sábado, 21 de junio de 2025

PALABRA COMENTADA


SÁBADO 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 12,1-10



REFLEXIÓN

sólo presumiré de mis debilidades.

Es lo contundente, aquello que verifico. Lo otro, los dones espirituales, no se deben poner como cuenta propia.

me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: "Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad."

Este texto inspirador quizá puede excusar la pusilanimidad, pasividad y poco esfuerzo. Pero es una expresión de nuestra verdad íntima, personal, permanente.

Hoy que somos adictos a la autenticidad, debiéramos dar un lugar al reconocimiento de nuestra debilidad y limitación como clave de la comprensión de nosotros mismos.

presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo

El reino pretende invadir nuestro ámbito y echar fuera las tinieblas de todo tipo.

Se puede decir que duerme a la puerta de nuestra ciudadela, para entrar apenas le damos oportunidad.

vivo contento en medio de mis debilidades

cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Nuestras contingencias propias de la lucha por la vida en solidaridad nos afectan y desafían, robando muchas veces la energía para proseguir y pasar adelante.

La Palabra nos enseña a verlas como manifestación de una debilidad original, un aguijón en nuestra condición carnal, con la misión de recordarnos que la fuerza nos viene del Señor.

Así la fuerza nos acompaña por parte del Señor, si reconocemos nuestra debilidad.

No como un halo mágico que convierte al guerrero en indestructible.

Salmo responsorial: 33


REFLEXIÓN

os instruiré en el temor del Señor;

El Señor es alguien para tomar en serio. Una relación nuclear de la existencia. Un interpelante que no admite que lo ignoren.

Mateo 6,24-34



REFLEXIÓN

Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo

Es importante que la propia experiencia de adulterar una relación nos abra la comprensión sobre la necesidad de ser leales a un solo Señor, un solo amor, sin coqueteos ni devaneos.

Pero una cosa es la debilidad como llamamiento a la fuerza del Señor para que venga en nuestro auxilio, y otra muy diferente es ponerse a su servicio, dejar que nos domine, abandonar la lucha.

No podéis servir a Dios y al dinero

Millones de personas, miles de estructuras por ellas alimentadas y soportadas viven del principio contrario: que se puede servir a Dios y al dinero.

Cualquiera de los sistemas económicos, incluso los que muestran alguna solidaridad, mantienen su pretensión de posesión y acumulación de riqueza: de codicia.

El afán de lucro es una de nuestras más glamorosas debilidades, de todos los tiempos.

Hoy reviste la forma de inversión volátil, que llega como depredador a una economía necesitada y levanta vuela inmediatamente que surge una crisis, dejando ruina y miseria, sin preocuparse de reparación alguna.

Tantos lugares quedan arrasados económicamente después de la visita de esas grandes inversiones.

No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

Se dice que gran parte de la población moderna sufre de agobio y depresión. El horizonte vital está habitado por temores y riesgos. Crisis es una palabra común y frecuentada en nuestro discurso.

Será que abrir una ventana a la dimensión de la Providencia y al sentido de que Alguien vela por nuestras vidas será alienante? No será importante hacerlo, aun por fines de salud mental al menos?

Un texto de una armonía sublime, que inspira el abandono en el Señor y sería el antídoto del estrés, que nos asedia y asfixia a cada paso, en el mundo agitado de hoy.

Una llamada a dejarse cuidar por el Señor, experimentando al Padre que nos ama a cada paso en nuestra existencia.

Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?

Una pretensión de solución cuasi final moderna, es el tribunal de derechos humanos, al que se acude cuando todos los otros tribunales han fracasado en fallar a favor de nuestros supuestos derechos.

Quizás debíamos incluir también la pretensión de una instancia trascendente que da un valor absoluto a nuestra vida y defiende mejor que nadie nuestros derechos humanos: el Padre de Jesús de Nazareth. Solo que se requiere fe.

Buscar sobre todo a Jesús y su estilo de vida, su cosmovisión, sus actitudes, su testimonio, su fe en el Padre, su amor a los pequeños.

Es un expresión viva para inspirar el sentido del valor de la persona.

Que a los ojos de Dios es más preciosa que lo más precioso de la creación, a la que ya hizo hermosa.

Pero es sólo abierta para la fe, esta visión de la persona y su nobleza, gloria y dignidad.

Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.

La justicia del Reino de Dios no es para el más allá, sino desde ahora. Ni es para que otros hagan, sino para que la hagamos todos. Se trata de construir la fraternidad.

Se nos aclara cuál es la ley de la gravedad del universo evangélico y de la Palabra de Dios: el reino de Dios y su justicia.

La justicia del Reino no se identifica con ningún ejercicio de justicia inventado por nosotros, sino que es un horizonte respecto del cual toda justicia humana debe seguir perfeccionándose.

Incluso la justicia del derecho canónico eclesiástico, de cualquier confesión religiosa. 

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SÁBADO 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 12,1-10

Salmo responsorial: 33

Mateo 6,24-34

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS




 De una Carta de san Luis Gonzaga, dirigida a su madre

(Acta Sanctorum Iunii 5, 878)

CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR

Pido para ti, ilustre señora, que goces siempre de la gracia y del consuelo del Espíritu Santo. Al llegar tu carta, me encuentro todavía en esta región de los muertos. Pero un día u otro ha de llegar el momento de volar al cielo, para alabar al Dios eterno en la tierra de los que viven. Yo esperaba poco ha que habría realizado ya este viaje antes de ahora. Si la caridad consiste, como dice san Pablo, en alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran, ha de ser inmensa tu alegría, madre ilustre, al pensar que Dios me llama a la verdadera alegría, que pronto poseeré con la seguridad de no perderla jamás.
Te he de confesar, ilustre señora, que al sumergir mi pensamiento en la consideración de la divina bondad, que es como un mar sin fondo ni litoral, no me siento digno de su inmensidad, ya que él, a cambio de un trabajo tan breve y exiguo, me invita al descanso eterno y me llama desde el cielo a la suprema felicidad, que con tanta negligencia he buscado, y me promete el premio de unas lágrimas, que tan parcamente he derramado.
Considéralo una y otra vez, ilustre señora, y guárdate de menospreciar esta infinita benignidad de Dios, que es lo que harías si lloraras como muerto al que vive en la presencia de Dios y que con su intercesión puede ayudarte en tus asuntos mucho más que cuando vivía en este mundo. Esta separación no será muy larga; volveremos a encontrarnos en el cielo, y todos juntos, unidos a nuestro Salvador, lo alabaremos con toda la fuerza de nuestro espíritu y cantaremos eternamente sus misericordias, gozando de una felicidad sin fin. Al morir, nos quita lo que antes nos había prestado, con el solo fin de guardarlo en un lugar más inmune y seguro, y para enriquecernos con unos bienes que superan nuestros deseos.
Todo esto lo digo solamente para expresar mi deseo de que tú, ilustre señora, así como los demás miembros de mi familia, consideréis mi partida de este mundo como un motivo de gozo, y para que no me falte tu bendición materna en el momento de atravesar este mar hasta llegar a la orilla en donde tengo puestas todas mis esperanzas. Así te escribo, porque estoy convencido de que ésta es la mejor manera de demostrarte el amor y respeto que te debo como hijo.


viernes, 20 de junio de 2025

PALABRA COMENTADA


 

VIERNES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 11,18.21b-30



REFLEXIÓN

presumiré de lo que muestra mi debilidad.

Gloriarse, exultar, enorgullecerse de la falta de fuerza, debilidad, enfermedad. Esto más que la fortaleza, determinación y constancia que se exhibe en las pruebas.

Si hay una debilidad que marca todo con incertidumbre se entiende como cruz desde la fe 

Como tal, una prueba querida o permitida por Dios, y para su mayor gloria. Porque de lo débil y de la cruz hace el Señor brotar vida eterna.

Sólo eso es potente para  sostener nuestro valor en medio del conflicto y la duda 

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Bendigo al Señor en todo momento,

Poderlo bendecir en todo momento, señal es de fortaleza del Espíritu, en y por nuestro espíritu.

que los humildes lo escuchen y se alegren.

Que son los permanentes humillados por su aparente debilidad y fracaso a los ojos del mundo del estatus.

Al superar la pobreza económica los pobres no deben olvidar la fuerza que los habita desde su debilidad, para proseguir en la alegría del Señor.

Mateo 6, 19-23



REFLEXIÓN

"No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.

