martes, 3 de mayo de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Agustín Sermón 34 1-3. 5-6

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles. Se nos ha exhortado a cantar al Señor un cántico nuevo. El hombre nuevo conoce el cántico nuevo. Cantar es alegría y, si nos fijamos más detenidamente, cantar es expresión de amor. De modo que quien ha aprendido a amar la vida nueva, sabe cantar el cántico nuevo. De modo que el cántico nuevo nos hace pensar en lo que es la vida nueva. El hombre nuevo, el cántico nuevo, el Testamento nuevo: todo pertenece al mismo y único reino. Por esto, el hombre nuevo cantará el cántico nuevo y pertenecerá al Testamento nuevo.

REFLEXIÓN

Por la experiencia de muchos, el tiempo que vivimos es agobiante por los conflictos globalizados, mediatizados, cuya significación es debatida y discutida, con resultados de incertidumbre, confusión y tristeza. Así la afirmación de novedad, hombre nuevo, canto nuevo, testamento nuevo, después de 21 siglos de proclamación, es posible que parezca a los tales muchos una broma cruel, una afirmación entusiasta infantil, un peligroso ejercicio de evasión de la realidad, una incapacidad de empatía con el mundo. Será así?

Todo hombre ama; nadie hay que no ame; pero hay que preguntar qué es lo que ama. No se nos invita a no amar, sino a que elijamos lo que hemos de amar. ¿Pero, cómo vamos a elegir si no somos primero elegidos, y cómo vamos a amar si no nos aman primero? Oíd al apóstol Juan: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Trata de averiguar de dónde le viene al hombre poder amar a Dios y no encontrarás otra razón sino que es porque Dios le amó primero. Se entregó a sí mismo para que le amáramos, y con ello nos dio la posibilidad y el motivo de amarle. Escuchad al apóstol Pablo que nos habla con toda claridad, de la raíz de nuestro amor: El amor de Dios, dice, ha sido derramado en nuestros corazones. Y, ¿de quién proviene este amor? ¿De nosotros tal vez? Ciertamente no proviene de nosotros. Pues, ¿de quién? Del Espíritu Santo que se nos ha dado. Por tanto, teniendo una gran confianza, amemos a Dios en virtud del mismo don que Dios nos ha dado. Oíd a Juan que dice más claramente aún: Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. No basta con decir: el amor es de Dios. ¿Quién de vosotros sería capaz de decir: Dios es amor? Y lo dijo quien sabía lo que se traía entre manos. Dios se nos ofrece como objeto total y nos dice: «amadme, y me poseeréis; porque no os será posible amarme si antes no me poseéis».

REFLEXIÓN

El primer paso hacia la novedad se da cuando nos hacemos conscientes que Dios nos ama, que nos ha venido amando antes de hacernos de ello conscientes. Es el arbusto que hace dulce el agua amarga que no podemos o apenas beber (Ex 15,25). A partir de ahí en vez de gemir cantamos la novedad con un canto nuevo y abrazamos el testamento nuevo. Cómo se prepara ese primer paso?

 ¡Oh, hermanos e hijos, vosotros que sois brotes de la Iglesia universal, semilla santa del reino eterno, los regenerados y nacidos en Cristo! Oídme: Cantad por mí al Señor un cántico nuevo. «Ya estamos cantando», decís. Cantáis, sí, cantáis. Ya os oigo. Pero procurad que vuestra vida no dé testimonio contra lo que vuestra lengua canta. Cantad con vuestra voz, cantad con vuestro corazón, cantad con vuestra boca, cantad con vuestras costumbres: Cantad al Señor un cántico nuevo.

REFLEXIÓN

Ni cantar, ni orar, ni alabar, ni dar gracias en la novedad es creíble, testificable, sin un cambio de costumbres. No ya por temor, por prohibición, por censura, por comercio o algo menos desinteresado sino porque somos conscientes del amor de Dios no podemos ser indiferentes para amar hacia la novedad.

 ¿Preguntáis qué es lo que vais a cantar de aquel a quien amáis? Porque sin duda queréis cantar en honor de aquel a quien amáis: preguntáis qué alabanzas vais a cantar de él. Ya lo habéis oído: Cantad al Señor un cántico nuevo. ¿Preguntáis qué alabanzas debéis cantar? Resuene su alabanza en la asamblea de los fieles. La alabanza del canto reside en el mismo cantor. ¿Queréis rendir alabanzas a Dios? Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar. Vosotros mismos seréis su alabanza, si vivís santamente.

