sábado, 26 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 7 de tiempo ordinario

Santiago 5,13-20



REFLEXIÓN

confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis

Está a la mano de los hermanos en la fe hacer mucho los unos por los otros, además de la intercesión de los ministros ordenados.

La comunidad eclesial por sí misma es un cuerpo auto-regenerable y auto-regenerativo. Posee la potencialidad del Espíritu Santo para suscitar la salud y el perdón.

Orar y rezar los unos por los otros con el fin de aliviar el sufrimiento de las enfermedades del cuerpo y la psiqué, debe ir acompañado de la confesión de los pecados de unos  con otros.

La autocrítica necesaria para abrirnos al perdón del hermano y producir la paz.

Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos

Más cercano nos es Jesús de Nazareth, hombre de oración constante e intensa en medio de su actividad. Era como un Elías redivivo y por eso se le confundía con un retorno del agreste profeta.

Jesús no sólo lo hizo sino que nos lo encomendó con las actitudes más favorables para orar en el Padrenuestro.

si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro lo encamina, sabed que uno que convierte al pecador de su extravío se salvará de la muerte y sepultará un sinfín de pecados

Vivimos una época individualista con pruritos socializantes, sin atinar a coordinar ambas dimensiones.

Vivimos aislados unos de otros sin importarnos la vida verdadera del otro y la otra.

Se repudia la ingerencia indebida sobre todo en cosas de fe, por haberse desviado al dogmatismo.

Pero se anhela la palabra de fe que consuela y convierte el corazón, para re-emprender la senda de la vida.

Y ese compromiso fraternos sí lo podemos asumir con respeto los unos por los otros.

Salmo responsorial: 140



REFLEXIÓN

Suba mi oración como incienso en tu presencia, / el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde

Subir es una actividad física, pero también un constructo para la divinidad, que ubicamos en lo alto, como un monte, un templo, una estrella…

Pero cuando la trascendencia absoluta del Misterio de Dios rasga nuestros conceptos acunados en la tierra, y nos desubica sobre lo alto, lo bajo, lo ancho y lo profundo, subir es sobre todo una actividad trascendente del espíritu humano, asistido por el divino, para dialogar con el Señor donde se encuentre, después de haber purificado nuestra actitud inicial en la oración.

Marcos 10,13-16



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos

Cómo es un niño para Jesús.?

Solo podemos barruntar. Pero en el pasaje los niños se acercaban o eran acercados. No le rehuían.

En ese momento cultural un niño o niña tenía poco peso en esa sociedad agraria hambrienta de mano de obra para producir.

Se dice que los niños y niñas saben quién los quiere y se acercan a quien no les hace daño, ni esperan ser maltratados.

El Reino es así: de los que se acercan confiados y sin temor al Padre de Jesús, a Jesús su enviado.

A quienes se aproximan al necesitado como quien se acerca a Jesús y se acerca al Padre y entiende que así es el Reino.

El niño y niña con su acercamiento confiado y transparente, es como una imagen, un sacramento de la pertenencia al reino que es luz y visibilidad, acercamiento amoroso y confiado.

Es todo lo contrario al dolo, al cálculo, la premeditación, el interés propio por encima de todo.

Qué decir y cómo no llorar, cuando esta confiada entrega infantil es traicionada por un depredador, o un abusador refugiado o escondido en algún rol de servicio al reino?

Los titulares sensacionalistas, que tiran la primera piedra no son suficientes, antes apilan leños de injusticia en la injusticia del crimen cometido.

Nuestra perfidia es tal, que al desgarrarnos las vestiduras por el escándalo, ocultamos fingiendo inocencia nuestro crimen secreto, en forma semejante como la gente de poder ocultó a los depredadores.

Qué poco podemos cambiar sin una autocrítica honesta dispuesta a reparar el daño que sembramos por desviarnos del Principio y Fundamento.

Jesús sigue siendo nuestro camino porque abrazaba y bendecía con inocencia a los niños, que sabían no iban a ser traicionados por él.

Con ello Jesús nos muestra quiénes son importantes para el reino, en modo contrario al mercado que sólo da importancia al que produce riquezas materiales, como el niño o niña obligado o por necesidad al trabajo infantil.

