jueves, 17 de agosto de 2023

BEATO CARLO

 

Del Tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, Sobre el perfecto modelo del cristiano
(PG 46, 259-262)


TENEMOS A CRISTO, QUE ES NUESTRA PAZ Y NUESTRA LUZ

Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa. Teniendo en cuenta que Cristo es la paz, mostraremos la autenticidad de nuestro nombre de cristianos si,
con nuestra manera de vivir, ponemos de manifiesto la paz que reside en nosotros y que es el mismo Cristo. Él ha dado muerte a la enemistad, como dice el Apóstol. No permitamos, pues, de ningún modo que esta enemistad reviva en nosotros, antes demostremos que está del todo muerta. Dios, por nuestra salvación, le dio muerte de una manera admirable; ahora que yace bien muerta, no seamos nosotros quienes la resucitemos en perjuicio de nuestras almas, con nuestras iras y deseos de venganza.

Ya que tenemos a Cristo, que es la paz, nosotros también matemos la enemistad, de manera que nuestra vida sea una prolongación de la de Cristo, tal como lo conocemos por la fe. Del mismo modo que él, derribando la barrera de separación, de los dos pueblos creó en su persona un solo hombre, estableciendo la paz, así también nosotros atraigámonos la voluntad no sólo de los que nos atacan desde fuera, sino también de los que entre nosotros promueven sediciones, de modo que cese ya en nosotros esta oposición entre las tendencias de la carne y del espíritu, contrarias entre sí;
procuremos, por el contrario, someter a la ley divina la prudencia de nuestra carne, y así, superada esta dualidad que hay en cada uno de nosotros, esforcémonos en reedificarnos a nosotros mismos, de manera que formemos un solo hombre, y tengamos paz en nosotros mismos.

La paz se define como la concordia entre las partes disidentes. Por esto, cuando cesa en nosotros esta guerra interna, propia de nuestra naturaleza, y conseguimos la paz, nos convertimos nosotros mismos en paz, y así demostramos en nuestra persona la veracidad y propiedad de este apelativo de Cristo
.

Además, considerando que Cristo es la luz verdadera sin mezcla posible de error alguno, nos damos cuenta de que también nuestra vida ha de estar iluminada con los rayos de la luz verdadera. Los rayos del sol de justicia son las virtudes que de él emanan para iluminarnos, para que nos desnudemos de las obras de las tinieblas y
andemos como en pleno día, con dignidad, y apartando de nosotros las ignominias que se cometen a escondidas y obrando en todo a plena luz, nos convirtamos también nosotros en luz y, según es propio de la luz, iluminemos a los demás con nuestras obras.

Y si tenemos en cuenta que Cristo es nuestra santificación, nos
abstendremos de toda obra y pensamiento malo e impuro, con lo cual demostraremos que llevamos con sinceridad su mismo nombre, mostrando la eficacia de esta santificación no con palabras, sino con los actos de nuestra vida.

miércoles, 16 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Deuteronomio 34,1-12



REFLEXIÓN

Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella

Un siervo leal e íntimo como Moisés llega al final de su misión cumplida con creces, para ser notificado que no es parte del cumplimiento de la promesa.

Parece cruel, hasta un maltrato por parte de su Señor y Dios, a quien dedicó su existencia.

Jesús, según lo que creemos y confesamos sí experimenta la plenitud de la promesa, en la vida nueva con la que el Señor lo resucita.

Se especula mucho sobre la posible falta de fe de Moisés cuando da agua al pueblo, golpeando una roca.

Especular sobre las causas que determinan al Señor en sus decisiones, aunque calman nuestro razonar, oscurecen el filo mediante el cual la Palabra nos interpela.

Porque la Palabra revela el Misterio Trascendente del Señor. Es la nota característica de su inspiración. Y en lo que nos comunica y a quién comunica, tal Misterio Trascendente no puede sino producir asombro, cuestionamiento y deconstrucción de nuestra lógica habitual.

