viernes, 13 de agosto de 2021

BEATO CARLO

BEATO CARLO



 Del sermón de san Paciano, obispo, sobre el bautismo

(Núms. 5-6: PL. 13, 1092-1093)
REFORMEMOS NUESTRAS COSTUMBRES EN CRISTO, POR EL ESPÍRITU SANTO

El pecado de Adán se había transmitido a todo el género humano, como afirma el
Apóstol: Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así
pasó a todos los hombres. Por lo tanto, es necesario que la justicia de Cristo sea
transmitida a todo el género humano. Y, así como Adán, por su pecado, fue causa de
perdición para toda su descendencia, del mismo modo Cristo, por su justicia, vivifica a
todo su linaje. Esto es lo que subraya el Apóstol cuando afirma: Si por la desobediencia de
uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán
en justos. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, así también reinará la gracia,
causando una justificación que conduce a la vida eterna.
Pero alguno me puede decir: “Con razón el pecado de Adán ha pasado a su posteridad,
ya que fueron engendrados por él. ¿Pero acaso nosotros hemos sido engendrados por
Cristo para que podamos ser salvados por él?” No penséis carnalmente, y veréis cómo
somos engendrados por Cristo. En la plenitud de los tiempos, Cristo se encarnó en el seno
de María: vino para salvar a la carne, no la abandonó al poder de la muerte, sino que launió con su espíritu y la hizo suya. Éstas son las bodas del Señor por las que se unió a la
naturaleza humana, para que, de acuerdo con aquel gran misterio, se hagan los dos una
sola carne, Cristo y la Iglesia.
De estas bodas nace el pueblo cristiano, al descender del cielo el Espíritu Santo. La
substancia de nuestras almas es fecundada por la simiente celestial, se desarrolla en el
seno de nuestra madre, la Iglesia, y cuando nos da a luz somos vivificados en Cristo. Por
lo que dice el Apóstol: El primer hombre, Adán, fue un ser animado, el último Adán, un
espíritu que da vida. Así es como engendra Cristo en su Iglesia por medio de sus
sacerdotes, como lo afirma el mismo Apóstol: Os he engendrado para Cristo. Así, pues, el
germen de Cristo, el Espíritu de Dios, da a luz, por manos de los sacerdotes, al hombre
nuevo, concebido en el seno de la Iglesia, recibido en el parto de la fuente bautismal,
teniendo como madrina de boda a la fe.
Pero hay que recibir a Cristo para que nos engendre, como lo afirma el apóstol san
Juan: Cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. Esto no puede ser
realizado sino por el sacramento del bautismo, del crisma y del obispo. Por el bautismo se
limpian los pecados, por el crisma se infunde el Espíritu Santo, y ambas cosas las
conseguimos por medio de las manos y la boca del obispo. De este modo, el hombre
entero renace y vive una vida nueva en Cristo: Así como Cristo fue resucitado de entre los
muertos, así también nosotros andemos en una vida nueva, es decir, que, depuestos los

errores de la vida pasada, reformemos nuestras costumbres en Cristo, por el Espíritu
Santo.

jueves, 12 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

JUEVES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Josué 3,7-10a.11.13-17



REFLEXIÓN

un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos

Un Dios vivo se muestra con un hecho favorable a la suerte del pobre.

No podemos tomarlo al pie de la letra, o como signo único.

También el silencio expresa su actividad, según creemos. Y este silencio se da en el fracaso, según leemos por fe en la suerte de Jesús.

Se expresa así una pedagogía, una enseñanza sobre los diversos modos y etapas del conocimiento del Señor.

la corriente del Jordán se cortará

Un nuevo éxodo o su réplica acontece para los israelitas.

Su fe se ha abierto desde el prodigio anterior a considerar hechos favorables como venidos de la mano del Señor.

Se forma en ellos una actitud frente a la existencia y la historia que descansa en la protección de su Dios.

No obstante las dificultades de la lucha por la vida y su significado, la fe en un Dios así, permite construir un sentido de acompañamiento, que redunda en una confianza básica, y un cierto optimismo y positivismo para lograr algunos objetivos.

Salmo responsorial: 113ª



REFLEXIÓN

¿Qué te pasa, mar, que huyes, / a ti, Jordán, que te echas atrás?

Somos de memoria corta y nuestra acción de gracias no es constante, como es la de Cristo eucaristía.

Aún en eso tenemos que adherirnos a su acción de gracias para que supla nuestra cortedad.

Como el pueblo de Dios en su peregrinar, que cantaba constantemente al Señor las maravillas vividas, para sentirse convocados a nuevas visiones de su intervención.

Con nosotros hoy la palabra proferida antiguamente, cobra vigencia.

De ahí el sentido de celebrarla y agradecerla.

Mateo 18,21-19,1



REFLEXIÓN

el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así

Sigue siendo una práctica hacer pagar deudas con algún género de esclavitud u opresión. Quien dice deudas, dice favores, ayudas que esperan ser resarcidas, aunque sea con la entrega del cuerpo. Así se prostituyen algunos, y se hunde en el horizonte su sentido de dignidad.

"Ten paciencia conmigo,

La caridad es paciente…Un efecto del don del Espíritu en el amor que viene del Señor.

Pero es más realista y coherente cuando cae en cuenta que unos con otros somos deudores de la paciencia del amor de los demás.

El señor tuvo lástima(σπλαγχνίζομαι, splagchnizomai)

Esta es una ganancia que nos aporta la intermediación de Jesús: el Padre siempre tendrá compasión de nuestro enredo, pase lo que pase.

Es un código o clave que abre la disposición favorable a la práxis del Reino de Dios: dar de comer, de beber, sanar, vestir…

Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía

Qué extraño mecanismo de disociación nos lleva a convertirnos en verdugos siendo así que en algún momento fuímos indultados de nuestra propia condena?

Es un indicativo de nuestra deformación moral que actúa contra los demás lo que excusa en sí mismo.

Se da en todo ser humano que no hace el ejercicio constante de autocrítica, arrepentimiento y reparación.

Cuando sí se hace el tal ejercicio, la fraternidad del reino cuenta con una dinámica de corrección de su rumbo mientras transita por la historia.

¿No debías tú también tener compasión(eleesai:tener compasión) de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"

Es el sentido que oramos en el Padre Nuestro.

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