lunes, 24 de marzo de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Lunes 3 de Cuaresma

2Reyes 5,1-15ª



REFLEXIÓN

por su medio el Señor había dado la victoria a Siria

La Palabra en el autor humano propicia un juicio de fe sobre acontecimientos de la historia de otras naciones fuera de Israel, desde la perspectiva del dominio universal del Dios de Israel.

Ya no hay ámbito fuera de su intervención salvífica, aunque no se vea a la primera una consecuencia para Israel.

En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán

Los hechos aparentemente inocuos aparecen en la Palabra realzados por la inspiración del Espíritu del Señor.

Aprendemos así a valorar lo pequeño como pieza providencial de su amor en la historia para transformarla en liberación, salvación, plenitud de vida.

Así como una noticia sobre la curación de la lepra llegó a oídos de Naaman, por mano de una esclava, otras informaciones relevantes para la vida de personas y pueblos, pueden llegar a constituirse oportunamente en presencia salvadora del Señor.

Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes

Pero la lógica infatuada del poder humano  gestiona la humilde información de la doméstica como asunto de estado.

Nuestra grandilocuencia, jactancia y retórica torna una y otra vez para querer hacer sombra a la dinámica del Espíritu, sencilla, confiada, callada, eficaz.

Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto contra mí.

Hoy en día cuando queremos que algún constructo nuestro sea reputado por digno de credibilidad y confianza, lo titulamos “teoría”.

Así cuando la malicia y suspicacia echa a correr un rumor o especula, le llamamos “teoría de la conspiración”. Y con eso nos parece que está acreditada como científica, el máximo galardón intelectual de nuestra cultura positivista.

Pero falló la especulación suspicaz del rey de Israel, aunque no era extraño estar prevenido con un Imperio al acecho.

Muchos argumentos y juicios se elaboran sobre presunciones y conjeturas enfocadas en agendas ocultas, no en verdades.

Las manifestaciones públicas de tales subjetividades erosionan la verdad y entorpecen el logro de su encuentro. Hacen fatigosa su búsqueda, hasta el extremo de ser tentados en renunciar a ella.

Pero la verdad se da a conocer temprano o tarde, y hay que servirle con paciencia y serenidad.

¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.

Un profeta entonces para un no israelita es como un adivino o derviche, casi brujo.

En Israel este servicio va camino de una evolución distinta: se trata de la voz u oráculo de Yavé, el Dios de Israel.

Y por lo tanto una divinidad que habla y se manifiesta como un ser vivo y con quien se establece una relación personal.

"Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia."

Continúa la enseñanza del Señor por los medios más humildes y sencillos.

Yo me imaginaba

Uno piensa sobre el cómo de la salvación, y se sorprende del cómo de su realización.

La regla de oro de la intervención del Señor en la transformación de la vida de las personas es la sencillez y pobreza de medios.

Porque así se marca la desproporción y contraste que hace vislumbrar la otreidad o alteridad de Dios.

y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad

Se contrastan dos imágenes o conceptos de la divinidad. La de Eliseo se muestra casi imperceptible, con gran economía de medios en su intervención, tan cotidiana como lavarse en un río. Se muestra una relación entre Eliseo y su Dios de gran familiaridad y confianza.

sus siervos se le acercaron y le dijeron

Los humildes tienen más sensibilidad con la proximidad de ese estilo sencillo de hacer por parte del Señor.

Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes

Como la realidad teológica del bautismo que no deja de ser un baño, un diluvio que arrasa con todo impedimento, para el crecimiento en el seguimiento del evangelio.

"Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel."

Porque glorificarlo por su intervención es nuestro gozo y salud.

Este es el fondo edificante de la narración: sólo Yavé es Dios.

Un credo que se va estructurando mediante realidades humanas, incluso hasta contrarias que pueden abortar su confesión.

Salmo responsorial: 41



REFLEXIÓN

¿cuándo entraré a ver / el rostro de Dios?

Cuándo terminará este dominio del símbolo y traspondremos a la realidad sin velos?

Envía tu luz y tu verdad: / que ellas me guíen

La luz produce un ambiente que por su iluminación permite ver lo que hay.

