sábado, 7 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 18 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Deuteronomio 6,4-13



REFLEXIÓN

Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales

Israel fue propuesto por la Propuesta de la Palabra como un pueblo que escuche, es decir, que haga lo mejor que pueda por corresponder al Señor en el camino a la vida que no termina.

No lo logró nunca, vista las denuncias de los profetas, pero ellos mismos se consolaron con un resto de Pueblo que sí escuchaba.

Los creyentes del nuevo testamento seguidores de Jesús afirmaron ser ese resto de pueblo oyente.

Para estructurar la escucha que es obediencia de fe, se dictaron medidas y señales externas, que ayudaran a la intención de fondo: hacer memoria que había que escuchar y obedecer.

En esto se cifra el primer mandamiento de amar al Señor sobre todas las cosas.

San Ignacio en el Principio y fundamento lo pone en otra forma: hacerse indiferente usando tanto cuanto.

Es decir, no volverse adicto de nada, para preservar la libertad de elegir lo que más (magis) convenga a la gloria de Dios y nosotros.

Cuando estas estrategias de recuerdo y memoria se vuelven meramente rituales, y pierden el contacto con el mensaje de fondo, hacen el papel de una ley rígida que encarcela la libertad.

comerás hasta hartarte

Esta fue la vida prometida, y en bienes parecidos cifran muchos pueblos su ideal de vida futura: necesidades satisfechas y sin miedo al riesgo de perderlas.

Jesús planteó un valor diferente: sin negar o desconocer la satisfacción de las necesidades apremiantes, planteó una vida junto al Padre, en comunión que no termine, como la de él mismo.

Solo que el aprecio y significatividad de esta promesa de Jesús no despierta las mismas ansias por tratarse de una piedra preciosa que no todos se afanan en obtener.

Pero, cuidado: no olvides al Señor que te sacó de Egipto

Sin esta memoria no hay acción de gracias y dejamos de ser pueblo o resto destinado a la vida que no termina.

Salmo responsorial: 17



REFLEXIÓN

 

Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador

Es preciso dar gracias por la liberación que aporta el Señor a nuestras vidas, con ropaje de frustración de otras alegrías y deseos.

Porque su cuidado y amor se advierte en el modo como conduce hacia objetivos más profundos si sabemos superar las rabietas, cuando algo no nos sale de acuerdo a lo planeado y anhelado.

El Señor nos libera de nosotros mismos y del aferramiento a nuestros espejismos.

Mateo 17,14-20



REFLEXIÓN

 

"¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo."

Porque si el solicitante no tiene fe que podrá hacer por él el Señor Jesús?

Hemos de reconocer que se trata de un dicho extraño, alejado de la imagen que nos viene del conjunto del evangelio.

No sabemos a quiénes le dedica esta recriminación e impaciencia: a los que piden favores y curaciones, o a los discípulos que no logran hacer lo que se les ha enseñado.

En cualquiera de las situaciones estaríamos en cierto acuerdo con la impaciencia de Jesús, porque es mentira que el apóstol, humanamente, se encuentre ilimitadamente dispuesto a servir.

Y así entendemos que seguirlo haciendo es un don y fuerza del Señor, que se sigue compadeciendo de su pueblo.

Igualmente se dan trazas de cansancio y desgaste en el cuerpo apostólico que no hace siempre en congruencia lo que debe.

Sin embargo la misión apostólica se mantiene como don del Señor a su Iglesia.

Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño.

En el cielo histórico de la antigüedad lo bueno y lo malo se lo repartían ángeles y demonios. Jesús no era una excepción de su tiempo. Pero su lucha era teológica más que científica y actuaba contra el poder detrás de todo que entorpecía, y lo sigue haciendo, el avance del Reino desde el Génesis.

Seremos tan diferentes en nuestro propio cielo histórico atribuyendo causalidad a virus, bacterias y tumores.? Por qué no nos atrevemos a ir más allá?

En un campo de batalla convencional o electrónico, las líneas de fuego no son las únicas que causan bajas. Detrás están los estrategas. Sólo que en el campo de batalla de nuestra fe nos la jugamos por un solo estratega por encima de todos, que avanza con nosotros hasta la consumación de la historia.

Y si es uno solo por qué permite que haya batalla y no paz definitiva? Enfrentemos el enigma con humildad y encontremos razones de conveniencia, aunque la verdad completa no la sabremos sino hasta el final. Por lo pronto es bueno confiar en el único  absoluto que reconocemos.

"¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?" Les contestó: "Por vuestra poca fe. Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible

Cuándo un cuerpo apostólico puede ufanarse de vivir una fe como grano de mostaza? Nunca!

Este es el motivo fundamental para orar con humildad, para que asista nuestra fe mucho más pequeña que esa semilla.

Jesús no cesaba en su oración, a pesar de cosechar éxitos aparentes en sus intervenciones. Algo nos querrá decir con eso.

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BEATO CARLO

BEATO CARLO

 

Del tratado de san Ireneo, obispo, contra las herejías
(Libro 4,17, 4-6: SC 100, 590-594)
QUIERO MISERICORDIA Y NO SACRIFICIOS

Dios quería de los israelitas, por su propio bien, no sacrificios y holocaustos, sino fe,
obediencia y justicia. Y así, por boca del profeta Oseas, les manifestaba su voluntad,
diciendo: Quiero misericordia y no sacrificios; conocimiento de Dios, más que holocaustos.
Y el mismo Señor en persona les advertía: Si comprendierais lo que significa: “Quiero
misericordia y no sacrificios”, no condenaríais a los que no tienen culpa, con lo cual daba
testimonio a favor de los profetas, de que predicaban la verdad, y a ellos les echaba en
cara su culpable ignorancia.
Y, al enseñar a sus discípulos a ofrecer a Dios las primicias de su creación, no porque él
lo necesite, sino para el propio provecho de ellos, y para que se mostrasen agradecidos,
tomó pan, que es un elemento de la creación, pronunció la acción de gracias, y dijo: Esto
es mi cuerpo. Del mismo modo, afirmó que el cáliz, que es también parte de esta
naturaleza creada a la que pertenecemos, es su propia sangre, con lo cual nos enseñó
cuál es la oblación del nuevo Testamento; y la Iglesia, habiendo recibido de los apóstoles
esta oblación, ofrece en todo el mundo a Dios, que nos da el alimento, las primicias de sus
dones en el nuevo Testamento, acerca de lo cual Malaquías, uno de los doce profetas
menores, anunció por adelantado: Vosotros no me agradáis —dice el Señor de los
ejércitos—, no me complazco en la ofrenda de vuestras manos. Del Oriente al Poniente es
grande entre las naciones mi nombre; en todo lugar ofrecerán incienso y sacrificio a mi
nombre, una ofrenda pura, porque es grande mi nombre entre las naciones —dice el
Señor de los ejércitos—, con las cuales palabras manifiesta con toda claridad que cesarán
los sacrificios del pueblo antiguo y que en todo lugar se le ofrecerá un sacrificio, y éste
ciertamente puro, y que su nombre será glorificado entre las naciones.
Este nombre que ha de ser glorificado entre las naciones no es otro que el de nuestro
Señor, por el cual es glorificado el Padre, y también el hombre. Y, si el Padre se refiere a
su nombre, es porque en realidad es el mismo nombre de su propio Hijo, y porque el
hombre ha sido hecho por él. Del mismo modo que un rey, si pinta una imagen de su hijo,
con toda propiedad podrá llamar suya aquella imagen, por la doble razón de que es la
imagen de su hijo y de que es él quien la ha pintado, así también el Padre afirma que el
nombre de Jesucristo, que es glorificado por todo el mundo en la Iglesia, es suyo porque
es el de su Hijo y porque él mismo, que escribe estas cosas, lo ha entregado por la
salvación de los hombres.
Por lo tanto, puesto que el nombre del Hijo es propio del Padre, y la Iglesia ofrece al
Dios todopoderoso por Jesucristo, con razón dice, por este doble motivo: En todo lugar
ofrecerán incienso y sacrificio a mi nombre, una ofrenda pura. Y Juan, en el Apocalipsis,
nos enseña que el incienso es las oraciones de los santos.


viernes, 6 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Transfiguración del Señor

Daniel 7,9-10.13-14



REFLEXIÓN

como un hijo de hombre

Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin

Como en Apocalipsis 5, un como Hijo de hombre, un cordero inmolado, abre los libros. Es quien revela y tiene poder.

Si lo queremos acercar a nuestro momento, podemos enfocar a quien o quienes revelan sentidos de la historia que discurre.

