Lunes 2 de Adviento
Isaías 35,1-10
REFLEXIÓN
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el
páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y
alegría
En la
vida no todo es sufrimiento y lágrima. La espiritualidad de la cruz no implica
depresión crónica y tristeza recóndita.
Las
visiones que nos ofrece la Palabra no son para cuando baje el telón de la
historia solamente. También pueden ser para los intermedios de la obra.
Si algo
tiene la Palabra en sus tres mil años de comunicación es ser una Promesa
amortizable. La Salvación prometida se va mostrando cada día del caminar en fe,
esperanza y amor.
Nuestro
autocentramiento en los conflictos, la obsesión de los titulares por la
tragedia, hacen perder de vista como el desierto y el yermo ya no lo son tanto,
a nivel personal y a nivel de culturas.
Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios
Quiénes?
Los regalados por la fe salvífica. El don más equitativo que hay sobre la
tierra, porque acompaña a todo ser humano, hombre o mujer, que habita la
tierra.
Porque
todo hombre o mujer sueña y allí está el fundamento de la fe. A la que hay que
poner cuidado y cuidar para que crezca hasta hacerse un árbol coposo en el que
vienen a anidar las aves del cielo.
Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en
persona, resarcirá y os salvará
El Dios
del desquite. Quien no frustra sino que levanta de la frustración. El que
arregla lo que nosotros dañamos. El Padre pródigo que constantemente sale a
esperarnos, a ver si asomamos por el camino de regreso. El que nos espera.
Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la
estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial.
Por qué
será que aun las banderas más altruístas las volvemos armas para obtener poder,
a fuer de obligar a otros a adoptar tal o cual enfoque?
Aun lo
manía ecológica olvida que si bien la responsabilidad humana es crucial para
conservar al planeta, el máximo responsable es el Autor de la creación, quien
inventó los recursos.
No es
inocente el intento de privilegiar el término naturaleza en vez de creación,
porque insistimos así en el exclusivo protagonismo humano que no requiere de
divinidades para avanzar y resolver.
Salmo responsorial: 84
REFLEXIÓN
La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria
habitará en nuestra tierra
Estar
cerca viene a ser un cumplimiento anticipado de la promesa. La gloria que
habitará ya se viene mostrando y preparando.
Si somos
fieles, si vivimos de fe y nos conducimos en consecuencia.
Lucas 5,17-26
REFLEXIÓN
Y el poder del Señor lo impulsaba a curar
El poder
sanador de Jesús no se exhibía como un taumaturgo o ilusionista de espectáculo.
Era una
docilidad y consenso que él mostraba con su Padre para dar señales de su
reinado.
Jesús
vivía, enseñaba y curaba para dar paso al dominio del Señor.
Es algo
que nos debe ayudar a reflexionar ante tantas necesidades de curación que
experimentamos por nuestras dolencias y enfermedades. Cómo apoyará tal o cual
curación el dominio del Padre de Jesús en nuestra red social? Se proclamará
mejor la gloria de Dios? Nos haremos mejores colaboradores de su obra de
redención para nosotros y para los demás?
Él, viendo la fe que tenían, dijo: "Hombre, tus pecados
están perdonados."
Porque
el pecado del mundo como anti-reino está a la base de cualquier dolencia y
sufrimiento. Nos abate la iniquidad que se nutre de la oposición al designio
como reinado del Señor.
Queda en
nosotros discernir frecuentemente como descodificamos tal o cual suceso de
infortunio y muerte, como la señal del anti-reino, pero como el llamamiento a
la buena nueva.
Este es
el sentido del exorcismo: abrir espacio en un territorio usurpado al dominio
benigno del Padre.
Por eso
Jesús no da pie a la curación sino como signo de ese dominio.
Pero
antes exorciza, para que se de la oportunidad en la libertad humana de aceptar
el cambio de régimen.
El
exorcismo no es un festín mediático exhibicionista ofrecido a la morbosidad de
los espectadores.
Un
exorcismo lo hacemos cotidianamente al expulsar de nuestra vida y nuestro
entorno toda traza de iniquidad, injusticia, odio, envidia y daño a nuestros
hermanos.
"Hoy hemos visto cosas admirables."
Jesús da
paso al Dios Padre suyo y nuestro, por otorgamiento.
Según
los sabios de su tiempo el exorcismo era privilegio del Sumo Sacerdote una vez
al año.
Un gran
avance en la historia de las religiones por dar vida a un concepto del mal
moral que hunde las conciencias, y consecuentemente todo lo demás.
Pero
Jesús la arrebata de ese monopolio sacro para entregarla a nuestra práctica de
ágape fraterno. Nuestro amor, hace retroceder el daño del pecado, por el perdón
que nos hacemos, como un excorcismo, y nos prepara para la sanación.
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