Martes 4 de Pascua
Hechos 11,19-26
REFLEXIÓN
los que se habían dispersado en la persecución provocada por
lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la
palabra más que a los judíos.
Los
acontecimientos van empujando una trayectoria que no coincide necesariamente
con las presunciones instaladas y domésticas que tenían los creyentes en un
principio.
Así, no
se quedan en Jerusalén. No tienen una vida fácil, sino acosada y perseguida, huyen
a otras localidades, y no trabajan sólo con los de su raza y lengua sino con
otros diferentes.
Se
evangeliza cada vez más por encima de las perspectivas acostumbradas y hacia
horizontes desconocidos y más amplios.
Es la
ley de un amor salvífico generoso, confiado en el acompañamiento del Señor,
dispuesto a los trabajos, penurias y riesgos que demande la misión.
Las
circunstancias históricas adversas y peligrosas les dieron la señal de
dispersarse. En ese lugar su misión había terminado por el peligro de ser
asesinados como Esteban.
Jesús en
su momento, cuando la muerte de Juan Bautista, también se fue a Galilea para
evitar el riesgo de ser perseguido y poner así fin a su misión.
Es la
misión la protagonista de los relatos. Ella es el designio del Señor y la
protege para que se mantenga y extienda, para bien de muchos. Pero hay lugares
y personas donde no se puede hacer nada más, al menos por el momento.
se pusieron a hablar también a los helenistas
Son los
judíos de la diáspora, que han nacido hacen ya varias generaciones, en
contextos culturales helenísticos y hablan la lengua griega. Son judíos también
pero con una mentalidad comprensiblemente diferente, más abierta que la de sus
paisanos de Judea.
Entre
ellos y los prosélitos, seguidores del Judaísmo, pero paganos de nacimiento,
así como los temerosos del Señor, quienes simpatizan también con los hebreos,
pero sin seguir estrictamente los requisitos de conversión, forman la masa
crítica del cambio de los cristianos para formar comunidades sólo de gentiles y
paganos, alejándose progresivamente de su raíz étnica judía.
Lo que
va quedando hasta nuestros días es la fraternidad de la Palabra de quienes
admitimos las Escrituras con fe en un Mesías: en Jesús de Nazareth.
al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró
mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño
El
Espíritu de Dios es siempre más grande y su acción vivificadora no tiene
límites, con nosotros y más allá de nosotros.
Tendríamos
que estar prontos a reconocerlo donde se vaya manifestando, para alabar la
misericordia del Señor, y salir de nuestro protagonismo que puede entorpecer
más que ayudar.
como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe,
una multitud considerable se adhirió al Señor
El Señor
utiliza una base humana que consiste en un testimonio de vida que propicie un
mínimo de credibilidad y responsabilidad.
Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo
Pablo
estaba en su propia localidad y quizás tampoco preveía los grandes horizontes
de misión que adquiriría posteriormente.
Una
fidelidad al cada día va haciendo una actitud más entregada y comprensiva del
evangelio que debe transmitir.
La
mayoría de los millones de cristianos actuales, aun los menos comprometidos,
llevan una vida de esfuerzo y entrega anónima y silenciosa a favor de valores
cristianos que templan los humanos.
Ocasionalmente
algunos se convierten en su proceso de fe a una causa más exigente y adoptan
una entrega más radical. Por un tiempo o permanentemente.
Lo
importante y decisivo es ir dando respuesta al Espíritu del Señor Jesús vivo,
que construye su cuerpo en y con nosotros.
Tras un
periodo de alejamiento del foco de los acontecimientos y habiendo trabajado en
su conversión al camino, Pablo es integrado en una misión cristiana.
Sus
habilidades y recursos serán ahora para el Señor Jesús.
Salmo responsorial: 86
REFLEXIÓN
Él la ha cimentado sobre el monte santo
Fueron
situaciones políticas las que condujeron a una dinastía davídica y su capital
Jerusalén, situada en el monte Sión, a convertirse en un centro religioso
mesiánico para lo que quedó de Israel.
En esta
selección y reducción se hizo un designio del Señor.
Muchas
veces circunstancias aparentemente adversas e incluso que nos hacen fracasar
nuestras metas, planes y ambiciones, son las que nos abren paso a realidades
más plenas, y de mayor bien.
Se dirá de Sión: "Uno por uno / todos han nacido en
ella; / el Altísimo en persona la ha fundado."
El
tiempo se ha encargado de transformar o mutar el significado bíblico de Sión.
Hoy
define un territorio específico, en el que la paz es un sueño.