No tiene o tienen que ser en apariencia tan majestuosos, porque esa majestad la da la revelación de su identidad y su misión.

Personas en la historia son instrumentos de revelación, incluso sin querer, del sentido profundo de las cosas y los acontecimientos.

Cuando se dice sentido profundo, nos referimos a aquél que mueve nuestros seres desde las convicciones, hacia metas de transformación, solidaridad, amor y justicia.

Le dieron poder real y dominio

Con Jesús el Hijo de Hombre, su delegación de poder comenzó alguna vez.

Así la humanidad transfigurada, transformada tiene una potencia incomparable para la perfección y la infinitud.

Somos como dioses, fue una profecía de la serpiente, una que brota, mal que le pese, al enemigo del Señor.

La participación con Jesús nos abre la oportunidad de una co-regencia, de un co-dominio, de un co-gobierno.

Este Hijo de Hombre, como Jesús gustaba nombrarse, tiene una dimensión colectiva, como el Siervo de Yavé, título que se aplicó a Jesús también, en la primitiva comunidad.

La dimensión colectiva significa que Jesús, como individuo, es la punta de lanza de un colectivo que es su cuerpo nuevo, en el que nos integramos sus creyentes: millones y millones de personas de todo pueblo, raza, nación y tiempos.

Las glorificación de Jesús de Nazareth es nuestro anticipo de gloria, que se va incoando desde ya y según Pablo, luego se desvelará.

Esta gloria que cargamos se va dando a sentir y conocer en nuestro caminar, entre luces y sombras históricas. Depende de nuestra fe, esperanza y amor encarnados mantenerla en alto.

Salmo responsorial: 96



REFLEXIÓN

justicia y derecho sostienen su trono

El fuego de la visión son aquellos valores que impulsan a cambios en la convivencia,

para hacerla más equitativa y propicia al desarrollo mejorado de las condiciones de vida.

Es la dirección correcta de la transformación, el derrotero: Justicia y derecho, pero incansables, permanentes y eternos.

La pasión del derecho de Dios, de su justicia, que incluye la misericordia, que busca la conversión y profundización del proceso de transformación total, la palingenesia.

Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono

Cuando la justicia se cumple, aunque sea en mínima parte en nuestra historia, las tinieblas, donde se agazapa la iniquidad, son iluminadas, retroceden.

2Pedro 1,16-19



REFLEXIÓN

Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada

como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.

Esto nos trae la Palabra cada día: mantener encendida la lámpara, renovar las energías para la espera, la ilusión y el soñar.

Porque el Señor vendrá, está viniendo, está llegando.

no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza

Entre los argumentos apologéticos más realistas se encuentra el testimonio que se basa en la experiencia personal.

Ante éste la fe queda desnuda en su potencial para actuar el riesgo de fiarse o no.

Esto nos confirma la palabra de los profetas

Este riesgo que asumimos por la fe busca confirmaciones históricas de su decisión.

Lo cual no es reprobable sino que forma parte del proceso humano del aprendizaje y el conocimiento, afianzado en evidencias y certezas.

Mateo 17,1-9



REFLEXIÓN

Pedro, a Santiago y a su hermano Juan

El círculo íntimo en torno a Jesús, cuya perspectiva de gloria no coincidía ni convergía con la de Jesús.

El núcleo duro del testimonio apostólico.

En alguna forma aquellos en quienes más confiaba y de quienes más esperaba.

Uno: Pedro, la piedra de la fe. Otro Santiago, hijo del Zebedeo, misionero entre judeocristianos y gentiles.

Otro Juan, el longevo, el confidente, el custodio de la madre de Jesús, si hablamos de la misma persona.

Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

La luz que se hace tan radiante, que parece blancura pura.

Las fotos y el cine dan una pequeña idea de esta luz.

Pero no deja uno de desestimarla por considerar que son fruto de la fantasía y la composición de la imaginación humana, nutrida de lo existente.

Como si su humilde procedencia nos impidiera adjudicarle alguna trascendencia, un ir más allá, fuera de mi propia creación.

Aun con estas descripiciones seguimos en el límite más acá de la experiencia humana sobre la imagen del dominio divino.

Posiblemente el rayo fulgurante, con su luz azul y tronadora, su derroche de energía y potencia, haya sido una estimulación para la imaginería de la luz blanquísima y pura que acompaña las visiones de Daniel y del evangelio sobre la transfiguración.

