lunes, 17 de julio de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

LA GRACIA DE JESÚS LLAMA A CARLO 

Lunes, XV semana
San Ambrosio Tratado sobre los misterios 8-11

¿Qué es lo que viste en el bautisterio? Agua, desde luego, pero no sólo agua; viste también a los diáconos ejerciendo su ministerio, al obispo haciendo las preguntas de ritual y santificando. El Apóstol te enseñó, lo primero de todo, que no hemos de fijarnos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno. Pues, como leemos en otro lugar, desde la creación del mundo, las perfecciones invisibles de Dios, su poder eterno y su divinidad, son visibles por sus obras. Por esto, dice el Señor en persona: Aunque no me creáis a mí, creed a las obras. Cree, pues, que está allí presente la divinidad. ¿Vas a creer en su actuación y no en su presencia? ¿De dónde vendría esta actuación sin su previa presencia? Considera también cuán antiguo sea este misterio, pues prefigurado en el mismo origen del mundo. Ya en el principio, cuando hizo Dios el cielo y la tierra, el Espíritu –leemos– se cernía sobre la faz de las aguas. Y si se cernía es porque obraba. El salmista nos da a conocer esta actuación del espíritu en la creación del mundo, cuando dice: La palabra del Señor hizo el cielo; el Espíritu de su boca, sus ejércitos. Ambas cosas, esto es, que se cernía y que actuaba, son atestiguadas por la palabra profética. Que se cernía, lo afirma el autor del Génesis, que actuaba, el salmista. Tenemos aún otro testimonio. Toda carne se había corrompido por sus iniquidades. Mi espíritu no durará por siempre en el hombre –dijo Dios–, puesto que es de carne. Con las cuales palabras demostró que la gracia espiritual era incompatible con la inmundicia carnal y la mancha del pecado grave. Por esto, queriendo Dios reparar su obra, envió el diluvio y mandó al justo Noé que subiera al arca. Cuando menguaron las aguas del diluvio, soltó primero un cuervo, el cual no volvió, y después una paloma que, según leemos, volvió con una rama de olivo. Ves cómo se menciona el agua, el leño, la paloma, ¿y aún dudas del misterio? En el agua es sumergida nuestra carne, para que quede borrado todo pecado carnal. En ella quedan sepultadas todas nuestras malas acciones. En un leño fue clavado el Señor Jesús, cuando sufrió por nosotros su pasión. En forma de paloma descendió el Espíritu Santo, como has aprendido en el nuevo Testamento, el cual inspira en tu alma la paz, en tu mente la calma.

REFLEXIÓN

En su clave de conocimiento, contextualizada por un pensamiento más inclinado a la invisibilidad y permanencia de las ideas, que a la brevedad de las sensaciones y lo corporal, los argumentos que se extraen de la Sagrada Escritura son suficientes para convencer nuestra docilidad y aceptación. Más aún si están acreditados por una tradición antecedente que se orienta en el mismo sentido. Así cada detalle puede recibir un valor que alegorice una realidad invisible.

Hay que reconocer que ese ciclo está en entredicho y bajo suspicacia, desde un contexto cada vez más radical que proviene de la ciencia y la tecnología de nuestro siglo XXI. No resulta tan evidente ni tan cómodo asirse a la argumentación ofrecida.

domingo, 16 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

domingo 15 de tiempo ordinario

Isaías 55,10-11



REFLEXIÓN

así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo

La palabra de Dios es hablar y obrar de Jesús en coherencia máxima. Enseñanos con tu Espíritu

Salmo responsorial: 64



REFLEXIÓN

cuidas de la tierra, la riegas / y la enriqueces sin medida;

La tierra: un elemento primario que no cesa de producir, pero también de arruinarse. Una materia en constante proceso-milenario-de aplacar el hambre y el agua la sed. Un proceso inteligente y sabio que muestra generosidad y espera correspondencia en el cuido. Un proceso rebelde y seismico que recuerda tratarla con sabiduría.

Su destino manifiesto es ser para todos y todas. Nuestra mezquindad criminal es el acaparamiento para pocos y muerte para muchos.