Semejantemente la luz sencilla y humilde, que ni siquiera advertimos casi por lo acostumbrados que estamos y la presuponemos, nos permite mirar, ver y observar.

En el ambiente de la luz del Señor, si vamos más allá de darla por descontado, y contemplamos con sencillez y maravilla lo que nos permite ver del Espíritu, logramos presencias no advertidas usualmente.

En este medio precario que es la realidad histórica.

que te dé gracias al son de la cítara, / Dios, Dios mío

Saber darte gracias con generosidad por tu multiforme presencia e intervención es también tu gracia y nuestro gozo.

Lucas 4,24-30



REFLEXIÓN

Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra

Porque lo obvio y lo acostumbrado lo miramos con desdén, cuando una mirada sencilla y en la luz del Señor nos ayudaría a penetrar esa superficie y descodificar significados relevantes, que oscurecen las apariencias.

Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio

No es el extranjero inversionista sino el enfermo leproso el que es relevado por la Palabra de Jesús.

Como hoy migrantes de todas las razas van ingresando en regiones que pretenden para su subsistencia y progreso.

Ellos no son muchas veces bienvenidos porque no son los extranjeros ricos que invierten.

Sin embargo también pueden aportar riqueza de todo tipo.

Porque el extranjero bendecido en la Palabra es el que recuerda al pueblo cómo fue su condición cuando estuvieron oprimidos y cómo los libró el Señor.

Jesús aborda otro sentido en el relato de Naaman. Ese sentido lo vincula al kairos que él representa por parte del Padre de los cielos.

Su carne no es suficientemente transparente para que se revele con evidencia ese Señor.

Su don de profecía no funciona ante la incredulidad de sus paisanos, que creen conocerlo suficientemente.

Estamos ante una actitud como la de Naaman frente a la sencillez del remedio de la lepra ofrecido por Eliseo.

Tal sencillez, tal humanidad no basta a la poca fe para suscitar cambios.

Y así hay lugares y épocas donde el cambio no es posible por la poca fe en el sencillo liderazgo con el que se convive.

Se ilumina otra faceta de la historia: el Dios único, Yave, y su profeta son reconocidos y confesados por extraños y no por los propios de Israel.

De quién depende que esto sea así? Del endurecimiento de los propios y de la apertura de los extraños.

todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo

Por lo tanto no fueron solamente los miembros de la elite quienes buscaron la muerte de Jesús, sino parte del pueblo a quien no convino aplicarse su enseñanza. Porque la verdad puede endurecer más a los endurecidos.

Seremos los servidores del evangelio capaces y fieles para enseñar la verdad aunque le duela al pueblo? Más bien parece que buscamos alianzas de poder con él y convenientemente rehuimos la libertad para dar a todos el Espíritu.

Y así nos hacemos cómplices de su endurecimiento.

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Lunes 3 de Cuaresma

2Reyes 5,1-15ª

Salmo responsorial: 41

Lucas 4,24-30

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
Lunes III semana de Cuaresma
San Basilio Magno Homilía sobre la humildad 20,3

No se gloríe el sabio de su sabiduría, no se gloríe el fuerte de su fortaleza, no se gloríe el rico de su riqueza. Entonces ¿en qué puede gloriarse con verdad el hombre? ¿Dónde halla su grandeza?

REFLEXIÓN

Una pregunta asaz pertinente para nuestro mundo y siglo, toda vez que nos encontramos en la época glorificada del postmodernismo, la posverdad, el antisistema, el emotivismo, la modernidad líquida, la sociedad de consumo, la sociedad de la incertidumbre, el antihéroe, la post-centralidad humana, el cambio climático, la sociedad del caos, los sistemas tecnológicos inteligentes  y así…todo lo que contribuya a la deconstrucción, la protesta, la asonada, la rebelión, la revolución…

Quien se gloría –continúa el texto sagrado– que se gloríe de esto: de conocerme y comprender que soy el Señor.

REFLEXIÓN

Cómo así? Tan ausente de todo y todos, nos podremos gloriar? Dirán muchos y muchas.