Se trata de comparaciones en las que nos quedamos cortos porque aludimos a una realidad totalmente otra.

Se transfiguró delante de ellos

Por qué en medio de los relatos del ministerio de Jesús de Nazareth se coloca éste de la transfiguración, representativo más bien de un relato de resurrección, como si fuera anticipada?

Bien pudiera ser un orden pedagógico o didáctico de una catequesis evangélica que pretende crear un oasis en medio del caluroso camino de la vida, y de la evangelización.

Porque los creyentes damos gracias cuando la consolación aparece en nuestra conciencia de caminantes, haciéndonos más ligero el peregrinaje y el equipaje.

Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí

Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo."

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto

En el itinerario del Espíritu, hay etapas que invitan a quedarse porque se está bien, pero no son para permanecer, en el peregrino itinerante, sino que el proceso de empuje nos puede llevar a una experiencia terrorífica de espanto.

En este domino del Trascendente, la distancia nos acobarda, el sufrimiento y las pruebas nos achican, y la cercanía del Señor nos aplasta por la incomprensión y la confusión.

No entendemos a qué viene tanto desconsuelo e incertidumbre, qué prepara esta inestabilidad, y nos resistimos a ser conducidos.

Se hace un caminar esforzado, pedregoso, feroz, que mete miedo.

Estos relatos tienen un propósito de misión y envío a testimoniar la fe, en el reino de Jesús, ante el mundo y la historia.

No son para el goce exclusivo, ni para el intimismo individualista, porque son donados para que nuestro compromiso apostólico se mantenga en pie y resistiendo el conflicto.

Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis."

Parece tener sentido esta actitud constante de Jesús: no temas.

Es su experiencia que conforta, para que no huyamos del proceso de conducción al Padre. Porque el Trascendente no es el Terror, sino el Padre.

Una realidad amigable, salvífica, generadora de una experiencia inédita de nuevo mundo, nueva creación,nueva realidad.

"No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos."

Mejor mantener oculto el proceso hasta que sea confirmado, y sirva para edificación.

Sin embargo no les valió esta vivencia para asegurar su fidelidad en la hora de la prueba. O sí?

Quizás porque el Espíritu de Jesús aún no había sido derramado y la experiencia de la transfiguración aún era precaria, y frágil el sentir humano, sin la fuerza y profundidad que da la confirmación del Espíritu.

En conclusión: Un mensaje de transformación en lo que seremos, o cerca de ello, en medio del fragor de la batalla, de la cotidianidad densa, de la tentación a la desesperanza, de la seducciòn del pesimismo y el destino determinando como una maldición.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Juan de la Cruz Cántico espiritual 39,4-7

En la transformación que el alma tiene en esta vida, pasa esta misma aspiración de Dios al alma y del alma a Dios con mucha frecuencia, con subidísimo deleite de amor en el alma, aunque no en revelado y manifiesto grado, como en la otra vida. Porque esto es lo que entiendo quiso decir san Pablo cuando dijo: Por cuanto sois hijos de Dios, envió Dios en vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, clamando al Padre. Y no hay que tener por imposible que el alma pueda una cosa tan alta, que el alma aspire en Dios como Dios aspira en ella por modo participado, porque, dado que Dios le haga merced de unirla en la Santísima Trinidad, en que el alma se hace deiforme y Dios por participación, ¿qué increíble cosa es que obre ella también su obra de entendimiento, noticia y amor, o, por mejor decir, la tenga obrada en la Trinidad juntamente con ella como la misma Trinidad, pero por modo comunicado y participado, obrándolo Dios en la misma alma? Porque esto es estar transformada en las tres Personas en potencia y sabiduría y amor, y en esto es semejante el alma a Dios, y para que pudiese venir a esto la crió a su imagen y semejanza. Y como esto sea, no hay más saber ni poder para decirlo, sino dar a entender cómo el Hijo de Dios nos alcanzó este alto estado y nos mereció este subido puesto de poder ser hijos de Dios, como dice san Juan; y así lo pidió al Padre por el mismo san Juan, diciendo: Padre, quiero que los que me has dado, que, donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean la claridad que me diste; es a saber, que hagan por participación en nosotros, la misma obra que yo por naturaleza, que es aspirar el Espíritu Santo.

