martes, 1 de agosto de 2023

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 17 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28



REFLEXIÓN

"tienda del encuentro".

Término que los Padres santos aplicaron como prefiguración a Jesús por ser el encuentro de Dios y hombre en su carne.

Pablo llama a nuestra existencia terrena “tienda” que ha de ser levantada, para dar a entender nuestra efimereidad.

El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo

Uno de los rasgos que caracteriza la relación del Señor y Moisés, y lo muestra amigable y receptor, contrario al prejuicio común sobre el carácter vindicativo generalizado del Dios del Antiguo Testamento.

"Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación."

En generaciones posteriores esta perspectiva de la culpa generacional será revisada para dar paso a la culpa y responsabilidad individual.

tómanos como heredad tuya

Expresa el deseo ardiente de formar parte del Señor en modo exclusivo como pertenencia única.

El anhelo de pertenencia es una de las fuerzas más arraigadas en el ser humano desde que es destetado. Una búsqueda que no termina, aunque se equivoque de rumbo.

Y quizá esto enternece a Dios, porque aun equivocados sabe que lo buscamos.

Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

El Señor hace justicia / y defiende a todos los oprimidos;

no está siempre acusando

Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles.

La paternidad del Señor Padre Nuestro supera cualquier modelo y paradigma de paternidad que hayamos elaborado.

Su deformación es la caricatura que nos hace de él nuestra instancia superyoica, más enfocada en un orden que en el amor y la pertenencia a un Tú que nos rebase.

Mateo 13,36-43



REFLEXIÓN

Jesús dejó a la gente y se fue a casa

Jesús regresa a su hogar(oikos). Su refugio, su base. Allí donde se supone que puede restaurar sus fuerzas.

Los discípulos se le acercaron a decirle:

Pero no lo dejan quieto sino que le siguen para que siga instruyendo, aclarando, compartiendo su sabiduría.

En estos pequeños detalles se capta el servicio entregado de Jesús a la Palabra del Padre. Hasta copar su privacidad.

la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo

El maligno es como el autor intelectual de un anti-designio, del sabotaje al designio, para lograr que el mismo no culmine.

Hay una guerra, se dan batallas, entre las mediaciones que siembran cizaña y los seguidores del Reino.

arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados

Cada vez se enardece más la ira de los que protestan contra la corrupción rampante en todos los países.

Es una oleada cuyo fragor hace temer un tsunami.

los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre

Benditos entonces quienes no se hacen oídos sordos, autoridades y no autoridades, y ponen de su parte para salirse de la gran corrupción.

La corrupción por sexo, por codicia y por soberbia. Cadenas que atan la libertad de hombres y mujeres, denunciadas por los ejercicios espirituales ignacianos como el terreno de la bandera enemiga, al que Jesús convoca a derrotar.

Sí, se trata de una batalla sin cuartel, hasta que se extinga la vida terrena y es mejor hacerse la idea que en esa dimensión no hay descanso permanente.

Para quienes toman en serio el proceso de justificación por la Palabra, al que podemos identificar como un proceso de discernimiento, imparable mientras se vive, estas palabras de reconocimiento en el reino del Padre son un estímulo y aliciente.

Porque el mundo no se cansa de descalificar una existencia entregada al proceso de justificación, como una inversión vana.

Los creyentes que perfeccionemos nuestro proceso de discernimiento tenemos un premio: brillar en el reino del Padre.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1686325865674604544?s=20

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Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28

La tienda del encuentro es más que un tema afectivo, como el de entrar en contacto pueblo y Dios, sin dejarlo, es un lugar para deliberar una decisión, como la actuación de un grupo o pueblo. Moisés es canonizado en vida como el Amigo de Dios, una pieza clave para reunir constantemente a un pueblo de dura cerviz sin alejarse él mismo.

Salmo responsorial: 102

Entre otras cosas Moisés va revelando la sustancia del Dios Yavé: lento a la cólera y rico en misericordia.