En esto consiste la sublimidad del hombre, su gloria y su dignidad, en conocer dónde se halla la verdadera grandeza y adherirse a ella, en buscar la gloria que procede del Señor de la gloria.

REFLEXIÓN

Dicho en otra forma, ya se dijo que el hombre, su gloria y dignidad no se entiende sin la fuente de su grandeza y gloria: el Señor de la Gloria.

Dice, en efecto, el Apóstol: El que se gloríe, que se gloríe en el Señor, afirmación que se halla en aquel texto: Cristo, que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención; y así –como dice la Escritura–: «El que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

REFLEXIÓN

Qué bueno que ya lo dijo Pablo de Tarso, quien es testimonio de un convertido de la propia glorificación, ganada por  la persecución de los creyentes de Jesús de Nazareth.

Por tanto, lo que hemos de hacer para gloriarnos de un modo perfecto e irreprochable en el Señor es no enorgullecernos de nuestra propia justicia, sino reconocer que en verdad carecemos de ella y que lo único que nos justifica es la fe en Cristo.

REFLEXIÓN

Se trata de un punto interesante, porque si algo tenemos en exceso ahora es el reconocimiento y la queja de que no tenemos justicia verdadera. Pero no damos el siguiente paso: reconocer la única verdadera justificación, la de Jesús de Nazareth

En esto precisamente se gloría San Pablo, en despreciar su propia justicia y en buscar la que se obtiene por la fe y que procede de Dios, para así tener íntima experiencia de Cristo, del poder de su resurrección y de la comunión en sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de alcanzar la resurrección de entre los muertos. Así caen por tierra toda altivez y orgullo. El único motivo que te queda para gloriarte, oh hombre, y el único motivo de esperanza consiste en hacer morir todo lo tuyo y buscar la vida futura en Cristo; de esta vida poseemos ya las primicias, es algo ya incoado en nosotros, puesto que vivimos en la gracia y en el don de Dios.

REFLEXIÓN

Y por esto no lo damos: porque es preciso reconocer que es otra vida, la del crucificado-resucitado, la que nos justifica. Cómo se hace este reconocimiento?

Y es el mismo Dios quien activa en nosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor. Y es Dios también el que, por su Espíritu, nos revela su sabiduría, la que de antemano destinó para nuestra gloria. Dios nos da fuerzas y resistencia en nuestros trabajos. He trabajado más que todos –dice Pablo–; aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Dios saca del peligro más allá de toda esperanza humana. En nuestro interior –dice también el Apóstol– dimos por descontada la sentencia de muerte; así aprendimos a no confiar en nosotros, sino en Dios que resucita a los muertos. Él nos salvó y nos salva de esas muertes terribles; en él está nuestra esperanza, y nos seguirá salvando.

REFLEXIÓN

Pues, acercándonos al Señor de la Gloria, y abriéndonos a su activación en nosotros del amor, las fuerzas y resistencia en nuestros trabajos. Todos ellos emprendidos por el bien común. Confiando más en Él. Poniendo nuestra esperanza en Él.

domingo, 23 de marzo de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Domingo 3 de Cuaresma C

Éxodo 3, 1-8a. 13-15



REFLEXIÓN

Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián

Teorías anteriores especulan sobre esta región como el dominio de una divinidad nómada Yaho, que Moisés haría la predominante para Israel como Yaveh, y que subordinaría los antiguos relatos de la divinidad cananita El.

"Moisés, Moisés."

Un encuentro que hace vibrar la propia identidad. Un Otro que sacude nuestra intimidad, sin dejarse domesticar como la ilusión. Un Tú que nos abre horizontes infinitos de realización y expansión.

"Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob."

Una revelación posterior, que se muestra más coherente con la comprensión de los acontecimientos históricos y el sentido de vida, prevalecerá sobre otras denominaciones divinas.

cómo es que no se quema la zarza

Un símbolo misterioso, un enigma que toca nuestra curiosidad y se abre paso en nuestra ignorancia. Un evento que involucra al ser completo y lo hace detenerse maravillado. Una llamada de Dios en algún momento de nuestro transhumar que afecta el rumbo de la existencia. Una nueva responsabilidad, una misión.

Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.

Un temor en la carne surge en las primeras etapas de la familiaridad con el Tú de Dios, como señal de indignidad y pequeñez.

Debe dar paso, en la relación a una intimidad, que transforma la visión del mundo, las cosas, los seres humanos, los acontecimientos.

Se trata de escalar, perdiendo progresivamente miedo a la altura y cediendo a la confianza y entrega en su Palabra.

"He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos

Se abre el círculo de intimidad con el Tú divino cuando se siente su designio de reino en todo lo demás, y nos identificamos con él.

Así se conforma el nosotros, porque la transformación en el Señor de lo demás y los demás, se hace acuciante en la familiaridad sostenida con el Tú.

La transformación de nuestra visión debe llegar a la apropiación de la causa del Señor que consiste en LIBERAR la OPRESIÓN de su pueblo.

La revelación mosaica en el Horeb se distingue por su ethos de justicia comunitaria, justicia de amor, justicia de agape.

a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.

La liberación de la opresión adopta todas las formas posibles congruentes con el ágape. Porque es posible la pretensión de liberar sin ágape de fraternidad. No es esa la ética de la Palabra.

La liberación consiste en un salir y entrar, un dejar y apropiarse, un despegarse y apegarse contínuo, procesual, que se purifica para acceder a nuevos niveles.

Por eso toda la materia está a disposición de nuestro ethos, para que se llene del Señor y ser conducidos al destino final.

Este destino final se visualiza cuando la intimidad con el Tú en el nosotros de justicia y ágape ha cundido por toda nuestra conciencia.

"Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación"."

Surge un problema feroz y complejo, según nos dicta la experiencia, en esta misión de justicia y ágape: la comunicación de la buena nueva.

El proceso de revelación de la Palabra es comunicación de habla y gestos históricos. También los silencios son parte del habla.

Sus fieles han de aprender este proceso de comunicación de su fe y ágape, por habla y gestos.

Jesús como Palabra eximia del Padre, llevará esa comunicación a niveles nunca vistos, nos lo va diciendo la historia transcurrida.

Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

él rescata tu vida de la fosa

y te colma de gracia y de ternura

La fosa como unas fauces que tragan toda conciencia, se constituyen en el símbolo del fracaso existencial.

El rescate liberador e histórico de justicia y ágape, nos alivia y anima en la confianza de la Palabra, para no bajar a la fosa del todo.

El Señor hace justicia

y defiende a todos los oprimidos

Nuestro mundo actual es muy sensible y enfocado en la opresión social, como un signo de los tiempos.

Como todo bien, hay que discernirlo para que sintonice con el corazón y la intención, donde el Padre mira todo y lo juzga.

1Corintios 10, 1-6. 10-12



REFLEXIÓN

y la roca era Cristo

La Palabra en un intrumento apostólico como Pablo, quien dominaba la historia del pueblo israelita, adquiere un enorme relieve cuando consagra a Jesús de Nazareth el Cristo como clave de comprensión y sabiduría de la revelación primera.

Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos

La infidelidad de nuestros hermanos de la primera revelación a la luz de la segunda, es como una pesadilla, un mal sueño, una mala película que una vez despiertos en el ahora, podemos transformar en seguimiento fiel del Señor.

a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades

Nos cuesta asimilar en medio de una vida plagada de conflictos que vivimos una plenitud que se despliega: la última edad, la plena etapa de Jesús de Nazareth vivo.

Es una realidad para los ojos de fe, que contemplan cómo se va esparciendo la nueva vida, penetrando hasta los últimos rincones.

Lucas 13, 1-9



REFLEXIÓN

lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían

También en tiempos de Jesús se dieron hechos cuya ambivalencia requería un discernimiento motivado por la justicia y el ágape.

Los galileos eran para los judíos gente revoltosa y mal hablada, casi sinónimo de bandoleros.

Pilato era la insignia de la dominación romana que imponía cierto orden y paz, pero a costa de suscitar erupciones de violencia, e injusta represión.

Puede haber algo más pacífico que ofrecer sacrificios y sin embargo se tiñen de sangre vertida en nombre del orden y la paz.

esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así?

