domingo, 29 de junio de 2025

DOCTORES DE LA IGLESIA



 
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 295, 1-2. 4. 7-8: PL 38, 1348-1352)


ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN TESTIMONIO DE LO QUE HABÍAN VISTO

El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y, con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: Y yo te digo que tú eres Pedro. Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó: «Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia. Porque tú eres Pedro.» «Pedro» es una palabra que se deriva de «piedra», y no
 al revés. «Pedro» viene de «piedra», del mismo modo que «cristiano» viene de «Cristo».

El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: Quedan perdonados los pecados a quienes los perdonéis; quedan retenidos a quienes los retengáis.

En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles.

No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.

A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro.

En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en realidad una sola cosa, aunque fueran martirizados en días diversos. Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros, por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.

sábado, 28 de junio de 2025

PALABRA COMENTADA


 Inmaculado Corazón de María

Isaías 61, 9-11



REFLEXIÓN

me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo

Un precursor del Magnificat parece este texto. Expresión de una vivencia y subjetivación del paso del Señor por una existencia, su resonancia y feliz vibración.

Un momento de consolación, anticipo de la gloria que sólo sabe comunicar el Padre.

Un momento que borra los miedos y angustias para dar paso a una paz serena y gozosa.

Judá vuelve del exilio con enormes esperanzas. Durante su extrañamiento fue alimentado por los oráculos proféticos de la Palabra, y concibió grandezas para su regreso.

Un texto como este representa ese momento de gozo colectivo.

Pero la realidad fue más modesta y pobre. Porque tenían que reconstruir Jerusalén y los medios no sobraban.

Había que limpiar la mirada y purificar el corazón para reconocer la realización de esas promesas. Y conformarse con empezar más cerca de cero.

Tal resiliencia que desde lo más arruinado catapulta hacia nuevas conquistas se ha de presumir como fruto del Espíritu del Señor, enseñoreado sobre la existencia humana, individual y comunitaria.

el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos

La acción del Señor, como en María o en la reconstrucción de Jerusalén, viene de los humildes. Por qué? El humilde poco o nada tiene, y su confianza se funda no en sus fuerzas exclusivamente, sino en el Dios compañero, que siempre está presente alentando.

Su voz y reclamo va cundiendo y asomándose entre los hechos opulentos y de acumulación de riqueza globales.

Se están mostrando como piedra en el zapato de los más poderosos y sus constelaciones de poder. Porque no son pasto de seducción, ni se pueden comprar.

Interleccional: 1Samuel 2, 1. 4-8



REFLEXIÓN

mi poder se exalta por Dios

El origen y sostén del poder de reinvindicación, dignificación y justicia es el Señor.

María es la testigo cualificada de tal estrategia que se goza en el protagonismo del Padre y su designio.

los cobardes se ciñen de valor

Su prestigio se muestra en el desconcierto que produce la transformación de las cosas, situaciones y personas. Cuando Él interviene nada es igual.

Los cobardes también tienen esperanza de obrar con valentía, con la asistencia del Espíritu, en el momento oportuno.

Lucas 2,41-51



REFLEXIÓN

sin que lo supieran sus padres.

Llegado a la mayoría de edad, y en esa cultura considerado ya como un adulto, Jesús hace gala de su independencia y autonomía, cuando se trata de servir su misión.

La prioridad manifiesta en su existencia es el Reino, la verdad de su Padre.

sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Jesús es un prodigio de capacidad y potencial, pero no se sienta como maestro sino como discípulo atento para aprender.

Sus preguntas son para aprender más y mejor, no para dominar.

Es como los estudiantes que asombran a sus maestros por el alcance que muestra en su comprensión.

“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”

“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”

La pregunta es obvia y la preocupación de María es justificada. Manifiesta su responsabilidad materna.

También aprende a reconocer el crecimiento y maduración de su hijo y a enfrentar el misterio de su misión.

La voluntad del Padre es su y nuestra mayor gloria.

Aunque puede pasar por pruebas que nos afligen y angustian.

Entonces también se necesitará la sabiduría del Espíritu para entender más allá de ellas lo que agrada al Padre.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

La dinámica de autoridad ha cambiado. Los padres saben que han de respetar el compromiso y misión de Jesús. Y él que les debe sujección y respeto mientras esté bajo su tutela.

Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Ella es el paradigma de la perfecta compañía de la misión de Jesús, quien a su vez está entregado al designio del reino del Padre.

María reflexiona en su corazón, como el creyente que hace examen constante de su oración y su día, que es la manera de asimilar por fe el Misterio del Totalmente Otro, que nos circunda y penetra.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1670025481251430400?s=20

https://x.com/motivaciondehoy 280625

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Inmaculado Corazón de María

Isaías 61, 9-11

El gozo que emana de un matrimonio en el cual se vive la protección, la seguridad, la felicidad de estar con el Amado y la Amada, sabiéndose por entero dedicados a entregarse al amor mutuo, que celebra la elección y la fidelidad.

Interleccional: 1Samuel 2, 1. 4-8

Es preciso recorrer la propia historia de fracasos y humillaciones causadas por quienes pueden más y abusan de su poder, incluso en el círculo familiar y social. La jactancia de otros y otras, la presunción, el menosprecio, todo como una cosecha de amargura, que tiñe el sentido de felicidad de la existencia. Cuando llega el cambio, el impotente se gloria, el cobarde se anima, el débil se fortalece.

Lucas 2,41-51

Jesús actúa como un adulto recién estrenado, participando en el templo y el comentario de la Palabra, con sus preguntas que despiertan admiración y sentido de grandeza. Pero a su vez se reduce a la obediencia familiar como cualquier menor bajo tutela cuando su conducta es debatida por sus padres angustiados por su seguridad. Jesús defiende su misión que es la del Padre de los cielos. Pero se somete al padre de la tierra. En su vida pública Jesús no será solo grandeza sino también obediencia. No son contradictorios sino complementarios.