viernes, 25 de julio de 2025

SAN CARLO ACUTIS DE ASÍS




 De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo
(Homilía 65, 2-4: PG 58, 619-622)


PARTICIPES DE LA PASIÓN DE CRISTO

Los hijos de Zebedeo apremian a Cristo, diciéndole: Haz que se siente uno a tu derecha y otro a tu izquierda. ¿Qué les responde el Señor? Para hacerles ver que lo que piden no tiene nada de espiritual y que, si hubieran sabido lo que pedían, nunca se hubieran atrevido a hacerlo, les dice: No sabéis lo que pedís, es decir: «No sabéis cuán grande, cuán admirable, cuán superior a los mismos coros celestiales es esto que pedís.» Luego añade: ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber o recibir el bautismo con que yo he de ser bautizado? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. No es éste tiempo de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente es tiempo de muertes, de guerra y de peligros.»

Pero fijémonos cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: «¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?», sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su pasión le da el nombre de «bautismo», para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo. Ellos responden: Sí, podemos. El fervor de su espíritu les hace dar esta respuesta espontánea, sin saber bien lo que prometen, pero con la esperanza de que de este modo alcanzarán lo que desean.

¿Qué les dice entonces el Señor? En efecto, mi cáliz lo beberéis y recibiréis el bautismo que yo he de recibir. Grandes son los bienes que les anuncia, esto es: «Seréis dignos del martirio y sufriréis lo mismo que yo, vuestra vida acabará con una muerte violenta y así seréis partícipes de mi pasión. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mi otorgarlo; es para quienes lo ha reservado mi Padre.» Después que ha levantado sus ánimos y ha provocado su magnanimidad, después que los ha hecho capaces de superar el sufrimiento, entonces es cuando corrige su petición.

Los otros diez se disgustaron contra los dos hermanos. Ya veis cuán imperfectos eran todos, tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como también los otros diez que envidiaban a sus dos colegas. Pero -como ya dije en otro lugar- si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan, uno de los protagonistas de este episodio, cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la predicación como en la realización de los milagros, como leemos en los Hechos de los apóstoles. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.

jueves, 24 de julio de 2025

PALABRA COMENTADA


 

Jueves 16 de tiempo ordinario


Año Impar

Éxodo 19,1-2.9-11.16-20b



REFLEXIÓN

"Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante."

En la cadena de transmisión de esta tradición, han intervenido agentes humanos que aluden a una fuente divina y por lo mismo se autolegitiman y son creídos como tal.

El escenario de una neblina densa, probablemente ligada a un fenómeno de montaña, volcánica o no, es un recurso de realce a la solemnidad de la transmisión. Las palabras citadas como de la divinidad tienen a un agente humano en su producción, en un alto porcentaje.

Nuestra base de comparación es la propia experiencia de la inspiración divina en la actualidad, con una mentalidad desnudada de los mitos bíblicos, y mitificada con los avances tecno científicos y los prejuicios acumulados.

Y es así que no encontramos creíble un discurso-relato como el que se nos propone.

Sólo que llama la atención que la credibilidad que la tradición de las palabras del Sinaí y otras, atribuída a Yavé, se hayan suscitado y mantenido por miles de años promoviendo sentido o significatividad.

Tal persistencia convoca a una reflexión y preguntarse por la inspiración auténtica de los textos bíblicos.

Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho

O dicho de otra forma, alguien en nombre de Moisés citó sus posibles palabras, como dictadas o inspiradas por el Señor.

La fe en el Señor, que asumimos como don suyo, basados en la misma fe, ha de ser lúcida en medio de la falta de claridad e información sobre la forma precisa de la transmisión del oráculo.

Tal lucidez valiente para afrontar los detalles y etapas del proceso de transmisión con sus eventuales decantamientos, subjetividades, prejuicios y demás, de los portavoces, puede afectar nuestra inocencia y candor en la opción de fe, y hacerla recelosa y suspicaz.

Pero es preferible este tránsito para llegar a una aceptación de la palabra de Dios, que tenga más que ver con su don, aunque no tanto con las posibles e imposibles evidencias racionales a favor de su inspiración.

Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.

La experiencia inspirada del pueblo elegido es la propuesta de un paradigma de depuración de la experiencia del Señor, desde sus humildes orígenes animistas, enseñoreado por fuerzas de la naturaleza, hasta el Emmanuel trasformado en vida nueva por la resurrección.

Interleccional: Daniel 3,52-56



REFLEXIÓN

Bendito eres, Señor

El que nos asombra en la naturaleza pero también el que nos purifica en la concepción de su Trascendencia.

Mateo 13,10-17



REFLEXIÓN

se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos

El reino de los cielos el primado del don de Dios como soberanía total y absoluta. Una concesión que aboga el primado del don de Dios.

Suena horrible a nuestros oídos igualitarios de hoy. Es como discriminar: unos sí y otros no. Cómo compaginarlo con el relato sencillo de las parábolas, apto para el público común?

Hay que tener en cuenta las necesidades propias de las comunidades en las que brota el relato del evangelista para no sentirnos tan desbordados por la paradoja: transparencia del anuncio de salvación vs. Selectividad y elitismo.

Quizá en el proceso de fe de las comunidades no faltaron quienes creían tener asegurado el sentido correcto del mensaje evangélico y prescindían de la comunión fraterna.

Entonces al cabo ellos eran los que no entendían el verdadero sentido. Porque la Palabra como don del Padre se ha entregado a la fe que se plenifica en comunidad de fe.

Y como partícipe de esa comunidad de fe se encuentra el aporte del magisterio apostólico. El cual también puede perder el rumbo del sentido verdadero si se desgaja de la comunidad fraterna.

Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene

Una ley de la conservación de la energía que funciona hacia su aumento, no su disminución, a partir del tener fe.

porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."

Terrible pero posible tal dureza y encerramiento culpable.

Entender las parábolas, como antiguamente la profecía de los profetas, requiere convertirse al amor fraterno.

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

La bienaventuranza o felicidad como objetivo, para vivir desde una fe, a la vez don y apertura a la Palabra viva. Porque la buena nueva es felicidad para los que la conquistan.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1684512196141666304?s=20

https://x.com/motivaciondehoy  240725

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Jueves 16 de tiempo ordinario


Año Impar

Éxodo 19,1-2.9-11.16-20b

Todavía hoy el fenómeno vulcánico nos atrae la atención, para unos es admiración, para otros terror y ruina. La tecnología desarrollada se ha aproximado tanto a su lectura con pronósitico que sólo falta saber con exactitud el día y hora del estallido. Igualmente nos pasa con el huracán, porque con todo lo que se puede observar atinadamente, falta conocer dónde y cuándo tocará tierra, para salvarse de su furia. El pavor parece no haber cambiado desde hace aproximadamente cuatro mil años. Da que pensar entonces un seísmo que aun a pesar del terror se aproxima amigablemente. Es el contraste que nos ofrece la Palabra.

Interleccional: Daniel 3,52-56

Por eso eres bendito. Te nos aproximaste sin dañarnos, todo lo contrario. En todo, no obstante nuestra ingratitud, te has ido mostrando amigable, amante, salvador.

Mateo 13,10-17

De ahí que resulta indignante no aprovechar la oportunidad que tantos han anhelado: oirlo para conocerlo y servirlo. Poder dar el paso inimaginable de alcanzar la divinidad con el hermano. Ver hermano en el otro es don. Un modo de pontificar, hacer un puente hacia lo otro y desconocido.