Jesús se dirige al hecho para revelar su núcleo teológico, que da pie a todo lo demás. Esos hombres no eran pecadores, aunque hayan sido masacrados como bandoleros o conspiradores. Una es la etiqueta mediática y otra el fondo de la realidad.

Cómo miramos nosotros, cómo contemplamos. Vemos lo teológico pertinente o sólo lo mediático superficial?

si no os convertís, todos pereceréis lo mismo

Sólo la conversión que arranca de lo profundo y se expande en nuestra relación al mundo da visos de contemplar lo verdadero de la Palabra.

"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas

Jesús se constituye como Palabra última en la oportunidad de oro de la conversión a la justicia y al ágape.

Él es la instancia favorable a la conversión, que nos protege del hacha que pretende cortarnos, como higuera estéril.

Y el hacha aunque existe e intimida, no es más que la oportunidad que brinda la misericordia.

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Domingo 3 de Cuaresma C

Éxodo 3, 1-8a. 13-15

Salmo responsorial: 102

1Corintios 10, 1-6. 10-12

Lucas 13, 1-9

DOCTORES DE LA IGLESIA


 

III DOMINGO DE CUARESMA

San Agustín Sobre el evangelio de San Juan trat. 15, 10-12. 16-17 



Llega una mujer. Se trata aquí de una figura de la Iglesia, no santa aún, pero sí a punto de serlo; de esto, en efecto, habla nuestra lectura. La mujer llegó sin saber nada, encontró a Jesús, y él se puso a hablar con ella. Veamos cómo y por qué. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Los samaritanos, no tenían nada que ver con los judíos; no eran del pueblo elegido. Y esto ya significa algo: aquella mujer, que representaba a la Iglesia, era una extranjera, porque la Iglesia iba a ser constituida por gente extraña al pueblo de Israel. 

REFLEXIÓN

En este pensamiento se destaca la nota de ser de fuera, de otra cultura y país. Y de la enemistad de pueblos: judío y no-judío. Nada se dice del sin sentido de la división secular entre samaritanos y judíos, norte y sur, Israel y Judá. Nada se dice sobre las raíces de la Iglesia, que se hunden en el suelo elegido. Del cual reciben al Señor Jesús. Es sin duda, un eco paulino, que no recoge sin embargo el matiz paulino, el pueblo elegido no dejó de serlo, sino que será Iglesia tras el reconocimiento de Jesús de Nazareth.

Pensemos, pues, que aquí se está hablando ya de nosotros: reconozcámonos en la mujer, y, como incluidos en ella, demos gracias a Dios. La mujer no era más que una figura, no era la realidad; sin embargo, ella sirvió de figura, y luego vino la realidad. Creyó efectivamente en aquél que quiso darnos en ella una figura. 

REFLEXIÓN

El discurso de esta época, en los santos padres, abunda en la técnica de la prefiguración: la figura no es la realidad, pero la visibiliza, la anuncia, es su heraldo. Así no hay hecho o evento, que a unos ojos creyentes alumbrados de fe, no revista la magia del símbolo que adelanta un sentido constructivo para los creyentes.

Llega, pues, a sacar agua. Jesús le dice: Dame de beber. Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice a Jesús: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí que soy samaritana? Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Ved cómo se trata aquí de extranjeros: los judíos no querían ni siquiera usar sus vasijas. Y como aquella mujer llevaba una vasija para sacar el agua, se asombró de que un judío le pidiera de beber, pues no acostumbraban a hacer esto los judíos. Pero aquel que le pedía de beber tenía sed, en realidad, de la fe de aquella mujer. 

REFLEXIÓN

Hoy estamos en otro cielo histórico, en otro horizonte de significación, donde la mujer por sí es un símbolo de la indeseada opresión e injusticia, de las sociedades machistas y patriarcales. Y en el gesto de Jesús se mira a la luz de la fe también, la figura de la liberación femenina, del acercamiento a la mujer en su valor y dignidad, sin discriminación, sin pena de hablarle y pedirle a una mujer, en el contexto en el que esto es sospechoso de familiaridad indebida.

