lunes, 13 de marzo de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 
Lunes III semana de Cuaresma
San Basilio Magno Homilía sobre la humildad 20,3

No se gloríe el sabio de su sabiduría, no se gloríe el fuerte de su fortaleza, no se gloríe el rico de su riqueza. Entonces ¿en qué puede gloriarse con verdad el hombre? ¿Dónde halla su grandeza?

REFLEXIÓN

Una pregunta asaz pertinente para nuestro mundo y siglo, toda vez que nos encontramos en la época glorificada del postmodernismo, la posverdad, el antisistema, el emotivismo, la modernidad líquida, la sociedad de consumo, la sociedad de la incertidumbre, el antihéroe, la post-centralidad humana, el cambio climático, la sociedad del caos, los sistemas tecnológicos inteligentes  y así…todo lo que contribuya a la deconstrucción, la protesta, la asonada, la rebelión, la revolución…

Quien se gloría –continúa el texto sagrado– que se gloríe de esto: de conocerme y comprender que soy el Señor.

REFLEXIÓN

Cómo así? Tan ausente de todo y todos, nos podremos gloriar? Dirán muchos y muchas.

En esto consiste la sublimidad del hombre, su gloria y su dignidad, en conocer dónde se halla la verdadera grandeza y adherirse a ella, en buscar la gloria que procede del Señor de la gloria.

REFLEXIÓN

Dicho en otra forma, ya se dijo que el hombre, su gloria y dignidad no se entiende sin la fuente de su grandeza y gloria: el Señor de la Gloria.

Dice, en efecto, el Apóstol: El que se gloríe, que se gloríe en el Señor, afirmación que se halla en aquel texto: Cristo, que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención; y así –como dice la Escritura–: «El que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

REFLEXIÓN

Qué bueno que ya lo dijo Pablo de Tarso, quien es testimonio de un convertido de la propia glorificación, ganada por  la persecución de los creyentes de Jesús de Nazareth.

Por tanto, lo que hemos de hacer para gloriarnos de un modo perfecto e irreprochable en el Señor es no enorgullecernos de nuestra propia justicia, sino reconocer que en verdad carecemos de ella y que lo único que nos justifica es la fe en Cristo.

REFLEXIÓN

Se trata de un punto interesante, porque si algo tenemos en exceso ahora es el reconocimiento y la queja de que no tenemos justicia verdadera. Pero no damos el siguiente paso: reconocer la única verdadera justificación, la de Jesús de Nazareth

En esto precisamente se gloría San Pablo, en despreciar su propia justicia y en buscar la que se obtiene por la fe y que procede de Dios, para así tener íntima experiencia de Cristo, del poder de su resurrección y de la comunión en sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de alcanzar la resurrección de entre los muertos. Así caen por tierra toda altivez y orgullo. El único motivo que te queda para gloriarte, oh hombre, y el único motivo de esperanza consiste en hacer morir todo lo tuyo y buscar la vida futura en Cristo; de esta vida poseemos ya las primicias, es algo ya incoado en nosotros, puesto que vivimos en la gracia y en el don de Dios.

REFLEXIÓN

Y por esto no lo damos: porque es preciso reconocer que es otra vida, la del crucificado-resucitado, la que nos justifica. Cómo se hace este reconocimiento?

Y es el mismo Dios quien activa en nosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor. Y es Dios también el que, por su Espíritu, nos revela su sabiduría, la que de antemano destinó para nuestra gloria. Dios nos da fuerzas y resistencia en nuestros trabajos. He trabajado más que todos –dice Pablo–; aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Dios saca del peligro más allá de toda esperanza humana. En nuestro interior –dice también el Apóstol– dimos por descontada la sentencia de muerte; así aprendimos a no confiar en nosotros, sino en Dios que resucita a los muertos. Él nos salvó y nos salva de esas muertes terribles; en él está nuestra esperanza, y nos seguirá salvando.

