jueves, 19 de agosto de 2021

BEATO CARLO

 BEATO CARLO


“Hacen cola durante horas para ir a un concierto”, decía, “pero no se quedan incluso un momento antes del tabernáculo "

De los tratados de Balduino de Cantorbery, obispo

(Tratado 7, Sobre la salutación angélica: PL 204, 477-478)

FLOR QUE SUBE DE LA RAÍZ DE JESÉ

A las palabras del ángel, que repetimos cada día para saludar a la santísima Virgen con
filial devoción, añadimos: Y bendito el fruto de tu vientre. Expresión que añadió Isabel, al
ser saludada por la Virgen, a las últimas palabras que había dicho el ángel a María en su
saludo. Y así dijo Isabel: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. De
este fruto habla Isaías cuando dice: Aquel día, el vástago del Señor será joya y gloria,
fruto del país. ¿Cuál puede ser este fruto, sino el Santo de Israel, que a la vez es semilla
de Abrahán, vástago del Señor, y flor que sube de la raíz de Jesé, fruto de vida del que
hemos participado?
Bendito, realmente, en la semilla, bendito en el vástago, bendito en la flor, bendito en el
don; por último, bendito en la acción de gracias y la plena glorificación. Cristo,
descendiente de Abrahán, ha nacido según la carne de la estirpe de David.
Es el único entre los hombres que ha llegado al ápice de la bondad. Ha recibido el
Espíritu sin medida. Sólo él puede realizar toda justicia. Pues su justicia responde de la de
todos. Así, dice Isaías: Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus
semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los Himnos ante todos los pueblos. Porque
éste es el vástago de la justicia, bendecido y embellecido con la flor de la gloria. ¿De qué
gloria? De la mayor que cabe imaginar; más aún, es de tal naturaleza que no hay
posibilidad siquiera de imaginársela. Porque es una flor que sube de la raíz de Jesé.
¿Hasta dónde sube? Hasta lo más elevado, porque Jesucristo es Señor, para gloria de Dios
Padre. Se alza su majestad por encima de los cielos, para que el vástago del Señor sea
joya y gloria y fruto maravilloso del país.
Ahora bien, ¿qué fruto nos brinda este fruto? ¿De este bendito fruto podremos lograr
alguno que no sea verdadera bendición? En efecto, de esta semilla, de este vástago, de
esta flor, obtendremos frutos de bendición. Y penetrarán en nuestro interior;
primeramente se depositará la semilla: la gracia que nos trae el perdón; después brotará
el vástago: la gracia que se va desarrollando; por último, una espléndida floración: la
esperanza y el disfrute de la gloria. Realmente es fruto bendito por Dios y en Dios así en él
Dios es glorificado de verdad. Es también bendito para nosotros, de manera que,
bendecidos por él, logremos la gloria en él, ya que Dios le otorgó la bendición de todos los
hombres, según la promesa que hizo a Abrahán.

miércoles, 18 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 20 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jueces 9,6-15



REFLEXIÓN

para ir a mecerme sobre los árboles?

Jotam tiene razones para repudiar a Abimelec, que masacró su familia.

Pero la parábola tiene un sentido que trasciende, como muchos, planteamientos humanos cuyo alcance no es posible verificar inmediatamente.

En este caso se ridiculiza la monarquía, que en aquel momento debe ser más primitiva y menos arrogante que su evolución posterior, pero que da indicios de un estilo asumido con una resistencia creciente , porque no garantiza que sea ejercida por el más apto, ni es señal de un servicio sino más bien de abuso de poder.

No obstante su profundo discernimiento diario por el magis, la mayor gloria de Dios en una coyuntura específica, Ignacio fue obediente ante la autoridad constituída, como era el papa en su momento.

El fue un modelo de obediencia discerniente, inteligente, proactiva, no pasiva. Pero no menospreció la autoridad.

En seguimiento de su estilo de glorificación a la voluntad del Señor, tenida por fe en los mandatos de las autoridades legítimas, otros hijos suyos sacrificaron sus propias convicciones personales y obedecieron, y la posteridad les dio la razón posteriormente.

Porque la obediencia por fe inspirada en Jesús de Nazareth, quien es el sí al Padre y del Padre, obtiene de él su dignificación y gloria, más allá de las apariencias de humillación y abajamiento.

La rebeldía y resistencia actuales, generalizadas en el mundo, son un campo de trabajo para la evangelización, pero con instrumentos diferentes a la predicación.

Sólo se entenderá de corazón la obediencia de fe, con actitudes y actos de obediencia humilde, empezando por cualquier figura de autoridad.

Salmo responsorial: 20



REFLEXIÓN

lo has vestido de honor y de majestad.

La majestad de la autoridad que detenta el poder es en el enfoque bíblico un don del Señor.

Implica que sea reconocido el Señor como quien bendice y glorifica.

La nueva autoridad del poder evangélico de Jesús y sus seguidores, brillaba por su influencia en las conciencias de los que escuchaban y seguían.

Es una autoridad basada en un servicio a una causa común, ejercida con amor de ágape, fe y esperanza.

El perfil de esta autoridad es el de un pastor que se desvive por el rebaño, aun con sacrificio de la propia vida.

Así estaríamos muy lejos de la caricatura de la parábola de Jueces.

En la actualidad hay un desprestigio de la autoridad que entre sus causas cuenta con el engreimieno de su poder.

Con ese poder han dominado y victimizado. Y también corrompido conciencias, porque su mal ejemplo lleva a tener por justa la anarquía y el desorden que se provoca con las protestas.

Mateo 20,1-16



REFLEXIÓN

Nadie nos ha contratado

La ocupación plena es un objetivo deseado de las sociedades, pues asegura un nivel de bienestar económico generalizado, y previene el malestar social, lo cual es una amenaza para su estabilidad.

En la parábola sobre el reino se muestra este ideal de ocupación plena, que también era un problema en la Jerusalén de tiempos de Jesús.

Tal ideal y la paga se muestran como dones gratuitos del Señor, dueño de todo.

Pero no es mirado por todos de la misma forma. Para unos lo que es una paga correcta, proporcionada y justa, para otros es una injusticia. Conclusión que alimenta la comparación envidiosa.

El reino se muestra como un dominio donde trabajo y paga pueden ser vistos con agradecimiento, como bendición del dueño de todo.

Un agradecimiento que brota de tener ocupación y sustento, sin envidias ni divisiones.

Un enfoque que desafía los proyectos de sociedad que elaboramos, en los que la envidia no se cuenta como mal común.

Y la envidia no se cura con campañas publicitarias engañosas.

pensaban que recibirían más

Las expectativas que nacen de las suposiciones que dicta nuestro auto merecimiento y auto apreciación muchas veces nos enajenan de nuestro real valor, y en base a a este auto engaño exigimos y protestamos por no ser tratados de acuerdo al auto perfil.

Falla nuestra auto crítica para establecer un balance honesto de nuestras fortalezas y debilidades por un lado, y para aceptar de buen grado la valoración que se hace de mí.

En el terreno de la fe implica enfocarme más en lo que yo debo obtener y lo que se me debe, que en la gratuidad y amor del Señor.

Cuando nos abrimos a esa libertad del Señor y a la valoración que nos comunica a través de los acontecimientos, nos liberamos de nosotros mismos y las exigencias de nuestro ego.

¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".

Descubrimos entonces que en el reino el servicio es la gloria que más nos plenifica y mejor nos realiza en presencia del Señor.

De esa convicción nace la paz del corazón y del Espíritu.

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