jueves, 27 de julio de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Jueves, XVI semana
San Ambrosio Comentario sobre los salmos 43,89-90:

¿Por qué nos escondes tu rostro? Cuando estamos afligidos por algún motivo nos imaginamos que Dios nos esconde su rostro, porque nuestra parte afectiva está como envuelta en tinieblas que nos impiden ver la luz de la verdad. En efecto, si Dios atiende a nuestro estado de ánimo y se digna visitar nuestra mente, entonces estamos seguros de que no hay nada capaz de oscurecer nuestro interior. Porque, si el rostro del hombre es la parte más destacada de su cuerpo, de manera que cuando nosotros vemos el rostro de alguna persona es cuando empezamos a conocerla, o cuando nos damos cuenta de que ya la conocíamos, ya que su aspecto nos lo da a conocer, ¿cuánto más no iluminará el rostro de Dios a los que él mira? En esto, como en tantas otras cosas, el Apóstol, verdadero intérprete de Cristo, nos da una enseñanza magnífica, y sus palabras ofrecen a nuestra mente una nueva perspectiva. Dice, en efecto: El Dios que dijo: «Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo. Vemos, pues, de qué manera brilla en nosotros la luz de Cristo. Él en efecto, el resplandor eterno de las almas, ya que para esto lo envió el Padre al mundo, para que, iluminados por su rostro, podamos esperar las cosas eternas y celestiales, nosotros que antes nos hallábamos impedidos por la oscuridad de este mundo. ¿Y qué digo de Cristo, si el mismo apóstol Pedro dijo a aquel cojo de nacimiento: Míranos? Él miró a Pedro y quedó iluminado con el don de la fe; porque no hubiese sido curado si antes no hubiese creído confiadamente. Si ya el poder de los apóstoles era tan grande, comprendemos por qué Zaqueo, al oír que pasaba el Señor Jesús, subió a un árbol, ya que era pequeño de estatura y la multitud le impedía verlo. Vio a Cristo y encontró la luz, lo vio y él, que antes se apoderaba de lo ajeno, empezó a dar lo que era suyo

REFLEXIÓN

Como nadie puede subsistir sin la luz del rostro de Dios iluminado sobre nosotros, en la aparente oscuridad, así el Espíritu nos vuelve a Cristo que ilumina con su rostro el misterio del Padre Dios, y lo ilumina por las buenas obras de sus enviados . De ahí que cuando afligidos por la oscuridad clamamos que nos ha escondido su rostro, hagamos el esfuerzo de buscar en la fraternidad la luz que echamos de menos.

miércoles, 26 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

MIÉRCOLES 16 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Éxodo 16,1-5.9-15



REFLEXIÓN

Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.

No hay que ir muy atrás para verificar que se dan protestas frecuentes de parte de una población por los cambios a los que se les somete, especialmente si representan alguna incomodidad.

Los espacios que se dan a los participantes en los medios escritos y televisivos como los de internet, inclusive sus redes sociales, están plagados de quejas.

Todo lo anterior era mejor, según eso. Da la impresión de una resistencia al cambio en gran escala.

Causas? Entre ellas una actitud de desesperanza del futuro, porque se ha experimentado o percibido que no todo cambio ha resultado positivo.

Es el modernismo tardío o posmodernismo, según se quiera, poniendo globalmente en tela de juicio cualquier decisión de la autoridad que acarree un cambio, porque en cambios anteriores nada parece haber cambiado para los no favorecidos.

Pareciéramos muy cerca de un caos de comunicación y de confianza, como presagio de un colapso a gran escala. Al menos para algunos.

que el pueblo salga a recoger la ración de cada día

el antídoto parece estar en una vivencia de la cotidianeidad: vivir el día como si fuera el último, o el único y librarnos del peso del futuro, con su preocupación, porque el futuro está en manos del Señor que nos ama. Es la actitud que nos enseña Jesús en el Padrenuestro.

lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no

En la relación con el Señor él nos prueba. Todo amante prueba al amado, porque el amor vive de pruebas.

Podemos verlas con desconfianza porque la prueba es como si no fuéramos dignos de confianza.

Pero su sentido puede ser otro: el Señor nos ama y nos rodea constantemente de sus beneficios y señales de amor.

También espera nuestra respuesta. Puede no necesitarla, pero la espera.

Es lo que nos dice Ignacio en la contemplación para alcanzar amor. Por eso podemos ver la prueba como una invitación a crecernos en el amor y la correspondencia al Señor.

"Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."

No obstante su rol de pedagogo, el Señor muestra vulnerabilidad en el amor, porque accede a las quejas y murmuraciones. No es rígido ni inflexible.

Algo de eso podrían adquirir todas las autoridades en cualquier nivel, para elevar el nivel de tolerancia de esa desesperanza.

"Es el pan que el Señor os da de comer."

Nuestro pan cotidiano, ni más ni menos. Un realismo moderado nos impulsa a aceptar ciertas condiciones que conlleva vivir con dignidad: participar en los cambios, aceptar las limitaciones, construir con la autoridad mejores decisiones.

Salmo responsorial: 77



REFLEXIÓN

¿Podrá Dios / preparar una mesa en el desierto?"

La tentación a Jesús de parte del acusador fue semejante. Tener hambre y dudar que el Señor pueda alimentarnos.

Jesús en la actualización de esta tentación perenne del pueblo, renueva el crédito y la confianza en el Padre, para quien nada es imposible.

Es la actitud de otros colaboradores que en seguimiento de Jesús descansan en la confianza en Él.

Y el hombre comió pan de ángeles,

Comió el don de Dios prefigurando el don de Jesús, su hijo.

Un alimento superior, que involucra hacerse cargo de la propia resistencia al cambio y la desconfianza en la autoridad para discernir lo más bueno.

Mateo 13,1-9



REFLEXIÓN

Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga

No debía sembrar con más cuidado, todo en tierra buena? El sembrador hace lo que puede.

Pero el redactor parece enfocarse sobretodo en la contingencia de lo sembrado, de lo que no se puede escapar a nadie: la responsabilidad de dar fruto.

Procurar dar fruto como buena tierra, aunque no sea el cien por ciento, es una motivación para el crecimiento del reino.

Conocemos del Reino por la realidad a nuestro alcance, vivida cotidianamente.

Las faenas comunes nos iluminan los significados más trascendentes.

La parábola del sembrador y las clases de semillas y tierras nos ilustra sobre la diversidad de actitudes para el reino.

Diversidad en la acogida y diversidad en el compromiso y diversidad en el resultado.

Estamos bastante lejos de una realidad única, unívoca, exclusiva.

Sino más bien diversa, rica en matices y abierta a la libertad y generosidad humanas.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1684159325118566401?s=20

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Miércoles 16ª semana de tiempo ordinario

Éxodo 16,1-5.9-15

Salmo responsorial: 77

Mateo 13,1-9