MARTES 27 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Jonás
3,1-10
REFLEXIÓN
predícale el mensaje que te digo
Proclama la proclamación(qara ha queriah).
Se trata de llamar, proclamar o leer. Dar a
conocer públicamente.
Requiere exponerse, y descubrirse como leal
al mensaje.
Mensaje y mensajero se unen.
proclamando: "¡Dentro de
cuarenta días Nínive será destruida!"
Se avisa de un peligro inminente.
Mensaje de cambio porque la situación es
insostenible.
Apela a la sabiduría de los escuchas para
sacar conclusiones y tomar decisiones.
Se trata de cambiar de rumbo para evitar una
catástrofe.
Los temores pueden ofrecer un mensaje
semejante: avisar de posible catástrofes personales, familiares, organizacionales,
colectivas, si no hay un cambio de rumbo.
que se convierta cada cual de su
mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca
Dios
Una experiencia de Dios que no sucumbe a un
destino trágico, como otros pensamientos, ni a un determinismo absoluto como
algunas ideologías.
Más bien se vive como una relación de
confianza por la cual, ante ciertos eventos, se adquiere una reserva de
esperanza, que genera expectativa de cambio favorable ante circunstancias
amenazantes.
La
palabra nos brinda en quintaesencia, vivir al Señor como amigable y de nuestro
lado, si le correspondemos.
Salmo
responsorial: 129
REFLEXIÓN
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
/ Señor, escucha mi voz; / estén tus oídos atentos / a la voz de mi súplica.
Desde el temor sobre una posible catástrofe
adveniente grito atemorizado, aunque sea en el silencio del lecho.
Si llevas cuentas de los delitos,
Señor, / ¿quién podrá resisitir? / Pero de ti procede el perdón, / y así
infundes respeto.
Los
muchos delitos son nuestra cosecha, y desde ellos se hinca el temor en nuestra
carne.
El
perdón pedido y asumido es como el aceite balsámico en la herida, porque alivia
y cicatriza.
Lucas
10,38-42
REFLEXIÓN
"Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas
cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la
quitarán."
Si
hay algo estable y que produce firmeza es la asidua escucha de la palabra.
Ella
genera un cambio de vida en la que el servicio no es disperso ni desenfocado o
distractivo.
Genera
una misión que concentra la energía en vivir el designio que es el Reino, el
dominio del Señor en todo tiempo y lugar.
Escoger
lo único necesario y dedicarse a ello no importa el costo para el mundo.
El
servicio es importante, pero cuando fluye de la escucha de la Palabra. María es
mejor paradigma de servicio al reino que Marta, porque el servicio que fluya de
su iniciativa habrá sido incubado a los pies de Jesús de Nazareth.
Somos
muchos los que pensamos que debemos gastarnos por el servicio al reino, y que
las obras son muestra de la fe. Que no es suficiente decir: Señor, Señor.
Pero
somos muchos los que nos ahogamos en el afán del mundo y confundimos el
servicio a nuestros intereses con el servicio al Reino, que nace de la escucha
y obediencia de fe a la Palabra.
Se supone que Marta encarna el servicio, pero en esta
ocasión hay prioridades: Jesús.
Escucharlo es la prioridad.
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