jueves, 30 de octubre de 2025

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 30 de tiempo ordinario

Año Impar

Romanos 8,31b-39



REFLEXIÓN

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

Ocasión de renovar el sentido del Sí del Señor en Jesús.

Pues se trata de gozar la convicción de una fuerza favorable a nuestra existencia, un horizonte despejado para cualquier aspiración constructiva, una motivación para el encuentro amoroso más profundo del que se pueda uno imaginar.

Se revela mejor el título encarnatorio de Emmanuel, el Señor con nosotros.

¿cómo no nos dará todo con él?

Logrará pronunciarlo y vivenciarlo una persona o una colectividad excluida de los bienes de la creación y la cultura?

Desde la vida de fe eso es posible, pero con la mediación de un cuerpo de seguidores de Jesús de Nazareth.

¿Quién condenará?

Debemos reconocer que se da la culpa constante e insidiosa en nuestro itinerario de existencia.

Si no por lo que hemos hecho, acaso por lo que no hemos hecho.

Somos pasto de un devorador fiscal, que se ensaña en disminuir y alterar la estabilidad de la paz y la salvación que nos nutre la fe.

Alguien que nos quiere convencer astutamente que no podemos ser felices, ni benditos, ni merecedores de una vida plena junto al Padre.

¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?,

Este es el vigor que sustenta nuestra debilidad desde la fe, la esperanza y el ágape.

Es la virilidad de hombres y mujeres, que trasciende el falo, símbolo de un poder enquistado.

Es la dureza de los vulnerables, resistente a todo intento de mancillar su dignidad de hijos de Dios.

vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado

Hay que reconocer que esta facilidad no es de primera mano, ni automática, sino de puerta estrecha pero viable.

Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Que el amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea la fuerza creativa más poderosa que se nos haya puesto a nuestra disposición, es el desafío al que se nos pide incorporar nuestro aporte personal y social.

Cada intento en esa dirección es la huella que dejamos en nuestro itinerario para la construcción de un mundo alternativo, fabricado con las piedras de la creación y del ágape fraterno.

Salmo responsorial: 108



REFLEXIÓN

Reconozcan que aquí está tu mano

Nuestro testimonio de fe se da a favor de la credibilidad de Dios, de su prestigio, de su gloria.

Así como nuestra ignominia personal mancha la gloria de nuestra familia, nuestro yerro y pecado desprestigia la voluntad salvífica del Señor, y por lo mismo la obstaculiza.

Lucas 13,31-35



REFLEXIÓN

Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios: pasado mañana llego a mi término

Curar y echar demonios. Trabajar por el evangelio de la salvación en la creación dañada por nuestra causa y atender las causas trascendentes del mal en el mundo.

Aunque le duela al mundo de mentalidad positivista que no ve más allá de sus narices.

no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Jesús de sí mismo habla como de un profeta, con un trágico destino semejante. 

Jerusalén es el centro neurálgico de la fe de Israel y la institución que la representa, el templo.

Dios en Jesús habla en medio del Dios de la religión constituida.

Religión contra Religión? No, fe contra religión? Sí

Hoy son muchos los que reconocen tener fe pero no se adhieren a una religión organizada, porque tienen trazas de corrupción, de estrategias de poder para el dominio de los demás. Someten a muchos a favor de pocos.

En esta crítica con motivos, se ha producido una frecuente devastación de los símbolos de la religión, sin discriminar lo sano de lo podrido. Todo va al fuego.

No son tiempos fáciles, para los esfuerzos que gente congruente quiere hacer a favor de una purificación y reinvención de la religión, porque se cree que sigue teniendo un rol en el itinerario de la humanidad que busca y aplica un sentido constructivo a la sociedad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1585595991293575168?s=20&t=UZ8pngOZO6oOUvL9CSGypA

https://x.com/motivaciondehoy 301025

Jueves 30 de tiempo ordinario

Año Par

Romanos 8,31b-39

Salmo responsorial: 108

Lucas 13,31-35

DOCTORES DE LA IGLESIA




 De las Disertaciones de san Atanasio, obispo, Contra los arrianos.
(Disertación 2, 78. 79: PG 26, 311. 314)

LAS OBRAS DE LA CREACIÓN REFLEJO DE LA SABIDURÍA ETERNA

En nosotros y en todos los seres hay una imagen creada de la Sabiduría eterna. Por ello, no sin razón, el que es la verdadera Sabiduría de quien todo procede, contemplando en las creaturas como una imagen de su propio ser exclama: El Señor me creó al comienzo de sus obras. En efecto, el Señor considera toda la sabiduría que hay y se manifiesta en nosotros como algo que pertenece a su propio ser.

Pero esto no porque el Creador de todas las cosas sea él mismo creado, sino porque él contempla en sus creaturas como una imagen creada de su propio ser. Ésta es la razón por la que afirmó también el Señor: El que a vosotros recibe a mí me recibe, pues aunque él no forma parte de la creación, sin embargo en las obras de sus manos hay como una impronta y una imagen de su mismo ser, y por ello, como si se tratara de sí mismo, afirma: El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras.

Por esta razón precisamente la impronta de la sabiduría divina ha quedado impresa en las obras de la creación para que el mundo, reconociendo en esta sabiduría al Verbo, su Creador, llegue por él al conocimiento del Padre. Es esto lo que enseña el apóstol san Pablo: Son manifiestas a ellos las verdades que se pueden conocer acerca de Dios. Bien claro se las manifestó él. Así, desde la creación del mundo, lo invisible de Dios es conocido mediante las obras. Por esto, el Verbo, en cuanto tal, de ninguna manera es creatura, sino el arquetipo de aquella sabiduría de la cual se afirma que existe y que está realmente en nosotros.

Los que no quieren admitir lo que decimos deben responder a esta pregunta: ¿existe o no alguna clase de sabiduría en las creaturas? Si nos dicen que no existe, ¿por qué arguye san Pablo diciendo que, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría? Y si no existe ninguna sabiduría en las creaturas, ¿cómo es que la Escritura alude a tan gran número de sabios? Pues en ella se afirma: El sabio, lleno de temor, se aparta del mal y con sabiduría edifica su casa.

Y dice también el Eclesiastés: La sabiduría del hombre hace brillar su rostro; y el mismo autor increpa a los temerarios con estas palabras: No digas: ¿cómo es que el tiempo pasado fue mejor que el presente? Pues no es de sabios preguntar sobre ello.

Que exista la sabiduría en las cosas creadas queda patente también por las palabras del hijo de Sirac: La derramó sobre todas sus obras, la repartió entre los vivientes, según su generosidad, la regaló a los que lo aman; pero esta efusión de sabiduría no se refiere, en manera alguna, al que es la misma Sabiduría por naturaleza, el cual existe en sí mismo y es el Unigénito, sino más bien a aquella sabiduría que aparece como su reflejo en las obras de la creación. ¿Por qué, pues, vamos a pensar que es imposible que la misma Sabiduría creadora, cuyos reflejos constituyen la sabiduría y la ciencia derramadas en la creación, diga de sí misma: El Señor me creó al comienzo de sus obras? No hay que decir, sin embargo, que la sabiduría que hay en el mundo sea creadora; ella, por el contrario, ha sido creada, según aquello del salmo: El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos.