sábado, 30 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 25 de tiempo ordinario

Año Impar


Zacarías 2,5-9.14-15ª



REFLEXIÓN

"Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti - oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti."


Por ahora sólo como figura de María, de la Iglesia y de la Ciudad Santa, dividida y peleada por varios pueblos


Como figura ayuda a esperar una realización de inhabitación del Señor, causa de gozo.


Jerusalén, María, Iglesia, pueblo creyente.


Realidades místicas e históricas en co-relación de gracia y libertad.


Habitan dentro de ti, habitan dentro de Él, en intimidad mayor que lo más íntimo nuestro.


En estas realidades nos movemos, existimos y somos.


Porque el derroche en la devoción mariana expresada en tantas versiones multisecularmente, señala una realidad significativa para una porción creyente de la humanidad.


Hoy con el tema de género y la identidad femenina en alza, esta realidad místico-histórica cobra más realce, porque rescata a la mujer de la cosificación sexual biológica que durante tanto tiempo se le había asignado como rol preferente.


Y así esas realidades se inundan de significado femenino complementario al varón.


Jerusalén como ciudad de integración fraterna en paz, María como la mujer nueva, la Iglesia como la comunidad peregrina de hombres y mujeres, y los creyentes

que aportan su singularidad de género a las expresiones de fe.


Interleccional: Jeremías 31,10-13



REFLEXIÓN


"El que dispersó a Israel lo reunirá, / lo guardará como un pastor a su rebaño."


Todo está en sus manos, todo lo hace para nuestro bien.


Israel ha sufrido, Israel ha sido reunido parcialmente y en medio de conflictos.


Lo mismo nosotros, Israel en espíritu, que dependemos de nuestros hermanos mayores.


Lucas 9,43b-45



REFLEXIÓN


entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres." Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto


Faltaba la iluminación y fortaleza del Espíritu del Resucitado.


Esto desde la perspectiva de una existencia histórica Jesuánica, no de cristología eclesiástica, sobre un fin violento, sin disimulo.

Por otro lado la historia de los profetas y cómo fueron martirizados, ayudó a configurar y reflotar la intuición de cuán verídicamente moriría el Señor Jesús.


Los agentes de pastoral a lo largo de su misión, breve o larga, son tentados de dos extremos: insertarse tanto en la agonía y muerte del pobre en todo sentido, hasta llegar a la desesperanza e impotencia rabiosa, o evadirse al misticismo que maquilla de cielo las realidades que aún no se consuman.


Vivir esa tensión cotidianamente en ágape creyente y esperanzado, es un don del Señor.


Jesús lo tenía claro, pero en ese sentido.


En consecuencia transitaba la soledad del líder, en su visión y coraje para la misión.


Los discípulos no, hasta que fueron reforzados por la pascua de Jesús resucitado.


En la meditación de las dos banderas de los ejercicios ignacianos se intenta transmitir ese aire de tensión que aguarda al ejercitante, en el pórtico mismo del seguimiento a Jesús de Nazareth.


Ignacio no abusa del posible romanticismo que pueda haber invadido al ejercitante al finalizar la primera semana con el perdón de los pecados conocidos.


Sino que más bien intenta, en medio de este trabajo de gracia y libertad, abrirle los ojos del espíritu a una ruta de peregrinación que puede ser muy ruda. Mejor verlo a tiempo.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1708086172382007391?s=20

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Zacarías 2,5-9.14-15a

Jerusalén no es fácil, porque evoca derrota y luto, pero también esperanza de vida para los pueblos, como ciudad abierta. Se trata de una transformación.

Interleccional: Jeremías 31,10-13

Hay motivo para la danza alegre, pero no inmediatamente, sino en esperanza.

