Reflexiones o Comentarios para compartir, orientar, iluminar la fe, la esperanza y el amor. Dirigido a todos y todas que sientan algún provecho. Tanto cuanto
sábado, 6 de septiembre de 2025
SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS
viernes, 5 de septiembre de 2025
PALABRA COMENTADA
PALABRA COMENTADA
VIERNES 22 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Colosenses 1,15-20
REFLEXIÓN
Cristo Jesús es imagen de Dios invisible
Se ofrece a continuación lo que Jesús de Nazareth significa para y desde Dios: imagen del invisible. Ya no es el Ángel de Yave, ni la zarza ardiendo, ni los altos, ni los montes, ni los cielos, ni el cosmos. No está más allá, sino en el hombre Jesús de Nazareth glorificado.
Quien a su vez dijo estar en los pobres, en los niños, en medio de los que oran, en la cena común.
Se ha esparcido la imagen. Está por doquier.
Ya no hay que mirar arriba, ni exclusivamente acudir a los lugares santos.
Escuchamos que se desmitifica el misterio del Dios invisible, pero no se anula: aún el misterio subsiste. Porque Misterio de Dios, más que superioridad, es Perfección, siempre mayor.
Es el riesgo que corre Dios con su encarnación. Deja de ser Dios, para ser Padre, Hijo y Espíritu.
Hace una década se llevó a cabo una investigación sobre la imagen de Dios, en estudiantes de primer ingreso, en un centro de estudios superiores.
La relación más ignorada y menos mencionada resultó la de Jesús de Nazareth como imagen de Dios.
Parece una señal de nuestra deficiente evangelización y catequesis.
Parecen ignorar esos creyentes la relación fundamental entre Jesús y Dios, y esto es básico para nuestra identidad cristiana.
todo fue creado por él y para él
Esta glorificación extrema y radical de Jesús, en el inicio de la Iglesia, pero también ahora, no es acogida en algunos círculos, que la tienen como traición al Jesús histórico, quien nunca se puso el mismo como el centro del mensaje y revelación que declaraba de parte del Señor.
Según la doctrina dogmática del magisterio dogmático católico, la favorabilidad de esta glorificación es el centro de su Cristología, y teología.
Sin ella no hay nueva noticia, alianza, ni creación.
Según la Iglesia no dogmática pero sí carismática, el núcleo es Jesús el hombre auténtico, el hombre nuevo, que sirve a la novedad del Reinado de Dios, que transforma este mundo.
Son irreconciliables? Son énfasis aislados? Hay que elegir?
Es posible que nuestro modo de conocer una realidad que nos
rebasa, por partes, nos conduce a callejones sin salida, y desgarramientos entre nosotros que traicionan la buena nueva.
en él quiso Dios que residiera toda la plenitud
Llegar a esta visión es un don del Padre, quien llama a su hijo.
Si el Señor en quien creemos es vivo y verdadero, nos atraerá hacia él.
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Con el signo contrario del mundo, el que usa para la venganza y la violencia. Porque no es lo mismo derramar sangre que hacerlo con la propia para dar paz y vida.
Salmo responsorial: 99
REFLEXIÓN
servid al Señor con alegría
Estamos participando de la obra del Señor. Todos somos del opus dei, así como todos somos llamados a la compañía de Jesús.
Otra cosa es que nos ubiquemos en ideologías que testimonian más nuestro sectarismo que nuestra fraternidad común.
Ella no se nos impone, ni nos avasalla: como hacen los poderosos.
Pero espera nuestra iniciativa para entrar en El.
Lucas 5,33-39
REFLEXIÓN
"Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber".
Juicios como éstos tienen hoy sus réplicas: cuando se juzga mejor persona a quien se manifiesta como activista de causas sociales de diferentes causas.
El hecho de ser activista para ciertos sectores es ya la proclamación de una cuasi-santidad.
O cuando se juzga que los asiduos participantes en liturgias y devociones son ya buenos y merecen el reconocimiento de tales por los demás.
Por eso el Espíritu en nuestro tiempo ha permitido que se cuartee la fachada de presunta santidad y bondad de personas y grupos
etiquetados como tal, por los escándalos que se han conocido.
