Sábado 7 de tiempo ordinario
Santiago 5,13-20
REFLEXIÓN
confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros,
para que os curéis
Está a
la mano de los hermanos en la fe hacer mucho los unos por los otros, además de
la intercesión de los ministros ordenados.
La
comunidad eclesial por sí misma es un cuerpo auto-regenerable y
auto-regenerativo. Posee la potencialidad del Espíritu Santo para suscitar la
salud y el perdón.
Orar y
rezar los unos por los otros con el fin de aliviar el sufrimiento de las enfermedades
del cuerpo y la psiqué, debe ir acompañado de la confesión de los pecados de
unos con otros.
La
autocrítica necesaria para abrirnos al perdón del hermano y producir la paz.
Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que
era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que
no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego
volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos
Más
cercano nos es Jesús de Nazareth, hombre de oración constante e intensa en
medio de su actividad. Era como un Elías redivivo y por eso se le confundía con
un retorno del agreste profeta.
Jesús no
sólo lo hizo sino que nos lo encomendó con las actitudes más favorables para
orar en el Padrenuestro.
si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro lo
encamina, sabed que uno que convierte al pecador de su extravío se salvará de
la muerte y sepultará un sinfín de pecados
Vivimos
una época individualista con pruritos socializantes, sin atinar a coordinar
ambas dimensiones.
Vivimos
aislados unos de otros sin importarnos la vida verdadera del otro y la otra.
Se
repudia la ingerencia indebida sobre todo en cosas de fe, por haberse desviado
al dogmatismo.
Pero se
anhela la palabra de fe que consuela y convierte el corazón, para re-emprender
la senda de la vida.
Y ese
compromiso fraternos sí lo podemos asumir con respeto los unos por los otros.
Salmo responsorial: 140
REFLEXIÓN
Suba mi oración como incienso en tu presencia, / el alzar de
mis manos como ofrenda de la tarde
Subir es
una actividad física, pero también un constructo para la divinidad, que
ubicamos en lo alto, como un monte, un templo, una estrella…
Pero
cuando la trascendencia absoluta del Misterio de Dios rasga nuestros conceptos
acunados en la tierra, y nos desubica sobre lo alto, lo bajo, lo ancho y lo
profundo, subir es sobre todo una actividad trascendente del espíritu humano,
asistido por el divino, para dialogar con el Señor donde se encuentre, después
de haber purificado nuestra actitud inicial en la oración.
Marcos 10,13-16
REFLEXIÓN
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los
tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les
dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que
son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de
Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía
imponiéndoles las manos
Cómo es
un niño para Jesús.?
Solo
podemos barruntar. Pero en el pasaje los niños se acercaban o eran acercados.
No le rehuían.
En ese
momento cultural un niño o niña tenía poco peso en esa sociedad agraria
hambrienta de mano de obra para producir.
Se dice
que los niños y niñas saben quién los quiere y se acercan a quien no les hace
daño, ni esperan ser maltratados.
El Reino
es así: de los que se acercan confiados y sin temor al Padre de Jesús, a Jesús
su enviado.
A
quienes se aproximan al necesitado como quien se acerca a Jesús y se acerca al
Padre y entiende que así es el Reino.
El niño
y niña con su acercamiento confiado y transparente, es como una imagen, un
sacramento de la pertenencia al reino que es luz y visibilidad, acercamiento
amoroso y confiado.
Es todo
lo contrario al dolo, al cálculo, la premeditación, el interés propio por
encima de todo.
Qué
decir y cómo no llorar, cuando esta confiada entrega infantil es traicionada
por un depredador, o un abusador refugiado o escondido en algún rol de servicio
al reino?
Los
titulares sensacionalistas, que tiran la primera piedra no son suficientes,
antes apilan leños de injusticia en la injusticia del crimen cometido.
Nuestra
perfidia es tal, que al desgarrarnos las vestiduras por el escándalo, ocultamos
fingiendo inocencia nuestro crimen secreto, en forma semejante como la gente de
poder ocultó a los depredadores.
Qué poco
podemos cambiar sin una autocrítica honesta dispuesta a reparar el daño que
sembramos por desviarnos del Principio y Fundamento.
Jesús
sigue siendo nuestro camino porque abrazaba y bendecía con inocencia a los
niños, que sabían no iban a ser traicionados por él.
Con ello
Jesús nos muestra quiénes son importantes para el reino, en modo contrario al
mercado que sólo da importancia al que produce riquezas materiales, como el
niño o niña obligado o por necesidad al trabajo infantil.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1497530716200046593?s=20&t=irZXPi7yYjhEGwhEQL4fXw