REFLEXIÓN

Por participación de amor nos transformamos en divinidad, aquella que comparten las personas de la trinidad. Esta participación se va realizando en vida histórica, sin saberse cuánto pero con cierto entendimiento de que se va dando, porque el Espíritu que mueve la aspíración a Dios, como quien respira, nos comparte la misma gratuitamente. Se produce entonces ahora el gozo que nos va liberando de la preocupación presente por el no-reino.

jueves, 5 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

JUEVES 18 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Números 20,1-13



REFLEXIÓN

Faltó agua al pueblo, y se amotinaron contra Moisés y Aarón

¿Por qué has traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que muramos en él, nosotros y nuestras bestias?

Nihil novum sub sole

Cualquier parecido con algo presente no es mera coincidencia, es naturaleza humana en su mayor esplendor de bajeza y primitivismo.

No se puede decir que no estamos advertidos que no somos ángeles y que de nosotros se espera lo peor.

"Escuchad, rebeldes: ¿Creéis que podemos sacaros agua de esta roca?"

Hace medio siglo se exalta la manifestación de rebeldía en el arte, la política, la educación y otros ámbitos de la actividad humana, como el signo del cambio de época. Más bien se trata de un fenómeno antiguo como el ser humano, hoy amplificado globalmente por una tecnología al servicio de la comunicación masiva, que eleva la conciencia de colectivos a una mayor sensibilidad e intolerancia a la frustración.

En alguna forma el clamor expresa la repugnancia ante el curso de los acontecimientos que no cambia con la velocidad que se siente necesaria.

golpeó la roca con el bastón dos veces

Una vez hubiera sido necesaria si hubiera tenido la fe suficiente. Pero también el líder no siempre es inmune a la contaminación de la rebeldía y la protesta. Es el riesgo de ubicarse en la brecha.

Jesús, según los evangelios no llega a contaminarse aun a pesar de su empatía e identificación con las necesidades del pueblo, porque su experiencia del Padre es prístina y no afecta su unidad.

"Por no haberme creído, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no haréis entrar a esta comunidad en la tierra que les voy a dar."

Que lo exprese la misma Palabra que en otros relatos encumbra a Moisés es sorprendente. Moisés como figura del mediador es todavía deficitario ante el Señor. De ahí la importancia del que ha de venir.

Salmo responsorial: 94



REFLEXIÓN

demos vítores a la Roca que nos salva

Jesús no es un accesorio conveniente en nuestro caminar, sino quien lo perfecciona y asiste para lograr la entrada en el Reino.

De nuestra parte, nuestra cosecha es en todo caso como la de Moisés: la contaminación de la desconfianza del Señor y sus intenciones salvíficas.

Por nuestra rebeldía ante su estilo para intervenir en nuestra existencia, o por haber intervenido en ella.

el rebaño que él guía

Es la sabiduría de nuestro caminar como rebaño: aprender a fiarnos de la guía del pastor, no obstante que por momentos cueste y se dificulte.

me tentaron, aunque habían visto mis obras

En este contexto tentar a Dios es provocarlo, torearlo, burlarse de su ser Dios, porque no viene donde nosotros creemos que debe venir para intervenir y favorecernos.

Mateo 16,13-23



REFLEXIÓN

Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"

Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"

Una pregunta que nos examina para graduarnos de cristianos.

Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo

Una respuesta que da Pedro en nuestro nombre, hasta que aprendamos bien a contestar por nosotros mismos.

eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo

El liderazgo que Jesús enseña es el del Padre, abierto a su revelación, no a la murmuración.

piensas como los hombres, no como Dios

Se requiere de este carisma y asistencia para pensar y decidir según el liderazgo del Señor

Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

Se da inicio a un servicio que se comporte diferente al abrir y cerrar de los maestros de la ley en ese momento y en sintonía con la nueva alianza en el corazón.

La señal que el liderazgo es según el Padre es la fortaleza en persistir en su voluntad y defenderla, aun con la resistencia y presión de la gente.

Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte". Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.

Porque Pedro en ese momento no entendió que se daba una cosa con la otra: nueva alianza con cruz.

El antiguo régimen nunca se dejará quitar el poder fácilmente y opondrá siempre resistencia.

Dos señalamientos contradictorios respecto de la misma persona, que no está asegurada en gracia.

Una cosa es la Iglesia, resistente al maligno, y otra la persona que ata y desata, que puede ser inspirada por Dios o no. No siempre ni necesariamente.

