domingo, 24 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

domingo 17 de tiempo ordinario

Génesis 18, 20-32



REFLEXIÓN

La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré

La Palabra nos revela la peculiaridad de Yavé Dios: verificar la acusación.

Una pasión constitutiva de una justicia madura, objetiva, sin afán de desquite.

Y por lo tanto un punto de referencia en cuanto a su perfección a la que nos llama.

Y cuando a nuestro alrededor vemos tanto deseo de venganza, aun sin profundizar las informaciones, sentimos estar muy lejos de esa perfección de Dios.

"¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?

La Palabra también nos revela una voz humana que expresa perfección en su búsqueda de justicia. Es preciso la misericordia en base al inocente.

Aquí encontramos el fundamento de los derechos humanos de los civiles, sacrificados en un conflicto violento de cualquier tipo.

El inocente no puede ser castigado en la misma forma que el culpable.No debe ser castigado.

¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?

Así la Palabra como revelación da cuenta de un proceso por el cual se da cumplimiento a la justicia verdadera: verificar la culpabilidad sin ansias de venganza; la primacía del inocente por quien hay que pensar en el perdón y evitar el castigo radical, aunque no erradicarlo; un juez sabio que sepa tener esto en cuenta.

Así la justicia del Padre se balanceó con la inocencia del Hijo, y se configuró el perdón para el que vuelva sobre sus pasos.

Salmo responsorial: 137



REFLEXIÓN

Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad

Se trata de un don, un toque en lo profundo del corazón, que nos convence del valor de la misericordia del Señor, que nos compromete a ser misericordiosos.

Se puede sentir la lealtad del Señor con su presencia a lo largo de la actuación de su justicia, porque su juicio es para la conversión.

En él se hace verdad que somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario.

Colosenses 2, 12-14



REFLEXIÓN

porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos

Se requiere de fe en la resurrección para atravesar la muerte hacia la vida. Sin ella el agua bautismal por sí sola no transmite.

Pero una fe que no se refleje como la imagen en el agua bautismal tampoco.

Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz

La fe descifra en Jesús crucificado a Dios como juez que quema los archivos de culpa en el que figuran nuestros nombres.

Lucas 11, 1-13



REFLEXIÓN

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite

Jesús se hace nuestro cómplice y nos pasa el truco mediante el cual el Padre escucha: debemos insistir.

Quizás escuchándonos transformemos nuestra actitud mágica o desesperanzada, y nos movamos a creer mientras pedimos.

Porque Jesús ha experimentado en propia carne la debilidad del Señor, que es la misericordia.

¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Es decir que al pedir con insistencia y fiados de su misericordia, el Señor se da a sí mismo, para intervenir incesantemente en nuestras vidas.

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DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Domingo, XVII semana

San Juan Crisóstomo Homilías sobre la II Corintios 14,1-2

Nuevamente vuelve Pablo a hablar de la caridad, para atemperar la aspereza de su reprensión. Pues, después que los ha reprendido y les ha echado en cara que no lo aman como él los ama, sino que, separándose de su amor, se han juntado a otros hombres perniciosos, por segunda vez, suaviza la dureza de su reprensión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, esto es: «Amadnos». El favor que pide no es en manera alguna gravoso, y es un favor de más provecho para el que lo da que para el que lo recibe. Y no dice: «Amadnos», sino: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, expresión que incluye un matiz de compasión. «¿Quién –dice– nos ha echado fuera de vuestra mente? ¿Quién nos ha arrojado de ella? ¿Cuál es la causa de que nos sintamos al estrecho entre vosotros?» Antes había dicho: Vosotros estáis encogidos por dentro, y ahora aclara el sentido de esta expresión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, añadiendo este nuevo motivo para atraérselos. Nada hay, en efecto, que mueva tanto a amar como el pensamiento, por parte de la persona amada, de que aquel que la ama desea en gran manera verse correspondido.

REFLEXIÓN

La correspondencia radica en la matriz maternal que nutre el neonato, amamantando o nutriendo, porque su gesto de amor primo activa miríadas de asociaciones que se centran en la aceptación, la seguridad, y la espera de reciprocidad. Es ella la que junto con los cuidadores de primer momento enseñan a corresponder. Y así el humano sabe desde pronto que amar es interrelación.

Ya os tengo dicho –añade– que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus desprecios, desea morir y vivir con ellos. «Porque os llevamos en el corazón, mas no de cualquier modo, sino del modo dicho». Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehuya el peligro; no es éste nuestro caso. Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? «De los que vosotros me proporcionáis: porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras». Esto es propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y rebosando de alegría. Es como si dijera: «Me habéis proporcionado una gran tristeza, pero me habéis proporcionado también una gran satisfacción y consuelo, ya que no sólo habéis quitado la causa de mi tristeza, sino que además me habéis llenado de una alegría mayor aún». Y, a continuación, explica cuán grande sea esta alegría, cuando, después que ha dicho: Me siento rebosando de alegría, añade también: En toda esta lucha. «Tan grande –dice– es el placer que me habéis dado, que ni estas tan graves tribulaciones han podido oscurecerlo, sino que su grandeza exuberante ha superado todos los pesares que nos invadían y ha hecho que ni los sintiéramos».

REFLEXIÓN

Y el reconocimiento a los cuidadores, en su diversidad histórica, y en el tiempo de vida, alienta a mayores entregas, que olvidan todo distanciamiento, malentendido, ofensa o rechazo. Un apóstol ama, ciertamente contando con que le amen de vuelta, pero más allá aún, aunque no le amen .