Las iglesias incluso, como organizaciones profesionalmente detentoras del bien y la santidad, han filtrado corrupción e iniquidad.
El ayuno es el duelo por su ausencia cuando se siente, y la fiesta es la celebración de su presencia, también cuando se siente.
Es una forma de vivir la presencia y ausencia escatológica, advertida a través sus señales: consolación y desolación.
¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán
En la existencia hay momentos de celebración de bodas, porque el novio se siente presente. En otros momentos se siente la ausencia. Guardar esos momentos en la memoria, y expresarlos en retiros, en liturgia, ayuda a contrastar y aprender un caminar que conlleva presencia y ausencia, consolación y desolación.
A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo.""
Si la estrategia aconseja que lo nuevo vaya con lo nuevo, tampoco se descarta que lo viejo tenga su encanto.
No parece que lo añejo sea desacreditado, por ser viejo. Tiene su buen gusto, y es hasta preferible.
Pero no debe impedir que lo nuevo venga como lo nuevo y no como viejo o lo viejo como nuevo.
Hoy se habla de que los esquemas han de romperse.
Sí, a condición de que aquello que venga sea nuevo y se reciba como nuevo.
No así lo que aparenta ser nuevo pero es viejo. Y ni siquiera es añejo: sin buen gusto.
La novedad de Jesús y su evangelio nos conduce a nuevas formas de convivialidad.
Y así en nuestra época descreída y escéptica ante los símbolos y signos tradicionales de la santidad, el Espíritu de la Palabra nos urge la sinceridad y la pureza de la intención y la consistencia de la actuación.
Se trata de una nueva relación: escatológica. Es definitiva, es misteriosa.
Pide actitudes nuevas y gestos nuevos e innovadores.
Más allá de la institución eclesial, que puede sentirse retardataria en reconocer la novedad, preocupada como está de fijar límites.
En esta tensión que se crea por la búsqueda de los odres nuevos para el vino nuevo y los odres viejos del vino viejo, llama la atención la posición de algunos que sólo se fijan en las bondades de la creatividad, sin caer en cuenta que re-editan errores antiguos, y que un servicio a la novedad es la vigilancia para no caer en los mismos errores.
Igualmente llama la atención que esta vigilancia, no simpatice y escrute con más benevolencia los intentos por los odres nuevos, y descalifique de partida los intentos realizados.
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VIERNES 22 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Colosenses 1,15-20
Salmo responsorial: 99
Lucas 5,33-39
DOCTORES DE LA IGLESIA
Viernes, XXII semanaSan León Magno Sermón sobre las bienaventuranzas 95,2-3
No puede dudarse de que los pobres consiguen con más facilidad que los ricos el don de la humildad, ya que los pobres, en su indigencia, se familiarizan fácilmente con la mansedumbre y, en cambio, los ricos se habitúan fácilmente a la soberbia. Sin embargo, no faltan tampoco ricos adornados de esta humildad y que de tal modo usan de sus riquezas que no se ensoberbecen con ellas, sino que se sirven más bien de ellas para obras de caridad, considerando que su mejor ganancia es emplear los bienes que poseen en aliviar la miseria de sus prójimos. El don de esta pobreza se da, pues, en toda clase de hombres y en todas las condiciones en las que el hombre puede vivir, pues pueden ser iguales por el deseo incluso aquellos que por la fortuna son desiguales, y poco importan las diferencias en los bienes terrenos si hay igualdad en las riquezas del espíritu. Bienaventurada es, pues aquella pobreza que no se siente cautivada por el amor de bienes terrenos ni pone su ambición en acrecentar la riquezas de este mundo, sino que desea más bien los bienes del cielo. Después del Señor, los apóstoles fueron los primeros que nos dieron ejemplo de esta magnánima pobreza, pues, al oír la voz del divino Maestro, dejando absolutamente todas las cosas, en un momento pasaron de pescadores de peces a pescadores de hombres y lograron, además, que muchos otros, imitando su fe, siguieran esta misma senda. En efecto, muchos de los primeros hijos de la Iglesia, al convertirse a la fe, no teniendo más que un solo corazón y una sola alma, dejaron sus bienes y posesiones y, abrazando la pobreza, se enriquecieron con bienes eternos y encontraban su alegría en seguir las enseñanzas de los apóstoles, no poseyendo nada en este mundo y teniéndolo todo en Cristo.