Fíjate en quién era aquél que le pedía de beber: Jesús le contestó: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva. Le pedía de beber y fue él mismo quien le prometió darle el agua. Se presenta como quien tiene indigencia, como quien espera algo, y le promete abundancia, como quien está dispuesto a dar hasta la saciedad. Si conocieras, dice, el don de Dios. El don de Dios es el Espíritu Santo. 

REFLEXIÓN

Trasciende el significado más profundo en el sentido que aporta el texto evangélico, rescatado por el Santo Doctor: lo que Jesús pide implica una donación más bien. Pide agua, pero agua va a donar. La mejor, la que no se acaba, la que no se consigue en un pozo. Emerge la necesidad humana de vida por agua, que se hace escasa, por falta de equidad en los pueblos y comunidades, que prefieren acrecentar los capitales y ganancias, a costa de la sed de los menos pudientes.

A pesar de que no habla aún claramente a la mujer, ya va penetrando, poco a poco, en su corazón y ya le está adoctrinando. ¿Podría encontrarse algo más suave y más bondadoso que esta exhortación ? Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva. ¿De qué agua iba a darle, sino de aquella de la que está escrito: En ti está la fuente viva? Y ¿cómo podrán tener sed los que se nutren de lo sabroso de tu casa?. De manera que le estaba ofreciendo un manjar apetitoso y la saciedad del Espíritu Santo, pero ella no lo acababa de entender; y como no lo entendía, ¿qué respondió? La mujer le dice: «Señor, dame esa agua, así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla». Por una parte su indigencia la forzaba al trabajo, pero por otra, su debilidad rehuía el trabajo. Ojalá hubiera podido escuchar: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Esto era precisamente lo que Jesús quería darle a entender, para que no se sintiera ya agobiada; pero la mujer aún no lo entendía.

REFLEXIÓN

Una sencilla catequesis que nace de la necesidad básica y primera: la sed. Para ir derivando, en un diálogo amistoso, a la más profunda de las necesidades: la sed de una realidad que no se extinga, y no cueste tanto conseguirla. Cuál será esta necesidad en nuestras vidas actuales? Habrá un diálogo que logre acercarse a la misma para inducirnos su encuentro?

sábado, 22 de marzo de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Sábado 2 de Cuaresma

Miqueas 7,14-15.18-20



REFLEXIÓN

Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a las que habitan apartadas en la maleza

Los tonos y modalidades de petición sobre un nuevo sumo pontífice católico, que ha de ser elegido en un cónclave, pueden ser variados como una lista de deseos.

Delinean un perfil supuestamente apto y acorde para comprender el mundo, orgullosamente cambiante y progresista.

Pero desde una actitud de fe en el Señor y su designio del reino, nuestra oración deberá ser más bien asumir el liderazgo que emerge como pastor supremo con obediencia de fe, aunque no nos guste.

No es el carisma de la imagen lo que puede definir la realidad más conveniente, sino el carisma del Espíritu, que nos conduzca a la verdad completa, a través de la conversión sincera al evangelio.

Qué Dios como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad?

Una divinidad muy especial, no caprichosa como las de otros pueblos, que someten a sus fieles a la inestabilidad de su temperamento en el momento.

Son los profetas, voz del Señor, quienes ponen ciertos acentos que semejan rasgos humanos temperamentales en la fidelidad amorosa del Señor.

Se sujetó Él a nuestro lenguaje y pasión, para dar a entender su mensaje.

Volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos

El Señor se compadece siempre, no para desviarse del designio del reino, sino para volvernos a convocar a él.

La comprensión a la que el mundo aspira no puede ser contraria al reino del Señor Jesús, que se orienta a la justicia, la paz, el amor de ágape.

Él hace que las cosas sean nuevas.

Es nuestro corazón apegado el que envejece y se aferra a la memoria meramente histórica, aunque no salvífica.

El Espíritu que nos asiste a leer con fe la historia, sus acontecimientos y eventos, nos permite contemplar un hilo conductor salvífico.

También la Palabra que se expresa en nuestra pasión se ha cubierto de la sospecha, el miedo y el remordimiento de culpa, temiendo al Señor en vez de amarlo y descansar en su amor.