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BEATO CARLO

NO SER CORRESPONDIDO EN SU ÁGAPE COMO QUISIERA NO ES OBSTÁCULO PARA SEGUIR AMANDO

 De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre la segunda carta a los Corintios
(Homilía 13, 1-2: PG 61, 491-492)
 
NUESTRO CORAZÓN SE DILATA

 

Nuestro corazón se dilata. Del mismo modo que el calor dilata los cuerpos, así también la caridad tiene un poder dilatador, pues se trata de una virtud cálida y ardiente. Esta caridad es la que abría la boca de Pablo y dilataba su corazón. «No os amo sólo de palabra -es como si dijera-, sino que mi corazón está de acuerdo con mi boca; por eso os hablo confiadamente, con el corazón en la mano.» Nada encontraríamos más dilatado que el corazón de Pablo, el cual, como un enamorado, estrechaba a todos los creyentes con el fuerte abrazo de su amor, sin que por ello se dividiera o debilitara su amor, sino que se mantenía íntegro en cada uno de ellos. Y ello no debe admirarnos, ya que este sentimiento de amor no sólo abarca a los creyentes, sino que en su corazón tenían también cabida los infieles de todo el mundo.

 

Por esto, no dice simplemente: «Os amo», sino que emplea esta expresión más enfática: «Nuestro corazón está abierto de par en par y se dilata; os llevamos a todos dentro de nosotros, y no de cualquier manera, sino con gran amplitud.» Porque aquel que es amado se mueve con gran libertad dentro del corazón del que lo ama; por esto dice también: Hay mucho sitio en nuestro corazón para vosotros, mientras en el vuestro no hay lugar para nosotros. Date cuenta, pues, de cómo atempera su reprensión con una gran indulgencia, lo cual es muy propio del que ama. No les dice: «No me amáis», sino: «No me amáis como yo», porque no quiere censurarles con mayor aspereza.

 

Y si vamos recorriendo todas sus cartas, descubrimos a cada paso una prueba de este amor casi increíble que tiene para con los fieles. Escribiendo a los romanos, dice: Tengo deseo de veros; y también: Me he propuesto muchas veces ir a visitaros; como también: Pido a Dios que por fin alguna vez me allane el camino para que pueda ir a visitaros. A los gálatas les dice: Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores de parto; y a los efesios: Por todo ello doblo mis rodillas por vosotros; a los tesalonicenses: ¿Cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos orgullosos, sino vosotros? Añadiendo, además, que los lleva consigo en su corazón y en sus cadenas.

 

Asimismo escribe a los colosenses: No quiero que desconozcáis la dura lucha que estoy librando por vosotros y por cuantos no me han visto personalmente; y deseo infundir aliento en vuestros corazones; y a los tesalonicenses: Como una madre que cuida con cariño de sus hijos, de esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser. Hay mucho sitio en nuestro corazón para vosotros, dice. Y no les dice solamente que los ama, sino también que es amado por ellos, con la intención de levantar sus ánimos. Y da la prueba de ello, diciendo: Tito nos refirió los grandes deseos que teníais de verme, vuestro disgusto por lo que había pasado y vuestro amor por mí.


viernes, 25 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 7 de tiempo ordinario

Santiago 5,9-12



REFLEXIÓN

No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados

Un tejido social constituído por elementos constantemente inconformes sin asomo de paciencia no permite la convivencia pacífica y armoniosa, y nutre la violencia fratricida.

ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor

Es sencillo decir cosas en nombre del Señor, atribuyéndose su inspiración, pero sólo la vida ejemplar logra la credibilidad suficiente.

Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia

Se trata de la bienaventuranza y bendición que proporciona el Señor a sus siervos fieles que cooperan con su designio caminando en la escucha de su Palabra.

vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a ser juzgados.

El discurso ordinario entre nosotros para convencer a otros suele nutrirse de gran cantidad de palabras y matices. En eso mismo delata la falta de sinceridad en la intención.

Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura

Culpa, enfermedad y fosa es el diagnóstico de la palabra sobre la condición básica de los humanos en su tránsito histórico.

Perdona, cura y rescata para una plenitud de gracia y ternura es la esperanza que nos proveyó para salir adelante y coronar.

no está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo

Su trascendencia es absoluta sobre todos nuestros constructos contaminados de culpa.

Marcos 10,1-12



REFLEXIÓN

otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba

Abierto al encuentro con los demás durante su caminar, sin exclusiones, ni rechazos. Una conducta que hace de Jesús un ser dispuesto y receptivo, que no se reserva sino que se entrega para ayudar.

Son muchos los que lo han seguido y continúan siguiendo, aun calladamente, porque su ímpetu se mantiene inspirando energías generosas para colaborarle a los otros en sus carencias.