Esto parece ser una enseñanza de nuestro tiempo cuando el papado, baluarte moral, es desacreditado, desoído.

Para nosotros, desde la perspectiva del discernimiento, significa que no todo lo que se nos ocurre es de Dios, y que desde un corazón quebrantado debemos escuchar al Señor para actuar la alianza nueva.

Se requiere de este carisma y asistencia para pensar y decidir según el liderazgo del Señor.

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BEATO CARLO

BEATO CARLO 




De los tratados de Balduino de Cantorbery, obispo
(Tratado 10: PL 204, 513-514. 516)
ES FUERTE EL AMOR COMO LA MUERTE

Es fuerte la muerte, que puede privarnos del don de la vida. Es fuerte el amor, que
puede restituirnos a una vida mejor.
Es fuerte la muerte, que tiene poder para desposeernos de los despojos de este cuerpo.
Es fuerte el amor, que tiene poder para arrebatar a la muerte su presa y devolvérnosla.
Es fuerte la muerte, a la que nadie puede resistir. Es fuerte el amor, capaz de vencerla,
de embotar su aguijón, de reprimir sus embates, de confundir su victoria. Lo cual tendrá
lugar cuando podamos apostrofarla, diciendo: ¿Dónde están tus pestes, muerte? ¿Dónde
está, muerte, tu aguijón?
Es fuerte el amor como la muerte, porque el amor de Cristo da muerte a la misma
muerte. Por esto dice: Oh muerte, yo seré tu muerte; país de los muertos, yo seré tu
aguijón. También el amor con que nosotros amamos a Cristo es fuerte como la muerte, ya
que viene a ser él mismo como una muerte, en cuanto que es el aniquilamiento de la vida
anterior, la abolición de las malas costumbres y el sepelio de las obras muertas.
Este nuestro amor para con Cristo es como un intercambio de dos cosas semejantes,
aunque su amor hacia nosotros supera al nuestro. Porque él nos amó primero y, con el
ejemplo de amor que nos dio, se ha hecho para nosotros como un sello, mediante el cual
nos hacemos conformes a su imagen, abandonando la imagen del hombre terreno y
llevando la imagen del hombre celestial, por el hecho de amarlo como él nos ha amado.
Porque en esto nos ha dejado un ejemplo para que sigamos sus huellas.
Por esto dice: Grábame como un sello en tu corazón. Es como si dijera: “Ámame, como
yo te amo. Tenme en tu pensamiento, en tu recuerdo, en tu deseo, en tus suspiros, en tus
gemidos y sollozos. Acuérdate, hombre, qué tal te he hecho, cuán por encima te he
puesto de las demás criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido, cómo te he coronado
de gloria y de honor, cómo te he hecho un poco inferior a los ángeles, cómo he puesto
bajo tus pies todas las cosas. Acuérdate no sólo de cuán grandes cosas he hecho para ti,
sino también de cuán duras y humillantes cosas he sufrido por ti; y dime si no obras
perversamente cuando dejas de amarme. ¿Quién te ama como yo? ¿Quién te ha creado
sino yo? ¿Quién te ha redimido sino yo?”
Quita de mí, Señor, este corazón de piedra, quita de mí este corazón endurecido,
incircunciso. Tú que purificas los corazones y amas los corazones puros, toma posesión de
mi corazón y habita en él, llénalo con tu presencia, tú que eres superior a lo más grande
que hay en mí y que estás más dentro de mí que mi propia intimidad. Tú que eres el
modelo perfecto de la belleza y el sello de la santidad, sella mi corazón con la impronta de
tu imagen; sella mi corazón, por tu misericordia, tú, Dios por quien se consume mi
corazón, mi lote perpetuo. Amén.

miércoles, 4 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 18 DE TIEMPO ORDINARO

Año Impar

Números 13,1-2.25; 14,1.26-30.34-35



REFLEXIÓN

es una tierra que mana leche y miel; aquí tenéis sus frutos. Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas

La elección del Señor es la de un pueblo.

Su don-promesa ofrece una tierra pródiga y nutritiva.

Pero que ya tenía habitantes, que les fueron entregados y por lo tanto vencidos.

Así los israelitas llegaron a ser los nuevos dueños, según creían, con el favor del Señor.

Esta elección, este don, este favor es invocado todavía ahora para consolidar esa tierra.

