domingo, 2 de junio de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, JUEVES DESPUÉS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, SOLEMNIDAD

Santo Tomás de Aquino Opúsculo 57, en la fiesta del Cuerpo de Cristo 1-4 

El Hijo único de Dios, queriendo hacernos partícipe de su divinidad, tomó nuestra naturaleza, a fin de que hecho hombre, divinizase a los hombres. Además, entregó por nuestra salvación todo cuan tomó de nosotros. Porque, por nuestra reconciliación ofreció, sobre el altar de la cruz, su cuerpo como víctima a Dios, su Padre, y derramó su sangre como precio de nuestra libertad y como baño sagrado que nos lava, para que fuésemos liberados de una miserable esclavitud y purificados de todos nuestros pecados. Pero, a fin de que guardásemos por siempre jamás en nosotros la memoria de tan gran beneficio, dejó a los fieles, bajo la apariencia de pan y de vino, su cuerpo, para que fuese nuestro alimento, y su sangre, para que fuese nuestra bebida

REFLEXIÓN

Aplicar la etiqueta “víctima” no es ya un título inadecuado a alguien como Jesús de Nazareth, quien se ofreció en la cruz al Padre como chivo expiatoria, siervo de Yahveh, por muchos pecadores. Las víctimas de diferentes crímenes son hoy los justos, los pobres, los oprimidos, los indignos de antaño. Su visibilidad se ha venido intensificando desde el Holocausto anti semita, el apartheid de los negros, el genocidio de los amerindios, la discriminación, los abusos y violaciones sexuales a niños y mujeres. Y la eucaristía memorial, memoria inagotable a cargo del Espíritu Santo del Señor Jesús, pondrá en estos tiempos sobre el altar los memoriales de víctimas dispersas por todo el planeta, sean pueblos o sean individuos.

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