Esta actitud llevada a un límite suficiente, haría del planeta un lugar más habitable para todos y todas, un lugar de fraternidad.

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

Jesús distingue y profundiza. Una cosa es la concesión a la terquedad o dureza de corazón, otra el designio de Dios, torcido por el hombre.

Porque hay etapas cerriles en la evolución de la madurez espiritual humana en las que el Señor es permisivo, esperando la conversión más profunda.

Nuestro proceso es histórico, ni simultáneo, ni instantáneo, ni inmediato, de ordinario.

"Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio."

Ambos son tercos y comenten adulterio, en el sentido profundo de ir contra el designio del Señor. Porque el adulterio como infidelidad y deslealtad a la pareja es la dramatización de la infidelidad y deslealtad con el Señor, que nos amó primero.

El adulterio puede manifestarse como una debilidad carnal, para seres que no remontan sus raíces evolutivas desde el animal, y en ese sentido inconscientes e irresponsables.

Pero puede ir más allá al convertirse en humillación, ofensa, maltrato e injusticia con la pareja agraviada. Entonces muestra toda su malicia pervertida.

La terquedad es empecinarse en el propio amor, querer e interés.

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DOCTORES DE LA IGLESIA



 De los Comentarios de san Ambrosio, obispo, sobre los salmos
(Salmo 48, 13-14: CSEL 64, 367-368)
 
ÚNICO ES EL MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES, CRISTO JESÚS, HOMBRE TAMBIÉN ÉL

 

El hermano no rescata, un hombre rescatará; nadie puede rescatarse a sí mismo, ni dar a Dios un precio por su vida; esto es, ¿por qué habré de temer los días aciagos? ¿Qué habrá que pueda dañarme a mí, que no sólo no necesito quien me rescate, sino que soy yo quien rescato a todos? Si soy yo quien libero a los demás, ¿habré de temer por mí mismo? He aquí que haré algo nuevo, superior al mismo amor y piedad fraternos. Ningún hombre puede rescatar a su hermano, nacido del mismo seno materno; esto sólo puede hacerlo aquel hombre del que se halla escrito: el Señor les enviará un hombre que los salvará; aquel que afirmó de sí mismo: Pretendéis quitarme la vida, a mí, el hombre que os he manifestado la verdad

 

Pero, aunque es un hombre, ¿quién podrá conocerlo? ¿Y por qué nadie puede conocerlo? Porque, así como Dios es único, así también único es el mediador entre

Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él.

 

Él es el único que puede rescatar al hombre, con un amor superior al de hermanos, ya que derrama su sangre por los extraños, cosa que nadie puede hacer por un hermano. Y así, para rescatarnos del pecado, no perdonó a su propio cuerpo, y se entregó a sí mismo como precio de rescate por todos, como atestigua su fidedigno apóstol Pablo, que dice: Digo la verdad, no miento.

 

Mas, ¿por qué sólo él rescata? Porque nadie puede igualar su afecto, que le lleva a entregar la vida por sus siervos; porque nadie puede igualar su inocencia, ya que todos estamos bajo pecado, todos sujetos a la caída de Adán. Sólo es designado como Redentor aquel que no podía estar sometido al pecado de origen. Por tanto, el hombre de que habla el salmo hemos de entenderlo referido al Señor Jesús, ya que él tomó la condición humana, para crucificar en su carne el pecado de todos y para borrar con su sangre el decreto condenatorio que pesaba sobre todos.

 

Pero quizá dirás: «¿Por qué se niega que el hermano rescatará, si él mismo dijo: Contaré tu fama a mis hermanos?» Es que él nos perdonó los pecados no en calidad de hermano nuestro, sino por la peculiar condición del hombre Cristo Jesús, en el que estaba Dios. Así, en efecto, está escrito: Dios reconciliaba consigo al mundo por medio de Cristo. En aquel Cristo Jesús, el único del que se ha dicho: La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Por consiguiente, cuando habitó hecho carne entre nosotros, habitó no como hermano, sino como Señor.

La fraternidad inmanente, horizontal  y secularizada, tampoco por sí misma salva en lo radical, tampoco rescata en lo fundamental, porque somos todos barro y motivaciones varias. Así Jesús como hermano del cielo, encarnado, se hace un lugar entre nosotros para rescatar, y con él entonces nos animamos a ejercer la fraternidad que salva y rescata.

jueves, 24 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 7 de tiempo ordinario

Santiago 5,1-6



REFLEXIÓN

¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final

El odio a los ricos no es el núcleo de la Palabra liberadora, sino la riqueza acumulada y amasada en la injusticia y la iniquidad, con daño de otros, y que atrinchera en la autosuficiencia y el menosprecio de los que no tienen.

