lunes, 30 de enero de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 4 de tiempo ordinario

Año Impar

Hebreos 11,32-40



REFLEXIÓN

por medio de la fe, subyugaron reinos

otros fueron tundidos a golpes y rehusaron el rescate, para obtener una resurrección mejor

La misma fe no da los mismos resultados: misterio de libertad de los hombres y mujeres. Porque la fe no anula la libertad, antes la promueve.

Así por la fe en sí mismos, en sus planes, en sus sueños hay hombres y mujeres que ganan. Son ganadores a los ojos del mundo.

Por la fe otros, con sus planes  y sueños, eligen perder. Son vistos como perdedores.

Pero nada de esto pasa sin nuestra decisión y convicción. Somos pues responsables de nuestro propio destino, aunque no sea absoluta sino limitadamente.

Salmo responsorial: 30



REFLEXIÓN

En el asilo de tu presencia los escondes / de las conjuras humanas

Los perdedores para el mundo requieren de una energía que los afirme y estabilice para soportar la conjura de los ganadores.

Y así el acompañamiento fraterno consistirá en promover esa energía que no se compra ni se vende, sino que el Señor dona.

Entonces los vulnerables podrán hacer frente a la conjura y caminar con la cabeza alta y la mirada enfocada en la consumación.

Amad al Señor, fieles suyos; / el Señor guarda a sus leales, / y a los soberbios les paga con creces

Lo que importa es que nos guarda, y lo secundario cómo pagan los soberbios que conspiran. Eso queda en las manos del Señor.

Así nos alejamos de la sed de venganza y la ansiedad del resentimiento se evapora.

Marcos 5,1-20



REFLEXIÓN

le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo

 

Parece la descripción de un equizofrénico, sin que por etiquetarlo hoy así, sepamos realmente qué sucede y por qué se produce, aparte de algunas hipótesis socioeconómicas.

Un perdedor aislado y repudiado por un mundo que presume de pureza y teme la contaminación.

Porque la intervención de Jesús, que recoge la comunidad creyente detrás del evangelista, no la mira como un hecho aislado que se pierde en el tiempo, sino como algo más que nos afecta para siempre.

Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.

Era el drama humano inédito, que la salvación de Jesús saca del anonimato y alivia con misericordia.

Porque el mundo de los ganadores cubre el sufrimiento de muchos, con velos de indiferencia e indolencia, para no verse conmocionado en su seguridad sobre de lo que son ganadores.

La enfermedad, las dolencias, la muerte se convierten en enigma inquietante para ese mundo que no haya otro modo de librarse sino huyendo y quitando la vista.

Por Dios te lo pido, no me atormentes." Porque Jesús le estaba diciendo: "Espíritu inmundo, sal de este hombre."

Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca

Los vulnerables en su proceso de liberación pueden extraviarse, porque confunden la seguridad de lo conocido, a lo que se aferran, con la vida nueva que se les ofrece.

Por eso sin nuestra colaboración en dejarnos llevar más allá de nuestras resistencias, el Señor no fuerza lo que llamamos milagro.

Un caso de resistencia frente al sanador. Se le teme al que puede liberar. Ya que liberarnos requiere concitar lo mejor de nuestras fuerzas.

Y esto no es posible sin batallar contra las fuerzas contrarias a la salud.

Somos así-desde la célula más recóndita- un campo de batalla.

Un problema más profundo en la enfermedad y opresión, es no ver la salvación sino en permanecer en tal esclavitud.

Habría que liberar como Jesús, en tal caso, por encima del aparente deseo real del oprimido, para que acceda a la verdadera salvación.

Tal iniciativa puede ser tomada por invasiva e irrespetuosa de los derechos de la persona, argumento que a su vez es perverso, porque mantiene las cadenas y la esclavitud.

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país

Ese es el mercado: una construcción humana a costa del bienestar integral de la persona, si se lo permitimos.

Si no lo regulamos y le permitimos ser exclusivamente extensión del mundo de ganadores se convierte en un monstruo que devora sus creadores.

Este ser humano recuperó su dignidad perdida.

Lo cuál no sucedió sin un costo económico alto para esos criadores de cerdos.

Parece un asunto de prioridades: dignidad o cerdos.

El costo de la liberación puede ser muy alto, proporcionalmente a los medios de alguien.

el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía.

La curación no significó en este caso que se diera paso a una relación de discipulado.

anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia

A los ojos de Jesús es una misión tan válida e importante como seguirlo en su estilo de vida: proclamar la misericordia del Señor en la propia vida.

Surge así un ministerio que no entraña el seguimiento físico del Señor Jesús, pero sí su Espíritu de misión.

Tan importante como esto es recuperar la dignidad de la persona para glorificar al Señor.

El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

En el proceso de liberación de los propios males es importante dar testimonio en el propio lugar que se resiste a creer que pueda haber otra salvación que ser ganadores.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1620021491692871680?s=20&t=rLI04KBK-G0pSPJHMEedsQ

BEATO CARLO


FE ADULTA DE UN NIÑO:CARLO 

De los Tratados del Pseudo-Hilario, sobre los salmos.
(Salmo 132: PLS 1, 244-245)
 
LA MULTITUD DE LOS CREYENTES NO ERA SINO UN SOLO CORAZÓN Y UNA SOLA ALMA

 

Ved qué paz y qué alegría, convivir los hermanos unidos. Ciertamente, qué paz y qué alegría cuando los hermanos conviven unidos, porque esta convivencia es fruto de la asamblea eclesial; se los llama hermanos porque la caridad los hace concordes en un solo querer.

 Leemos que, ya desde los orígenes de la predicación apostólica, se observaba esta norma tan importante: La multitud de los creyentes no era sino un solo corazón y una sola alma. Tal, en efecto, debe ser el pueblo de Dios: todos hermanos bajo un mismo Padre, todos una sola cosa bajo un solo Espíritu, todos concurriendo unánimes a una misma casa de oración, todos miembros de un mismo cuerpo que es único.

 Qué paz y qué alegría, convivir los hermanos unidos. El salmista añade una comparación para ilustrar esta paz y alegría, diciendo: Es ungüento precioso en la cabeza, que baja por la barba de Aarón hasta la franja de su ornamento. El ungüento con que Aarón fue ungido sacerdote estaba compuesto de substancias olorosas. Plugo a Dios que así fuese consagrado por primera vez su sacerdote; y también nuestro Señor fue ungido de manera invisible entre todos sus compañeros. Su unción no fue terrena; no fue ungido con el aceite con que eran ungidos los reyes, sino con aceite de júbilo. Y hay que tener en cuenta que, después de aquella unción, Aarón, de acuerdo con la ley, fue llamado ungido.

Del mismo modo que este ungüento, doquiera que se derrame, extingue los espíritus inmundos del corazón, así también por la unción de la caridad exhalamos para Dios la suave fragancia de la concordia, como dice el Apóstol: Somos perfume que proviene de Cristo. Así, del mismo modo que Dios halló su complacencia en la unción del primer sacerdote Aarón, también es una paz y una alegría convivir los hermanos unidos.

La unción va bajando de la cabeza a la barba. La barba es distintivo de la edad viril. Por esto nosotros no hemos de ser niños en Cristo, a no ser únicamente en el sentido ya dicho, de que seamos niños en cuanto a la ausencia de malicia, pero no en el modo de pensar. El Apóstol llama niños a todos los infieles, en cuanto que son todavía débiles para tomar alimento sólido y necesitan de leche, como dice el mismo Apóstol: Os di a beber leche; no os ofrecí manjar sólido, porque aún no lo admitíais. Y ni siquiera ahora lo admitís.