Acaso su lectura es la absoluta voluntad de Dios?

Se trata de una coyuntura favorable para mostrar al verdadero Dios entre las naciones?

Es una misión, contraria al curso de todos los pueblos, de la que se espera fraternidad, generosidad, disposición a compartir los dones?

Entonces y ahora no parece que la misión se está cumpliendo.

Pero sus descendientes, seguidores de Jesús llevan adelante en proceso esa misión de pueblo de Dios, imagen suya entre las naciones: pueblo de paz.

Antes víctimas que verdugos.

Salmo responsorial: 105



REFLEXIÓN

no comprendieron tus maravillas.

Que comprendamos que las maravillas del Señor son un don para compartir e iluminar a otros.

pero Moisés, su elegido, / se puso en la brecha frente a él,

Jesús como otro Moisés vive en la brecha, recordando al Padre que su amor es más fuerte y su misericordia eterna, y recordándonos a nosotros que su Padre nos ama entrañablemente sin descanso.

Mateo 15,21-28



REFLEXIÓN

Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando."

Jesús se deja influir por sus discípulos, y éstos aunque judíos como Jesús, consideran que también una no judía puede ser favorecida.

Lo conciben por ellos mismos o Jesús les ha enseñado antes, que es posible compartir con paganos?

"Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel."

Sin embargo los hechos que se van a desarrollar muestran que Jesús no es inflexible y se abre a novedades en su misión.

"Señor, socórreme."

"No está bien echar a los perros el pan de los hijos".

también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos

Una pobre mujer, poniendo la cara dura, para soportar tanto rechazo y descalificación.

"Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas

Jesús es vencido en su resistencia a favorecer los paganos. No entendía que esa era su misión. Jesús aprende y amplía sus límites, más allá de su prejuicio, para dejarse vencer en su ternura por la súplica de una anhelante mujer, que no pide para sí sino para su hija.

La fe alabada por Jesús tiene que ver con la que mueve a insistir pese a la humillación y negativa por parte de Jesús, pero también porque no pide para sí. La mujer, como madre, pide para su hija.

Jesús qué alegría y alivio que hayas comprendido en el Espíritu, que tu misión va más allá de ciertos límites al parecer legítimos.

Nos enseñas la audacia de la compasión, que nos despoja de nuestras percepciones previas ya tomadas, y nos renueva en la comprensión de la voluntad del Señor.

Los relatos de la buena nueva de Jesús inciden con frecuencia en animar a una fe dispuesta a un proceso de transformación, abierta al Dios vivo. Un lugar a propósito para que residan los demonios.

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BEATO CARLO

BEATO CARLO 



De la catequesis de san Juan María Vianney, presbítero

Consideradlo, hijos míos: el tesoro del hombre cris-
tiano no está en la tierra, sino en el cielo. Por esto nues-
tro pensamiento debe estar siempre orientado hacia allí
donde está nuestro tesoro.

El hombre tiene un hermoso deber y obligación: orar
y amar. Si oráis y amáis, habréis hallado la felicidad
en este mundo.

La oración no es otra cosa que la unión con Dios.
Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios
experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura
que lo embriaga, se siente como rodeado de una luz
admirable. En esta íntima unión, Dios y el alma son
como dos trozos de cera fundidos en uno solo, que ya
nadie puede separar. Es algo muy hermoso esta unión
de Dios con su pobre creatura; es una felicidad que
supera nuestra comprensión.

Nosotros nos habíamos hecho indignos de orar, pero
Dios, por su bondad, nos ha permitido hablar con él.
Nuestra oración es el incienso que más le agrada.

Hijos míos, vuestro corazón es pequeño, pero la ora-
ción lo dilata y lo hace capaz de amar a Dios. La oración
es una degustación anticipada del cielo, hace que una
parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin
dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma
y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se
funden las penas como la nieve ante el sol.

Otro beneficio de la oración es que hace que el tiem-
po transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se
percibe su duración. Mirad: cuando era párroco en Bres-
se, en cierta ocasión, en que casi todos mis colegas ha-
bían caído enfermos, tuve que hacer largas caminatas,
durante las cuales oraba al buen Dios, y, creedme, que
el tiempo se me hacía corto.