Los ricos en el evangelio son objeto de la Palabra en Jesús de Nazareth para la invitación a la conversión y la reparación.

La tristeza de Jesús por los ricos es la posible dureza del corazón que les impida volverse al amor, la justicia, la fraternidad y la paz.

Predicar y promover el odio a los ricos no es es el punto del evangelio, que es Palabra de amor transformador para todos.

El rico merece nuestra oración, compasión y señalamiento para su conversión. Que vea que la riqueza es un don de Dios para todos.

El rico ha recibido un don social: la capacidad de generar riqueza. Puede aportar mucho en favor de la igualdad y el bienestar material para sus hermanos.

Si no lo hace traiciona su don, su misión y su camino de felicidad profunda.

El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos

Este autor es el obispo de Jerusalén, el primero, que pedía a Pablo limosnas de los gentiles para sus pobres.

Una forma de generar fraternidad por medio de la solidaridad, que establece puentes entre cristianos judíos y cristianos gentiles.

Es el anverso de los ricos empedernidos por su riqueza, quizá hasta mal habida. Hay quienes piensan que es difícil amasar fortunas sin hacer trampa, corrupción y crimen.

Los ricos pueden redimirse por medio de la fraternidad solidaria, para la construcción de un mundo más equitativo, compasivo y humano.

Salmo responsorial: 48



REFLEXIÓN

son un rebaño para el abismo, / la muerte es su pastor

La revolución social puede llegar a ser el pastor que da muerte a las capas sociales enriquecidas y endurecidas.

Su prevalencia y continua aparición en diferentes sociedades indica la búsqueda de equidad del tejido social en todas partes.

No siempre ha sido bien administrada la revolución, pues es traicionada con nuevas y endurecidas capas sociales empoderadas, que se alimentan del odio. Entonces son un mero reemplazo de explotadores.

El evangelio de la Palabra inspira revolución de conversión hacia la fraternidad solidaria, con una inédita potencialidad de reconciliación.

cuando muera, no se llevará nada, / su fasto no bajará con él

La muerte como radical nivelador espera al final de cada uno como su examen definitivo.

Marcos 9,41-50



REFLEXIÓN

"El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa

donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Dos extremos:recompensa y castigo permanente, según se sirva o no a los creyentes en el Mesías.

Porque lo uno entraña fe y lo otro no.

Hoy no aceptamos lo segundo como un lugar de castigo, porque no empata con la imagen de la misericordia de Dios Padre.

Pero si no cercenamos la palabra y nos quedamos con lo más conveniente.

Creemos que estamos en un nivel en el que no se requiere saber de un castigo y menos con esa imagen mitològica del fuego que no cesa.

Pero más allá de la literalidad, no hemos de abrirnos a la comprensión de la desdicha que se nos asoma en la infelicidad que vivenciamos muchas veces?

Qué tal cuando no se vive en fe, y ese sentido se ausenta de nuestra existencia.?

La fe que contempla el gesto solidario como la extensión de la misión del discípulo, restaurando el tejido social falto de equidad.

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BEATO CARLO


 

De las Instrucciones de san Columbano, abad
(Instrucción 1, Sobre la fe, 3-5: Opera, Dublín 1957, pp. 62-66)
 
LA INSONDABLE PROFUNDIDAD DE DIOS

 

Dios está en todas partes, es inmenso y está cerca de todos, según atestigua de sí mismo: Yo soy -dice- un Dios cercano, no lejano. El Dios que buscamos no está lejos de nosotros, ya que está dentro de nosotros, si somos dignos de esta presencia. Habita en nosotros como el alma en el cuerpo, a condición de que seamos miembros sanos de él, de que estemos muertos al pecado. Entonces habita verdaderamente en nosotros aquel que ha dicho: Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos. Si somos dignos de que él esté en nosotros, entonces somos realmente vivificados por él, como miembros vivos suyos: Pues en él -como dice el Apóstol- vivimos, nos movemos y existimos.

