viernes, 5 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

 

dia 5 Antes de Epifanía

 

1Juan 3,11-21



REFLEXIÓN

¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas.

No se trata del mal filosófico: el mal como entidad que equivale a una inexistencia conceptual. Es el mal bíblico, porque en un mundo en que todo esta bien por ser creado, el mal es lo menos bueno, la obra que comparada con otra representa menor bondad.

Podemos eliminar a nuestro hermano por envidia de su buena obra, de lo que ha hecho bien, de lo que disfruta como bien.

hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos

Cuando construímos la fraternidad echamos de entre nosotros la posibilidad del crimen. Por eso las campañas contra el crimen no tocan fondo ni proveen una realidad permanente si no fomentan la fraternidad.

El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna

Cómo hacer llegar esta Palabra de vida a los combatientes de diferente signo, causa y motivación? El combatiente no mira al otro sino como enemigo, contrario, a quien eliminar. En el mundo de hoy donde persiste la maledicencia, que esperanza aguarda a la fraternización?

En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Dando la propia vida por otros como el Señor. A la luz de la fe y en el Reino de Dios éste es el único camino.

si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?

Dar la vida por otros es abrir las entrañas a sus necesidades.

no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras

Un signo de los tiempos del Señor en nuestro tiempo es el cansancio y la protesta generalizada por el abuso de las buenas palabras en detrimento de la escasez de buenas obras por los demás. El anhelo de cambios verdaderos, y no meros discursos. Un anhelo cada vez más clamoroso.

Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios

La conciencia puede ser acusada por el mal espíritu para cercarnos de angustia, y a la postre dejar de obrar a favor de la fraternidad y de las buenas obras. Se trata de una mala conciencia cultural, deformada en valores dominantes de la sociedad, los cuales no siempre son evangélicos.

Salmo responsorial: 99



REFLEXIÓN

servid al Señor con alegría,

Servir con gusto hasta el final de nuestros días.

Juan 1,43-51



REFLEXIÓN

"Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Un ver de fe, una fe que ve es en Juan la verdadera fe. Capta la realidad auténtica en el sentido más allá de la apariencia. En la fe veremos el cielo abierto. Pasaremos más allá al dominio del Padre en su Hijo de Hombre. Un título con resonancias apocalípticas, pero también comunes de vida cotidiana. Como si Jesús dijera que por la fe en él se verán cosas más grandes, porque el acceso al Padre está abierto, según él.

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1Juan 3,11-21

El amor en Jesús más que decir es hacer sin cerrar las entrañas de misericordia.

Salmo responsorial: 99

El Señor Jesús es Dios, aclamémosle. Es el punto de encuentro del cielo con la tierra, a pesar de su origen geográficamente oscuro y sin importancia.

Juan 1,43-51

Jesús declara ser Israel: Gen , una escala por la que se accede al cielo y una divinidad que conecta a los ángeles. No es se compadece esto con el menosprecio inicial de Natanael por ser Jesús de Nazaret.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Agustín Sermón 194,3-4

¿Qué ser humano podría conocer todos los tesoros de sabiduría y de ciencia ocultos en Cristo y escondidos en la pobreza de su carne? Porque, siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza. Pues cuando asumió la condición mortal y experimentó la muerte, se mostró pobre: pero prometió riquezas para más adelante, y no perdió las que le habían quitado. ¡Qué inmensidad la de su dulzura, que escondió para que los que lo temen, y llevó a cabo para los que esperan en él! Nuestro conocimientos son ahora parciales, hasta que se cumpla lo que es perfecto. Y para que nos hagamos capaces de alcanzarlo, él, que era igual al Padre en la forma de Dios, se hizo semejante a nosotros en la forma de siervo, para reformarnos a semejanza de Dios: y, convertido en hijo del hombre –él, que era único Hijo de Dios–, convirtió a muchos hijos de los hombres en hijos de Dios; y, habiendo alimentado a aquellos siervos con su forma visible de siervo, los hizo libres para que contemplasen la forma de Dios. Pues ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