El efecto más profundo de la iniquidad del pecado es la duda, la inquietud, la incertidumbre, la paranoia sobre el amor y fidelidad del Señor.

Los ídolos que nos creamos a cada paso y en los que depositamos nuestro déficit de confianza, son pretensiones de la seguridad que no vivimos pero anhelamos.

Y no se nos dará falsa y fácil seguridad, sino la de la Palabra hecha carne, sangre e historia en Jesús de Nazareth.

Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios

El Espíritu nos ayuda a agradecer siempre los beneficios de tu amor por nosotros.

Que sepamos hacer siempre memoria sobre cómo estás trabajando amorosamente por nosotros, tejiendo la salvación.

No olvidemos los beneficios del Señor, no porque necesite de nuestra memoria para seguir siendo, sino porque nos conviene tener memoria para seguir siendo.

Los pueblos que pierden la memoria vuelven a los mismos vicios y errores.

El Espíritu en el salmo nos inspira memoria de los favores del Señor: ha estado de nuestro lado, ha dado respuesta a nuestra fragilidad.

Por lo tanto en vez de aferrarme al ídolo de mis manos, debo hacer memoria.

El memorial perpetuo es Jesús de Nazareth.

Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades

él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura

La enfermedad y la fosa conjuntamente se mencionan como el final que no deseamos y resistimos.

La salud, la curación y el no permanecer en la fosa figuran como la antítesis de ese final: una realidad gloriosa, permanente, que se nos abre desde ahora.

Lo podemos contemplar si somos pobres y vivimos congruentes en la espera de la salvación, únicamente de su mano, en un sentido total, radical, absoluto, integral.

Porque nuestros sueños en Él se transforman en realidades que ni reconocemos.

Jesús es el sí de este Señor de perdón y sanador. El Dios de la vida, y el Dios que es amor.

Jesús en su carne inadvertida, con su atuendo campesino, su deambular sin reposo e infatigable, multiplicando gestos y palabras que buscan convencer.

No está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo

Como el maligno que siempre acusa y culpa y amedentra.

Se muestra trascendente: distinto, único, irrepetible, respecto de nuestro modo humano de proceder.

Como se levanta el cielo sobre la tierra, / se levanta su bondad sobre sus fieles

El aliado de la identidad del Señor y su designio, su reinado de salvación y liberación, es la negación de toda realidad humana que pueda sustituirlo.

Es un ejercicio que puede parecer y sentirse caótico, que induce inestabilidad, pero abre el espíritu a realidades mayores, a dimensiones inéditas, que contrastan pero subliman toda la creación.

Por eso Jesús ni siquiera para sí aceptaba el título de bueno. Tal es la trascendencia del Señor, único en su bondad.

Esta expresión es una forma gráfica, una imagen de la originalidad irrepetible del Señor.

Lucas 15,1-3.11-32



REFLEXIÓN

solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos

Como hoy y como siempre Jesús de Nazareth goza de dos tipos de auditorio: los que se nutren de su Palabra y los que murmuran, resistiéndose.

Publicanos y pecadores eran entonces una clase social despreciada, en la parte inferior de la pirámide social.

Relacionarse con ellos, con la frecuencia que lo hacía Jesús, tal como lo mencionan los evangelios, era como una declaración pública de simpatizar o pertenecer a esa clase social.

Cómo podría aceptarse que desde ese estrato se dieran lecciones de moral, conocimiento y obediencia al Dios de Israel?

Ese Dios según las clases altas, cultas, apegadas a la santidad del templo y la sinagoga, se tenían por conocedores y adoradores del verdadero Dios.

Así la confrontación tenía un claro rasgo teológico: dos concepciones de Dios, que afectaban la praxis de la vida cotidiana.

Un auditorio inusitado e indeseable, que no lo prestigiaba precisamente como un maestro digno de respeto.

Jesús hizo gala de gran libertad frente a las censuras sociales, y las castas. Era la gente a la que nadie les había ofrecido la oportunidad de conocer al Dios de Israel y su oferta de salvación.