 

¿Quién, me pregunto, será capaz de penetrar en el conocimiento del Altísimo, si tenemos en cuenta lo inefable e incomprensible de su ser? ¿Quién podrá investigar las profundidades de Dios? ¿Quién podrá gloriarse de conocer al Dios infinito que todo lo llena y todo lo rodea, que todo lo penetra y todo lo supera, que todo lo abarca y todo lo trasciende? A Dios ningún hombre vio ni puede ver. Nadie, pues, tenga la presunción de preguntarse sobre lo indescifrable de Dios, qué fue, cómo fue, quién fue. Éstas son cosas inefables, inescrutables, impenetrables; limítate a creer con sencillez, pero con firmeza, que Dios es y será tal cual fue, porque es inmutable.

miércoles, 23 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 7 de tiempo ordinario

Santiago 4,13-17



REFLEXIÓN

no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando

Un proyecto humano actual, una mentalidad dominante consiste en proclamar que el ser humano es el protagonista de su propio destino y debe como misión tomar la rienda de su vida en sus propias manos.

Si este aserto fuera para aumentar el compromiso y la responsabilidad con el otro, quedaría como un buen propósito.

Pero muchas veces es una autoafirmación arrogante del derecho exclusivo e individual a hacer lo que nos da la gana con exclusión del derecho del otro.

A tal ideología de superhombre omnipotente le conviene darse una aire de vez en cuando tomando en cuenta la multitud de contingencias que nos salen a cada paso y que nos señalan que la vida puede terminar ahí mismo sin que lo podamos planificar.

Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable

Por supuesto que se trata de conocer el bien y quererlo. No es un conocer teórico o académico. Sino el que compete realizar, el ineludible bien para mí, para el otro u otra, para todos.

No se trata de sentir la culpabilidad, que puede ser malsana y tóxica, porque no lleva sino al desánimo y a abandonar la lucha.

Sino de ser culpables responsables, pecadores perdonados, víctimas o victimarios resilientes, capaces de incorporarnos y volver al frente de batalla, fiados más del Espíritu y su fortaleza, que de nuestra psiqué y su debilidad.

Salmo responsorial: 48



REFLEXIÓN

confían en su opulencia / y se jactan de sus inmensas riquezas?

Porque los ricos en capital y grandes proyectos, incurren en soberbia de la vida, en prepotencia, avasallando a los que menos tienen.No entienden lo que significa compartir.

Es tan caro el rescate de la vida, / que nunca les bastará / para vivir perpetuamente / sin bajar a la fosa

La muerte individualmente experimentada, y desde fuera observada, es universal y obligatoria por imposición de la realidad, no por deducción lógica.

Frente  y desde ella logramos la sabiduría de un fin insobornable, que no podemos manipular, ni planificar, ni controlar.

A través de ella vivenciamos la libertad del Otro, quien desde la fe podemos glorificar en acción de gracias por su providencia y designio.

los sabios mueren, / lo mismo que perecen los ignorantes y necios, / y legan sus riquezas a extraños

Hasta la cesión póstuma de los bienes es un proyecto endeble, muchas veces erosionado por los pleitos de los herederos, y los usurpadores de testamentos.

Y así la riqueza acumulada va a parar en quien menos se piensa.

Marcos 9,38-40



REFLEXIÓN

se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros

El que no está contra nosotros está a favor nuestro

Estar contra las vías de hecho no debe llevar a estar en contra de las causas de los pobres: indígenas, educadores, obreros, jubilados de pensiones exiguas, necesitados de los recursos de la vida en general.

Jesús ubica su aporte de salvación como un programa de código abierto, que cualquiera pueda apropiar en su nombre.

Otorgarle elcrédito no significa lucrar en su nombre, sino una acción de gracias por su intervención salvífica en nuestras circunstancias concretas, dondequiera que se dé.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Miércoles, VII semana

 San Jerónimo Comentario sobre el Eclesiastés

Si a un hombre le concede Dios bienes y riquezas y capacidad de comer de ellas, de llevarse su porción y disfrutar de sus trabajos, eso sí que es don de Dios. No pensará mucho en los años de su vida si Dios le concede alegría interior. Lo que se afirma aquí es que, en comparación de aquel que come de sus riquezas en la oscuridad de sus muchos cuidados y reúne con enorme cansancio bienes perecederos, es mejor la condición del que disfruta de lo presente. Éste, en efecto, disfruta de un placer, aunque pequeño; aquél, en cambio, sólo experimenta grandes preocupaciones. Y explica el motivo por qué es un don le Dios el poder disfrutar de las riquezas: No pensará mucho en los años de su vida. Dios, en efecto, hace que se distraiga con alegría de corazón: no estará triste, sus pensamientos no lo molestarán, absorto como está por la alegría y el goce presente.