REFLEXIÓN
Así pues la pobreza bienaventurada y la humildad son hermanas gemelas, con mutua dependencia y amor. Mueven montañas, porque el discurso prepotente levanta un muro de resistencia, como el que sentimos hoy ante cualquier orden constituído. Pero la presencia indefensa y honesta gana partidarios de su causa, y muchos la endosan porque les seduce. Hay en el pobre bienaventurado un sexto sentido que reconoce a quien humilde no va tras riquezas y más bien busca la igualdad, sin presionar, sin manipular, sin propaganda y sin la insistencia machacona que gana lo contrario de la aceptación convencida. Cuando así fluye del modo propio de ser es un don y un gozo. Por eso es bienaventuranza
jueves, 4 de septiembre de 2025
PALABRA COMENTADA
JUEVES 22 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Colosenses 1,9-14
consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual
No se trata de un esfuerzo sino de un don que se solicita.
El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre
Una actitud que no se parece en nada a la queja constante ni al estoico soportar.
(Jara:gozo, alegría) Proviene de la gracia en el sentido de Dios, del dominio del Señor, y en el sentido de don inmerecido y desproporcionado, es decir, no merecido por esfuerzo y cálculo.
pueblo santo en la luz.
Luz es un elemento de la gloria, de la dimensión, dominio, reino del Señor.
Una señal del territorio de la vida de Dios, donde este elemento se muestra radiante, enceguecedor, brillante, transformador, porque cuesta reconocer las personas que allí habitan.
Así se describe en los relatos de transfiguración, de aparición del resucitado, de revelaciones apocalípticas.
Con ciertos efectos especiales cinematográficos se puede sugerir la grandeza de esta luz, pero a una distancia muy grande, porque no es factible recrear la transformación que opera y el gozo que transmite.
Esta experiencia no está confinada a la subjetividad individual, sino también puede ser compartida en la intersubjetividad del acompañamiento y el servicio.
Pero por ser un estado de conciencia requiere ser apropiado por la persona individual o en grupo comunitario, como un don, que como tal depende de la libertad del Señor.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo
Estamos en la luz, que irá transformándonos hasta hacerse completa en Dios. Seremos refulgentes y brillaremos.
REFLEXIÓN
revela a las naciones su justicia
Porque revelar es dar de su luz, iluminar, sacar de la oscuridad.
HIMNO CRISTIANO ANTIGUO
OH LUZ GOZOSA
Oh luz gozosa de la santa gloria del Padre celeste inmortal,
santo y feliz Jesucristo.
Al llegar el ocaso del sol,
contemplando la luz de la tarde,
cantamos al Padre y al Hijo y al Espíritu de Dios.
Tú eres digno de ser alabado
siempre por santas voces.
Hijo de Dios, que nos diste la vida, el mundo entero te glorificará.
Lucas 5,1-11
REFLEXIÓN
la gente se agolpaba (epikeimai:presionaba ansiosamente, estrujaba) alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios
La palabra de Dios mueve. Eso es bueno, pero no suficiente.
La gente se agolpa por un hambre distinta a la de pan. La gente también busca la verdad.
Por eso los sofistas y los populistas son demagogos que engañan una y otra vez a los hambrientos y se aprovechan de
ellos para encumbrarse en el poder político y sacar provecho material. Pero éstos también son pobres hambrientos de la verdad.
Un liderazgo que convoca a un sentido diferente al que se despierta con la imposición violenta, o la sugestión de las promesas.
Un liderazgo basado en una palabra que confrontaba, interpelaba, no engañaba, no adulaba.
Y la cual, sin embargo, se anhela escuchar como gota de agua en el árido desierto.
los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes
Gente común en sus propias faenas, inmersos en sus propios intereses y preocupaciones.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
En su enseñanza Jesús no procedía como esos políticos engañosos sino que ante todo y sobre todo daba la verdad y por eso era insobornable.
