VIERNES 15 DE TIEMPO ORDINARIO
Año Impar
Exodo 11, 10; 12, 1-14
REFLEXIÓN
es la Pascua, es decir, el paso del Señor
Por qué el paso del Señor? Lo vemos en su Hijo, a quien traspasa el Espíritu de su Padre, transformándolo en ofrenda.
Es una bendición con sufrimiento? En su designio de amor no debiera ser así, pero en nuestro actual orden de cosas, interviene una dimensión distorsionada por el mal quizá, la limitación de la criatura quizá, y su paso se hace redentor, reparador, casi una nueva creación desde el caos.
Es como si nuestra masa diera para mucho, pero después de varios ensayos.
Castigaré a todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor
Porque no construye a la par, ni compite. Es único, celoso, exclusivo. Es el Señor. Un señorío demandante, invasivo, posesivo. Un doloroso seductor, que avanza y avasalla, derribando los ídolos y desnudando nuestros apegos, hasta que nos tiene del todo para sí.
Se puede barruntar que un místico apasionado como Ignacio de Loyola se exprese con radicalidad en los ejercicios espirituales, como consecuencia de una experiencia del Señor semejante.
Y no contento con experimentarla en sí pretenda comunicarla apostólicamente para inspirar aspiraciones incendiarias con anhelos de posesión de Dios.
Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo
pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora
Jesús, el cordero sacrificado es nuestro escudo.
Su sangre nos ampara y a ella nos acogemos.
No es necesaria otra sangre. Cualquier otra sangre en ella se hace redimida y redentora.
Las víctimas, sangrantes o no, inocentes o no, son ahora la inserción en la corporación pneumática del Jesús total, y su prolongación redentora y salvadora.
Los que nos ubicamos al borde del camino para llorar la procesión de víctimas, debemos escuchar la voz que nos advierte que lloremos más bien por lo que nos podrá suceder a nosotros.
Salmo Responsorial: 115
REFLEXIÓN
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor
No es pagar algo que se ha comprado, sino por alguien que agradece.
Precisamente porque no se puede pagar el bien recibido nos queda el agradecimiento en Jesús y su ofrenda.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos
No es parte de su designio que se muera, porque Él es la fuente de la vida.
Por eso continúa insistiendo en donar la vida por la resurrección.
Lastimosamente, por default o automatismo diríamos, este es un mundo de muerte, sujeto a la opresión, pero que anhela liberación-salvadora.
Anhelo que es la condición irremplazable para que Él intervenga.
Mateo 12, 1-8
REFLEXIÓN
tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos.
«Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado».
Por regulaciones humanas disfrazadas de voluntad de Dios.
En la historia humana se dan personas y grupos que montan un observatorio –como le dicen ahora- de la conducta ajena, para censurar y descalificar.
Es el síndrome de intolerancia.
De parte del Señor primero es la necesidad que hay que resolver, luego la norma que regula.
No siempre la norma regula todo. Y el Espíritu interviene para dar la solución.
«¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros?
Porque la Escritura muestra caminos para escuchar el Espíritu más que la ley.
los sacerdotes violan el sábado en el temploy no por eso cometen pecado?
Aun en lo sagrado se puede violar la ley
Entre violar y violar hay prioridades. Violar la necesidad por el hambre es más serio que violar la norma.
Si
ustedes comprendieran el sentido de las palabras: misericordia quiero
y no
sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna
culpa
Pues yo digo que aquí hay alguien que es más grande que el templo.
Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado».
Como fruto de la conversión al reino merece darse más misericordia y menos condenación. La construcción de la fraternidad lo requiere.
Frenar las corrientes de maledicencia que bullen en nosotros y saltan hacia los demás no es poca cosa como aporte a esa construcción.
El sábado es el descanso del Creador y su memorial. Ahora es también del Hijo del hombre, de todo hombre y mujer, y su necesidad auténtica.
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Éxodo 11,10-12,14
Como un rito mágico la sangre del cordero untada en las puertas se pensaba y sentía actuaba como un escudo de la peste, de la mortandad del rebaño. Ahora aplicado a una población cuyo gobernante oprime a otra, esclavizada y sometida. Entonces éstos buscan un amuleto que los resguarde. Este rito mágico pasa a celebrarse como la protección sentida por los antiguos sometidos, porque lograron salvarse y hay que mantener ese recuerdo. Es una divinidad que sí protege.
Salmo responsorial: 115
Por lo tanto no puedo no alabar, agradecer y bendecir en memoria de esa salvación histórica. Qué podrá impedir que tal ritual, expresivo del reconocimiento agradecido, se convierta en una pieza importante del sentido de vida de la conciencia popular.?
Mateo 12,1-8
Es decir que no hay manera de atajar la búsqueda de solución urgente y coyuntural de una necesidad apremiante, aunque la letra de una regulación lo prohiba. Ese recurso inédito de la necesidad apremiante y perentoria se impone por sí solo, queramos, permitamos o no. Legislar viene después, el orden viene después, pero no anticipa lo inédito. El sabio sabe que hay que hacerse a un lado y buscar refugio cuando la avalancha se nos viene encima. Eso enseña Jesús, sobre la rigidez en la guarda de la norma, al invocar el precedente del rey David.