REFLEXIÓN
La carne de la divinidad en Cristo es lo único que tenemos para abrirnos paso hasta el Santa Santorum. Pero no la carne que inventamos con nuestra aproximación estudiosa o imaginativa, sino la que él mismo nos indicó: su carne en acción de gracias, la eucaristía; su carne en los pequeños y vulnerables que nos abren las entrañas a la misericordia y la solidaridad.

jueves, 4 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

 

dia 4 Antes de Epifanía

1Juan 3,7-10



REFLEXIÓN

El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo

Hay una confrontación todo el tiempo, toda la vida:bien contra mal. Los creyentes de una deidad están inscritos contra un mal, que escrutado es un bien, porque la negación por sí misma no atrae.

Entonces estamos en una confrontación de bien mayor contra bien menor, casi todo el tiempo, con la posibilidad de un mal en sí, según la enseñanza católica.

Es importante entendernos como cruzados de una causa por el bien siempre mayor, aun contrario a nuestros intereses de un bien más reducido.

Requerimos de un entrenamiento, de una espiritualidad que nos permite el vigor suficiente para proceder siempre por el bien mayor. Porque a veces no es fácil ni verlo ni desprenderse.

su germen permanece en él, y no puede pecar

El que ama busca el bien. Se puede equivocar en el logro del bien mayor, pero no peca, no se encierra en el mal, porque ese amor lo apega al bien. Es importante por el amor que da el Espíritu volver del bien reducido hacia el bien mayor. Es la esencia del trabajo por el Reino.

todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano

La fraternidad universal es el trabajo del Espíritu de Jesús y el designio del Padre.Podemos discrepar de las estrategias pero no del fin. Podemos discrepar si es irénica o dialéctica, pero no de la unión y comunión.

Salmo responsorial: 97



REFLEXIÓN

llega para regir la tierra

en nosotros llega

Juan 1,35-42



REFLEXIÓN

"Éste es el Cordero de Dios."

"¿Qué buscáis?"

¿dónde vives?"

"Venid y lo veréis."

se quedaron con él aquel día

Ignacio de Loyola, en su experiencia espiritual llegó a la conclusión que la amistad personal con Jesús era la motivación potente para su seguimiento.

Juan nos muestra el fuerte impacto de Jesús en sus primeros discípulos, en ese encuentro que los llevó a quedarse con él.

Hoy favorecemos en nuestro seguimiento más la brillantez de una causa, razonable por demás, que la impronta de un encuentro. Y no parece que haya sido el incentivo de los primeros seguidores en el movimiento de Jesús.

Qué podemos seguir haciendo de más para provocar hoy esa impronta, ese encuentro? Curiosamente en una época de emotivismo como la nuestra, el tratamiento de Jesús es más ideológico que personalizado.

Es posible que sea el miedo a quedar engolfados en una especie de misticismo romántico que no cambia la realidad de injusticia. Es como la piedra de toque. Pero también es la tentación de los buenos.

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1Juan 3,7-10

Hacer la justicia de Dios, es hacer el bien, amar al hermano. No se puede pecar amando al hermano. Quizás no será perfecto ese amar y debe ser plenificado en obediencia de fe.

Salmo responsorial: 97

La justicia nueva aparece. La justicia de Dios que es su voluntad se muestra en acción y por fe abre nuestro ojos al cambio que se va realizando en el mundo hacia el Reinar de Dios.

Juan 1,35-42

En Juan el llamamiento de los discípulos se muestra diferente a los sinópticos, porque es Juan B quien hace la presentación que motiva a los dos primeros a seguir a Jesús hasta donde vive y es Andrés, uno de los dos discípulos, Juan es el otro ?, el que avisa a Simón, a quien cambiarán el nombre por Pedro, piedra.