Debió tener una voz clara y fuerte.
Se ubicaba allí donde la gente vivía, laboraba, pasaba la vida.
No los alienaba, ni desarraigaba, ni aculturaba.
por tu palabra, echaré las redes
De allí la esperanza inagotable del creyente en Jesús de Nazareth. Siempre echando redes, porque no se debe descansar hasta cosechar la verdad que hace libres.
puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red
La palabra de Jesús se respalda con un portento, una señal del Espíritu de su misión, que no debe ser distorsionado como si fuera atracción de feria, como espectáculo, ni como culto a la personalidad.
el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido
Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”
Un pecador, un idólatra, uno que rehúsa la verdad plena, pero un autocrítico capaz de abrirse a una realidad diferente y transformadora
"No temas; desde ahora serás pescador de hombres."
La señal en el relato se le presenta a los que van a seguirlo. Deben vencer el temor que causa un portento, por magia, por el espectáculo y pasar a otro sentido: pescar hombres.
La vocación apostólica tiene mucho que ver con la inclinación a formar conciencias, que son el núcleo de las personas y su dignidad.
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron
En pos de ella, de la verdad que nos muestra Jesús, se dan los signos de liberación que dan fe de la seriedad de nuestra esperanza.
En los signos que nos transmite hemos de buscar qué sentido revelan sus palabras.
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JUEVES 22 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Colosenses 1,9-14
Un poder que empodera para la paciencia frente a las adversidades, con alegría, y acción de gracias, no es un poder de este mundo, ni lo puede dar este mundo. Antes al contrario, lo requiere, como agua en sequía de cambio climático. No se puede arrebatar ese poder, sino disponerse a su gratuidad para recibirlo y compartirlo.
Salmo responsorial: 97
La alabanza es con y por el júbilo que nos invade ante el señorío y poder del Señor, que no se compra ni compara con nada de este mundo.
Lucas 5,1-11
Había peces, probablemente en otros bancos, con los que no se habían topado, y Jesús los puede divisar desde la orilla. Pero el drama se abre ante el fracaso de pescadores experimentados ante alguien que no lo es y de quien se dejan persuadir para intentarlo nuevamente. Pero la enormidad de la pesca desborda no solo la nave, sino la pobre expectativa, y hace presentir la presencia de algo más allá de su humana experiencia: de ahi el temor. Al quedar derruidos ante Jesús sus pre-conocimientos, se hacen tierra fértil para otra misión en semejanza y diferencia de la que tenían : pescar hombres.
DOCTORES DE LA IGLESIA
Jueves, XXII semana
San León Magno Sermón sobre las bienaventuranzas 95,1-2
Amadísimos hermanos: Al predicar nuestro Señor Jesucristo el Evangelio del reino, y al curar por toda Galilea enfermedades de toda especie, la fama de sus milagros se había extendido por toda Siria, y, de toda la Judea, inmensas multitudes acudían al médico celestial. Como a la flaqueza humana le cuesta creer lo que no ve y esperar lo que ignora, hacía falta que la divina sabiduría les concediera gracias corporales y realizara visibles milagros, para animarles y fortalecerles, a fin de que, al palpar su poder bienhechor, pudieran reconocer que su doctrina era salvadora. Queriendo, pues, el Señor convertir las curaciones externas en remedios internos y llegar, después de sanar los cuerpos, a la curación de las almas, apartándose de las turbas que lo rodeaban, y llevándose consigo a los apóstoles, buscó la soledad de un monte próximo. Quería enseñarles lo más sublime de su doctrina, y la mística cátedra y demás circunstancias que de propósito escogió daban a entender que era el mismo que en otro tiempo se dignó hablar a Moisés. Mostrando, entonces, más bien su terrible justicia; ahora, en cambio, su bondadosa clemencia. Y así se cumplía lo prometido, según las palabras de Jeremías: Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Después de aquellos días –oráculo del Señor– meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones. Así, pues, el mismo que habló a Moisés fue el que habló a los apóstoles, y era también la ágil mano del Verbo la que grababa en lo íntimo de los corazones de sus discípulos los decretos del nuevo Testamento; sin que hubiera como en otro tiempo densos nubarrones que lo ocultaran, ni terribles truenos y relámpagos que aterrorizaran al pueblo, impidiéndole acercarse a la montaña, sino una sencilla charla que llegaba tranquilamente a los oídos de los circunstantes.
