jueves, 14 de agosto de 2025

PALABRA COMENTADA


 

JUEVES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Josué 3,7-10a.11.13-17



REFLEXIÓN

un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos

Un Dios vivo se muestra con un hecho favorable a la suerte del pobre.

No podemos tomarlo al pie de la letra, o como signo único.

También el silencio expresa su actividad, según creemos. Y este silencio se da en el fracaso, según leemos por fe en la suerte de Jesús.

Se expresa así una pedagogía, una enseñanza sobre los diversos modos y etapas del conocimiento del Señor.

la corriente del Jordán se cortará

Un nuevo éxodo o su réplica acontece para los israelitas.

Su fe se ha abierto desde el prodigio anterior a considerar hechos favorables como venidos de la mano del Señor.

Se forma en ellos una actitud frente a la existencia y la historia que descansa en la protección de su Dios.

No obstante las dificultades de la lucha por la vida y su significado, la fe en un Dios así, permite construir un sentido de acompañamiento, que redunda en una confianza básica, y un cierto optimismo y positivismo para lograr algunos objetivos.

Salmo responsorial: 113ª



REFLEXIÓN

¿Qué te pasa, mar, que huyes, / a ti, Jordán, que te echas atrás?

Somos de memoria corta y nuestra acción de gracias no es constante, como es la de Cristo eucaristía.

Aún en eso tenemos que adherirnos a su acción de gracias para que supla nuestra cortedad.

Como el pueblo de Dios en su peregrinar, que cantaba constantemente al Señor las maravillas vividas, para sentirse convocados a nuevas visiones de su intervención.

Con nosotros hoy la palabra proferida antiguamente, cobra vigencia.

De ahí el sentido de celebrarla y agradecerla.

Mateo 18,21-19,1



REFLEXIÓN

el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así

Sigue siendo una práctica hacer pagar deudas con algún género de esclavitud u opresión. Quien dice deudas, dice favores, ayudas que esperan ser resarcidas, aunque sea con la entrega del cuerpo. Así se prostituyen algunos, y se hunde en el horizonte su sentido de dignidad.

"Ten paciencia conmigo,

La caridad es paciente…Un efecto del don del Espíritu en el amor que viene del Señor.

Pero es más realista y coherente cuando cae en cuenta que unos con otros somos deudores de la paciencia del amor de los demás.

El señor tuvo lástima(σπλαγχνίζομαι, splagchnizomai)

Esta es una ganancia que nos aporta la intermediación de Jesús: el Padre siempre tendrá compasión de nuestro enredo, pase lo que pase.

Es un código o clave que abre la disposición favorable a la práxis del Reino de Dios: dar de comer, de beber, sanar, vestir…

Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía

Qué extraño mecanismo de disociación nos lleva a convertirnos en verdugos siendo así que en algún momento fuímos indultados de nuestra propia condena?

Es un indicativo de nuestra deformación moral que actúa contra los demás lo que excusa en sí mismo.

Se da en todo ser humano que no hace el ejercicio constante de autocrítica, arrepentimiento y reparación.

Cuando sí se hace el tal ejercicio, la fraternidad del reino cuenta con una dinámica de corrección de su rumbo mientras transita por la historia.

¿No debías tú también tener compasión(eleesai:tener compasión) de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"

Es el sentido que oramos en el Padre Nuestro.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1692123780343111905?s=20

https://x.com/motivaciondehoy 140825

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JUEVES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Josué 3,7-10a.11.13-17

El Dios vivo, expresión que se usa en varios pasajes, pero fundamentalmente en la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo, sobre Jesús el Hijo de Dios vivo. El Dios vivo se nos revela en su Palabra inmemorial y sobretodo en su Hijo Palabra, con palabras de vida eterna, porque es un Dios vivo y de vivos.

Salmo responsorial: 113A

El Exodo es una gesta que se replica en todo el hacer de Israel a lo largo de su historia, como la Resurrección de Jesús lo es para el Israel del Espíritu.

Mateo 18,21-19,1

La circunstancia histórica que mueve las entrañas a compadecerse es una señal de la presencia del Dios vivo que llama a amar sanando, enseñando, acompañando, orando.