Juan B no ha dicho Mesías sino Cordero. Pero el discípulo así lo hace. Juan evangelista está dando puntadas propias sobre la calidad y profundidad del testimonio sobre Jesús, que motiva a algunos discípulos propios a irse con Jesús.El Bautista abre a sus seguidores la oportunidad de llegar más lejos con Jesús, porque sabe que su misión ha terminado.

BEATO CARLO



 De los Capítulos, distribuidos en cinco centurias, de san Máximo Confesor, abad (Centuria 1, 8-13: PG 90, 1182-1186)


MISTERIO SIEMPRE NUEVO


El Verbo de Dios nació según la carne una vez por todas, por su bondad y condescendencia para con los hombres, pero continúa naciendo espiritualmente en aquellos que lo desean; en ellos se hace niño y en ellos se va formando a medida que crecen sus virtudes; se da a conocer a sí mismo en proporción a la capacidad de cada uno, capacidad que él conoce; y si no se comunica en toda su dignidad y grandeza no es porque no lo desee, sino porque conoce las limitaciones de la facultad receptiva de cada uno, y por esto nadie puede conocerlo de un modo perfecto.

En este sentido el Apóstol, consciente de toda la virtualidad de este misterio, dice: Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre, es decir, que se trata de un misterio siempre nuevo, que ninguna comprensión humana puede hacer que envejezca.

Cristo, que es Dios, nace y se hace hombre, asumiendo un cuerpo y un alma racional, él, por quien todo lo que existe ha salido de la nada; en el Oriente una estrella brilla en pleno día y guía a los magos hasta el lugar en que yace el Verbo encarnado; con ello se demuestra que el Verbo, contenido en la ley y los profetas, supera místicamente el conocimiento sensible y conduce a los gentiles a la luz de un conocimiento superior.

Es que las enseñanzas de la ley y los profetas, cristianamente entendidas, son como la estrella que conduce al conocimiento del Verbo encarnado a todos aquellos que han sido llamados por designio gratuito de Dios.

Así pues, Dios se hace perfecto hombre, sin que le falte nada de lo que pertenece a la naturaleza humana, excepción hecha del pecado (el cual, por lo demás, no es inherente a la naturaleza humana); de este modo ofrece a la voracidad insaciable del dragón infernal el señuelo de su carne, excitando su avidez; cebo que, al morderlo, se había de convertir para él en veneno mortal y causa de su total ruina, por la fuerza de la divinidad que en su interior llevaba oculta; esta misma fuerza divina serviría, en cambio, de remedio para la naturaleza humana, restituyéndola a su dignidad primitiva.

En efecto, así como el dragón infernal, habiendo inoculado su veneno en el árbol de la ciencia, había corrompido al hombre cuando éste quiso gustar de aquel árbol, así también aquél, cuando pretendió devorar la carne del Señor, sufrió la ruina y la aniquilación, por el poder de la divinidad latente en esta carne.

La encarnación de Dios es un gran misterio, y nunca dejará de serlo. ¿Cómo el Verbo, que existe personal y substancialmente en el Padre, puede al mismo tiempo existir personal y substancialmente en la carne? ¿Cómo, siendo todo él Dios por naturaleza, se hizo hombre todo él por naturaleza, y esto sin mengua alguna ni de la naturaleza divina, según la cual es Dios, ni de la nuestra, según la cual es hombre? únicamente la fe puede captar estos misterios, esta fe que es el fundamento y la base de todo aquello que excede la experiencia y el conocimiento natural.

miércoles, 3 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

 

3 de Enero de

Antes de Epifanía

1Juan 2,29-3,6



REFLEXIÓN

todo el que obra la justicia(poion ten dikaiosinen:construye la justicia divina) ha nacido de él

El ideal de justo en el judaísmo lo encarnaba la persona que era fiel a la ley como alianza de amor reverencial con el Señor y se dejaba palpar en la vida corriente en las obras de misericordia: dar limosna, dar de comer al hambriento, de beber al sediento, alivio a los enfermos…

Un ejemplo colectivo de esa calidad de justos la tenían en tiempo de Jesús los fariseos, con quien él compartía algunos puntos de vista.

