viernes, 31 de enero de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


 


De las cartas de san Juan Bosco, presbítero (Epistolario, Turín 1959, 4 201-203)
TRABAJÉ SIEMPRE POR AMOR

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo; sino toda la Congregación salesiana. ¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar, amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.
Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.
Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie
pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.
Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar,
y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor. Este era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón. Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente. Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos. En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.

jueves, 30 de enero de 2025

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 3 de tiempo ordinario

Hebreos 10,19-25



REFLEXIÓN

acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura

Tenemos un trabajo que hacer, un proceso que emprender, mantener y finalizar:lograr la disposición, la actitud apropiada para acercarnos a lo que se nos ofrece gratuitamente.

Un corazón sincero, purificado de malas intenciones es un interior que combate las acechanzas que constantemente surgen contra la unidad, la paz, la justicia, el ágape.

Es cierto que tal acechanza es tenaz, continua y no pocas veces nos hace caer o trastabillar.

Ni aún así debiéramos dejar el proceso.

Se nos llama pues a una fidelidad al proceso, sin desmayo ni desánimo.

Junto a eso se nos provee de una baño del cuerpo que promueve nuestra progresiva transformación:el bautismo.

Quizás recibido cuando no teníamos ni idea, nos toque avivarlo y confirmarlo como un baño de regeneración que nos acompaña toda la vida.

fijémonos los unos en los otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas obras

La necesidad de unos con otros que se manifiesta en el común de la vida corriente, debe llenarse de un espíritu de ágape que nos permita animarnos mutuamente, como se hace en los grupos de ayuda de diferentes trastornos.

Pero debemos tener en cuenta que los grupos también tienen sus tentaciones de abandonarlos por las dinámicas de confrontación y envidia que pueden surgir.

Salmo responsorial: 23



REFLEXIÓN

El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos

La pureza del corazón no consiste en no tener ídolos, sino en no confiar en ellos.

La producción de ídolos no parará en toda nuestra existencia, porque nuestro caminar constantemente anhela un absoluto y a veces claudica, por el rigor del camino.

Marcos 4,21-25



REFLEXIÓN

Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz.

Cómo se puede descubrir lo que se hace a ocultas: solamente lo que se hace por solidaridad, pues en su momento brillará.

No por vanagloria sino por Espíritu de edificación.

La buena obra del reino se puede hacer con sigilo para evitar la presunción y la búsqueda de vanagloria, pero deja huella que acaba por darse a conocer.

No nos damos gloria pero el Señor nos cubre con la suya.

al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene

Tener y no tener qué? entrega, generosidad, solidaridad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1354754924639354884?s=20

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Jueves 3 de tiempo ordinario

Hebreos 10,19-25

Salmo responsorial: 23

Marcos 4,21-25