Si entendemos el cielo como la dimensión del reino en proceso activo desde ya, en medio de nosotros, atesorar en el cielo significaría vivir, existir trabajando y apegándonos a esa dimensión, a ese reino.

Implicaría un compromiso de educarnos, formarnos, afectarnos por el valor del reino, todos los días, en cada momento.

Porque allí no hay corrupción ni polilla.

Por eso luchar contra la corrupción puede ser menos favorable para el reino, que actuar la incorrupción apegándonos a la justicia, la misericordia y la fraternidad.

Dónde va toda mi fuerza vital, hacia dónde se concentra? Debemos alegrarnos si va hacia la región del Espíritu aun con un lastre carnal, que nos recuerda nuestra debilidad en transformación.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

Así como el ojo es fuente de luz para el cuerpo, la Palabra y su escucha es la fuente de luz para nuestra existencia. Si no estamos a oscuras.

Luz ha sido y es la Palabra de Dios que cotidianamente me enseña, me labra, me esculpe, me anima, me recuerda todo para la salvación de nosotros.

Cómo mira un ojo sano para dar luz. Cómo uno enfermo para oscurecer? Qué es ojo? la intención, el móvil, la motivación, la búsqueda?

Hacia dónde se dirige todo lo que pretendo, por lo que me esfuerzo, lo que construyo, por lo que me afano?

A un bien común, a un ágape fraterno o más bien, hacia un egoísmo que daña los demás?

El malestar de nuestra cultura se aloja en ese norte inconfesado, que procura reunir en sinergia todas nuestras fuerzas para empoderarnos.

Pero en donde no cabe la debilidad que se ofrece a la transformación en fuerza de Dios.

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VIERNES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

2Corintios 11,18.21b-30

La debilidad de la que Pablo se gloria es aquella de la que brota una fortaleza para asumir trabajos, preocupaciones, calamidades y luchas por la fe en Jesucristo propia y de las comunidades que se sirven. Debilidad para la fortaleza del servicio al evangelio de Jesús. Capacidad de sufrir por la causa de Jesús.

Salmo responsorial: 33

Invocar al Señor desde la aflicción es recurrir a su disponibilidad a intervenir por causa de nuestra debilidad, intervención que simpre tiene en el horizonte a la red en la que convivo, al pueblo de Dios

Mateo 6, 19-23

La preocupación por lo valioso o tesoro es que se pierda, se dañe, se robe, es decir, las contingencias que impiden experimentar seguridad absoluta, contra todo riesgo. Aquello que quisiéramos asegurar para siempre y así tener paz y descanso total, de manera que me desconecto de cualquier preocupación. Por supuesto, sólo Dios es la seguridad absoluta, y un tesoro tendrá que ver con el dominio de Dios para durar para siempre.

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS




 Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor.
(Cap. 23-24: CSEL 3, 284-285)


QUE LOS QUE SOMOS HIJOS DE DIOS PERMANEZCAMOS EN LA PAZ DE DIOS

El Señor añade una condición necesaria e ineludible, que es a la vez un mandato y una promesa, esto es, que pidamos el perdón de nuestras ofensas en la medida en que nosotros perdonamos a los que nos ofenden, para que sepamos que es imposible alcanzar el perdón que pedimos de nuestros pecados si nosotros no actuamos de modo semejante con los que nos han hecho alguna ofensa. Por ello dice también en otro lugar: Con la medida con que midáis se os medirá a vosotros. Y aquel siervo del Evangelio, a quien su amo había perdonado toda la deuda y que no quiso luego perdonarla a su compañero, fue arrojado a la cárcel. Por no haber querido ser indulgente con su compañero, perdió la indulgencia que había conseguido de su amo.

Y vuelve Cristo a inculcarnos esto mismo, todavía con más fuerza y energía, cuando nos manda severamente: Cuando estéis rezando, si tenéis alguna cosa contra alguien, perdonadle primero, para que vuestro Padre celestial os perdone también vuestros pecados. Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre celestial perdonará vuestros pecados. Ninguna excusa tendrás en el día del juicio, ya que serás juzgado según tu propia sentencia y serás tratado conforme a lo que tú hayas hecho.