Pero Jesús, con probabilidad histórica, y sus seguidores después cuando fueron perseguidos, confrontaron y denunciaron los fariseos como hipócritas: sepulcros blanqueados, justicia de apariencia.

Y el énfasis del justo y su construcción de justicia se ubicó en la sinceridad, en la consistencia, en la congruencia entre el corazón profundo de la persona y la buena obra que practicaba.

Este es el desafío que nos deja el seguimiento con Jesús: una construcción sincera y no hipócrita de la justicia. La justicia que construimos en nombre de la fe que vivimos en Jesús debe congruir con las decisiones y acciones justas emprendidas.

A esta luz resulta aleccionador desde el enfoque de la espiritualidad ignaciana la insistencia en la oración y el examen de la misma y de la vida, cada día.

Se trata de un compromiso de juicio sobre la sinceridad de las cosas buenas que emprendo por fe. Porque puedo simular el bien y autoengañarme.

aún no se ha manifestado lo que seremos

La calidad de honestidad, sinceridad y congruencia del corazón creyente y sus acciones será puesta a prueba en las persecuciones, incomprensiones, aflicciones.

Para que nos despojemos de la insinceridad y nos purifiquemos en nuestro seguimiento amoroso del Señor.

No hay contingencia humana mirada como historia de salvación que no se ordene a tal fin.

Es en este esfuerzo de construcción que nos vamos manifestando procesualmente como hijos de Dios, nacidos de su Espíritu.

Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro

Esta construcción es un rudo trabajo cotidiano y por eso se alienta con la esperanza de conseguir el fin, que es la pureza de la sinceridad.

Nuestros escándalos de todo tiempo, pero exacerbados mediáticamente en la actualidad, pueden robarnos la esperanza de alcanzar la sinceridad. Eso quiere el anti-cristo para seguir aparentando demoler el reino de la buena nueva.

Salmo responsorial: 97



REFLEXIÓN

Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas

La esperanza ayuda a la fe en su construcción de una justicia sincera, porque inspira la acción de gracias ante las maravillas que proceden del Señor.

Juan 1,29-34



REFLEXIÓN

Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo."

Juan Bautista pertenece a la clase de hombres de fe, que procesualmente construye la justicia con sinceridad y esperanza.

No obstante la calidad de su entrega a la misión de reunir el pueblo de Dios para su purificación final, es capaz de reconocer que tiene límites, que no es perfecto, que debe dar paso a Alguien que quita el pecado del mundo.

Las personas que ostentan un índice elevado de comunión con el Señor y que conocemos por la historia de los santos, anteriores y actuales, junto a su construcción de justicia manifiestan un alto grado de autocrítica.

Así se mantienen en el proceso de purificación que lleva a la confianza en la reparación por parte del Señor.

Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Ver al Señor Jesús, el de Nazareth crucificado y resucitado, nos mueve a poner en marcha un proceso de justificación: construir la justicia con sinceridad y esperanza.

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1Juan 2,29-3,6

La fidelidad a la propia misión que redunda en el bien del Reino de la buena nueva no quedará sin reconocimiento.

Salmo responsorial: 97

Qué alegría se haya dado un equipo de trabajo en el que cada uno coordina su misión para el bien común del Plan de Salvación

Juan 1,29-34

Las misiones se definen por sus objetivos. Según Juan evangelista, Juan Bautista fue enviado a bautizar con agua como preparación del que había de bautizar en Espíritu, misión de Jesús. Y eso hizo con toda honestidad sin guardarse nada, ni apropiarse nada, no obstante el poder que se el dió. A Juan B se le dió la capacidad de discernir el Espiritu cuando se posaba sobre Jesús, y dar testimonio de eso. Esta calidad de honestidad en la misión, y de no ambicionar más poder, es la que asumimos en la fe que se fundamenta en la tradición apostólica.