REFLEXIÓN

La bendición en la vida ordinaria se experimenta mejor en el disfrute puntual, sin estrés de preocupaciones, con alegría de corazón

Pero es mejor entender esto, según el Apóstol, de la comida y bebida espirituales que nos da Dios, y reconocer la bondad de todo aquel esfuerzo, porque se necesita gran trabajo y esfuerzo para llegar a la contemplación de los bienes verdaderos. Y ésta es la suerte que nos pertenece: alegrarnos de nuestros esfuerzos y fatigas. Lo cual, aunque es bueno, sin embargo no es aún la bondad total, hasta que aparezca Cristo, vida nuestra.

REFLEXIÓN

Pero más bendición es todavía la alegría en la fatiga y la lucha, ya que se suscita como un don para el final de todo, pues nos anima hasta el final de todo con la resurrección.

Toda la fatiga del hombre es para la boca, y el estómago no se llena. ¿Qué ventaja le saca el sabio al necio, o al pobre el que sabe manejarse en la vida?. Todo aquello por lo cual se fatigan los hombres en este mundo se consume con la boca y, una vez triturado por los diente, pasa al vientre para ser digerido. Y el pequeño placer que causa a nuestro paladar dura tan sólo el momento en que pasa por nuestra garganta. Y, después de todo esto, nunca se sacia el alma del que come: ya porque vuelve a desear lo que ha comido (y tanto el sabio como el necio no pueden vivir sin comer, y el pobre sólo se preocupa de cómo podrá sustentar su débil organismo para no morir de inanición), ya porque el alma ningún provecho saca de este alimento corporal, y la comida es igualmente necesaria para el sabio que para el necio, y allí se encamina el pobre donde adivina que hallará recursos. Es preferible entender estas afirmaciones como referidas al hombre eclesiástico, el cual, instruido en las Escrituras santas, se fatiga para la boca, y el estómago no se llena, porque siempre desea aprender más.

REFLEXIÓN

El horizonte de vida de quien vive para el consumo es de una intranquilidad voraz y perpetua. Nunca se termina su ciclo. Pero el hombre de fe encuentra un hambre diferente que tampoco se sacia pero satisface mejor: aprender.

 Y en esto sí que el sabio aventaja al necio; porque, sintiéndose pobre (aquel pobre que es proclamado dichoso en el Evangelio), trata de comprender aquello que pertenece a la vida, anda por el camino angosto y estrecho que lleva a la vida, es pobre en obras malas y sabe dónde habita Cristo, que es la vida.

REFLEXIÓN

La pobreza como bienaventuranza es una comprensión de las realidades y de como el hambre de ciertas cosas no se sacia, a menos que se transforme en algo más.

martes, 22 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

La Catedra del apóstol San Pedro

1Pedro 5,1-4



REFLEXIÓN

testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse

Volver a lo fundamental: el kerygma: muerte y resurrección de Cristo, como esquema, matriz, arquetipo, impronta del designio del Padre.

Sufrimientos y gloria, fe y esperanza. Esta actitud que nos dona el Padre es la vivencia fundamental para amar, como estilo de existencia.Este es el llamado desde los acontecimientos.

Pero una caridad discreta para no hacerle juego al mal.

gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño.

La Palabra nos ofrece un perfil del Pastor o dirigente en nuestra Iglesia.

No se trata del dirigente máximo solamente, sino de todo aquel que haya sido agraciado con el don de autoridad para bien de la comunidad.

Desde el más encumbrado hasta el más humilde líder, desde las comunidades más relevantes hasta las más humildes y sencillas, se tiene por parte de la Palabra un modelo a seguir.

Nuestro tiempo le presta menos atención al ministerio del dogma que al de la conducta y estilo de vida en los dirigentes.

Pero se piensa erróneamente que es solo responsabilidad de los más altos niveles, sin caer en cuenta que toda autoridad se debe a sus dirigidos.

La verdad profesada no es menos verdad por la mala conducta de los líderes, ya lo dijo Jesús, pero los débiles ven erosionar su fe y credibilidad en una verdad que se desmerece por una conducta indigna.

Somos para dar un servicio y ser servidores con generosidad. Pero el servicio es a los pobres y pecadores para implantar el Reino.No es un servicio al egoísmo ni al pecado.

Salmo responsorial: 22



REFLEXIÓN

nada me falta

Es la experiencia que vivenciamos cuando nos acompaña Dios en contraste de los mediocres guías que nos gobiernan.