Hay personas que se sumergen totalmente en la ora-
ción, como los peces en el agua, porque están totalmente
entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido.
¡Cuánto amo a estas almas generosas! San Francisco
de Asís y santa Coleta veían a nuestro Señor y hablaban
con él, del mismo modo que hablamos entre nosotros.

Nosotros, por el contrario, ¡cuántas veces venimos
a la iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir!
Y, sin embargo, cuando vamos a casa de cualquier per-
sona, sabemos muy bien para qué vamos. Hay algunos
que incluso parece como si le dijeran al buen Dios: «Sólo
dos palabras, para deshacerme de ti...» Muchas veces
pienso que, cuando venimos a adorar al Señor, obten-
dríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos con
una fe muy viva y un corazón muy puro.

martes, 3 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 18 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Números 12,1-13



REFLEXIÓN

María y Aarón hablaron contra Moisés

"¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?"

Lucha por el poder. Insidias, conspiración, rebeldía.

Una autoridad, por santa que parezca e inspirada por Dios, puede ser cuestionada y desacreditada, según las ambiciones de poder, incluso de los más allegados, y hasta con motivos aparentemente honestos y buenos.

Moisés era el hombre más sufrido del mundo.

Los allegados y el pueblo lo presionaban, e incomprendían. Presiones constantes que llegan a doblegar a muchos.

A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor.

Se acredita de parte de Dios la calidad de inspiración de Moisés, que no es como la del común, sino más directa y cercana.

Con ello la categoría de portavoz de Moisés se ubica entre las de mayor rango, si no la más grande.

Pero aun así depende de la credibilidad de los que la aceptan y guardan.

Tal es la política de inspiración y profecía por parte del Señor, siempre en canales de lenguaje humano.

Se puede entender de muchos, que han vivido con una convicción que sirve al mundo para su cambio y redención, cómo hacen su discurso con humildad y casi pidiendo perdón.

Porque son conscientes de la incredibilidad y el desprestigio que ronda en los que reciben el mensaje, así como la reacción contraria de fanatismo y falta de crítica.

Salmo responsorial: 50



REFLEXIÓN

limpia mi pecado

Pues yo reconozco mi culpa

Si no se reconoce el error y el desvío, no es posible regenerarlo.

Esta colaboración entre la sanación del Espíritu y nuestra debilidad, requiere de voluntad libre, de honestidad, sinceridad y de humildad para aceptar la propia realidad, y dejarse transformar.

contra ti, contra ti solo pequé

Su sanción debe llegar hasta la comprensión de cuán afectada queda la relación con el Señor con el pecado.

crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme

Es preciso que se abra desde el fondo de nosotros mismos, como un don inédito y original en cada uno.

Mateo 14,22-36



REFLEXIÓN

Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaron a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo

Jesús protege a su discípulos y se purifica por la oración de la ambición de poder que puede contaminarlos, después de haber servido el hambre de la gente, con la multiplicación de los panes.

Da gracias porque el Padre ha estado con él en esa multiplicación. Se ubica en la correcta correlación de cooperación con el Señor.

Sabe estar solo en compañía del Padre. Le es suficiente su presencia.

Jesús va más allá de Moisés, porque encarna la ruah divina, su soplo e inspiración.

No obstante se ubica en su dimensión cuando ora, porque vive la incredibilidad y desconfianza del entorno respecto de él y su mensaje.

viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma

Una aparición fantasmagórica, alguien que camina en la oscuridad sobre las aguas. Mueve a miedo a hombres pescadores curtidos.

Son realidades que, para algunos son temerosas como mensajeros de dimensiones desconocidas, frente a las cuales se siente gran inseguridad.

Jesús les dijo enseguida: "¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!

Sin embargo Jesús no se presenta como una realidad procedente de una dimensión misteriosa que mete miedo, sino que se manifiesta siempre como alguien que anima, pacifica, quita los miedos.

Así es en las apariciones de Resucitado. Viene para dar confianza y paz.

al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse

En qué momento nuestra fe es lo suficientemente fuerte para enfrentar los miedos? Si nos fijamos, Jesús lo sabe y lo muestra en su constante orar al Padre.

Siempre dudamos Señor. Nuestra fe es deleznable. Se agrieta con las dificultades que nos meten miedo.

El miedo es el enemigo de la confianza, pero alerta contra la temeridad.

"¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?"

La duda es para la fe una señal de su inmadurez y la necesidad de perfeccionarse.

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