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


 

De las cartas de san Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir.
(Gli scritti di Massimiliano Kolbe eroe di Oswiecim e beato della Chiesa, vol 1, Cittá di Vita, Firenze 1975, pp 44-46. 113-114)

EL IDEAL DE LA VIDA APOSTÓLICA ES LA SALVACIÓN Y SANTIFICACIÓN DE LAS ALMAS.

Me llena de gozo, querido hermano, el celo que te anima en la propagación de la gloria de Dios. En la actualidad se da una gravísima epidemia de indiferencia, que afecta, aunque de modo diverso, no sólo a los laicos, sino también a los religiosos. Con todo, Dios es digno de una gloria infinita. Siendo nosotros pobres criaturas limitadas y, por tanto, incapaces de rendirle la gloria que él merece, esforcémonos, al menos, por contribuir, en cuanto podamos, a rendirle la mayor gloria posible.

La gloria de Dios consiste en la salvación de las almas, que Cristo ha redimido con el alto precio de su muerte en la cruz. La salvación y la santificación más perfecta del mayor número de almas debe ser el ideal más sublime de nuestra vida apostólica. Cuál sea el mejor camino para rendir a Dios la mayor gloria posible y llevar a la santidad más perfecta el mayor número de almas, Dios mismo lo conoce mejor que nosotros, porque él es omnisciente e infinitamente sabio. Él, y sólo él, Dios omnisciente, sabe lo que debemos hacer en cada momento para rendirle la mayor gloria posible. ¿Y cómo nos manifiesta Dios su propia voluntad? Por medio de sus representantes en la tierra. La obediencia, y sólo la santa obediencia, nos manifiesta con certeza la voluntad de Dios. Los superiores pueden equivocarse, pero nosotros obedeciendo no nos equivocamos nunca. Se da una excepción: cuando el superior manda algo que con toda claridad y sin ninguna duda es pecado, aunque éste sea insignificante; porque en este caso el superior no sería el representante de Dios.

Dios, y solamente Dios infinito, infalible, santísimo y clemente, es nuestro Señor, nuestro creador y Padre, principio y fin, sabiduría, poder y amor: todo. Todo lo que no sea él vale en tanto en cuanto se refiere a él, creador de todo, redentor de todos los hombres y fin último de toda la creación. Es él quien, por medio de sus representantes aquí en la tierra, nos revela su admirable voluntad, nos atrae hacia sí, y quiere por medio nuestro atraer al mayor número posible de almas y unirlas a sí del modo más intimo y personal.

Querido hermano, piensa qué grande es la dignidad de nuestra condición por la misericordia de Dios. Por medio de la obediencia nosotros nos alzamos por encima de nuestra pequeñez y podemos obrar conforme a la voluntad de Dios. Más aún: adhiriéndonos así a la divina voluntad, a la que no puede resistir ninguna criatura, nos hacemos más fuertes que todas ellas. Ésta es nuestra grandeza; y no es todo: por medio de la obediencia nos convertimos en infinitamente poderosos.

Éste y sólo éste es el camino de la sabiduría y de la prudencia, y el modo de rendir a Dios la mayor gloria posible. Si existiese un camino distinto y mejor, Jesús nos lo hubiera indicado con sus palabras y su ejemplo. Los treinta años de su vida escondida son descritos así por la sagrada Escritura: Y les estaba sujeto. Igualmente, por lo que se refiere al resto de la vida toda de Jesús, leemos con frecuencia en la misma sagrada Escritura que él había venido a la tierra para cumplir la voluntad del Padre.

Amemos sin límites a nuestro buen Padre: amor que se demuestra a través de la obediencia y se ejercita sobre todo cuando nos pide el sacrificio de la propia voluntad. El libro más bello y auténtico donde se puede aprender y profundizar este amor es el Crucifijo. Y esto lo obtendremos mucho más fácilmente de Dios por medio de la Inmaculada, porque a ella ha confiado Dios toda la economía de la misericordia.

La voluntad de María, no hay duda alguna, es la voluntad del mismo Dios. Nosotros, por tanto, consagrándonos a ella, somos también como ella, en las manos de Dios, instrumentos de su divina misericordia. Dejémonos guiar por María; dejémonos llevar por ella, y estaremos bajo su dirección tranquilos y seguros: ella se ocupará de todo y proveerá a todas nuestras necesidades, tanto del alma como del cuerpo; ella misma removerá las dificultades y angustias nuestras.