domingo, 6 de noviembre de 2022

BEATO CARLO


 
Comienza la Homilía de un autor del siglo segundo
(Cap. 1, 1--2, 7: Funk 1, 145-149)
 
CRISTO QUISO SALVAR A LOS QUE ESTABAN A PUNTO DE PERECER

 

Hermanos: Debemos mirar a Jesucristo como miramos a Dios, pensando que él es el juez de vivos y muertos; y no debemos estimar en poco nuestra salvación. Porque si estimamos en poco a Cristo, poco será también lo que esperamos recibir. Aquellos que, al escuchar sus promesas, creen que se trata de dones mediocres pecan, y nosotros pecamos también si desconocemos de dónde fuimos llamados, quién nos llamó y a qué fin nos ha destinado y menospreciamos los sufrimientos que Cristo padeció por nosotros.

 ¿Con qué pagaremos al Señor o qué fruto le ofreceremos que sea digno de lo que él nos dio? ¿Cuántos son los dones y beneficios que le debemos? Él nos otorgó la luz, nos llama, como un padre, con el nombre de hijos, y cuando estábamos en trance de perecer nos salvó. ¿Cómo, pues, podremos alabarlo dignamente o cómo le pagaremos todos sus beneficios? Nuestro espíritu estaba tan ciego que adorábamos las piedras y los leños, el oro y la plata, el bronce y todas las obras salidas de las manos de los hombres; nuestra vida entera no era otra cosa que una muerte. Envueltos, pues, y rodeados de oscuridad, nuestra vida estaba recubierta de tinieblas y Cristo quiso que nuestros ojos se abrieran de nuevo y así la nube que nos rodeaba se disipó.

Él se compadeció, en efecto, de nosotros y, con entrañas de misericordia, nos salvó, pues había visto nuestro extravío y nuestra perdición y cómo no podíamos esperar nada fuera de él que nos aportara la salvación. Nos llamó cuando nosotros no existíamos aún y quiso que pasáramos de la nada al ser.

 Alégrate, la estéril, que no dabas a luz; rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores: porque la abandonada tendrá más hijos que la casada. Al decir: Alégrate, la estéril, se refería a nosotros, pues, estéril era nuestra Iglesia, antes de que le fueran dados sus hijos. Al decir: Rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores, se significan las plegarias que debemos elevar a Dios, sin desfallecer, como desfallecen las que están de parto. Lo que finalmente se añade: Porque la abandonada tendrá más hijos que la casada, se dijo para significar que nuestro pueblo parecía al principio estar abandonado del Señor, pero ahora, por nuestra fe, somos más numerosos que aquel pueblo que se creía posesor de Dios.

 Otro pasaje de la Escritura dice también: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Esto quiere decir que hay que salvar a los que se pierden. Porque lo grande y admirable no es el afianzar los edificios sólidos, sino los que amenazan ruina. De este modo Cristo quiso ayudar a los que perecían y fue la salvación de muchos, pues vino a llamarnos cuando nosotros estábamos ya a punto de perecer.

sábado, 5 de noviembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 31 de tiempo ordinario

Año Par

Filipenses 4, 10-19



REFLEXIÓN

Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación

Todo lo puedo en aquel que me conforta

ninguna Iglesia, aparte de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe.

La Palabra se ha encarnado también en la historia de Pablo, converso, creyente y evangelizador.

Su historia que se nutre de la Palabra se hace parte de ella, y su vida con los esfuerzos que hace al evangelizar son asumidas por ella para que siga inspirando generaciones y generaciones de apóstoles.

Pablo escribió a una comunidad, que le ayudó mucho materialmente para subsistir. Y otras comunidades paulinas y no paulinas hicieron suyas como Palabra de Dios, las peripecias de Pablo.

Si somos creyentes de la Palabra, también somos testigos y discípulos, y nuestra existencia está –incluso sin notarlo-abierta a la evangelización. Nada de nuestra existencia, aun los aspectos materiales y el bienestar económico o su penuria, son indiferentes a la propuesta de Jesús cuyo proceso vamos desarrollando.

Vamos viviendo y vamos muriendo para dar paso al Jesús total, todo en todos.

Salmo responsorial: 111



REFLEXIÓN

Reparte limosna a los pobres; / su caridad es constante, sin falta

Entre los pobres en quien Jesús se encarna hemos de contar a los evangelizadores que puedan pasar necesidad y requerir subsidios para sobrevivir.

Lucas 16,9-15



REFLEXIÓN

"Ganaos amigos con el dinero(mamona:riqueza y posesiones que fundamentan la confianza en sí mismo) injusto(adikia:sin justicia, incorrecto), para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

Para la pureza en la obediencia de esta orientación debíamos ser más desapegados sobre quienes lo ejercemos: no sólo los nuestros, más cercanos, o queridos, sino sobre todo los más pobres y vulnerables.

Quién puede negar en lo profundo de su sinceridad que se inclina uno a estar seguro cuando el ingreso es seguro, o se tiene algún dinero reservado? Sucede aun entre los consagrados por votos de pobreza.

Esa confianza se puede hacer absoluta y exclusiva y competir con la confianza y dependencia que nos llama a vivir nuestro Padre.

El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.

Lo pequeño muestra ya el paradigma que da sentido a la vida y si allí no se encuentra

da qué pensar.

Nuestra vida histórica es como un proceso gigantesco de conversión personal y social, en el que bajo el fermento de la buena nueva voy viendo en la fe, curando la ceguera, de manera que aprendo a ponderar la gloria del Señor en lo pequeños y pequeñas.

Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?

Se trata de un test fácil de verificar en nuestra vida corriente: cómo va nuestra confianza en el dinero, poco o mucho que tengamos? Cómo se compara con la confianza que decimos tener en el Señor.

En las circunstancias de estrechez y penuria globalizada, como parece serlo para nuestra época en muchos lugares, hemos de interrogarnos si ayuda a verificar el arraigo de la confianza en el Señor, más que en los ingresos mermados.

Muy otra es la consideración de aquellos que endémicamente padecen penuria y el horizonte del bienestar material o no es conocido, o no figura para su beneficio en el surtido de su existencia.

En este caso el test podría ser para los que tienen algo, si la confianza en su dinero es tal que no vean en el compartir solidario un modo de confiar en el Señor.

Por eso el evangelio nos ubica siempre en el juicio sobre cuál es el verdadero valor de nuestra existencia: la confianza en el dinero y lo material, o en el Señor.

Compartir es un modo de movernos de una a otra confianza.

Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero

En la historia que vivimos se puede desprender algo de esta lección. Nuestro apego al dinero, como portaestandarte de la seguridad material.

Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: "Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta."

Arrogancia es burlarse de la coherencia en la observancia de los valores, en nombre de la misma observancia. Como si una observancia de un desvalor fuera más importante y significativa que la de un valor.

Los fariseos amigos del dinero han sido muy prolíficos, porque las generaciones de ellos son legión que puebla la tierra en la actualidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1588847088816619521?s=20&t=Jt4az5ebz8fXDFFSCMEYWQ