REFLEXIÓN

Pues, acercándonos al Señor de la Gloria, y abriéndonos a su activación en nosotros del amor, las fuerzas y resistencia en nuestros trabajos. Todos ellos emprendidos por el bien común. Confiando más en Él. Poniendo nuestra esperanza en Él.

domingo, 12 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 3 de Cuaresma

Éxodo 17,3-7



REFLEXIÓN

el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés

Si las hubiera, cerrarían calles para lograr agua. Modalidad actual de la protesta, para hacerse oír.

Y también para sensibilizar u obstaculizar a terceros. Unos lo entienden como solidaridad. Otros como interferencia indebida.

Una caos creciente en las urbes que patentiza los contrastes entre progreso y carencias básicas.

¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados

La teoría de la conspiración no se inventó ahora. La suspicacia y hostilidad hacia el líder, que representa la autoridad, viene de muy atrás.

¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen

Y un líder como Moisés sólo podía salir adelante con un sentido de misión divina, para no renunciar y abandonar toda responsabilidad.

vete, que allí estaré yo ante ti

Pero también el líder con sentido de misión debe confiar en la asistencia de quien lo llamó. E insistir y persistir.

Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel

Y debe formar otros líderes, como Jesús a sus discípulos, en el modelo que él aprendió, no en la rebeldía e inconformidad de la masa.

El servicio apostólico como autoridad se aprende con mucha humildad pero se mantiene con firmeza y confianza en el Señor.

La firmeza no sería un acto ni actitud de prepotencia y afirmación egocéntrica. Pero tampoco es un acto de debilidad y miedo a la presión, que se erosiona por la falta de popularidad.

Salmo responsorial: 94



REFLEXIÓN

entremos a su presencia dándole gracias

Lo que contrasta con la exaltación de la masa que no confía, porque le faltó agua.

el rebaño que él guía

Necesitamos fortalecer nuestra confianza en la guía del Señor, cada día, y alejarnos de la desconfianza que se da cuando sentimos un retraso de su presencia.

No endurezcáis el corazón como en Meribá, / como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a prueba / y me tentaron, aunque habían visto mis obras

Si hemos visto sus obras y están presentes en nuestra memoria, no tiene sentido alzarse en duda respecto a su intervención.

Sólo que nuestra memoria es frágil y emotiva, y el acusador es sedicioso.

Romanos 5, 1-2.5-8



REFLEXIÓN

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo

Esta es nuestra memoria, nuestra eucaristía, nuestra acción de gracias. La convicción de fe que nos debe acompañar en nuestro itinerario.La que aporta la paz fundamental.

todavía estábamos sin fuerza

La evaluación del ex – fariseo Pablo sobre el régimen anterior, es que si se dio revelación, no había suficiente fuerza.En la esperanza actual está una fuerza nueva:el Espíritu Santo.

Es el mensaje de los profetas que veían en el futuro un horizonte de espíritu para todos, que los impeliera al conocimiento propio de Dios.

siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros

Una muestra de amor distinto y peculiar: morir por pecadores para salvarlos.

Juan 4,5-42



REFLEXIÓN

La samaritana le dice: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?

Se muestra un Jesús que traspone límites culturales y teológicos.

El pueblo de la salvación ha venido a ser el judío, y así lo confirma Jesús.

No obstante alguien fuera de ese pueblo puede dar de beber al sediento, un gesto que no quedará sin recompensa, porque se le da la mismo Jesús. Cualquiera lo puede hacer. Está al alcance de todo el que quiera abrir sus entrañas a la necesidad del que se aproxima.

Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?;

Es la dificultad de ver con otra mirada el fondo de las cosas y encontrar a Jesús, a quien se da de beber en este transeúnte.

el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

La experiencia del encuentro con Jesús en la sed del sediento a quien se sirve agua, abre el acceso a una vivencia del Señor que transforma de bebedor en surtidor hasta la vida que permanece para siempre.

Se entra en un servicio que permite una novedad: no tener sed sino ser siempre quien apaga la sed del necesitado.

"Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla."

Se da paso a la conversión hacia el Jesús desconocido en el sediento y una nueva existencia al servicio de los sedientos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1634887127551836161?s=20