domingo, 14 de marzo de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 4 de Cuaresma B

2Crónicas 36,14-16.19-23



REFLEXIÓN

todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades,

Tal percepción de la degeneración de la sociedad se comparte actualmente por muchos. Es un motivo para rasgarse la vestiduras. Procede de los mayores y adultos en relación, casi siempre con la conducta de jóvenes.

La festinación de esas conductas y su divulgación profusa en los medios sociales de comunicación propician esa percepción.

Es así en la realidad de las cosas?

En ese momento de Israel el colmo de la mala conducta eran los gentiles. Se les etiquetaba como extranjeros indeseables, perros infieles, con quienes no estaba bien mantener ningún contacto.

Eran así en la realidad de las cosas los gentiles?

Hoy no lo vemos así porque nos parece que mucho se explica por el relativismo cultural: cada cultura y etnia tiene su sabiduría y ninguna es superior o mejor que otra. Todas son importantes.

Pensar en razas elegidas fue condenado en el repudio al genocidio Nazi de judíos, gitanos, homosexuales…

Entonces si aceptamos de la Palabra que nos anuncia la salvación, cómo la hacemos congruente con el pluralismo cultural?

Necesitamos re-encontrar los elementos válidos trans-culturales que pueden llamarnos a todos, más allá de las etnias particulares, en nuestra condición humana.

Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén,

Es entonces otra cultura y otra divinidad Persa es la que invoca el rey  para salvar a los deportados y permitir que regresen a construirle un templo. Y lo que los persas llaman en una forma, para los israelitas es su Señor que ha actuado providencialmente.

Salmo responsorial: 136



REFLEXIÓN

¡Cómo cantar un cántico del Señor / en tierra extranjera!

Lo que parecía imposible y poco santo se hizo realidad: aprendieron a cantar los deportados a su Señor fuera de Jerusalén.

Se revelaba así una dimensión nueva y desconocida del Señor: no estaba atado a unas fronteras ni a una cultura.

Efesios 2,4-10



REFLEXIÓN

tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.

Se trata de la actitud que otorga el primado a la fe pero la manifesta en obras, sin presumir de ellas. Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la mano derecha, cuando das limosna.

Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

Porque una cosa es hacer las buenas obras y otras presumir de ellas.

Juan 3,14-21



REFLEXIÓN

El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.

El juicio del que no cree en Jesús de Nazaret, se produce cuando hace obras de tiniebla. Es un sentido íntegro de creer en él. No se aplica al que no cree porque no lo conoce. Y los creyentes decimos que si ése actúa obras de luz y no de tinieblas, es en realidad un creyente en Jesús.

Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

Esto se da en todo momento: se persigue la luz y los que la portan, porque las tinieblas los odian.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1371068453470212096?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

IV domingo de Cuaresma



San Agustín Sobre San Juan trat. 34,8-9

El Señor dijo concisamente: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Con estas palabras nos mandó una cosa y nos prometió otra; hagamos lo que nos mandó, y de esta forma no desearemos de manera insolente lo que nos prometió; no sea que tenga que decirnos el día del juicio: «¿Hiciste lo que mandé, para poder pedirme ahora lo que prometí?» «¿Qué es lo que mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras». Pediste un consejo de vida. ¿De qué vida, sino de aquella de la que se dijo: En ti está la fuente de la vida.

REFLEXIÓN

Seguimiento y vida, como una igualdad o ecuación se oponen a caminar en tinieblas. Seguir es caminar en pos de Él, quien como luz de vida, alumbra al peregrino. Caminar en tinieblas es azaroso, porque se transita inseguro, incierto, con temor a tropezar o despeñarse.

 Conque hagámoslo ahora, sigamos al Señor; desatemos los pies de aquellas ataduras que nos impiden seguirle. ¿Pero quién será capaz de desatar tales nudos si no nos ayuda aquel mismo de quien se dijo: Rompiste mis cadenas?  El mismo que en otro salmo afirma: El Señor liberta a los cautivos, el Señor endereza a los que ya se doblan. ¿Y en pos de qué corren los liberados y los puestos en pie, sino de la luz de la que han oído: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en la tinieblas? Porque el Señor abre los ojos al ciego. Quedaremos iluminados, hermanos, si tenemos el colirio de la fe.

REFLEXIÓN

La peregrinación por fe, permite luz de vida, porque no es evidente que Él sea luz de vida. Solo la evidencia de la fe que es tiniebla luminosa. Se ve y no se ve. Más que ver se confía uno de quien sigue, y es  confianza no queda defraudada.

Porque fue necesaria su saliva mezclada con tierra para ungir al ciego de nacimiento. También nosotros hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que él nos ilumine. Mezcló saliva con tierra, por ello está escrito: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Mezcló saliva con tierra, pues estaba también anunciado: la verdad brota de la tierra; y él mismo había dicho: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Disfrutaremos de la verdad cuando lleguemos a verle cara a cara, pues también esto se nos promete. Porque ¿quién se atrevería a esperar lo que Dios no se hubiese dignado dar o prometer? Le veremos cara a cara. El Apóstol dice: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara.

REFLEXIÓN

La ceguera no es para siempre, sino hasta cuando lo veamos cara a cara. Ya sin fe, solo por amor de posesión, sin fatiga, ni hastío, ni aburrimiento.

 Y Juan añade: Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. Ésta es una gran promesa. Si lo amas, síguelo. «Yo lo amo –me dices–, pero ¿por qué camino lo sigo?» Si el Señor tu Dios te hubiese dicho: «Yo soy la verdad y la vida», y tú deseases la verdad, y anhelaras la vida, sin duda que hubieras preguntado por el camino para alcanzarlas, y te estaría diciendo: «Gran cosa, la verdad, gran cosa, la vida; ojalá mi alma tuviera la posibilidad de llegar hasta ellas». ¿Quieres saber por dónde? Óyele decir primero: Yo soy el camino. Antes de decirte a donde, te dijo por donde: Yo soy el camino. ¿Y a dónde lleva el camino? A la verdad y a la vida. Primero dijo por donde tenias que ir, y luego a donde. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Permaneciendo junto al Padre, es la verdad y la vida; al vestirse de carne, se hace camino.

REFLEXIÓN

La carne por Él se hace viator, viajera, conducente. La clave de corrupción anula y se transforma en compañera itinerante por el seguimiento de Jesús luz de vida. La carne de Jesús asume nuestra carne en un humanidad nueva, siempre que le sigamos por fe.

No se te dice: «Trabaja por dar con el camino, para que llegues a la verdad y a la vida»; no se te ordena esto. Perezoso ¡levántate! El mismo camino viene hacia ti y te despierta del sueño en que estabas dormido; si es que en verdad estás despierto: levántate, pues, y anda. A lo mejor estás intentando andar y no puedes porque te duelen los pies. ¿Y por qué te duelen los pies? ¿Acaso porque anduvieron por caminos tortuosos bajo los impulsos de la avaricia? Pero piensa que la Palabra de Dios sanó también a los cojos. «Tengo los pies sanos» – dices–, «pero no puedo ver el camino». Piensa que también iluminó a los ciegos.

REFLEXIÓN

También el cansancio de la carne en proceso de hacerse compañera de seguimiento se cansa. Él acoge esa fatiga y nos potencia, nos devuelve energía para mantenernos en el rumbo.