Sus
dirigentes no dejan de recurrir a la venganza para sostenerse en la existencia
como pueblo, según ellos.
Pero en
Sión también hay quienes piensan que otra forma de gestionar paz es posible,
con menos guerra.
En otras
latitudes se enfrentan estos bandos también: los que piensan en la negociación
como la llave de la paz y los que piensan en acciones bélicas.
La
negociación se acerca más al modelo evangélico de paz, aunque fundamentarla en
condiciones de posibilidad auténticas postule un discernimiento para descartar
falsas actitudes.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: /
"Éste ha nacido allí."
La
solidaridad que cohesiona a los hermanos en fraternidad se nutre de diferentes etnias,
y los convierte a todos en ciudadanos del cielo, del reino.
Entre
ellos, los más vulnerables son los que sufren desarraigo por causa de la
pobreza y su violencia.
Han
perdido tierra, casas, familia y sólo cuentan con la solidaridad de otros
hermanos en las tierras extrañas que les pueden ser hostiles.
Juan 10,22-30
REFLEXIÓN
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del
templo
“La fiesta
conmemoraba la consagración del Templo y del altar después de la profanación de
Antíoco Epifanes dos siglos antes. Este rey sirio había instalado en el altar
un ídolo pagano, lo que se sentía como la abominación de la desolación y
llenaba de horror a los israelitas. Los Macabeos vencieron al impío rey, y,
después de destruir el altar profanado, construyeron uno nuevo, similar al
viejo, como mandaba la ley, y santificaron la Casa y los atrios. Hicieron
nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del Templo el candelabro, el altar
del incienso y la mesa. Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las
lámparas del candelabro, que iluminaron el Templo. Pusieron panes sobre la
mesa, colgaron cortinas y dieron fin a la obra que habían comenzado. Dios tenía
otra vez una morada digna para habitarla con su presencia. En las casas se
encendían cirios todos los días que dura el festejo. (http://encuentra.com/vida_de_jesus/en_la_fiesta_de_la_dedicacion__10597/)
Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico
de Salomón
“Era invierno, y
Jesús estaba en el atrio de Salomón. La fiesta recuerda el núcleo de los más
profundos sentimientos religiosos del Pueblo elegido: el altar era el centro de
sus sacrificios a Dios. La consagración del altar era el inicio de una nueva
etapa en la que Yahvé, que estaba ausente, vuelve a estar entre los suyos. La
santidad del Templo venía de la presencia de Dios en él, por eso se consagraba
y se separaba el altar para Dios, era sagrado. Jesús viene al Templo esos días
para señalar una presencia más intensa de Dios en el mundo”
(http://encuentra.com/vida_de_jesus/en_la_fiesta_de_la_dedicacion__10597/)
Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías
El
movimiento de Jesús implicaba una pertenencia de familiaridad y de vínculo que
se formaba en el caminar de Jesús durante su misión por el reino.
En ese
contexto el mesianismo encontraba su
clave para la recta interpretación.
La
convivencia hacía de clave.
Mis ovejas escuchan mi voz
Donde se
de esa escucha, se da el vínculo con el pastor mesías.
Creer en
Jesús incluye escucharlo y hacer sus obras. No hacemos nuestras obras sino las
de él. Nos equivocamos si actuamos en nombre propio. Hacer sus obras nos aleja del
propio amor, querer, e interés.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1653360858813149184?s=20
COMPARTIR LA PALABRA
Hechos 11,19-26
Cada día la Palabra nos propone prioridades: su
Gloria que es la nuestra, el bien común. En este enfoque pueden darse muchas
contingencias que nos mueven a desprendernos de modos acostumbrados de pensar,
sentir y hacer. Y entrar en tierra desconocida donde es preciso inventar y
ajustarse. Así sucedió en el principio con los creyentes de Jesús seguidores de
sus apoóstoles. Huyeron por persecuciones, y dieron testimonio de palabra y
obra entre los que escuchaban, con diferente resultado. Y así fuimos creciendo.
Salmo responsorial: 86
Escuchar esta Tradición es como nacer de nuevo en la
tierra del Señor Jesús, y habitar la Ciudad de Dios. Es un sentido válido para
querer conocer esa tierra que por sí misa es como un evangelio. Todos podemos
señor hijos de la Ciudad Santa para transformarnos cuando ella baje del cielo.
Juan 10,22-30
Jesús es uno
con el Padre, sustancial y verdaderamente, de manera que en él tenemos la
amistad y el acceso a Dios, a la Divinidad. Para creer como él lo pide debemos
creer sus Palabras y su obras. Es nuestra misión hacer esa experiencia y
proclamarla en júbilo.