miércoles, 15 de octubre de 2025

PALABRA COMENTADA


 

MIÉRCOLES 28 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 2,1-11



REFLEXIÓN

al dar sentencia contra el otro te condenas tú mismo, porque tú, el juez, te portas igual

Israel como elegido, Pablo lo puede decir, pretende no ser como los gentiles.

Más que don para compartir, su elección es vivida como sentencia de perdición para otros.

Una actitud que no está lejos de cada uno de los que por experiencia de fe, nos engañamos al sentirnos superiores o distintos.

No hay honor humano, ni méritos propios en este orden de la gracia.

Por eso los acontecimientos, con frecuencia nos bajan del pedestal que nos hemos hecho como oportunidades de recobrar la perspectiva del don.

al no reconocer que esa bondad es para empujarte a la conversión?

Es frecuente en este tiempo escuchar opiniones en contra de cualquier rasgo penalizador en el Señor. Él es todo bueno y misericordioso.

Sin embargo no hacemos igual énfasis que la misericordia abona la conversión, que sin embargo depende de nuestra voluntad.

A los que han perseverado en hacer el bien, porque buscaban contemplar su gloria y superar la muerte, les dará vida eterna

Es la intención que nos mueve y no la podemos esconder. Querer la vida es quererlo a Él, fuente de vida.

gloria, honor y paz a todo el que obre el bien, primero al judío, pero también al griego; porque Dios no tiene favoritismos

Todo el que obre el bien, en cualquier trinchera-representadas en el judío y en el griego- tiene gloria, honor y paz ante un Dios que no procede por favoritismos, sin sombra de corrupción, justo juez.

Esta sencilla expresión pulverizaría radicalmente las causas de las guerras de religión, que más parecen tiendas de un mercado de divinidades, que caminos de realización de la buena nueva.

Todos y todas, enfundados en sus mil colores de diversidad, estarían amparados por una única religión y culto: obrar, hacer el bien.

Sólo que nuestro enemigo, el envidioso del reino preparado para quienes aman al Señor, mete cizaña y confusión sobre la naturaleza del bien a obrar.

De ahí se desprende nuestra única obligación posible: vigilar, escrutar, discernir como vírgenes prudentes, con la lámpara de la fe debidamente alimentada para encenderla cuando sea menester.

Salmo responsorial: 61



REFLEXIÓN

Sólo en Dios descansa mi alma, / porque de él viene mi salvación

Una vez se reconoce esta realidad de fe, que es el fundamento de toda paz y el principio de todo desapego, las fuerzas humanas se liberan para el servicio del ágape fraterno.

Lucas 11,42-46



REFLEXIÓN

que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!

La Palabra encarnada va más a fondo aún. Porque desenmascara aparentes conductas según el Espíritu que excluyen un compromiso más profundo.

Como sí se contrastara la exterioridad y formalidad de ciertas obras buenas, que sirven a propósitos carnales y egoístas, pero dejan de lado una opción fundamental por el reino.

Por lo que mucho hemos de interrogarnos sobre la relación con el reino de nuestras obras y conductas aparentemente buenas y espirituales.

Es posible ser buen ciudadano y cumplir las leyes pero sin derecho y amor de Dios, que es ágape

Esto habría que practicar, sin descuidar aquello

No es procurar lo mejor a costa de lo bueno, sino poner en orden los énfasis, de acuerdo al mayor bien, a lo más importante: derecho y amor de Dios.

Tampoco lo contrario es positivo para el reino.

Porque el conocimiento de que hay obras espirituales incorrectamente planteadas, no es para abstenerse de ellas, como gusta cierta corriente anti-tradicional.

abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo

Padres, maestros, sacerdotes e incluso pelagatos con un décimo de poder, que gustamos de criticar lo que nosotros no hubiéramos hecho en su lugar.

Lo correcto es no hacernos a un lado como si la Palabra no nos concerniera.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1448251432243695621?s=20

https://x.com/motivaciondehoy 151025


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MIÉRCOLES 28 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 2,1-11

Salmo responsorial: 61

Lucas 11,42-46

DOCTORES DE LA IGLESIA


BRILLO COMO LUZ SIN ESTAR POR ENCIMA
 

De las Obras de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia.

(Libro de su vida, cap. 22, 6-7. 12. 14)

 

ACORDÉMONOS DEL AMOR DE CRISTO

 

Con tan buen amigo presente -nuestro Señor Jesucristo-, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes quiere que sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita.

 

Muy muchas veces lo he visto por experiencia; hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos. Así que no queramos otro camino, aunque estemos en la cumbre de contemplación; por aquí vamos seguros. Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. Él lo enseñará; mirando su vida, es el mejor dechado.

 

¿Qué más queremos que un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe de sí. Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino: san Francisco, san Antonio de Padua, san Bernardo, santa Catalina de Siena.

 

Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios; si su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.

 

Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene: que amor saca amor. Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar, porque, si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo fácil, y obraremos muy en breve y muy sin trabajo.