Nuestra responsabilidad es ser obdientes en la fe a la verdad manifestada, no imitar las malas costumbres.

El guía por el verdadero camino. Nos asiste para no desviarnos.

Mateo 16,13-19



REFLEXIÓN

"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"

Jesús pregunta sobre lo que se dice de él. Los discípulos en sus respuestas manifiestan lo que han recogido de la gente.

En esas diferentes identidades se comprime el anhelo de cambio de la situación de pobreza, marginación, ignorancia, infelicidad.

Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"

Parece un examen para revelar la adhesión que los vincula a Jesús.

No sabemos lo de cada uno, y sólo sabemos la confesión de Pedro alentada por el Espìritu del Padre.

Es decir la respuesta no es del pueblo ni de sus expectativas sobre identidades pero sí sobre su anhelo profundo.

"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo."

Y por ser una respuesta don del Padre, Pedro es superado en su propia confesión.

No es un mesías según la expectativa. Este pre-saber ayuda pero no es peciso.

Se requiere la perfecciòn que Jesús va a desarrollar.

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará

Quien lo quiera lo puede verificar. Vivimos tiempos de un poder que atiza y acosa la Iglesia, en sus pastores y fieles.

Aunque no ha existido otro tiempo diferente en la historia de la comunidad de fe, puesto que hay un león rugiente en derredor que busca a quien devorar.

Podemos preocuparnos, afligirnos, temer por la suerte de esta comunidad universal, pero la promesa de Jesús debe anclarnos en la buena nueva del Reino, que no perecerá y se mantendrá, sea con esta específica organización eclesiástica o con otra que pueda venir.

Las instituciones pueden cambiar, y tal parece ser un signo de los tiempos actuales, pero el carisma que las inspiró seguirá inspirando por el Espíritu nuevas formas.

Es nuestra esperanza de creyentes.

Mientras la comunidad se asiente sobre una confesión así, sobre Jesús, en su vivencia y existencia, el mal no podrá con ella.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo

Es difícil no ver aquí un don y una misión en relación al Reino.

Un don a la comunidad? Y también a Pedro? O sólo a Pedro y no a la comunidad?

Llevamos dos mil años los católicos creyendo que se trata de la persona de Pedro y sus sucesores.

Pero se dan crisis cada cierto tiempo, con el reclamo que la comunidad también participa de ese don y misión.

Ambos tendrán que recurrir siempre a la confesión que en boca de Pedro, es don del Padre. Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Y habremos de discernir a la luz de los acontecimientos si comunidad y Pedro hacemos su correcta lectura.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1496097266045759492?s=20&t=DixValykJ2ZwA6QGafMfDg

DOCTORES DE LA IGLESIA


Martes, VII semana

San Gregorio de Nisa De las homilías sobre el libro del Eclesiastés 6

Tiene su tiempo –leemos– el nacer y su tiempo el morir. Bellamente comienza yuxtaponiendo estos dos hechos inseparables, el nacimiento y la muerte. Después del nacimiento, en efecto, viene inevitablemente la muerte, ya que toda nueva vida tiene por fin necesario la disolución de la muerte. Tiene su tiempo –dice– el nacer y su tiempo el morir. ¡Ojalá se me conceda también a mí el nacer a su tiempo y el morir oportunamente! Pues nadie debe pensar que el Eclesiastés habla aquí del nacimiento involuntario y de la muerte natural, como si en ello pudiera haber algún mérito. Porque el nacimiento no depende de la voluntad de la mujer, ni la muerte del libre albedrío del que muere. Y lo que no depende de nuestra voluntad no puede ser llamado virtud ni vicio. Hay que entender esta afirmación, pues, del nacimiento y muerte oportunos.

REFLEXIÓN

No obstante los cálculos aproximados hay que admitir que nadie, ni los médicos dominan el día, hora, minuto y segundo de un nacimiento común, no por cesárea. Y lo mismo con la muerte. Se puede decir que , por ahora, sigue escapándose de la omnisciencia ese cálculo. Y es posible hablar de una entrega donada, no arrancada por fuerza.

Según mi entender, el nacimiento es a tiempo y no abortivo cuando, como dice Isaías, aquel que ha concebido del temor de Dios engendra su propia salvación con los dolores de parto del alma. Somos, en cierto modo, padres de nosotros mismos cuando, por la buena disposición de nuestro espíritu y por nuestro libre albedrío, nos formamos a nosotros mismos, nos engendramos, nos damos a luz. Esto hacemos cuando aceptamos a Dios en nosotros, hechos hijos de Dios, hijos de la virtud, hijos del Altísimo.