REFLEXIÓN
Hay oposiciones, manifestadas en los escritos de comentadores patrísticos de los evangelios, que otros enfoques de escritores judaizantes o de otras ideologías no aceptan sino que incluso tachan de falta de entendimiento de la cultura y la lengua hebrea o del ateísmo filosófico. Así chocan con la oposición entre la imagen de la divinidad hebrea, como más cruel, y chocan con la resignación inoculada en los que padecen la pobreza, para esperar un reino que no es de este mundo, pero donde tendrán su desquite. Según estos enfoque adversarios las oposiciones que manifiesta el evangelio han contribuído a propagar la mala imagen de los judíos a lo largo de la historia y reducir al silencio las protestas de los desheredados de la tierra por la enajenación de bienes más allá de la materia y la historia. Conviene leer la historia de los críticos de estas oposiciones y sus argumentos, para reformular y adecuar las propias observaciones que vamos estableciendo de los evangelios, a la luz de los conocimientos actuales de historia, cultura, sociología, pensamiento y otros para permitir más un díálogo inter-religioso y cultural, que oposiciones.
miércoles, 3 de septiembre de 2025
SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS
Del Comentario de Orígenes, presbítero, sobre el evangelio de san Juan(Tomo 10, 20: PG 14, 370-371)
CRISTO SE REFERÍA AL TEMPLO DE SU PROPIO CUERPO
Destruid este templo y yo lo levantaré en tres días.
Creo que en esta frase los judíos representan a los hombres carnales, entregados a la vida de los sentidos. Indignados al ver que Jesús había arrojado a los que con sus actos convertían la casa del Padre en lugar de negocios, pedían al Hijo de Dios, a quien ellos no reconocían, un signo con el que probara su autoridad para obrar de esta forma. El Salvador les dio entonces una respuesta en la que se refería tanto a su cuerpo como al templo sobre el que ellos preguntaban. En efecto, al decir ellos: ¿Qué señal nos das que justifique lo que haces?, Jesús responde: Destruid este templo y yo lo levantaré en tres días.
Según mi parecer, tanto el templo como el cuerpo de Cristo pueden llamarse, con toda verdad, figura de la Iglesia, pues la Iglesia, construida de piedras vivas, edificada como templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, cimentada sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y teniendo al mismo Cristo Jesús como piedra angular, puede llamarse templo con toda razón. Por ello la Escritura afirma de los fieles: Vosotros sois cuerpo de Cristo, y sois miembros unos de otros. Por tanto, aunque el buen orden de las diversas piedras viniera a derribarse, aunque los huesos de Cristo fueran dispersados por las embestidas de la persecución, o los tormentos con que nos amenazan los perseguidores pretendieran destruir la unidad de este templo, el templo sería nuevamente reconstruido y el cuerpo resucitaría al tercer día, es decir, pasado el día del mal que se avecina y el de la consumación que lo seguirá.
Porque llegará ciertamente un tercer día y en él nacerá un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, es decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. Por ello podemos afirmar que la resurrección de Cristo, que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo. Pues de la misma forma que el cuerpo visible de Cristo, después de crucificado y sepultado, resucitó, así también acontecerá con el cuerpo total de Cristo formado por todos sus santos: crucificado y muerto con Cristo, resucitará también como él. Cada uno de los santos dice, pues, como Pablo: Líbreme Dios de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por él el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Por ello de cada uno de los cristianos puede no sólo afirmarse que ha sido crucificado con Cristo para el mundo, sino también que con Cristo ha sido sepultado, pues, si por nuestro bautismo fuimos sepultados con Cristo, como dice san Pablo, con él también resucitaremos, añade, como para insinuarnos ya las arras de nuestra futura resurrección.