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
3 de enero
San Agustín Tratado sobre el evangelio de san Juan 17,7-9

Vino el Señor mismo, como doctor en caridad, rebosante de ella, compendiando, como de él se predijo, la palabra sobre la tierra, y puso de manifiesto que tanto la ley como los profetas radican en los dos preceptos de la caridad. Recordad conmigo, hermanos, aquellos dos preceptos. Pues, en efecto, tienen que seros en extremo familiares, y no sólo veniros a la memoria cuando ahora os los recordamos, sino que deben permanecer siempre grabados en vuestros corazones. Nunca olvidéis que hay que amar a Dios y al prójimo: a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todo el ser; y al prójimo como a sí mismo. He aquí lo que hay que pensar y meditar, lo que hay que mantener vivo en el pensamiento y en la acción, lo que hay que llevar hasta el fin. El amor de Dios es el primero en la jerarquía del precepto, pero el amor del prójimo es el primero en el rango de la acción. Pues el que te puso este amor en dos preceptos no había de proponer primero al prójimo y luego a Dios, sino al revés, a Dios primero y al prójimo después.

REFLEXIÓN

Amar al prójimo, con discreción, al modo de Jesús. Amar discerniendo el mayor bien, el urgente, el universal, el desprendido. Sin posesión ego-ista, sin lucro, esclavitud, opresión, perjuicio o daño. Un amor colirio que aclara la visión de Dios amor. Un amor que se recupera de las frustraciones, la falta de agradecimiento y correspondencia, de las malas interpretaciones, de la suspicacia y malicia, para no detenerse aunque duela. En esa energía inclaudicable se muestra el Espíritu de Dios, que ama hasta el fin, eternamente.

martes, 2 de enero de 2024

PALABRA COMENTADA

 Dia 2 Antes de Epifanía

1Juan 2,22-28




REFLEXIÓN

 

 

Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.

Permanecer μένω  lo escuchado, permanecer en la comunión de Hijo y Padre. Un asunto de adhesión, pertenencia, fidelidad, y referencia que dura.

Todas las relaciones humanas que se forman y establecen, tienen la intención de permanecer, durar: parejas, hijos, familia, amistad, alianzas políticas.

Y con mucha frecuencia son ayes de dolor y amargura los que se escuchan porque la relación entra en crisis, o se distancia, o se rompe y el saldo es la infelicidad.

Lo que abunda es el discurso que promete la duración de la relación. Una promesa que se rompe con mucha facilidad.

Un remedio a esta naturaleza deleznable se pretende con la obligación de la ley, la fuerza que lo legal debe hacer cumplir.

Y el saldo es que además de infieles se multiplican los delitos, los delincuente, los ilegales, los proscritos.

Por eso miramos esta Palabra que ofrece duración con esperanza. Una esperanza que no se confunde con ilusión. Una cosa es ser esperanzado y otra iluso. La esperanza de la permanencia en la comunión se construye en colaboración con el Señor, porque Él tampoco quiere poder mucho sin nosotros.

Salmo responsorial: 97




REFLEXIÓN

se acordó de su misericordia y su fidelidad

La misericordia del Señor activa su fidelidad. Lo que ha prometido permanece, pero nosotros no. De nuestra parte lo común es la infidelidad. Por su perdón regenerador la misericordia que nos tiene, vuelve a mantener su promesa.

El Señor es un codependiente de nuestra fragilidad. No quiere desvincularse de nuestra suerte, aunque lo dejemos mal. Torna a insistir por misericordia en su fidelidad.

No teme como nosotros, que tanto perdón lo haga parecer poco apreciado en su ofrecimiento. Su poderío consiste en mantenerse a la espera de nuestra vuelta, de nuestra maduración, cuando nos demos cuenta de su amor y lo tomemos en serio.

