sábado, 22 de noviembre de 2025

PALABRA COMENTADA


 

SÁBADO 33 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

1Macabeos 6,1-13



REFLEXIÓN

Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó de tal forma que cayó en cama con una gran depresión, porque no le habían salido las cosas como quería.

La acción del Señor, como la que tuvo con el faraón de Egipto, es paradigmática de sus intervenciones, sutiles y poderosas en el corazón de los seres humanos, en los que trastorna las decisiones que afectan sus elegidos.

Sin embargo esa intervención que también se da en las autoridades que condenan a Jesús y lo sentencian a la crucifixión es más compleja porque permite que otros pensamientos adversos se enseñoreen y los argumentos condenatorios prevalezcan, para así hacer de su aporte como Padre algo más propio de un Misterio que favorece y viabiliza un bien mayor: el testimonio único de la muerte de Jesús, libremente aceptada y su transformación en el Viviente, fuente de luz y vida para muchos.

Pero ahora me viene a la memoria el daño que hice en Jerusalén, robando el ajuar de plata y oro que había allí, y enviando gente que exterminase a los habitantes de Judá, sin motivo. Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de tristeza en tierra extranjera."

Una autocrítica que parece llega extemporánea excepto para la misericordia del Señor de la Historia.

Los arrepentimientos de los ex malvados liberan energías constructivas para el futuro.

Destraban nudos, rompen diques de iniquidad, para que la gracia fluya nuevamente.

Salmo responsorial: 9



REFLEXIÓN

su pie quedó prendido en la red que escondieron. / Él no olvida jamás al pobre, / ni la esperanza del humilde perecerá

Porque el Señor actúa su justicia para los desvalidos aunque no lo vemos ni lo sintamos.

Es lo que hemos de reconocer y glorificar como testigos de su acción en la existencia.

Lucas 20,27-40



REFLEXIÓN

se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección

No significa que este grupo, en ese tiempo el más poderoso, no tuviera alguna esperanza respecto de la vida después de la muerte. Sólo que era otra la expresión: los descendientes tienen memoria de los muertos que viven débilmente en el sheol, bajo tierra, y son mantenidos con vida por ese recuerdo. Por eso no tener descendencia es una maldición porque nadie los recordará.

Frente a ellos los fariseos, otro grupo cuyo poder y influencia iba en ascenso, formulaban la esperanza de vida para el final de la historia, cuando esta tierra se volviera leche y miel y los justos reinarán junto con Dios.

Jesús, quien por el silencio de los evangelios, estaba soltero, debía ser un candidato, según los saduceos para la maldición de la extinción de su vida, porque sin descendencia nadie lo recordaría.

Pero como tenía tanto ascendiente sobre la gente su mensaje, y planteaba la resurrección, en lo cual sintonizaba mejor con el enfoque fariseo, era necesario ridiculizarlo a través de preguntas y casos, en los que se viera que contradecía la ley.

Ley que para los saduceos se reducía a nuestro pentateuco.

los siete han estado casados con ella

La pareja y su descendencia serían el mayor valor natural asumido en Jesús quien le otorga fuerza por su Espíritu de nuevo ser, nueva carne, nueva unión.

Pero aún esta relación tan sublime, quizás extensible a otras modalidades de pareja, discutidas hoy, se relativiza frente a la plenitud del Reino, donde serán como ángeles

"En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.

La realidad nueva y absoluta, la transfiguración de la red social es: ser hijos de Dios, no ángeles sino como ángeles, habitantes del reino como en casa propia.

Así la resurrección no está garantizada a nadie. Es un don para los que el Señor juzgue dignos.

los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán

Jesús va más allá de saduceos y fariseos, porque desconoce la vigencia y persistencia del matrimonio más allá de la muerte, en el territorio de vida eterna. Su mensaje de vida rompe los límites de la especulación de sus contemporáneos y también de la nuestra.

Hoy en día muchos por temor al lenguaje mitológico del cielo y la vida eterna, prefieren pensar en la resurrección de Jesús como la muestra de una vida nueva en el recuerdo de las generaciones, o en un reino de este mundo pero sin injusticias, ni dolor.

Los saduceos no creían en la resurrección, pero eso no significa que creyeran que la muerte era el final de todo. Prueba de ello es el empeño en suscitar descendencia del hermano sin hijos.

En la actualidad entre cristianos parece tener cierta popularidad la “resurrección en el pueblo” de personas acreditadas como líderes que aportaron liberación.

Se pregunta uno si se trata de una actualización de la postura saducea, y una postura que no se pronuncia afirmativamente por la resurrección testimoniada apostólicamente.

No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos

Parece que se cercena algo del misterio planteado en el mensaje de Jesús sobre el Padre viviente y dador de vida.

La resurrección para la vida es un don, no un derecho que recorte la generosidad del Señor y haga mezquina su Palabra.

Nadie muere definitivamente, y tampoco nada en cierta forma

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SÁBADO 33 DE TIEMPO ORDINARIO

1Macabeos 6,1-13

La acción de Dios es aquella de la que se puede decir que para El no hay nada imposible. Que el duro Faraón decida por fin a favor del pueblo israelita para dejarlo salir, que El juez severo decida por fin dejar su comodidad para atender la viuda insistente e impertinente. Que Jesús, pensando que primero son las ovejas descarriadas de Israel, se conduela de una perra genitil cananea que aboga por su hija. Y quien conoce ese talón de Aquiles del Señor, hace de su oración una amistad entrañable con él.

Salmo responsorial: 9

Cuando el vulnerable se libra, por casualidad según algunos, el reconoce que fue gratuitamente, y como tal, no pensado ni planificado. La benevolencia sorprendente es su huella peculiar.

Lucas 20,27-40

Jesús no es un minimalista aferrado a la Torah, ni un materialista aferrado a la tierra, aunque sea transformada. Indica contra unos y otros, y más allá que su testimonio, y ahora su Palabra como Palabra proviene de su experiencia: el Dios de Jesús, desde la zarza que ardía sin consumirse, toda una novedad, es alguien novedoso, y ni nombre tiene, excepto Yhwh, Abba, alguien que dirige a la novedad absoluta, a lo nunca pensado, ni siquiera nuestro futuro, que siempre es novedad en sentido de recomposición

DOCTORES DE LA IGLESIA


                                          


SÁBADO, XXXIii SEMANA

De los Comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 32, sermón 1, 7-8: CCL 38, 253-254)

CANTAD A DIOS CON MAESTRÍA Y CON JÚBILO

Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo, ya que se os invita al cántico nuevo. Nuevo hombre, nuevo Testamento, nuevo cántico. El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo los hombres nuevos, renovados de su antigua condición por obra de la gracia y pertenecientes ya al nuevo Testamento, que es el reino de los cielos. Por él suspira todo nuestro amor y canta el cántico nuevo. Pero es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo.

Cantadle un cántico nuevo, cantadle con maestría. Cada uno se pregunta cómo cantará a Dios. Cántale, pero hazlo bien. Él no admite un canto que ofenda sus oídos. Cantad bien, hermanos. Si se te pide que cantes para agradar a alguien entendido en música, no te atreverás a cantarle sin la debida preparación musical, por temor a desagradarle, ya que él, como perito en la materia, descubrirá unos defectos que pasarían desapercibidos a otro cualquiera. ¿Quién, pues, se prestará a cantar con maestría para Dios, que sabe juzgar del cantor, que sabe escuchar con oídos críticos? ¿Cuándo podrás prestarte a cantar con tanto arte y maestría que en nada desagrades a unos oídos tan perfectos?

Mas he aquí que él mismo te sugiere la manera cómo has de cantarle: no te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.

El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.