Mateo 13,36-43

Nosotros vamos discerniendo hasta el juicio final. Estamos en los prolegómenos del evento escatológico final, no como jueces sino como testigos. Testigos que ayudamos a otros a discernir, pero no a juzgar, lo cual está reservado a Dios.

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De las obras de San Alfonso María de Ligorio, obispo.
(Tratado sobre la práctica del amor a Jesucristo, edición latina, Roma 1909, pp. 9-14)


EL AMOR A CRISTO

Toda la santidad y la perfección del alma consiste en el amor a Jesucristo, nuestro Dios, nuestro sumo bien y nuestro redentor. La caridad es la que da unidad y consistencia a todas las virtudes que hacen al hombre perfecto.

¿Por ventura Dios no merece todo nuestro amor? Él nos ha amado desde toda la eternidad. «Considera, oh hombre —así nos habla—, que yo he sido el primero en amarte. Aún no habías nacido, ni siquiera existía el mundo, y yo ya te amaba. Desde que existo, yo te amo.»

Dios, sabiendo que al hombre se lo gana con beneficios, quiso llenarlo de dones para que se sintiera obligado a amarlo:
«Quiero atraer a los hombres a mi amor con los mismos lazos con que habitualmente se dejan seducir: con los vínculos del amor.» Y éste es el motivo de todos los dones que concedió al hombre. Además de haber dado un alma dotada, a imagen suya, de memoria, entendimiento y voluntad, y un cuerpo con sus sentidos, no contento con esto, creó, en beneficio suyo, el cielo y la tierra y tanta abundancia de cosas, y todo ello por amor al hombre, para que todas aquellas creaturas estuvieran al servicio del hombre, y así el hombre lo amara a él en atención a tantos beneficios.

Y no sólo quiso darnos aquellas creaturas, con toda su hermosura, sino que además, con el objeto de conquistarse nuestro amor, llegó al extremo de darse a sí mismo por entero a nosotros. El Padre eterno llegó a darnos a su Hijo único. Viendo que todos nosotros estábamos muertos por el pecado y privados de su gracia, ¿que es lo que hizo?
Llevado por su amor inmenso, mejor aún, excesivo, como dice el Apóstol, nos envió a su Hijo amado para satisfacer por nuestros pecados y para restituirnos a la vida, que habíamos perdido por el pecado.

Dándonos al Hijo, al que no perdonó, para perdonarnos a nosotros, nos dio con él todo bien: la gracia, la caridad y el paraíso, ya que todas estas cosas son ciertamente menos que el Hijo: El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros,
¿cómo no nos dará con él todo lo demás?
REFLEXIÓN
Jesús, donación del Padre y en él todo lo demás. 

Martes, XVII
San Basilio Magno Homilía 3 sobre la caridad 6

Oh hombre, imita a la tierra; produce fruto igual que ella, no sea que parezcas peor que ella, que es un ser inanimado. La tierra produce unos frutos de los que ella no ha de gozar, sino que están destinados a tu provecho. En cambio, los frutos de beneficencia que tú produces los recolectas en provecho propio, ya que la recompensa de las buenas obras revierte en beneficio de los que las hacen. Cuando das al necesitado, lo que le das se convierte en algo tuyo y se te devuelve acrecentado. Del mismo modo que el grano de trigo, al caer en tierra, cede en provecho del que lo ha sembrado, así también el pan que tú das al pobre te proporcionará en el futuro una ganancia no pequeña. Procura, pues, que el fin de tus trabajos sea el comienzo de la siembra celestial: Sembrad justicia, y cosecharéis misericordia, dice la Escritura.

REFLEXIÓN

Muchas cosas están en contra de una mirada confiada en la eternidad. Entre ellas la tradición. Porque así como la tradición del mensaje evangélico, se sigue llevando a través de los siglos, como un prestigio del tiempo que pasa y no vuelve, así la dureza de corazón persiste en su tradición de resistir la buena obra y las entrañas aguadas en favor del miserable. Dos tradiciones, una frente a otra, ancianas las dos, robustas y enérgicas las dos, determinadas hasta llegar al final de una de ellas y sobrevivirla para siempre.