Juan 1,19-28




REFLEXIÓN

Yo soy la voz que grita en el desierto:

Como el profeta seguidor de Isaías, que lo revivía en el destierro, para consolación del pedazo de pueblo.

Una voz anónima que se deja escuchar como un espontáneo, sin ninguna identificación o certificación de alguna autoridad, como muestra de la soberanía y libertad del Espíritu, para producir la comunicación salvífica de parte del Señor.

Ninguna de las etiquetas: Elías, el Profeta, el Mesías, logra ubicar a Juan el Bautista. Él lo hace con una voz que surge por impulso que viene del Señor. Su misión se desmarca de las autoridades. Éstas son ilegítimas para el evangelista.

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1Juan 2,22-28

Confesar a Jesús como Cristo y permanecer sin necesidad deque nadie nos enseñe  es la verdad y no mentira ni engaño. Ese núcleo de la misión tanto en el desierto como en el mundo es como nuestra identidad espiritual, que debemos alimentar para durar en vida eterna.

 

Salmo responsorial: 97

La tierra entera, desierto y mundo aclama a Dios con la misiones de desierto y presencia en el mundo, porque ambas son dones de Dios para manifestar que todos peregrinamos, y debemos escuchar como en desierto y pero también participar en una construcción de un solo cuerpo, en el que por nuestros dones espirituales somos irremplazables. De ahi que no puedo reemplazar a nadier y en eso todos me son superiores.

Juan 1,19-28

Desierto como fuga del mundo corrompido e irredento. Desierto como escucha agónica de Dios y su Palabra, sin otro auxilio sino su propio ser, expuesto a necesidades e ilusiones. Son corrientes que persistirán en la búsqueda espiritual de todo tiempo. Juan regresa al mundo para anunciar que va a terminar una etapa y anunciar que viene otra con Jesús. Juan B es un broche y una bisagra. Misión de terminar un modo, una era y dar paso a otra en la que ya no se involucrará. Son formas de peregrinar y misionar que seguiremos cultivando.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 2 de enero

San Basilio Magno Sobre el Espíritu Santo 26, 61.64

De quien ya no vive de acuerdo con la carne, sino que actúa en virtud del Espíritu de Dios, se llama hijo de Dios y se ha vuelto conforme a la imagen del Hijo de Dios, se dice que es hombre espiritual. Y así como la capacidad de ver es propia de un ojo sano, así también la actuación del Espíritu es propia del alma purificada. Así mismo, como reside la palabra en el alma, unas veces como algo pensado en el corazón, otras veces con algo que se profiere con la lengua, así también acontece con el Espíritu Santo, cuando atestigua a nuestro espíritu y exclama en nuestros corazones: Abba (Padre), o habla en nuestro lugar, según lo que se dijo: No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Ahora bien, así como entendemos el todo distribuido en sus partes, así también comprendemos el Espíritu según la distribución de sus dones. Ya que todos somos efectivamente miembros unos de otros, pero con dones que son diversos, de acuerdo con la gracia de Dios que nos sido concedida. Por ello precisamente, el ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito.» Sino que todos los miembros completan a la vez el cuerpo de Cristo, en la unidad del Espíritu; y de acuerdo con las capacidades recibidas se distribuyen unos a otros los servicios que necesitan.



REFLEXIÓN

No hay vida verdadera, espiritual sin Espíritu de Dios, Espíritu Santo. Podemos creerlo imperceptible, pero sus efectos nos traen a la conciencia la presencia activa de su influjo: sentirnos uno, sentirnos unos en relación con otros, sentirnos unos en gozo o sufrimiento de otros y por otros, sentirnos gozosos de otros y otras. Sentir la simbiosis entre espíritu y carne que no permite nuestro envilecimientos absoluto, sino que empuja a la regeneración. Sentirnos vibrantes con su Palabra y mensaje en nuestros pechos, que no podemos contener ante el Pueblo.