lunes, 12 de septiembre de 2022

DOCTOES DE LA IGLESIA

 


Lunes, XXIV semana

San Agustín Sermón sobre los pastores 46,3-4

Oigamos, pues, lo que la palabra divina, sin halagos para nadie, dice a los pastores que se apacientan a sí mismos en vez de apacentar a las ovejas: Os coméis su enjundia, os vestís con su lana; matáis las más gordas y, las ovejas, no las apacentáis. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes. Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del campo. Se acusa a los pastores que se apacientan a sí mismos en vez de a las ovejas, por lo que buscan y lo que descuidan. ¿Qué es lo que buscan? Os coméis su enjundia, os vestís con su lana. Pero por qué dice el Apóstol: ¿Quién planta una viña, y no come de su fruto? ¿Qué pastor no se alimenta de la leche del rebaño? Palabras en las que vemos que se llama leche del rebaño a lo que el pueblo de Dios da a sus responsables para su sustento temporal. De eso hablaba el Apóstol cuando decía lo que acabamos de referir. Ya que el Apóstol, aunque había preferido vivir del trabajo de sus manos y no exigir de las ovejas ni siquiera su leche, sin embargo, afirmó su derecho a percibir aquella leche, pues el Señor había dispuesto que los que anuncian el Evangelio vivan de él. Y, por eso, dice que otros de sus compañeros de apostolado habían hecho uso de aquella f facultad, no usurpada sino concedida. Pero él fue más allá y no quiso recibir siquiera lo que se le debía. Renunció, por tanto, a su derecho, pero no por eso los otros exigieron algo indebido: simplemente, fue más allá.

REFLEXIÓN

Cuando un testimonio de vida se hace un modelo, los que no alcanzan a serlo, aunque trabajen bien, son comparados por lo que dejan de hacer, no por lo que hacen. Una crítica que mide por el mismo rasero a todos, se apodera de la opinión común. El colectivismo mental está agazapado en cualquiera, y no permite la unidad en la diferencia. Pero el evangelio nos habla de diferencias, aun como buena tierra.

EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


[149] Cuarto día. El mismo quarto día se haga meditación de tres binarios de hombres, para habrazar el mejor. Oración. La sólita oración preparatoria.

[149] Se trata de identificarse y elegir un tipo: en el que se reconoce ser y con el que se reconoce desear. Uno real, honesto consigo mismo y otro deseable, que resulte atractivo.

[150] 1º preámbulo. El primer preámbulo es la historia, la qual es de tres binarios de hombres, y cada uno dellos ha adquerido diez mil ducados, no pura o débitamente por amor de Dios, y quieren todos salvarse y hallar en paz a Dios nuestro Señor, quitando de sí la gravedad e impedimento que tienen para ello en la affectión de la cosa acquisita.

[150] Se asume el deseo de salvación en todos, y también el impedimento.

[151] 2º preámbulo. El 2º: composición viendo el lugar: será aquí ver a mí mismo, cómo estoy delante de Dios nuestro Señor y de todos sus sanctos, para desear y conoscer lo que sea más grato a la su divina bondad.

[151] Una escenografía solemne, como una corte de las que Ignacio conoció y vivió posiblemente. Que transmita la Trascendencia de Dios y su conocimiento profundo de lo que Él sabe de nosotros en nuestra conciencia.

[152] 3º preámbulo. El 3º: demandar lo que quiero: aquí será pedir gracia para elegir lo que más a gloria de su divina majestad y salud de mi ánima sea.

[152] Gracia para elegir, implica que, aunque veamos razonable una opción puede no ser para mí ahora, porque no me voy a comprometer de veras. Se trata de un desafío por haberme apropiado de algo no del todo legítimamente. Apegos a personas o cosas que no convienen tal como los vivo.

[153] 1º binario. El primer binario querría quitar el affecto que a la cosa acquisita tiene, para hallar en paz a Dios nuestro Señor, y saberse salvar, y no pone los medios hasta la hora de la muerte.

[154] 2º binario. El 2º quiere quitar el affecto, mas ansí le quiere quitar, que quede con la cosa acquisita, de manera que allí venga Dios donde él quiere, y no determina de dexarla, para ir a Dios, aunque fuesse el mejor estado para él.

[155] 3º binario. El 3º quiere quitar el affecto, mas ansí le quiere quitar, que también no le tiene affección a tener la cosa acquisita o no la tener, sino quiere solamente quererla o no quererla, según que Dios nuestro Señor le pondrá en voluntad, y a la tal persona le parescerá mejor para servicio y alabanza de su divina majestad; y, entretanto quiere hacer cuenta que todo lo dexa en affecto, poniendo fuerza de no querer aquello ni otra cosa ninguna, si no le moviere sólo el servicio de Dios nuestro Señor, de manera que el deseo de mejor poder servir a Dios nuestro Señor le mueva a tomar la cosa o dexarla.

 [153] [154] [155] Nos adentramos en las complejidades de la voluntad y sus devaneos, que pueden hacerla oscilar entre lo que es bueno y conveniente y lo que no lo es, entre lo que se puede y se cree o no, poder. Se nos pone un alto para que nos caractericemos sobre nuestro verdadero ethos y principio y fundamento. Desde la experiencia de purificaciòn del santo y su radical compromiso de vida, se nos plantea una definición para que no nos dejemos engañar por nosotr@s mism@s, o sepamos que nuestro compromiso no es radical por ahora. Se podría abogar por aquellos que se identifican con el segundo binario, en el sentido de que es posible que se crea vivir un proceso de menos a más desprendimiento. Pero en el enfoque procesual, se requiere también el compromiso de ir mostrando el avance de tal liberación que hace posible la voluntad de Dios de nuestra parte.

Por otro lado, en la espiritualidad actual pesa fuertemente el compromiso social, como una evidencia de vivir el segundo mandamiento a cabalidad: amar al prójimo. Pero no es suficiente el compromiso individual, porque la dimensión social en la que podemos pecar por omisión, requiere la consideración del pecado estructural: aquel que va más allá de la mera responsabilidad personal y enfatiza las repercusiones de nuestros actos como sociedad e iglesia.

Como en todo el itinerario que hemos seguido hasta aquí, podemos ser fáciles de compromiso meramente verbal, o idealista, pero poco realista. Este es uno de los pasos, dentro del proceso de ejercicios, más delicados para sopesar nuestro compromiso de vida en seguimiento de Jesús nuestro Señor.

[156] 3 coloquios. Hacer los mismos tres coloquios que se hicieron en la contemplación precedente de las dos banderas [147].

[156]Porque se trata de un compromiso solemne de vida, asistido por el don de Dios. Sin Èl nada podemos hacer y para Èl no hay nada imposible. Estos coloquios han de hacerse con la sinceridad más profunda de la que seamos capaces. Para esto ayuda la nota que sigue.

[157] Nota. Es de notar que quando nosotros sintimos affecto o repugnancia contra la pobreza actual, quando no somos indiferentes a pobreza o riqueza, mucho aprovecha para extinguir el tal affecto desordenado, pedir en los coloquios (aunque sea contra la carne) que el Señor le elija en pobreza actual; y que él quiere, pide y suplica, sólo que sea servicio y alabanza de la su divina bondad.