Una corrupción del corazón que debemos incesantemente combatir.

Romanos 8,18-23



REFLEXIÓN

los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.

Contrastar el ahora con el día final nos puede contristar de impaciencia y agonía.

Pero no tenemos más que promesa y signos de cumplimiento para entregarnos a creer y esperar.

la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios

ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió

Uno es el que sea, sin importar ahora quién es. Frustrados sometidos somos como creación, y peor, sometiéndonos y frustrándonos unos a otros. Un sistema fatal, envilecedor, corruptor, aniquilador. Sólo redimible por el amarnos los unos a los otros, para restaurar la fraternidad y superar el sometimiento y la frustración.

con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios

El humano no se liberará y glorificará solo sino en conjunto con la creación que lo ha cuidado y asistido en su ascensión. El amor que nos vincula a los animales, las plantas y las cosas que contribuyen a nuestra vida no es egocéntrico para el humano, sino que inclusivo de su cosmos. Microcosmos y macrocosmos unidos en la gloria.

hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.

Si nosotros sufrimos con el sentido de la purificación amorosa de parte del Padre, todo el cosmos sufre alumbrando una nueva etapa. Estamos en labor, produciendo un ser nuevo, una totalidad emergente, un Cristo Total.

también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Los gemidos que arranca una coyuntura calamitosa e infortunada, no son anécdota ni circunstancia, sino mar de fondo. Eco del gemido de la creación, voz de los sin voz. Llamado desde lo profundo a la conciencia responsable por el cuido amoroso.

Mateo 13,1-23



REFLEXIÓN

Les habló mucho rato en parábolas

Un hablar enigmático que suscita intriga. Suena conocido pero despierta lo desconocido. Invita a trasponer la superficie de lo dicho e ir por un sentido recóndito, como un juego de escondites. Una palabra que arranca una respuesta y participación activa.

El que tenga oídos que oiga

No es una palabra para informarse sino para participar.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta

La tierra productiva no produce toda igual sino en diversidad. La tierra productiva no es la totalidad de la tierra, sino un resto. Su producción ayuda y subsidia a las demás, pero también las exhorta a volverse productivas.

Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.

Qué se debe tener: disposición, capacidad?

En la dimensión del Espíritu la buena fe y la buena voluntad cuentan como puerta de entrada.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1680542700238520325?s=20

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Isaías 55,10-11

El profeta, en una etapa de retorno para reconstruir, alienta al creyente y al desanimado a seguir adherido a la Palabra de Dios, porque tiene un dinamismo de disponbilidad a ser escuchada y conducir a un final feliz, a un sueño realizado. Pero hay que someterse con paciencia y esperanza a sus mediaciones, con las que hay que colaborar libremente.

Salmo responsorial: 64

Pareciera que un dinamismo preparado para funcionar eficaz y eficientemente, como es el de la tierra y el agua que produce para muchos, se ha estropeado y ahora cuesta hacerlo funcionar. Y más tiempo pasamos discutiendo por qué y menos hacemos lo que hay que hacer para mejorarlo. Así es nuestra problemática ecológica actual.

Romanos 8,18-23

Tenemos un testigo interno que se nos manifiesta con gemidos que no atinamos a explicar bien, pero que sentimos. Un pesar, un malestar, porque no acabamos de estar bien siempre. Nuesto gozo dura poco, y nuestro pesar parece instalarse demasiado tiempo. Nuestro compromiso es discernir qué espíritu es: bueno o malo, positivo o negativo, acertado o engañoso. Nadie está exento de este discernir.

Mateo 13,1-23

Alienta nuestra fe saber que hay una productividad variada de la simiente en la tierra . Así que tendríamos que ser más capaces de integrar en la aceptación social las diversidades de cuantía en las cosechas. Aceptar que no todos producen igual , ni exigirlo arbitrariamente. Algo que los sistemas económicos en sus políticas de gestión no parecen ni quieren entender. Es una sabiduría que debemos y podemos cultivar y quizás a eso se refiere la advertencia: el que tenga oidos para oir que escuche.