Dios quiere que seamos pacíficos y concordes y que habitemos unánimes en su casa, y que perseveremos en nuestra condición de renacidos a una vida nueva, de tal modo que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios y los que tenemos un solo espíritu tengamos también un solo pensar y sentir. Por esto Dios tampoco acepta el sacrificio del que no está en concordia con alguien, y le manda que se retire del altar y vaya
primero a reconciliarse con su hermano; una vez que se haya puesto en paz con él, podrá también reconciliarse con Dios en sus plegarias. El sacrificio más importante a los ojos de Dios es nuestra paz y concordia fraterna y un pueblo cuya unión sea un reflejo de la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Además, en aquellos primeros sacrificios que ofrecieron Abel y Caín, lo que miraba Dios no era la ofrenda en sí, sino la intención del oferente, y por eso le agradó la ofrenda del que se la ofrecía con intención recta. Abel, el pacífico y justo, con su sacrificio irreprochable, enseñó a los demás que, cuando se acerquen al altar para hacer su ofrenda, deben hacerlo con temor de Dios, con rectitud de corazón, con sinceridad, con paz y concordia. En efecto, el justo Abel, cuyo sacrificio había reunido estas cualidades, se convirtió más tarde él mismo en sacrificio y así, con su sangre gloriosa, por haber obtenido la justicia y la paz del Señor, fue el primero en mostrar lo que había de ser el martirio, que culminaría en la pasión del Señor. Aquellos que lo imitan son los que serán coronados por el Señor, los que serán reivindicados el día del juicio.

Por lo demás,
los discordes, los disidentes, los que no están en paz con sus hermanos no se librarán del pecado de su discordia, aunque sufran la muerte por el nombre de Cristo, como atestiguan el Apóstol y otros lugares de la sagrada Escritura, pues está escrito: Quien aborrece a su hermano es un homicida, y el homicida no puede alcanzar el reino de los cielos y vivir con Dios. No puede vivir con Cristo el que prefiere imitar a Judas y no a Cristo.

jueves, 19 de junio de 2025

PALABRA COMENTADA


 

JUEVES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 11,1-11



REFLEXIÓN

igual que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se pervierta vuestro modo de pensar y abandone la entrega y fidelidad a Cristo

O sea que nadie le puede asegurar a ninguno fidelidad y lealtad absolutas, a prueba de todo. Ni siquiera, y menos, a Dios, a Jesús, al reino de Dios.

Se requiere una construcción perseverante entre el llamado y don del Padre en su hijo, y nuestro querer, voluntad y libertad, hasta el último suspiro.

Cómo pudo el Creador y Redentor hacer una criatura tan autónoma, como el hombre y la mujer, que se pueden hasta perder en su decisión libre?

Cuando alguien ama quiere ser correspondido en libertad, y cualquier sombra de obligación o coerción, aborta esa correspondencia.

Un verdadero amante desea ser amado en libertad, y no por otros intereses dominantes.

Por supuesto hay quienes se conforman por ser amados por su poder, belleza, dinero y demás.

No les interesa ser amados por sí mismos, por su dignidad de persona. Son mercenarios.

Así es nuestro Padre Dios: un amante que desea nuestra correspondencia libre, no obligada, ni comprada, por amor a su gloria, su amor y su bondad. Para eso nos hizo autónomos.

Se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que yo predico, os propone un espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que aceptasteis, y lo toleráis tan tranquilos.

La veleidad, el relativismo, la indiferencia por el compromiso de conciencia asumido previamente, no son asuntos solamente de nuestra época. Vienen de muy atrás. Lo que tenemos hoy son re-ediciones. Reciclaje de basura.

La variable relevante en nuestro mundo es el consumismo que se promueve en el contexto del mercado. Y las creencias de la conciencia también entran en la oferta y demanda cultural.

En el hablar soy inculto, de acuerdo; pero en el saber no, como os lo he demostrado siempre y en todo

Esta especie de confesión del apóstol nos revela que no era la elocuencia su mayor talento. Y el impacto que mostró tener en la evangelización aparece como un aporte del testimonio de su entrega de fe y el don del Espíritu Santo.

aunque pasara necesidad, no me aproveché de nadie

Un testimonio que implicaba no utilizar a ningún evangelizado para su propio beneficio.

