Viernes, XXIV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 46,10-11
Ya habéis oído lo que los malos pastores
aman. Ved ahora lo que descuidan. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las
enfermas, ni vendáis a las heridas, es decir, a las que sufren; no recogéis a
las descarriadas, ni buscáis a las perdidas, y maltratáis brutalmente a las
fuertes, destrozándolas y llevándolas a la muerte. Decir que una oveja ha
enfermado quiere significar que su corazón es débil, de tal manera que puede ceder
ante las tentaciones en cuanto sobrevengan y la sorprendan desprevenida. El
pastor negligente, cuando recibe en la fe a alguna de estas ovejas débiles, no
le dice: Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las
pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente. Porque quien dice tales cosas,
ya está confortando al débil, ya está fortaleciéndole, de forma que, al abrazar
la fe, dejará de esperar en las prosperidades de este siglo. Ya que, si se le
induce a esperar en la prosperidad, esta misma prosperidad será la que le
corrompa; y, cuando sobrevengan las adversidades, lo derribarán y hasta
acabarán con él. Así, pues, el que de esa manera lo edifica, no lo edifica
sobre piedra, sino sobre arena. Y la roca era Cristo. Los cristianos tienen que
imitar los sufrimientos de Cristo, y no tratar de alcanzar los placeres. Se
conforta a un pusilánime cuando se le dice: «Aguarda las tentaciones de este
siglo, que de todas ellas te librará el Señor, si tu corazón no se aparta lejos
de él. Porque precisamente para fortalecer tu corazón vino él a sufrir, vino él
a morir, a ser escupido y coronado de espinas, a escuchar oprobios, a ser, por
último, clavado en una cruz. Todo esto lo hizo él por ti, mientras que tú no
has sido capaz de hacer nada, no ya por él, sino por ti mismo». ¿Y cómo definir
a los que, por temor de escandalizar a aquellos a los que se dirigen, no sólo
no los preparan para las tentaciones inminentes, sino que incluso les prometen
la felicidad en este mundo, siendo así que Dios mismo no la prometió? Dios
predice al mismo mundo que vendrán sobre él trabajos y más trabajos hasta el
final, ¿y quieres tú que el cristiano se vea libre de ellos? Precisamente por
ser cristiano tendrá que pasar más trabajos en este mundo. Lo dice el Apóstol:
Todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo será perseguido.
REFLEXIÓN
Ni se debe, mucho menos se puede, permanecer en la permanente gratificación; ni en la permanente depresión, por malestar constante Frente a sube y baja de la vida, o se forra uno como un estoico, inmune a lo bueno y lo malo, para no desviarse de su propio poder, o se afianza uno en el más fuerte, para con él no enajenarse con la gloria, ni sucumbir con la desgracia. Ese más fuerte es Jesús Cristo.