara, así de claro, este novedoso evangelio.
Con esta
comprensión se recorre la historia de Israel y la propia de la comunidad
creyente, unificando el designio del Padre.
La
aporía o callejón sin salida que se presenta en el drama humano constantemente,
a la vez que es la experiencia límite de la impotencia, desde nuestra debilidad
de carne(nefesh), es la certeza de fe, frágil en vasos de barro, sobre la
salida que se podrá dar desde la salvación del Señor. A pesar de las
apariencias, sí hay salida! sí hay salvación!
les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Una de
las señales del que ve, es la clave hermenéutica de las escrituras, en el
misterio pascual de Jesús.
El
acompañamiento que Jesús viviente hace es el de la unificación de la palabra de
Dios en su persona y en su misión.
"Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de
caída."
Otra es
la vivencia de compañía que alienta y levanta el deseo positivo de vivir.
A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron
El
encuentro camino, la eucaristía camino, la presencia de Jesús el resucitado
camino. Si es Jesús, potencia su seguimiento y el trabajo por el Reino.
Hasta
que se da una plena y feliz identificación. Un proceso que puede llevar tiempo.
"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el
camino y nos explicaba las Escrituras?"
Ese
ardor del corazón cuando leemos las escrituras es nuestra afirmación
escatológica, nuestra señal gratuita, de una compañía del Espíritu de Jesús.
Una señal del buen espíritu.
Es una
señal de la Palabra cuando se comunica con nuestra profundidad que escucha. Nos
dispone a un seguimiento.
al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros
Se
invierte la tendencia al aislamiento y el apartamiento para buscar de nuevo la
comunidad.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1379763540563795968?s=20