Hoy sigue siendo un testimonio deseable y necesario de quienes se sienten llamados al celo apostólico, porque vivimos bajo una historia prolongada de utilización y manipulación para intereses inconfesables.

Salmo responsorial: 110



REFLEXIÓN

Justicia y verdad son las obras de sus manos

Las obras de Dios se conocen en que se dan ambas: justicia y verdad. Si una falta no es obra de Dios. La justicia extremada sin verdad acaba siendo injusticia. La verdad extremada sin justicia acaba siendo mentira.

Hoy en día las etiquetas son igualdad y transparencia, pero traducen justicia y verdad.

Es la promesa de la tierra prometida que nos ofrece la santidad laica, la religión laica.

Pero extreman la igualdad sin transparencia y la transparencia sin igualdad, y caen en los vicios antes mencionados sobre la justicia que deviene injusticia y la verdad que acaba en mentira.

Mateo 6,7-15



REFLEXIÓN

se imaginan que por hablar mucho les harán caso

La actitud ante el Señor en la oración es de receptividad y apertura más que de discurso para convencer. Estar dispuesto a su escrutinio y la justificación que viene de Él, más que defendernos y autojustificarnos.

No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis

La base de nuestra fe en el ruego es esta confianza de hijos en su Padre. Por lo que se puede decir que las palabras sobran.

Sin embargo hablar poco no quiere decir no hablar del todo. Porque a nuestra conciencia de hijos le viene bien que digamos algo en la confianza de que somos oidos por nuestro Padre.

La oración es un bien para nosotros mismos, para aumentar nuestra confianza. Porque el Señor no necesita que le oremos para saber lo que necesitamos.

“Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno."

Este género de oración que se pone en boca de Jesús pone de relieve la actitud ante el Padre más alocentrada que egocentrada.

La joya de la corona es esta forma de orar de Jesús en la que nos transmite su Espíritu de Hijo, para que tengamos la audacia de relacionarnos con el Señor como nuestro Padre.

Y congruente como es Jesús de Nazaret con lo que enseña y lo que hace, su oración no parlotea solicitudes, sino que arranca con la alabanza y la acción de gracias por el Dios Padre que tenemos.

Un Padre tan cercano que su morada, su identidad y gloria, su dominio y su querer están con nosotros en el “venga a nos” de Jesús.

Tal cercanía hace posible y viable nuestra convivencia pacífica y feliz, con nuestra cooperación por la fraternidad y el ágape.

Y como la fidelidad y lealtad no está asegurada pedimos que nuestra libertad sea saneada por su don.

si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas

Como administradores perdonados nos toca seguir perdonando y administrando perdón para no desmerecer el que se nos dio.

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JUEVES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

2Corintios 11,1-11

La defensa del evangelio de Jesús, según Pablo, no se compadece con la tolerancia de otras presentaciones que lo desvirtúen o lo desfiguren. Hay un momento en el que quien asuma el servicio de la evangelización deberá ubicar a quienes interfieran o desprestigien el servicio realizado a la Palabra de Jesús. La tolerancia no puede estar por encima de la fidelidad, a menos que sea una expresión de legítima fidelidad.

Salmo responsorial: 110

El sentido eminencial de justicia y verdad de Dios, revelado a nosotros como salvación, es motivo de agradecimiento porque es un don, que tenemos que preservar para no distorsionar. Es una responsabilidad nuestra estar pendientes de ese sentido desde Dios, para mantenerlo y defenderlo.

Mateo 6,7-15

La plegaria que nos enseña Jesús como un ejemplo de la oración adecuada, en vez de las prolongadas oraciones paganas, tiene un acento de los últimos días que puede acentuar el sentido de vida eterna, más que de vida presente. Sin embargo se da la primera petición, la del pan, en un sentido cotidiano, del día que transcurre ahora, acorde con la recomendación del Señor sobre preocuparse por el día de hoy, y no ansiar lo del futuro (Mt 6,34). Danos hoy lo que pertenece a la vida eterna para no vivir preocupados por el futuro incierto. Como podría figurarlo el maná en el desierto.