Hacemos lo mejor, acogiéndola, amándola y respetándola en su originalidad como expresión de nuestra fe esperanzada.

nadie ha conocido el lugar de su tumba

Expresiones de este tipo pueden dar a entender que el personaje no murió, y pasó al seno del Señor. También se dice de Elías.

En el caso de Jesús se dan relatos de encuentro con el Resucitado y de testigos. Esto lo pone aparte en cuanto a calidad de la Revelación.

Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.

Nuestros hermanos en el judaísmo hasta nuestros días hacen descansar su fe en Moisés y su misión, basados en esta convicción.

Por eso el mensaje del Nuevo testamento en el que Moisés es superado por Jesús, es un escándalo y tropiezo. Hemos de comprenderlo.

Salmo responsorial: 65



REFLEXIÓN

Decid a Dios: "¡Qué temibles son tus obras

Expresiones como éstas son las que nos brotan al experimentar el Misterio Trascendente e interpelante de su Palabra.

Literalmente nos deja sin palabra, sin aliento, porque nos rebasa.

Algo así se puede entender en los dotados de atributos místicos, porque manifiestan la desubicación que produce la presencia de la Palabra en nuestras vidas.

Mateo 18,15-20



REFLEXIÓN

Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano

Si observáramos un procedimiento semejante para tramitar nuestras diversidades y desencuentros, quizá sería mayormente viable la armonía y el entendimiento en nuestras comunidades de vida, desde la familia hasta el trabajo.

Un procedimiento que nos aleja de las decisiones que se toman al calor de las pasiones y los prejuicios, y donde se respeta a los demás en su defensa.

Pero los medios nos tienen acostumbrados al juicio condenatorio fácil y ligero, basados en evidencias que no se comprueban, muchas veces.

Así la opinión pública y común va deslizándose a fundamentalismos y extremismos que conducen a la violencia.

todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo

Un adagio legal propio de la sabiduría israelita y que hace suya la comunidad cristiana judía.

Se muestra un cuerpo de quien se espera que defina y tome decisiones. Aunque no gusten las mismas.

La influencia de una mentalidad alternativa iconoclasta en nuestros días dificulta esta actitud de aceptación de las decisiones de cualquier cuerpo cuya misión sea la definición.

Esta mentalidad que mira malas intenciones y corrupción en toda decisión de autoridad corroe la estabilidad de las sociedades y comunidades y nos acerca a la anarquía.

donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos

En cambio una comunidad que se pone de acuerdo para orar, hace viable otros acuerdos y concertaciones.

Porque al orar nos hacemos vulnerables en nuestro corazón a la fe y las buenas obras, signo de la presencia del Señor entre nosotros.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1691756815174840760?s=20

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Deuteronomio 34,1-12

Hay líderes que en medio del reconocimiento general, no son propiamente reconocidos por otros de poder, dejando en la penumbra la imperfección notoria o no de su existencia. Así Moisés quien se entregó y desvivió por Dios, no es compensado con entrar sino solo contemplar la tierra prometida. En ese sentido, fue solidario de las generaciones que vagaron por el desierto antes de entrar. La gloria de Dios es parte de su Misterio en la realización de sus siervos.

Salmo responsorial: 65

Sin embargo es más lo que se celebra y glorifica de su ministerio que lo que lo oscurece. Tanto el juicio como la gloria de Dios pertenecen a su Misterio de amor y misericordia.

Mateo 18,15-20

Pero juzgar entre nosotros y celebrar las glorias no nos pertenecen solamente a nosotros sino que se dejan sentir en la morada de Dios. En forma igual ? Esa es la distancia entre nuestra perspectiva humana y la de Dios. Se conectan pero no son simétricas. La recomendación de orar juntos para que se presente el Señor en medio alienta la esperanza en la misericordia para que el juicio definitivo de Dios no sea muy diferente del nuestro.