Para ellos Jesús era alguien fascinante en la dedicación ofrecida y tenían conciencia que no se lo merecían, no al menos por mérito social concedido por las elites.

"Ése acoge a los pecadores y come con ellos."

Pero no es que Jesús los desplazara o rechazara de su mesa y hospitalidad.

Ellos se auto marginaban, porque los hería en su santidad y autoestima la compañía de esta hez social.

Su gesto era una negativa a la fraternidad que Jesús pretendía.

y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente

Una mala cabeza, como tantos jóvenes que podemos encontrar en esta generación: viven al día, gastan lo que no tienen en placer y diversión.

Su anhelo de autonomía es poder gastar sin restricción, en el consumismo que incita la economía del lucro.

y empezó él a pasar necesidad

En una ocasión de malestar se presentó para él una oportunidad de reflexionar y empezar a cambiar. Se abrió paso en sí su si mismo, su identidad auténtica.

Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros

La conversión del hijo arruinado, es por necesidad, porque activa la memoria de un hogar que abandonó, pero que satisfaría sus necesidades, aunque fuera como jornalero.

El pecador que hace conciencia de quién es él en cuanto pecador, inicialmente no reconoce en el Señor a su Padre, pero aspira a un rincón en su casa, en su providencia.

cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo

Igual la parábola podría titularse: el hijo sorprendido.

Porque el amor, la ternura, la compasión y la generosidad del Padre exudan abundantes en su beso y abrazo.

Para la elite que protegía y defendía celosamente el nombre de Dios, innombrable y sin imagen, exigente y minucioso tras la normativa cotidiana de la Torá, escuchar de un Dios Padre todo perdón y ternura, casi como si Él fuera el culpable, con un hijo pecador por su propia libertad y decisión, impuro cuidador de cerdos, licencioso e ingrato, era un escándalo, que se verá reflejado en el hijo mayor, quien no entiende al Padre.

Es un reencuentro de identidades: la del Padre que siempre lo fue, asomándose a ver si el hijo regresaba. La del hijo, cuya sorpresa es encontrar un amor de Padre, cuando esperaba al menos una amonestación.

Es una manera de decir: lo de menos es lo que hiciste, lo importante es que has vuelto a ser mi hijo.

sin desobedecer nunca una orden tuya

Casi nos ponemos del lado del hijo mayor y nos sentimos escandalizados de este modo de actuar.

Los sicólogos dirían hoy que este padre permisivo fomentaba acciones incorrectas en el hijo descarriado.

Hasta se condenaría al Padre por ser un mal padre perdonador y cómplice del vicio del hijo.

Y precisamente la parábola quiere retar la lógica que establece parámetros al amor desbordante, loco si se quiere, del Padre.

deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado

El hijo mayor vivía con su padre pero no se sentía hijo.

Vivir como hijo con el Padre significa vivir su generosidad para todos sin miedo a perder nada.

En el hijo derrochador la impronta de su padre amoroso estaba profunda en su interior y posibilitó que recuperara la memoria salvífica.

La generosidad del Padre nos golpea el rostro porque debemos reconocer que no lo somos tanto, sino en algún grado mezquino, que medimos a Dios por nuestro rasero.

Habríamos de mostrar más humildad en romper los cercos que nos construimos y en donde nos afincamos, para vivir exclusivamente nuestra verdad de Dios y los demás.

Hay más alegría por la oveja perdida recobrada que por las cien que aguardan seguras en el rebaño.

El padre no niega razón a la indignación del otro hijo. Pero no se deja arrastrar por ella, porque la alegría es mayor y más importante. Y el Padre comprende al Hijo mayor y lo gana para su gozo.

Porque los verdaderos hijos acaban entendiendo que todos somos familia y que el perdón es lo único que nos mantiene unidos.

Es lo que termina sugiriendo Jesús a la elite. En vez de acechar y andar celosos y escandalizados, alégrense que los distanciados, los excluidos, tienen su oportunidad.

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Sábado 2 de Cuaresma

Miqueas 7,14-15.18-20

Salmo responsorial: 102

Lucas 15,1-3.11-32