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS



 
Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor
(Cap. 18. 22: CSEL 3, 280-281. 283-284)


DESPUÉS DEL ALIMENTO, PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS

Continuamos la oración y decimos: Danos hoy nuestro pan de cada día. Esto puede entenderse en sentido espiritual o literal, pues de ambas maneras aprovecha a nuestra salvación. En efecto, el pan de vida es Cristo, y este pan no es sólo de todos en general, sino también nuestro en particular. Porque, del mismo modo que decimos: Padre nuestro, en cuanto que es Padre de los que lo conocen y creen en él, de la misma manera decimos: Nuestro pan, ya que Cristo es el pan de los que entramos en contacto con su cuerpo.
Pedimos que se nos dé cada día este pan, a fin de que los que vivimos en Cristo y recibimos cada día su eucaristía como alimento saludable no nos veamos privados, por alguna falta grave, de la comunión del pan celestial y quedemos separados del cuerpo de Cristo, ya que él mismo nos enseña: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo.
Por lo tanto, si él afirma que los que coman de este pan vivirán eternamente, es evidente que los que entran en contacto con su cuerpo y participan rectamente de la eucaristía poseen la vida; por el contrario, es de temer, y hay que rogar que no suceda así, que aquellos que se privan de la unión con el cuerpo de Cristo queden también privados de la salvación, pues el mismo Señor nos conmina con estas palabras: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Por eso pedimos que nos sea dado cada día nuestro pan, es decir, Cristo, para que todos los que vivimos y permanecemos en Cristo no nos apartemos de su cuerpo que nos santifica.
Después de esto, pedimos también por nuestros pecados, diciendo: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados.
Esta petición nos es muy conveniente y provechosa, porque ella nos recuerda que somos pecadores, ya que, al exhortarnos el Señor a pedir el perdón de los pecados, despierta con ello nuestra conciencia. Al mandarnos que pidamos cada día el perdón de nuestros pecados, nos enseña que cada día pecamos, y así nadie puede vanagloriarse de su inocencia ni sucumbir al orgullo.
Es lo mismo que nos advierte Juan en su carta, cuando dice: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es el Señor para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad.
Dos cosas nos enseña en esta carta: que hemos de pedir el perdón de nuestros pecados, y que esta oración nos alcanza el perdón. Por esto dice que el Señor es fiel, porque él nos ha prometido el perdón de los pecados y no puede faltar a su palabra, ya que, al enseñarnos a pedir que sean perdonados nuestras ofensas y pecados, nos ha prometido su misericordia paternal y, en consecuencia, su perdón

miércoles, 18 de junio de 2025

PALABRA COMENTADA


 

MIÉRCOLES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

2Corintios 9,6-11



REFLEXIÓN

Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios

En todas las cosas, el rumbo es la conciencia. Ella es histórica y se desarrolla en un proceso de profundidad.

Ella es la voz de Dios, pero requiere discernimiento: una forma del amor de calidad. La generosidad no está reñida con el amor discreto.

En la ética cristiana, es el núcleo de la evangelización, porque es allí donde se produce la conversión constante.

Los sistemas de poder que se han ido desarrollando en la historia humana no han aprendido a lidiar con la conciencia como santuario de la decisión libre.

Entre los sistemas de poder hay que contar iglesias y religiones donde se abusa contra el respeto a la dignidad de la conciencia.

Incluso la propia conciencia se enajena como sistema de poder cuando no se desarrolla mediante un discernimiento evangélico.

teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: "Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta."

Solo que hemos de revisar y corregir, si es el caso. No sea por una afición desordenada o un apego indebido que no produzca escándalo. Por amiguismo, placer u otro modo de corrupción o corruptela.

Siempre seréis ricos para ser generosos

Según esto no hemos de temer la solidaridad de la justicia. Pero nos hemos de comprometer con la conciencia discreta para purificar los desórdenes existentes que siempre están a la puerta. Se requiere vigilancia.

Salmo responsorial: 111



REFLEXIÓN

Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón sus mandatos

Porque temerlo es tomar su amor en serio, como un compromiso de por vida, y consultarlo siempre, aun en caso de desorden.

Si estamos en un callejón sin salida, porque no parece haber otro derrotero, Él debe saberlo por sí y por mí, como el único que puede intervenir favorablemente y convertir la situación en positiva para la salvación y que de fruto para el reino.

Como en el caso  de su Hijo, cuya cruz y sacrificio, fue la fuente de nueva vida.

