viernes, 20 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 20 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Rut 1,1.3-6.14b-16.22



REFLEXIÓN

"No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios."

Una decisión por un Dios, el Dios de Israel, que se vincula a una relación humana de compañía y solidaridad. Como una amistad.

Sin que sea obligante Rut hace suya la suerte de Noemí porque la ha conocido y la prefiere, a irse por su cuenta y vivir independiente. Es una decisión libre pero con motivaciones de amistad.

Así entra el Señor en su vida, por una experiencia de amistad humana, que en sus gestos y con sus valores, alcanza a darlo a conocer y querer

La amistad entre nosotros hombres y mujeres, aun no creyentes, puede llevar a una experiencia de Trascendencia, de absoluto, de un Dios Padre, persona, amoroso, salvador.

La amistad de todo tipo en la medida de su autenticidad, fundada en motivos altruístas, es el tanto cuanto para hacer vida el Principio y Fundamento de los ejercicios espirituales ignacianos.

Salmo responsorial: 145



REFLEXIÓN

que hace justicia a los oprimidos, / que da pan a los hambrientos.

El Señor abre los ojos al ciego, / el Señor endereza a los que ya se doblan, / el Señor ama a los justos. / El Señor guarda a los peregrinos

Sustenta al huérfano y a la viuda

Vivimos una hora de activismo: protesta por diferentes razones y supuestas necesidades, que reclaman derechos supuestamente vulnerados, y para lo que no se tiene ya paciencia.

Las protestas en su mayoría pacíficas en cierta forma, recurren a otra forma de imposición: cerrar calles, obstaculizar la movilidad en las ciudades o carreteras de un país.

Ese activismo no tolera que no se le escuche.

Medido en tiempo este clamor es el de los pacientes impacientes, los pacientes que se cansaron de la paciencia, y están irritados porque las soluciones se dan para otros, que ya tienen sus necesidades básicas satisfechas.

El clamor de los pobres es el clamor que escucha el Señor, como en el Éxodo. No nos extrañemos de los cambios que impulsa su Espíritu en las circunstancias actuales de la historia.

Aunque el clamor nos incomode.

Mateo 22,34-40



REFLEXIÓN

""Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo."

Se trata de un primer mandamiento y uno segundo, pero semejantes, es decir, de igual rango.

En qué? En amar: agapao. Amor de preferencia, que implica a la persona. No es amor sólo de afecto como Fileo.

Así amar a Dios por sí mismo, amar al prójimo por sí mismos, porque son dignos de amor, y no excusas ni propaganda para amarlos.

Ambos ágapes se relacionan estrechamente como vasos comunicantes. Si crece uno, crece el otro. Si merma uno, merma el otro.

Somos una familia y amarnos unos a otros, en ágape, entraña que hay amor para todos y cada uno.

Este es el núcleo duro de la ley, los profetas y Jesús de Nazareth.

De la palabra revelada y encarnada de Dios.

Su mandato, su voluntad, su beneplácito, su gloria.

Si respecto a cualquier prójimo se procediera con un bien obrar intencional, deberíamos aplicar el discernimiento espiritual de segunda semana, de los ejercicios espirituales ignacianos, para personas que van haciendo la lucha por ser mejores.

Quizás más que pecar se pretende hacer bien las cosas. Pero, viene el enemigo y se mezcla.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1428687058139324419?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Viernes, XX
San Ambrosio Comentario sobre los salmos 48,13-14



 El hermano no rescata, un hombre rescatará; nadie puede rescatarse a sí mismo, ni dar a Dios un precio por su vida; esto es, ¿por qué habré de temer los días aciagos? Pues, ¿qué es lo que puede perjudicarme? No necesito yo redención. Al contrario, yo mismo soy el único redentor de todos. En mis manos está la libertad de los demás; y ¿yo voy a echarme a temblar por mí? Voy a hacer algo nuevo, que transcienda el amor fraternal y todo afecto de piedad. A quien no puede redimir a su propio hermano, nacido de un mismo seno materno, lo redimirá aquel hombre de quien está escrito: Les enviará el Señor un hombre que los salvará; aquel que, hablando de sí mismo, afirma: Tratáis de matarme a mí, el hombre que os ha hablado de la verdad. Pero, aunque se trate de un hombre, ¿quién será capaz de conocerlo? ¿Por qué no podrá nadie conocerlo? Porque, así como Dios es uno solo, así también uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús. Sólo él podrá redimir al hombre, aventajando en amor fraternal a los propios hermanos. Porque él, por los que no eran de su propia familia, derramó su propia sangre, cosa que no se hace ni por los propios hermanos. Y así, no tuvo consideración con su propio cuerpo, a fin de redimirnos de nuestros pecados, y se entregó en rescate por todos. Así lo afirma el apóstol Pablo, su testigo veraz, como se califica a sí mismo cuando dice: Digo la verdad, no miento. Y ¿por qué sólo él es capaz de redimir? Porque nadie puede tener un amor como el suyo, hasta dar la vida por sus mismos siervos; ni una santidad como la de él, porque todos están sujetos al pecado, todos sufriendo las consecuencias del de Adán. Sólo puede ser designado Redentor aquel que no podía estar sometido al pecado de origen.

REFLEXIÓN

 La falta de credibilidad en los líderes de turno es un síntoma generalizado del malestar de nuestro tiempo. Parece un eco de lo que se dice en el evangelio sobre que no hay profeta en su tierra, porque parece que todos saben de sus flaquezas. De ahí que se puede sentir que no está el salvarnos de nosotros mismos y del mundo malsano en nuestras impotentes manos. Y la respuesta de salvación del mensaje evangélico da qué pensar en alguna esperanza si el Salvador es parte de un Misterio salvador que está para darnos la mano y librarnos.