Lucas 9,43b-45

El exorcismo manifiesta el fondo de la trama: combate para desalojar al usurpador del dominio sobre la creación. Cómo se puede estar venciendo y a la vez morir en el intento, con el anuncio de una próxima ejecución? Por eso es un lenguaje oscuro, presagioso, y el cual da miedo aclarar.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


30 de septiembre
San Jerónimo Presbítero y doctor de la Iglesia

Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Abrazó la vida ascética, marchó al Oriente y fue ordenado presbítero. Volvió a Roma y fue secretario del papa Dámaso. Fue en esta época cuando empezó su traducción latina de la Biblia. También promovió la vida monástica. Más tarde, se estableció en Belén, donde trabajó mucho por el bien de la Iglesia. Escribió gran cantidad de obras, principalmente comentarios de la sagrada Escritura. Murió en Belén el año 420.

Del prólogo al comentario de san Jerónimo, presbítero, sobre el libro del profeta Isaías

Cumplo con mi deber, obedeciendo los preceptos de Cristo, que dice: Estudiad las Escrituras, y también: Buscad, y encontraréis, para que no tenga que decirme, como a los judíos: Estáis muy equivocados, porque no comprendéis las Escrituras ni el poder de Dios. Pues, si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo. Por esto, quiero imitar al padre de familia que del arca va sacando lo nuevo y lo antiguo, y a la esposa que dice en el Cantar de los cantares: He guardado para ti, mi amado, lo nuevo y lo antiguo; y, así, expondré el libro de Isaías, haciendo ver en él no sólo al profeta, sino también al evangelista y apóstol. Él, en efecto, refiriéndose a sí mismo y a los demás evangelistas, dice: ¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva! Y Dios le habla como a un apóstol, cuando dice: ¿A quién mandaré? ¿Quién irá a ese pueblo? Y él responde: Aquí estoy, mándame. Nadie piense que yo quiero resumir en pocas palabras el contenido de este libro, ya que él abarca todos los misterios del Señor: predice, en efecto, al Emmanuel que nacerá de la Virgen, que realizará obras y signos admirables, que morirá, será sepultado y resucitará del país de los muertos, y será el Salvador de todos los hombres. ¿Para qué voy a hablar de física, de ética, de lógica? Este libro es como un compendio de todas las Escrituras y encierra en sí cuanto es capaz de pronunciar la lengua humana y sentir el hombre mortal. El mismo libro contiene unas palabras que atestiguan su carácter misterioso y profundo: Cualquier visión se os volverá –dice– como el texto de un libro sellado: se lo dan a uno que sabe leer, diciéndole: «Por favor, lee esto». Y él responde: «No puedo, porque está sellado». Y se lo dan a uno que no sabe leer, diciéndole: «Por favor, lee esto». Y el responde: «No sé leer». Y, si a alguno le parece débil esta argumentación, que oiga lo que dice el Apóstol: De los profetas, que prediquen dos o tres, los demás den su opinión. Pero en caso que otro, mientras está sentado, recibiera una revelación, que se calle el de antes. ¿Qué razón tienen los profetas para silenciar su boca, para callar o hablar, si el Espíritu es quien habla por boca de ellos? Por consiguiente, si recibían del Espíritu lo que decían, las cosas que comunicaban estaban llenas de sabiduría y de sentido. Lo que llegaba a oídos de los profetas no era el sonido de una voz material, sino que era Dios quien hablaba en su interior como dice uno de ellos: El ángel que hablaba en mí, y también: Que clama en nuestros corazones: «¡Abba! (Padre)», y asimismo: Voy a escuchar lo que dice el Señor.

REFLEXIÓN

Se reconoce que la sabiduría humana sale ganando con la Sabiduría de Dios, cuyo Espíritu nos lleva a descodificar en las Escrituras a Jesús, y a ellas nos vuelve para darles plenitud. Los judíos, entiéndase los doctos de la ley, no lo captaron, es lo que nos transmiten los evangelios… y no un criterio de marginación cultural o étnica que puede justificar la persecución o genocidio. La sabiduría de Jesús en las Escrituras nos lleva al fraternidad, que nos anima a exclamar con gran convicción de fe: Padre Nuestro. Abba.