Reparte limosna a los pobres; / su caridad es constante, sin falta,

Una caridad que no discrimina, en lo cual nunca nos graduaremos y seremos estudiantes siempre.

Mateo 6,1-6.16-18



REFLEXIÓN

como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente con el fin de ser honrados por los hombres

Limosna, oración y ayuno: la ética judía transformada en cristiana por el secreto y el anonimato.

Se evita así la apariencia y engaño de justicia, por la justicia en sí.

Como fermento en la masa, el testimonio hace su efecto, por el acompañamiento del Padre a esta conducta, que sobre todo es sincera para con Él.

En algunas expresiones de solidaridad activista social se echa de ver un prurito de exhibicionismo ante las cámaras de los medios de comunicación social, como justos ante los hombres, mientras entre ellos mantienen la injusticia en otras formas.

En el tiempo de Jesús se daba el fenómeno de santones y hombres de Dios, porque en una estructura social teocrática, todo lo que indicara relación sobresaliente con los símbolos divinos ayudaba a la buena fama, al éxito y la prosperidad.

Es interesante que Jesús no se suma a esa corriente, entre los que destacaban los fariseos, los separados santones públicos.

La arrogancia y el menosprecio de los ignorantes de la ley, tenidos por pecadores, era su marca distintiva.

En nuestro tiempo no hay santones religiosos, sino sociales y economistas.

Con la predicación demagógica sobre la pobreza por un lado, o sobre las maravillas del capital por otro, en su anuncio, pretenden constituirse en el perfil de la nueva sociedad.

Y una vez se constituyen en poder, avasallan toda conciencia recta construída en el discernimiento.

cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha

Se observa en alguno miembros religiosos una modestia de cuerpo u organización, una discreción colectiva, sobre el bien que se hace.

Parece una aplicación institucional del evangelio en cuanto hacer la justicia en lo secreto donde solo el Padre lo ve y recompensa.

cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará

El Padre recompensa desde ya confiriendo por fe una visión sobre la vida, la realidad, el mundo que por sí misma se sostiene como auténtica.

Se trata de una consistencia interna que se expresa en serenidad y paz, casi todo el tiempo.

En estos días hay anhelos de figuración, de protagonismo.

Otros sienten haber sido olvidados y no ser ocupados, porque se ven todavía capaces.

No debemos olvidar el derrotero de la historia en manos del Señor, para hacer su voluntad.

Todo debe ser impregnado por esta convicción.

cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará

No creemos tanto en ese secreto y anonimato, del valor en sí, ante la mirada de Dios en los profundo, guardando la intención recta, sino en la publicidad del acto que llama la atención para denunciar, promover, coaccionar un valor, de un cambio social, por ejemplo.Es el significado de muchas huelgas de hambre, de tantas caras de lástima para mover a la solidaridad, pero todo falso.El evangelio defiende y promueve el valor que no se vende ni manipula para su aceptación.

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MIÉRCOLES 11 DE TIEMPO ORDINARIO

2Corintios 9,6-11

El valor que protege y estimula la orientación evangélica de dar con generosidad y no por ningún tipo de coacción o coerción, es la pureza del amor solidario que se aleja cuanto puede de cualquier interés egoísta y mezquino. El interés usurero es un ejemplo de lo que no cabe en la ética de solidaridad cristiana

Salmo responsorial: 111

Si tomamon a Dios en serio el cuenta en nuestra vida. Somos entonces, no seres solitarios a la deriva, sino acompañados de un Alguien favorable, amigable, amoroso, totalmente otro de cualquier amor conocido o por conocer. Es el Misterio o Desafío de Dios a nuestra existencia sin memoria.

Mateo 6,1-6.16-18

Para ser vistos, oidos, conocidos, visibilizados, tenidos en cuenta, protagónicos, prototipos, ejemplares…El pábulo a las tendencias narcisistas individuales y colectivas, que cercenan la vida social sana que consiste en la alteridad. Tantas caídas actuales de imagen institucional benéfica, salvadora, santa , puede ser la oportunidad de regresar al valor básico de la congruencia, sinceridad, coherencia, ciudadanía o santidad. Lo que muestra tanta crisis en tantos niveles y sociedades e individuos es la fatiga de una existencia corrupta, donde es cada vez mas difícil creer en la integridad de alguien.