REFLEXIÓN

Autores de nuestro destino podemos ser si nos auto-concebimos en fe, porque fe y libertad van de la mano. Y lo mismo cuando vamos gestando su crecimiento.  Hasta que por fe rendimos nuestra vida en acción de gracias por la muerte.

Por el contrario, nos damos a luz abortivamente y nos hacemos imperfectos y nacidos fuera de tiempo cuando no está formada en nosotros lo que el Apóstol llama la forma de Cristo. Conviene, por tanto, que el hombre de Dios sea íntegro y perfecto. Así, pues, queda claro de qué manera nacemos a su tiempo y, en el mismo sentido, queda claro también de qué manera morimos a su tiempo y de qué manera, para san Pablo, cualquier tiempo era oportuno para una buena muerte. Él, en efecto, en sus escritos, exclama a modo de conjuro: Por el orgullo que siento por vosotros, cada día estoy al borde de la muerte, y también: Por tu causa nos degüellan cada día. Y también nosotros nos hemos enfrentado con la muerte. No se nos oculta, pues, en qué sentido Pablo estaba cada día al borde de la muerte: él nunca vivió para el pecado, mortificó siempre sus miembros carnales, llevó siempre en sí mismo la mortificación del cuerpo de Cristo, estuvo siempre crucificado con Cristo, no vivió nunca para sí mismo, sino que Cristo vivía en él.

REFLEXIÓN

Hubo un momento en el pensar cristiano que se sobrevaloró la carne como representativa del pecado, en su versión erótica. Más otra línea nos lleva a la carne como debilidad, que requiere fortaleza, y así el pecado es sinónimo de debilidad para cosas del Espíritu, quien fortalece.

REFLEXIÓN

Ésta, a mi juicio, es la muerte oportuna, la que alcanza la vida verdadera. Yo –dice el Señor– doy la muerte y la vida, para que estemos convencidos de que estar muertos al pecado y vivos en el espíritu es un verdadero don de Dios. Porque el oráculo divino nos asegura que es él quien, a través de la muerte, nos da la vida. 

lunes, 21 de febrero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 7 de tiempo ordinario

Santiago 3,13-18



REFLEXIÓN

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males

Cuando nuestras envidias y rivalidades son grupales, colectivas y clasistas, se hallan doblementa custodiadas y blindadas. Desarmarlas desde afuera es casi imposible.

Si desde dentro no hay conversión, que pasa por su fase autocrítica de desapego a los afectos desordenados, o los apegos autojustificados, no se abrirá la puerta.

La estrategia a largo plazo del mal consiste en desacreditar toda voz con autoridad suficiente para inducir la conversión a las conciencias. Asi nadie escucha la Palabra, en ningun vehículo histórico, porque le niega competencia, y se permanece en su bastión autojustificado.

La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.

La persistencia en el tiempo de una conducta proclive a la paz y justicia-un derrotero probado- tiene más probabilidades de convencer de pureza y buena voluntad.

Avala la palabra que clama con pretensiones de sinceridad para servir a la Palabra.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

la norma del Señor es límpida / y da luz a los ojos

Cuando se desprecia la norma, gratuita y abusivamente, nos quedamos sin un punto de referencia, sin un norte hacia donde podamos ir corrigiendo el rumbo.

Marcos 9,14-29



REFLEXIÓN

He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces."

No siempre fueron capaces de curar los discípulos.

"¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo."

En parte porque los usuarios no tenían la suficiente fe: algo que hay que aportar para la curación.

El mismo Jesús no podría mucho sin no hubiera fe en los que buscaban curación.

Jesús replicó: "¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.

"Tengo fe, pero dudo; ayúdame."

Podriamos tomar la respuesta de Jesús en dos sentidos. Como una afirmación indirecta de que él tiene la fe que se requiere.

Pero también como una reafirmación de su frustración por la falta de fe de la gente, que ha dejado impotente a sus discípulos.

"¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?

"Esta especie sólo puede salir con oración."

Pero también los discípulos debían seguir aprendiendo a perfeccionar su misión por el reino.

Sin oración no hay fe, ni propia ni ajena, y sin fe no hay curación.

El discipulado requiere la fe de los creyentes para actuar su misión.

Los creyentes requieren la ayuda de los discípulos para aumentar su fe.

La oración es el medio para que ambos aumenten su fe.

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