REFLEXIÓN

Viviendo santamente.  Por ejemplo: una señora va al mercado a hacer las compras, encuentra a una vecina y comienza a hablar, y vienen las críticas. Pero esta mujer dice en su interior: «No, no hablaré mal de nadie». Este es un paso en la santidad. Luego, en casa, su hijo le pide conversar acerca de sus fantasías, y aunque esté cansada se sienta a su lado y escucha con paciencia y afecto. Esa es otra ofrenda que santifica. Luego vive un momento de angustia, pero recuerda el amor de la Virgen María, toma el rosario y reza con fe. Ese es otro camino de santidad. Luego va por la calle, encuentra a un pobre y se detiene a conversar con él con cariño. Ese es otro paso. GAUDETE ET EXSULTATE 16

lunes, 2 de mayo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 3 de Pascua

Hechos 6,8-15



REFLEXIÓN

Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo

Era el primer mártir, y no pertenecía al primer círculo de los apóstoles, cercanos a Jesús de Nazareth.

Más bien era un forastero en Jerusalén, porque era un judío de lengua griega, nacido fuera de la madre patria, en la diáspora.

Eran mirados como posiblemente contaminados por la cultura grecoromana, por los judíos hebreos más raizales.

Pero Esteban se manifestaba potenciado por el Espíritu que lo empoderaba para hacer signos favorables a la gente.

El Espíritu por su consolación, desde nosotros, sigue poniendo signos de bienestar para la construcción de la fraternidad, si nos dejamos llevar de su moción.

Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia,

Sus victimarios tampoco son raizales, pero sí radicales en su celo por el credo israelita. Quizás y precisamente por la presión social que puede significar que sean heterodoxos en tierra de ortodoxia, sobretodo ritual: Jerusalén.

pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba

No hay que afanarse en buscar argumentos para vencer en una polémica, pues no se trata de competencia, sino de testimonio.

Éste hecho vida, vivencia y vitalidad, por sí solo es un acopio de Espíritu de Jesús, que se ofrece para la fe, no para la venganza, el poder demagógico, la coerción leguleya o cualquier otro exceso de un discurso.

Indujeron a unos

Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas

agarraron a Esteban por sorpresa

Pero la conducción del Espíritu no preserva de la violencia del no creyente.

La vida de este mundo puede ser afectada y segada.

Pero el Espíritu de Jesús está presente para sostener hasta el fin ese testimonio.

Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés

Un vocero de la nueva secta como Esteban debía resultar peligroso, como Jesús en su momento, por el carácter perturbador de las supuestas intenciones de reforma de la que los acusan.

Cualquier reforma o cambio puede ser tomada como señal de ataque contra un modo de vida establecido. No es poca cosa porque en ese orden se ubican una serie de valores y bienes, materiales e intangibles, que al sentirse amenazados activan las defensas y el sentido de conservación y preservación.

Muchos agentes de cambio en todas las creencias e ideologías carecen de la sensibilidad suficiente para lograr la aceptación de las reformas y logran más bien lo contrario: su rechazo.

Salmo responsorial: 118



REFLEXIÓN

dame la gracia de tu voluntad

Saber que hago tu voluntad es una gracia. Que no hago sólo la mía, que no me instalo exclusivamente en mis intereses, sino que me mudo mediante desprendimiento a disposiciones más generosas y abiertas a tu designio.

Intercambio de caminos es la relación con el Señor. Un proceso en el que mi autenticidad, mi camino capta el verdadero del Señor y con su gracia transita por él.

Un proceso de conversión y fe podría formularse como el convencimiento progresivo de que el camino del Señor supera en calidad al propio, y con su gracia lo asumimos.

Juan 6,22-29



REFLEXIÓN

"Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre;

A quien buscan? Qué buscan?

Buscan a quién o el qué?

Juan ubica en este pasaje una actitud semejante a las tentaciones de Jesús en los sinópticos, pero en lenguaje menos midrashico o narrativo.

Previene a sus seguidores sobre la tentación a buscar sólo el alimento y no su misión.

No se trata de Jesús como estrella a quien se debe un culto, sino de reconocer que en él se encuentra lo que el Padre ha entregado para nuestra salvación integral.

El Espíritu de Jesús nos confronta para hacer caso de los signos que se despliegan en nuestra existencia haciéndonos conocer su designio. Hay miopías y cegueras frente a ellos. Es nuestra misión superarlas para ver.

que creáis en el que él ha enviado

Creer en Jesús es una obra por la vida eterna, si creer abarca todas las esferas de la vida.

Creer es un conocimiento-compromiso que afecta todo en mi ser y mis relaciones.

Una cosmovisión, un proyecto.

La vida eterna consiste en ello: adherirse a él, con toda la fuerza posible y con toda firmeza.

No podemos satisfacernos y complacernos con cualquier enviado que nos parezca y se acomode a nuestra visión. No suele ser buena señal. https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1521099007824650244?s=20&t=dRTWlyyoUaWDZrog50EIkQ