Feria privilegiada de Navidad
24 de diciembre
2Samuel
7,1-5.8b-12.14a.16
REFLEXIÓN
"Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el
arca del Señor vive en una tienda." Natán respondió al rey: "Ve y haz
cuanto piensas, pues el Señor está contigo."
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del
Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú
quien me va a construir una casa para que habite en ella?
El magis
ignaciano consiste en un proceso de discernimiento que llega hasta las últimas
consecuencias en la intención de cumplir como voluntad del Señor el “mayor bien
posible”.
Para
ello estableció unos criterios que ayudan a determinar ese mayor bien entre
otros, el que sea el más universal.
La buena
voluntad del rey David, avalada inicialmente por el profeta Natán, nos puede
parecer suficiente. Qué mayor agradecimiento que erigir un templo para que more
el Señor!
Pero el
mismo Natán, bien pensada la cosa en su reflexión de la Palabra, se desdijo y
más bien le comunicó a David que ese no era el mayor bien, por ahora.
En
nuestra vida de fe, nos movemos y movilizamos a causas buenas, pero si las
discernimos más profundamente en el Señor, encontraremos que hay mejores causas
que nos significan mayor amor.
Un
enviado de Dios ha sido constituído de acuerdo al paradigma del Hijo, Jesús de
Nazaret. Su filiación divina equivale, entre otras cosas, a la potencialidad
que manifiesta este paradigma para inspirar, modelar, articular y estructurar
realidades de acuerdo al designio del Padre.
Según
este paradigma el Hijo vive del Padre y para el Padre. Hacerlo es propio de
quien se deja llevar por la energía del Espíritu.
Así un
paradigma como el del Hijo, encarnado en Jesús de Nazaret, corresponde al otro
paradigma de la comunidad divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
interrelacionados entre sí y colaboradores mutuos de un solo propósito y
designio: la comunión con la comunidad humana y el universo creado.
El
paradigma del Hijo habla de docilidad y obediencia, hoy muy desgastadas y
criticadas en nuestro tiempo, porque se ven como pasivas, poco proactivas e
innovadoras.
Sin
embargo tal docilidad requiere una alerta constante para otear las señales del
designio del Padre en medio de las circunstancias históricas.
En el
ejemplo de Natán, primero accediendo al impulso de David de construir una casa
para el Señor, pero después escuchando una palabra que lo hace reconsiderar
esta aceptación, se visualiza un discernimiento que no permite aferrarse a
ninguna conclusión, por buena que parezca, como voz de Dios, sino que es capaz
de cambiar contra su propio criterio, si el Espíritu lo hace sentir.
El
discernimiento no es necesariamente y automáticamente la vía de la prudencia
humana, pues puede aparecer lo contrario. Si no cuán imprudente pudiera parecer
decirle al rey David que lo que deseaba construir era menos bueno que no
construir.
Parece
que el mensaje es un énfasis y afirmación de parte del Señor, en el caso de la
intención del rey David: no es David quien le dará una casa, sino al revés, es
el Señor quien dará una casa o dinastía a David, con una esperanza en el
futuro.
Esta
esperanza la creemos realizada en Jesús, estirpe de David.
Al Señor
no se le da nada, sino que Él es quien da y se da.
Descubir
y aceptar cómo se da en estas circunstancias concretas y no lo que creemos debe
recibir.
Interesante
que la intención inicial de David era buena y así lo pensó el profeta, pero eso
se cribó y resultó algo más bueno, más allá de la negativa.
Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que
viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo
aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel
Para
algunos israelitas apegados a las estructuras del pasado, el sistema de jueces
representaba la más pura expresión del Espíritu de Yave impartiendo justicia.
Mas la
nueva estructura de un rey, con mayor poder, que ejerza la función de justicia,
aparece en este texto como algo superior.
Es
posible que el texto se apoye en una ideología “davídica” que busca
legitimarla, como proveniente de Dios, y sin embargo transmite ese designio,
encarnada en las mediaciones de los cálculos políticos.
Yo seré para él padre, y él será para mí hijo
Nuestro
Dios es Padre de todos y todas. No le hacemos crecer ni un milímetro con
nuestras buenas decisiones, sino que el mayor bien que podemos hacer es
quitarnos para que el obre lo más.
Porque
el mayor bien es que Él nos salve compartiendo su vida con nosotros.
Salmo
responsorial: 88
REFL
EXIÓN
anunciaré
tu fidelidad por todas las edades
Es lo que nos toca: alabar su fidelidad. La Palabra que nos salva
permanentemente, todos los días, a toda hora, durante toda la historia.
"Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono
para todas las edades." R.
Aceptar
un linaje perpetuo por parte del Señor como integrante de su Designio, implica
mantener en el horizonte existencial un más, una instancia superior que
promueva el éxodo de una estructura a otra buscando un mayor bien común.
El me invocará: "Tú eres mi padre
Jesús
mantuvo ese horizonte trascendente: un Reino nuevo, con juventud eterna como
Dios.
Por ello pudo relativizar
toda estructura encarnada que al paso del tiempo se fosilizaba, desgastaba y
perjudicaba.
Lucas
1,67-79
REFLEXIÓN
Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó
El padre
de Juan Bautista no hubiera expresado esta bendición, con esta comprensión del
sentido de la historia sino hubiera sido enviado al silencio, para volver a
pensar las cosas, hasta que estuviera dispuesto a ser voz de Dios.
Una
purificación que puede sufrir toda persona o institución que asume el rol de
profetizar la voluntad del Padre en la historia.
Entre otras cosas esta
voz reconoce en el aquí y ahora de los signos del nacimiento de Juan y de
Jesús, un punto de inflexión del curso de la historia. La plenitud de los
tiempos de Lucas.
suscitándonos
una fuerza de salvación
Hemos de agradecer que el Señor se nos mantenga como fuerza salvífica en
nuestra existencia frente a otras fuerzas negativas.
Cada vez que se da un liderazgo, en seguimiento del Evangelio en nuestro
mundo, se nos da una señal de la actividad de esa fuerza salvífica.
Cada vez que nos manifestamos como constructores de paz y fraternidad se
muestra la presencia de su fuerza salvadora.
La
fuerza de salvación está en el proyecto o designio del Señor, quien se da o
entrega su amor. No en nuestros planes autosuficientes.
Para
concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
La
respuesta a esa iniciativa no es la de construir un templo, sino servir en
santidad y justicia.
irás
delante del Señor a preparar sus caminos
Y al
hacerlo no tendrás el reconocimiento que parecería lo propio, sino el dispuesto
por el Señor: cuando Jesús lo alaba pero lo declara menor que el más pequeño.
Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo
alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para
guiar nuestros pasos por el camino de la paz
Es
nuestra esperanza para esta navidad que nos siga visitando cada vez más
fuertemente, para iluminarnos, y guiarnos.
No más
tinieblas y muerte. Sí más paz.
Preparemos en esta
vigilia de la natividad nuestro ánimo para el alumbramiento renovado de la luz
sobre las tinieblas, la paz sobre la guerra, la justicia sobre la iniquidad, y
sobre el odio el amor. Que así sea!
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